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Ha sido interesante. Se dejó leer y la mayor parte fue muy ameno.

La parte que se sintió menos real fue la descripción de la orgía y menos aún la de la matanza canibal.
Opino que mantener la visión panorámica sobre los otros pasajeros, cuando se está viviendo en lo personal algo tan terrible, no es razonable.

Puede que mientras folla con la alemana, le impresione y le interese mirar lo que hacen los demás, sí. Pero cuando pasa a morder y devorar, me parece que ahí el foco debe estar solo en eso. Y que le costara mucho más decirlo. Hasta tendría sentido que no fuera capaz de decirlo sino solo implicarlo. Después de todo, los policías saben lo que pasó, así que no precisa que les diga todo. Solo necesita hacer incapié en que no fueron ellos sino la música del flautista lo que los obligó.

Sinceramente, el protagonista suena como un serio psicópata. ¿Tal vez lo sea?

Bueno, ahora que tengo un rato libre, en medio de estos días tan ajetreados, se impone comentar ciertas cositas.
El relato en sí, originalmente, estaba pensado para una clásica historia detectivesca, un crimen en un transporte público, en este caso, y a diferencia de Agatha y su Orient Express, en un autobús de ruta larga, y, además, en una línea que conozco bien porque la usé, asiduamente, entre 2018 y 2019, y en verano precisamente. Sí, existe gente que trabaja los veranos 
Y sí, recuerda al relato del tren, entre otras cosas, porque también conocí esa línea de ferrocarril 
Digo que estaba originalmente pensado para un relato detectivesco porque nunca llegó a buen puerto, el relato quedó atascado en su primera parte, antes de que se cometiera el crimen, por falta de ideas, digamos que me quedé atascado en cómo y cuándo se cometería el crimen, y cómo mantener la intriga ante el lector.
Recuerda al relato ambientado en Ibiza ya que ambos estaban pensados como relatos de intriga, que derivaron en terror puro y duro, bueno, eso y porqué pensé en enlazarlos en su día, usando esta aventurilla local como un flashback del anterior.
Por lo que respecta al relato en sí, los más avezados habrán sospechado de qué se trata, y quién es el misterioso personaje, sobre todo aquellos aficionados a los mitos clásicos y a la obra de Robert Graves. Claramente, el personaje está inspirado en el dios borracho Dioniso (para los romanos Baco), ataviado de una forma un poco más moderna, pero sin ser lo suficientemente moderno para hacerlo extraño; para los que no conozcan el mito, lo resumo concisamente, era un dios que llamaba a sus fieles a la orgía en lugares agrestes y salvajes, donde sus adeptos se imbuían en la presencia del dios, mediante la música (y el consumo de vino y hongos alucinógenos) y, aparte de mantener relaciones sexuales colectivas, perseguían, desnudos por los bosques, animales salvajes y los abatían para devorar su carne cruda, incluso se rumoreaba que cazaban a viajeros incautos para devorarlos también, ahí tenemos la inspiración para la orgía caníbal. Naturalmente, esto es lo que nos ha llegado de los autores antiguos, la mayoría filósofos que veían con muy malos ojos estas prácticas religiosas, ignoramos hasta que punto las descripciones son reales o exageraciones, pero me vinieron muy bien para ambientar el relato.
Que el relato sea un informe me venía bien para utilizar la primera persona, que siempre es útil para evitar los diálogos, que suelen salirme de forma farragosa