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Full Version: [Ciencia-ficcion/terror] Cuentos de la Fundacion SCP
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(Fanfictions de la Fundacion SCP)


“Cuando despertó, el dinosaurio aún estaba allí”

Augusto Monterroso

—¿Qué carajo…?

No, no podía ser, todavía medio adormilado se irguió sobre la cama y se frotó los ojos.

Si, el dinosaurio aún estaba allí.

Estaba a los pies de su cama, durmiendo o eso parecía, se asemejaba muchísimo a un gato remolón que busca refugio y el calor de su amo.

Era una idiotez, ¿acaso Elmer no lo había devuelto? Molesto, empezó a patearlo aún con los pies bajo la frazada.

Al dinosaurio no le gustó eso, y le gruño mostrándole los dientes. Y no estaba durmiendo, sino royendo un hueso bastante grande y largo.

Y estaba más grande que antes, eso era imposible, era un compsognathus, no mayor que un pollo. Pero ahora parecía tener el tamaño de un perro grande, más bien de un perrazo, y también su peso… casi parecía un deinonychus.

De pronto, recordó algo:

“Trabajar con SCP temporales es realmente jodido, y a la vez muy interesante" —dijo Elmer, o como él prefería ser llamado, Doctor Von Braun— "Me ordenaron que regresara a este tipo a su tiempo… Pero no lo hare, lo conservaré un par de días mas, quizás una semana.”

“Y pateó levemente la caja de cristal donde el compsognathus, como una gallina ciega y desplumada, daba saltitos y embestía contra las paredes.”

“¿Vas a desobedecer ordenes? No es buena idea, sabes lo peligroso que puede ser… ¿y para que quieres conservarlo? ¿Para realizar experimentos potencialmente peligrosos y pervertidos?”

“Tranquilo, no es nada de eso" —insistió Elmer, es decir, Von Braun— "Solo lo observaré, y ya envíe una solicitud a nuestros superiores, por triplicado y con todas las estampillas correspondientes… la verdadera razón es otra.

“A nivel individual, o mejor dicho, a nivel de una entidad biológica individual, los cronoviajes pueden causar efectos secundarios cuyas derivaciones pueden ser… bueno, difíciles de calcular. En realidad las consecuencias a nivel celular, genético, molecular e incluso, sub-atómico, pueden ser… interesantes”

Las palabras de Elmer adquirieron todo su sentido ahora: Los cronoviajes pueden causar efectos secundarios cuyas derivaciones pueden ser… bueno, difíciles de calcular… las consecuencias a nivel celular, molecular, genético… Bravo, algo en lo que tenias razón, nuevamente, aunque hasta tú no habrías imaginado que en menos de 24 horas un animal del tamaño de un pollo crecería casi hasta el de un doberman.

No fue buena idea desobedecer a tus superiores.

Quizás no fue una buena idea patearlo.

El dinosaurio giro su cabeza y lo miró, con un hueso atravesado sobre su hocico lleno de dientes. Recién entonces se dio cuenta de que aquel hueso se parecía extraordinariamente a un fémur humano… y en realidad era un fémur humano.

—Eeeh… ¿Elmer?… ¿Doctor Von Braun?

Pero Von Braun no estaba (O quizás si, pero en partes). El dinosaurio se irguió… era mas grande que un doberman, mas pesado también, se dio cuenta de eso cuando el dinosaurio dio un paso adelante y pisó una de sus piernas.

—¡Von Braun!

El dinosaurio escupió el hueso (mas bien lo dejo caer) y dio otro paso más.

—Grrrr…

—¡Elmer!

¡GRAAAUM!

¡NO!



Media hora después, el dinosaurio era lo único que aun estaba allí.
Hola, Haradrim (asumo que tu nickname se debe a los hombres que habitaban el Sur de la Tierra Media. Buena elección. : ) )

Acabo de leer la historia. Es bastante divertida. Más o menos a la mitad se intuye que el dinosaurio va terminar devorándose a todos. Eso es bueno, pues desde un inicio se nota que has juntado todas las semillas esparcida y has terminado con un cuento entretenido, con todos sus componentes. Saludos, y espero leer pronto otras historias cortas como esta.

Smile
Una noche tranquila en el sitio 34



Era una noche tranquila en el sitio 34 (obviamente), lo suficiente como para tener una pequeña reunión de camarería en la sala de descanso, habían palomitas, bebidas gaseosas, pani-pizzas (minipizzas en pan redondo) y el doctor Von Braun había traído un montón de cintas de video y a SCP-ES-061, quien convertía una película vista mil veces en una experiencia totalmente nueva, literalmente.

Además de el estaban el agente Kane, el agente Mujica, los doctores Bitran, Domeyko, VanDerGauss y Cygnus, este ultimo junto con el doctor Castillo se hallaban algo apartados del resto, conversando en voz baja.

Y lo que tenían para decirse era importante: una expedición rusa en la Antártida estaba taladrando a través de 2000 metros de hielo, con el fin de llegar a un lago sepultado en las entrañas del casquete polar, una gran masa de agua que había permanecido aislada de toda influencia exterior durante 10 millones de años, y quizás mas. Faltaba una semana para terminar la perforación y acceder al lago, de donde tomarían muestras esperando encontrar, quizás, microorganismos únicos, entre otras cosas.

Y el que eso sonará como el inicio de una película de terror no pasó desapercibido para la Fundación, quien enviaría bajo identidades falsas a dos agentes, uno de ellos un científico para que evaluara cualquier posible riesgo, y un agente de campo con experiencia en combate, para que tomara las medidas necesarias si había peligro, incluyendo el aislamiento del equipo y la base científica… o su destrucción.

―El tipo de medidas extremas que le gustan a la Fundación… ¿Saben ellos algo que nosotros no?

―No, o eso dicen ―respondió Castillo― de todos modos la Fundación –y con ella la Humanidad- no ha sobrevivido siendo descuidada, puede que no pase nada, pero de todos modos… Ya han elegido a cual agente enviar, será a Mujica (y con lo alegre que se ve sin duda aún no sabe nada) pero respecto al científico, quien deberá pasar al menos un mes aislado entre los hielos, me ordenaron a mi que evaluara a quien enviar.

―¿Tal vez Von Braun?

―No se si será el hombre adecuado para el trabajo, y tampoco sabemos como reaccionará, recuerda cuando fingió la muerte de su hijo para alargar sus vacaciones 15 días mas.

―Si, eso fue horrible, aún tomando en cuenta que es soltero y sin hijos… ¿y VanDerGauss?

―Me cae muy bien como para hacerle esto, además, con su suerte, probablemente caiga en una grieta en el hielo y quede congelado allí por los próximos cien años.

―¡Hey chicos! ¿Qué hacen cotorreando allí? ―los interrumpió Von Braun― elijan ¿Depredador o Indiana Jones I?

―¿No tiene Avatar? A mi me gustarlo ver una versión de esa película que no tenga una historia tan fürchterlich cliché.

―No, mí estimado Phill Kleinac, las películas mas recientes no vienen en VHS, es una tecnología tan muerta como los diskettes de 3½.

Al final eligieron Commando (1985), y mientras Castillo y Cygnus aun continuaban apartados discutiendo en voz baja, el grupo sentado frente al televisor se mataba de la risa viendo como el protagonista era un barbudo Harrison Ford y no Schwarzenegger. Más tarde se rieron mucho menos al ver como esta versión alternativa pasaba de ser una paródica y ochentera película de acción a un drama criminal serio sobre un traumatizado veterano de Vietnam obligado a hacer cosas horribles para defender a su hija. Luego se enfrascaron en una ridícula discusión sobre si la pistola con que amenazaban al protagonista era o no una Desert Eagle.

―Es una Desert Eagle, no hay duda, yo tengo una igual ―intervino Castillo, el y Cygnus decidieron dejar su decisión para después y unirse al resto del grupo.

― ¿En serio? ¿Por qué? ―preguntó Von Braun― no es una pistola muy útil, demasiado grande, pocas balas, poco equilibrio…

―Para mí si ha sido útil, me salvo la vida en una ocasión.

―Si, pero de todos modos ninguna fuerza policial o de otro tipo suele ocuparla… para mi pistolas tan grandes son como símbolos fálicos, una especie de sobrecompensación por carencias personales.

Y volvió a concentrarse en la pantalla, ignorando como la mirada de Castillo se endurecía y se clavaba impiadosamente en su espalda.


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Al día siguiente Castillo enviaba el siguiente memorándum:

A O5-7

Estimado señor:

He concluido que la persona adecuada para ser enviada a la base antártica rusa Iván Kolessov, como evaluador de cualquier posible peligro nivel Euclides o Keter, es el doctor Von Braun, no solo es un científico con experiencia en múltiples disciplinas y en la contención de varios SCP, sino que también es un individuo que derrocha simpatía, lo cual hará mas llevaderos, para el y para la expedición rusa, los meses de aislamiento.

Atentamente.

Dr. Castillo


Poco después se compró una FN Five-Seven.
Otro cuento sobre la Fundacion:

Un día tranquilo en el Sitio 34


Una habitación.

Dos mujeres.

Diez hombres.

Todos desnudos.

No es un bukkake.


Una docena de personas semidesnudas encerradas en una habitación en penumbras, esperando a que se encendieran los aspersores de las duchas no es una situación que uno esperaría que terminara bien, mucho menos si esta la Fundación involucrada. Pero en realidad el contexto era mucho más inocente (no, no inocente, inofensivo), eran un grupo de técnicos, científicos y un par de agentes que se sometían al protocolo de descontaminación para ingresar al nivel 6 del sitio-34, donde se guardaban SCPs biológicos muy peligrosos o muy frágiles.

El protocolo de descontaminación incluía el equivalente a ser cocinado al vapor, ser metido en un horno microondas, recibir rayos ultravioletas por el equivalente a dos meses de exposición al Sol y ser duchado con sustancias cuyos nombres reales tenían 15 o más letras. Y ese ni siquiera era el peor de todos los procedimientos de descontaminación, ese título le pertenecía al protocolo Nivel 4 € “Eurípides”, que incluía, entre otras cosas, eliminar temporalmente la flora bacteriana normal de tu intestino, algo que no sería tan desagradable si no hubiera un supositorio de por medio.

Ahora todos ellos se hallaban en la cámara L-3, en ropa interior, iluminados por una tenue luz roja y esperando ser bañados por un tibio y amarillento liquido, que dejaba mal sabor de boca y escocía los ojos, pero que era excelente para matar gérmenes. Pero había un problema de presión en las tuberías y tan solo tenues hilillos caían del techo, y ahora esperaban pacientemente mientras los técnicos trataban de arreglar el desperfecto.

La mayoría de los que esperaban allí lo hacían con una expresión entre incomoda y aburrida en sus rostros, pero también se habían formado varias parejas que conversaban entre si, como la de los doctores Castillo y Von Braun.

—La diferencia entre la pedofilia y la efebofilia —continuó diciendo Von Braun— es que al pedófilo solo le interesan la niñas pre púberes, mientras que al efebofilo lo que le interesan son las adolescentes, y ni siquiera de forma exclusiva, bien puede sentirse atraído también por mujeres —u hombres— adultos. Para el pedófilo el objeto de sus deseos se arruina al llegar a los 12 o 13 años, es decir cuando llegan a la pubertad, en cambio para el efebofilo promedio es a esa edad cuando las cosas comienzan a ponerse interesantes… ¿Sucede algo, estimado Dr. Castillo?, porque tiene una cara…

—Pues si… ¿Cómo fue que llegamos a este tipo de discusión?, yo le preguntaba cómo le fue durante su estadía en la Antártica, en la base rusa aquella…

-Oh, sí, discúlpeme, es que cuando me aburro suelo distraerme fácilmente, y este es un tema que en verdad me aburre… ¿Quiere que le describa en pocas palabras los meses que pasé en el polo? Un puto coñazo de frío.

Otra pareja que se había formado espontáneamente era la de la Dr. Ozawa y la agente Collazos. Ambas conversaban animadamente y no parecían incomodas en lo mas mínimo por el hecho de ser las únicas mujeres y estar en ropa interior al igual que los hombres que las rodeaban. Físicamente también eran un dúo bastante disímil, la doctora Ozawa era alta, esbelta, de piel pálida, de rostro bonito y facciones delicadas. Mitad alemana, mitad judía y mitad japonesa, ella solía bromear diciendo que eso se explicaba porque era “una persona muy compleja”

La agente Collazos por su parte era de ascendencia peruana, muy morena, de rasgos mestizos y de no más de un metro 60 de estatura, sorprendentemente baja para una agente de campo, además tenía múltiples tatuajes por todo el cuerpo, una telaraña, una araña tejiendo esa telaraña, un sol inca, una cruz egipcia, etc., además de la frase “Descendit et fruendum” tatuada en su bajo vientre, la que en un muy deficiente latín podía traducirse como “baja y gózalo”, junto con una pequeña flecha apuntando a cierta parte de su anatomía.

¿Y de que conversaban tan interesantes señoritas?

—Era mi primer viaje en un submarino y además en uno que era una verdadera antigualla, un submarino nuclear ruso de la era soviética, que sin duda la Fundación compró baratísimo —contaba la Dr. Ozawa— Estrecho y asfixiante, y además viajaríamos casi todo el tiempo sumergidos, solo saldríamos a la superficie una vez cada tres días y solo por media hora, ¿puedes imaginártelo?

—Puedo, recuerdo leer cierta vez que la palabra que más se pronuncia en un submarino es “disculpe”, porque te topas a cada instante con los otros tripulantes.

—Así es, y eso no era lo peor. Era la única mujer en una tripulación de casi cincuenta, y no habían instalaciones especialmente preparadas para mujeres, cosa que realmente no me importaba, excepto por el tema de las duchas.

—¿Las duchas? —inquirió la agente Collazos.

—Así es, solo habían un par de duchas para toda la tripulación, y un sistema de turnos que seguían estrictamente, ellos tuvieron la gentileza de asignarme un horario a buena distancia de los turnos del resto de la tripulación, pero las duchas en si no eran más que un par de cilindros de metal estrechos y oscuros, diseñados originalmente para llevar misiles… Cuando me explicaron el sistema, el marino que me los enseño me advirtió muy amablemente: “¿Sabe señora?, en este submarino somos más de cincuenta, todos hombres, la mayoría jóvenes y saludables, con necesidades, y las duchas son el único lugar con algo de privacidad. Así que no es raro que las duchas se prolonguen un poco más de lo necesario porque… en fin… Lo que quiero decir es que, aunque lavamos el interior de las duchas cada semana, no es buena idea que usted apoye sus manos o cualquier parte del cuerpo en las paredes del cilindro… queda advertida.”

—¿Eso lo decía por…?

—Si, por eso.

—¡Qué asco!

—Al menos nunca me tocó ducharme mientras estábamos en la superficie, donde el movimiento del mar hacia que una se tambaleara de un lado a otro.