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[Fantasía Épica]Las canciones olvidadas. - sentolyrics - 10/02/2017

Buenas a todos, soy nuevo en este foro y quisiera compartirles un poco de lo que he estado escribiendo en los ultimos meses que he estado bastante aburrido en el trabajo. Es una historia aún en progreso, me he inspirado en los libros de fantasia epica que mas me han gustado como por ejemplo Cancion de hielo y fuego, La saga del asesino de reyes y La saga de Geralt de Rivia.

He de decir que no soy demasiado diestro escribiendo asi que no esperen encontrar palabras altamente complejas en esta historia Big Grin aunque trato de expresarme lo mas claro posible.

Aqui les dejare una parte de lo que he escrito, el resto lo tengo publicado en Wattpad, he aqui el link: https://www.wattpad.com/story/84735401-las-canciones-olvidadas


Muy bien, empecemos y espero que les guste:

Primer Acto: La espada maldita.

Prologo:

Por caminos solitarios se movia aquel hombre de cabello y ropaje como el carbon, con una mirada que recordaria un pozo seco y vacio, de su espalda colgaba una espada un poco mas larga y ancha que una espada normal. Sus pies se hunden en el barro a cada paso que da, sobre su cabeza el cielo se viste de gris y negro como dama en luto y deja caer frias gotas de agua que embarrialan el sendero, a la distancia ve caer un rayo y luego de pocos segundos escucha un truneo ensordesedor. Se aproxima una tormenta, una gran tempestad.

Saca de su chaqueta una pequeña botella de un vidrio basto llena en su interior con una bebida transparente como el agua, pero las apaiencias son a veces engañosas. Da un largo trago y vuelve a meterla entre los bolsillos de su ropaje. Cuando escucha un sonido entre los arbustos, no son las gotas cayendo del cielo ¿Quizas un animal savaje? De entre los matorrales aparecen varios hombres corpulentos y de caras rajadas, con espadas viejas colgadas a sus cinturas.

-Buenas, viajero.-Le dice uno de ellos, alto, fornido, tuerto y de cabello oscuro-¿Que haces por estos caminos en un dia lluvioso como este?-Pregunta, pero aquel hombre no responde-. ¿Un poco callado no? Bueno, entonces hablo yo, no hay problema.-Dijo riendo-. Veras, tienes dos opciones aqui; Puedes dejar todo lo que llevas encima y nosotros lo cogeremos amablemente y podras seguir tu camino con tranquilidad o, por otro lado puedes decir que no y entonces nosotros tendremos que rajarte la garganta por la mitad e igual nos quedamos con todo lo que llevas. Entonces, usemos la logica.-Dijo sosteniendo su menton con su dedo pulgar e indice-. Si al final nos vamos a quedar con tus cosas ¿Es necesario que tengamos que hacerlo a la fuerza? Somos todos personas inteligentes ¿No?-Le dijo a sus compañeros. Estos solo miraban a aquel sujeto riendo y acariciando el mango de sus espadas-. Entonces mi buen amigo ¿Que opción eliges? Espero que seas inteligente y cooperes con nosotros, no me decepciones-. Le dijo negando con su dedo indice. Este no responde, solo empieza a levantar su mano hacia el mango de su espada que sobresalia de su hombro derecho-. Oh, carajo, bueno, de todos modos la primera opción hubiera sido muy aburrida.-Dijo el tuerto al final mientras se escuchaba el sonido metalico de varias espadas siendo desenvainadas. El hombre de mirada vacia aun tenia su mano sobre el mango de la suya.

Un rayo partio el cielo en ese momento, el mismo momento en que todos se lanzaron sobre aquel viajero. Fue muy rapido, solo le vieron moverse como una sombra entre ellos, ni siquiera les dio tiempo de ver la hoja de su espada. Fueron cortados tan rapido que al principio no lo sintieron, solo cuando cayeron al suelo sosteniendo sus tripas entre las manos. Tres hombres estaban en el suelo y dos de pie; el tipo de mirada vacia y el tuerto con la boca abierta de par en par, no podia creer lo que veia, aquella espada no era de acero como lo seria una espada normal, su hoja era negra y la luz se filtraba levemente a travez de ella.

-No puede ser ¿Que coño acabas de hacer?-Le pregunto, pero este no respondio, solo se acercaba poco a poco-. No te me acerques, mierda.- Dijo mientras retrodecia dando pasos inseguros hasta tropezar y caer sobre sus posaderas-¿No sabes quien coño soy? Soy un Sable de Sangre, maldito, no sabes con quien te metes.- El hombre de mirada oscura levanto su espada sobre su cabeza con ambas manos y lo ultimo que escucho aquel trueto fue un tenebroso sonido espectral antes de que la hoja oscura le cortara la cabeza a la mitad.

Otro rayo ilumino todo por unos segundos y luego se escucho un trueno ensordesedor. El cielo era oscuro y la gotas caian cada vez mas fuerte, una gran tempestad se acercaba.





CAPITULO 1: Vidrioscuro.

-Miren a ese tipo de la barra. -Dijo un hombre corpulento y calvo de mal aspecto a sus compañeros de no mejor apariencia que el, sentados a una mesa en un rincón de aquel bar-. Juraria que no ha usado esa espada que lleva nunca en su vida, esta como nueva.- Notó que la empuñadura no estaba gastada, la guarda era plateada brillante y estaba adornada por grabados en forma de lineas ondulantes con una hermosa piedra negra en el centro y otra igual en el pomo-. Debe valer unas buenas monedillas. -Aunque estaba un poco lejos  de la barra, pudo ver bastante bien los detalles del arma y darse cuenta rápidamente que podría valer una buena cantidad-. Coño ¿me estas escuchando?

-¿Eh? ah, si, un momento Mikk. -Respondió uno de sus compañeros que estaba jugueteando con una de las prostitutas del bar, metiendo su cabeza entre los pechos de la mujer y su mano debajo de la falda-. Tengo un asunto importante aquí ¿Es que no ves? ¿Pelirroja, cuanto cobras por una o dos horas de amor?-. Este hombre no era tan corpulento sino mas delgado, de rasgos afilados y nariz puntiaguda con el cabello color carbón que le caía desordenado por todos lados. La prostituta le susurro algo al oído que lo hizo parpadear rápida y repetidamente mientras sus cejas dibujaban un arco-. ¿Es en serio? por ese precio puedo pagarme a tres que estén casi tan buenas como tu, mujer.

-Pero no tan buenas. -Dijo la chica  peliroja, desnudando uno de sus pechos, pecoso, grande, redondo y firme con el pezón de un color rosa  ya erecto, unos pechos realmente difíciles de ver por ahí.

-Yo si que te escuche.- Exclamo un tercer hombre sentado con ellos, tenia los pies sobre la mesa mientras bebía un licor transparente, este era el mas delgado, sus cabellos eran lacios y de un blanco sucio, algunos mechones le caían en su cara huesuda y pálida de ojos hundidos- Creo que deberíamos ir a ver.

-Puedes quedarte aquí lamiendole los pechos a esta puta Jaquin, mientras Redd y yo vamos a hacer lo nuestro, pero no te daremos una moneda de las ganancias que saquemos cuando Yurian la venda. -Dijo el mas grande, Mikken o Mikk como le decían sus amigos, mientras se levantaba de la mesa al mismo tiempo que Redd bajaba sus pies y dejaba la bebida a un lado.

-Coño, esta bien, ire, espero que esa jodida espada valga cien veces su peso en diamantes o lo vas a lamentar cabron, lo vas a lamentar ¿Me entiendes?.-le dijo Jaquin a su corpulento amigo señalándolo con su dedo indice-. No te pierdas preciosa, esto tomara solo unos minutos.

-Mi señor bandido, no le hagas daño. Ese de la barra es un chico muy habil en la cama, lo comprobé ayer noche.- Le dijo la prostituta pelirroja al Jaquin.

-Eso es que nunca has probado a un hombre de verdad, solo espera a esta noche cuando estemos entre las sabanas.- Le respondio el mientras se levantaba.

Al otro lado del bar, en la barra se encontraba aquel tipo sentado, vestido todo de negro; calzas, botas altas de cuero  y una chaqueta desabotonada que dejaba ver una maya plateada que cubría su pecho. Tomaba un trago bastante fuerte, pero su cara ni se inmutaba, estaba con la mirada perdida viendo hacia el vaso de vidrio pero hacia ningún lado a la vez, se veía joven, su cara estaba inmaculada y sin una cicatriz, sus ojos eran oscuros como la noche y vacíos como un pozo seco, su piel era bastante pálida y sus cabellos algo desordenados eran tan negros como sus ojos. Se había descolgado la espada de la espalda y la había puesto a un lado suyo, recostada de la barra. Los tres hombres llegaron por detrás de el.

-Te gustan las bebidas fuertes ¿Verdad?.-Le dijo Redd mientras se sentaba a su izquierda, Jaquin se sentó a su derecha y Mikk permaneció  de pie, justo detrás de el-. Con esa cara tuya pareces mas bien alguien de bebidas suaves como el vino.- Este bebió el amargo trago de un golpe he hizo un ademán al camarero de que le sirviera otro

-Me gusta el vino, pero hoy me apetece algo fuerte. -Respondió con voz sombría. La curtida cara del camarero se puso pálida, los dientes casi le cascaban bajo su blanco bigote, el pulso le temblaba y unas gotas se desparramaron fuera del vaso. Sabia que aquellos tres tipos eran bastante peligrosos.

-Yo diría que con esa cara tan limpia lo suyo no es el licor ni el vino, si no la leche de los pechos de su madre. -Dijo Jaquin mirándolo, con el codo derecho apoyado de la barra, la espada estaba recostada cerca de el, bajaba la mirada por unos instantes para verla y luego lo volvía a mirarlo a el.

-Preferiría los pechos de tu señora madre, pero por tu cara de caballo no sabría decir si es una mujer o una yegua la que te pario.- Dijo sin mirarlo y bebio de un golpe nuevamente. Hizo otro ademán al camarero y este le sirvió de nuevo, Mikk soltó una carcajada pero a Jaquin no le hizo gracia-. ¿Ves? tu amigo de atras tiene sentido del humor.

-Es cierto, tu madre parece una yegua. Camarero, deja la botella en la mesa, yo pago, este me cae bien.-Dijo Redd bordeándolo con su  brazo por los hombros y acercándolo hacia el-. Cuéntame algún chiste a mi, mi cara es mas fea aun ¿Como crees que luce mi madre?-. Con su otra mano sacaba un cuchillo que llevaba colgado al muslo lentamente mientras Jaquin del otro lado cogía la espada recostada a la barra discimuladamente-. ¿Te quedaste mudo? ¿Como luce mi madre?.

-Como toda una puta de burdel norteño, probablemente.

Como un rayo, le reventó a Redd  el vaso lleno de licor en la cara antes de que siquiera pudiera reaccionar al insulto, los pezados de vidrio le rasgaron la frente y las mejillas, el fuerte aguardiente le entro por los ojos y cayo hacia atrás cubriéndose la cara. Giro violentamente en la silla y golpeo a Jaquin con el codo derecho en toda su larga nariz justo cuando iba a coger la espada, volteo y se fijo en que el de atrás  ya había desenvainado un enorme sable y lo sostenía por encima de su calva cabeza con ambas manos para dar un tajo vertical con toda su fuerza. Todo ocurrió en milésimas de segundo, un sonido espectral atravesó la sala, luego, dos hojas afiladas se encontraron en el aire, se escucho un golpe metálico que retumbo por el bar, un pedazo de hierro salio volando y se clavo contra la madera del techo. Su espada era negra, de un material extraño que dejaba reflejar la luz levemente a través de ella, había roto a la mitad el sable de Mikken  que estaba en el suelo tratando de ponerse en pie y lo miraba con desconcierto como si no creyera lo que estaban viendo sus ojos. Se movió como una sombra y lo pateo entre las costillas haciendo que soltara una bocanada de aire, para rematar le pego un puñetazo en la sien que mando al coprulento y calvo hombre definitivamente al suelo.

-Maldito seas, me arden los ojos, no veo una mierda.- Maldecía Redd mientras se frotaba los ojos rodando por el suelo.

-¡Mi nariz! Sniff me has roto la nariz este maldito... -Jaquin fue el primero en levantarse, de la nariz le corrían caminos de sangre que bajan por su boca hasta su puntiaguda barbilla, a lo lejos podía ver a la pelirroja riendo, pero por ningún lado a aquel hombre- ... ¿ A donde coño se fue?- Se había esfumado en un instante-¡Tu! Haaron ¿a donde se fue? tu viste todo.- Le dijo al que estaba tras la barra, se llamaba Haaron y era el dueño de aquel negocio que era un bar, posada y prostíbulo.

-S-salio por la puerta muy rápido. ¡Se llevo la botella de licor también!. -Se fijo Haaron luego de unos segundos.

Todo el mundo en el bar los miraba, desconcertados, todo fue muy rápido y casi ni se dan cuenta si no es porque  escuchan aquel extraño sonido seguido del choque de espadas y ven a los hombres en el suelo.

-Mierda, levántate Mikk, no dejemos que se escape ese cabron.- Dijo Redd frotándose los ojos por el escozor.

-Lo vi, no puedo creerlo. - Dijo Mikk palpándose la sien.

¿Que viste?.-Pregunto Redd.

-Su espada.-La cara de Mikk no salia de su desconsiento aun- ¡Su espada era de vidrio negro!

-¿Que?- Exclamo Redd- Eso no es posible.

-Lo juro por los Dioses y por mi sagrada madre. -Le aseguro Mikk.

Redd y Jaquin se pusieron mas pálidos de lo que ya eran y guardaron silencio, hasta que Redd hablo.

-Bien... ustedes dos vayan a buscarlo, pero no lo maten por si acaso eso es cierto. Si de verdad tiene un arma de vidrio  entonces podría servirnos mas vivo que muerto. -Un arma de vidrio  era algo que no muchos llegaban a ver en vida, valían una fortuna y se dice que no habrían mas de cien en todo el continente, la mayoría de personas muy adineradas que ni se atrevían a blandirlas, solo las colgaban de sus paredes como una reliquia muy rara. Estaban hechas de una especie de mineral que se encontraba raramente incrustado en las piedras, se fundía a una temperatura mucho mas alta que la que necesitabas para fundir una espada normal y era entonces cuando podías moldearlo y darle la forma que necesitaras, era casi irrompible, nunca perdía el filo y las mas antiguas se datan de siglos atrás y aun se conservan en perfecto estado. Sin duda Redd pensaba que aquel tipo con semejante reliquia en las manos podría ser de alguna casa noble y rica que pagaría bien por su pescuezo

Jaquin y Mikk salieron fuera del bar en una misma dirección, a toda velocidad. El dúo recorría las abarrotadas calles de la ciudad abriéndose paso entre la gente por la fuerza, en cierto punto los dos tomaron caminos diferentes para cubrir un área mayor. Era una ciudad bastante enorme, llena de casas de piedra blanca y madera, callejones que daban con mas callejones, plazas, burdeles, bares, templos con grandes puertas y ventanales en arco que se elevaban altos hacia el cielo azul de medio dia. El muelle estaba lleno de barcos  pesqueros y vendedores de todo tipo de peces. Las calles adoquinadas estaban llenas de gente y mercaderes de telas,  pieles, perfumes, comidas, armas, piedras preciosas y algunos guardias vigilaban entre la multitud. Por las calles mas amplias pasaban carros halados por caballos, otros impulsados por otros mecanismos. En el cielo además de las palomas volando y las pocas nubes blancas que adornaban la cúpula celestial aquel día, se podían observar las naves del reino, hechas  de madera y metal y sostenidas en el aire por grandes globos ovoides que permitían su vuelo. La ciudad tenia el nombre de Blanca Castilla, ya que sus muros y las estructuras que la componían estaban hechos de una hermosa piedra blanca lisa. Desde cualquier punto se podía observar un enorme castillo que sobresalía de entre todas las estructuras. Mas alto, mas blanco y mas imponente que cualquier otra edificación, estaba ubicado al norte en la parte mas alta de la ciudad sobre una colina desde la cual parecía vigilar el mundo entero.

Habia pasado ya mas de una hora desde que emprendieron la búsqueda  pero Mikk y Jaquin no habían podido dar con el. Los dos acordaron reunirse en la fuente de la gran plaza de los comerciantes, donde se reunían comerciantes de todos los Reinos, un lugar lleno de toldos improvisados en donde se vendían todo tipo de cosas . El corpulento Mikk caminaba por uno de los estrechos callejones de la ciudad, tan estrecho que dos hombres hombro a hombro no hubieran podido pasar, el callejón estaba solo y silencioso, pero a la distancia podías escuchar el bullicio de la gran plaza de los comerciantes. A  un lado del estrecho camino pudo ver a un borracho sentado, recostado de la pared con una botella vacía al lado, a medida que se acercaba sus ojos se iban abriendo como platos y se le aceleraba el pulso, saco un cuchillo de su cintura y disminuyo el paso, hasta que estuvo a una distancia de cinco pies aproximadamente y se detuvo. Era aquel tipo del bar, parecía estar  inconsciente.-"Quien no, después de beberse una botella entera de ese licor tan fuerte en tan poco tiempo."- Pensó Mikk mientras lo observaba con cautela.

-¡Hey!- Le preguto al borracho, la voz le temblaba, después de lo del bar ya sabia de lo que era capaz aquel tipo. Se acerco mas y le dio un pequeño empujón con la punta de sus botas de cuero haciendo que se fuera hacia un lado y chocara su cabeza con el suelo, estaba borracho hasta la muerte e inconciente. "Hoy debe ser mi día de suerte", pensó Mikk. Lo cogió con ambas manos y se lo subió al hombro como quien lleva un saco de papas.

Jaquin ya se encontraba sentado al borde de la fuente de la plaza, se palpaba la nariz que aun le dolía de aquel puñetazo que se la rompió, pero colocarla en su lugar no fue problema, ya le habían roto la nariz muchas veces en el pasado y estaba acostumbrado.  Aquella era una hermosa fuente de piedra blanca que brillaba bajo la luz del sol y que arrojaba agua desde sus cinco estatuas ubicadas en el centro; El mamut apuntando hacia las tierras del norte , El colibrí que apuntaba hacia el Oeste , El venado que apuntaba al este , El dragón serpiente que apunta al sur  y sobre todas ellas en el centro, El Grifo, imponiéndose sobre todos ellos.

-¿Pero que coño haces Mikk?¿Quien es ese?-Dijo Jaquin al ver que Mikk se acercaba pasando entre todo el gentío de la congestionada plaza que lo miraba con aquel tipo inconsciente sobre su lomo.

-Es el del Bar, lo encontré tirado en un callejón, esta ebrio hasta la muerte ¿A que no tengo suerte?-Mikk tenia una sonrisa de lado a lado.

-¿Que? ¿en serio? -La cara de Jaquin demostraba sorpresa, buscaron por mas de una hora en toda la ciudad sin dar con un rastro de aquel tipo y lo termina consiguiendo Mikk, quien se podría considerar una persona bastante descuidada. Y de hecho lo era, ya que no era normal llevar a un hombre inconsciente al hombro en medio de uno de los lugares mas congestionados de Blanca Castilla-. Eres idiota Mikk, vamonos de aqui, tenemos toda la pinta de estar haciendo algo malo, si nos ve un guardia nos meteremos en un lio.

Fue como si Jaquin hubiera pedido un deseo porque cuando se dieron la vuelta para ir a uno de los múltiples callejones que se conectaban con la plaza, un joven guardia estaba detrás de ellos ya, llevaba una malla que lo cubría hasta las muñecas, sobre ella un chaleco de tela de cuadros amarillos y negros, botas altas y metálicas que le llegaban a las rodillas, su casco era plateado y tenía la forma del pico de un águila y en su mano derecha sostenía una lanza que apoyaba en su hombro. "Puedo descuartizarlo en 5 segundos" pensó Jaquin, pero eso sería un problema, llamarían la atención entre este gentío y en menos de un parpadeo ya tendrían a la guardia de la ciudad buscándolos como perros de caza. Jaquin tenía la mano sobre el desgastado pomo de la espada, sopesaba la situación, evaluaba sus posibilidades, consideraba cortarle la garganta en un parpadeo si amenazaba con llevárselos a una mazmorra y salir de allí antes de que alguien se fijara...

-Es un colega nuestro que bebió de mas. -Dijo Mikk interrumpiendo los pensamientos asesinos de su compañero-. Es muy mala copa y constantemente tengo que andar llevándolo sobre mi hombro, lo dejaría aquí tirado pero quien sabe que podría pasarle, el pobre hombre tiene hogar , una esposa que lo espera guardándole un lugar entre sus muslos calientes y tres hijos que no son fáciles de alimentar.

-Ustedes no parecen de aquí ¿de dónde son?¿vienen a comerciar o son vulgares ladrones?-El guardia insistía en preguntar. Constantemente se veían personas que iban a la plaza de los mercaderes a robar cosas mientras los dueños de las tiendas estaban descuidados atendiendo a alguien mas y además aquella situación no le parecía común, dos hombres harapientos con caras nada amigables, uno con la nariz rota y otro con un cardenal en la cara cargando a un hombre a hombros. Dentro de los muros de la ciudad no se permitia ni el robo ni el asesinato. Jaquin se desesperaba, ya estaba listo para desenvainar como un rayo y cortarle la garganta a la mitad en un abrir y cerrar de ojos, envainar de nuevo y salir de allí lo más rápido posible.

-Pues vera mi buen amigo, no somos de aquí, venimos de lejos para comerciar algunos artilugios que hemos obtenido de tierras lejanas, quizás seamos bandidos, si, pero dentro de esta ciudad no hemos hecho nada malo. -A veces a Jaquin le sorprendía lo hábil usando las palabras que podía llegar a ser Mikken, era algo torpe pero lo compensaba con las buenas historias que se llegaba a inventar. El guardia aun no estaba del todo convencido, se acerco a mirar al hombre sobre el hombro del corpulento Mikk.

-Oiga, ¿esta usted bien?-Le pregunto el guardia y este, para sorpresa de todos, habia despertado.

-¿Mi botella... donde esta... mi botella?-Luego de decir aquello se desmayo de nuevo, las palabras le salieron de la boca de forma apenas entendible, el olor a licor en su aliento golpeo al guardia en toda la cara he hizo que frunciera el ceño y torciera la boca hacia un lado.

-Dioses, este hombre esta fatal, huele fatal, esta bien, llévenlo a su posada o donde sea que se estén quedando y denle un baño, huele a licor, a prostíbulo y a perro muerto.

-Me asegurare de ello, se emborracha tan seguido que ya es una rutina. -Dijo Mikk sonriente mientras se alejaba con Jaquin y entraban a una de las estrechas calles.

-Estaba a punto de rebanarle el cuello, que tipo tan pesado. -Jaquin iba caminando por delante de Mikk en el estrecho camino-. Si se hubiera atrevido a preguntar algo mas...

-No vinimos a la ciudad a causar problemas ¿Te acuerdas? no todo se puede resolver degollando. -al final del camino observaron la sombra delgada y alta de una persona.

-Hasta que los encuentro, imagine que estarían por estos lados, son algo predecibles a veces.- Dijo Redd-. Como imagine, Yuri me dijo que lo llevara vivo, nos esta esperando en la posada de Haaron. Quitale la espada, quiero verla con mis propios ojos.

Jaquin cogió la espada  y se la alcanzo a Redd. La sostuvo con sus dos manos, sentía el peso ligero para su tamaño mas larga y ancha que una espada normal , la vaina era de terciopelo negro con adornos de plata en la punta y en la base, la guarda era plateada, adornada con lineas talladas de forma ondulada con una piedra negra incrustada en el centro, la empuñadura era de mano y media, estaba cubierta de un cuero, negro también y muy cómodo al agarre, el pomo era plateado y en la punta tenia una piedra igual de oscura y hermosa a la de la guarda. Al intentar desenvainarla se dio cuenta de que estaba atorada, solo asomaba tres dedos de la hoja.

-Mierda, esta atorada...-Pudo ver que la hoja en efecto era de un material extraño, una especie de vidrio negro y tenia casi medio palmo de ancho-. En definitiva, es de un material extraño.

-Quizas tenga algún mecanismo escondió, déjame ver si puedo sacarla a la fuerza. -Mikk puso al borracho en el suelo cuidadosamente y cogió la espada. El era un hombre grande y musculoso, de espalda ancha y brazos como troncos, pero ni aun con toda su fuerza pudo sacarla de la vaina-. Mierda, es imposible.

-Mejor vayámonos a la posada de una puta vez, juro que si alguien cogió ya a esa pelirroja, te voy a matar Mikk.- Dijo Jaquin adelantándose a ellos con paso acelerado.

Ambos siguieron a su apresurado compañero por los entramados callejones de Blanca Castilla, Redd se palpaba las heridas en la cara que le ardían como el infierno, miro por un momento a aquel tipo a hombros de Mikk y pensó como fue que no lo vio venir. Que descuidado había sido, se consideraba a si mismo como un profesional, mas rápido, hábil y letal que cualquiera, pero en aquel momento en en la posada de Haaron fue mas lento, ni siquiera lo vio venir, solo cayo al suelo frotándose el rostro y maldiciendo a los Dioses. Sus rasgos se apretaron, se sentía furioso, el no queria negociarlo con nadie, solo quería apuñalarlo decenas de veces, pero se calmo, "tráemelo vivo" le dijeron. Se relajo, quizás solo fue descuidado por primera vez en su vida y no mas lento, el nuca era el mas lento.





CAPITULO 2: Vino.

La luz se filtraba a través de las hojas de aquel árbol que se alzaba solitario sobre una verde colina , debajo de el estaba sentada aquella hermosa mujer, de piel suave y blanca aunque un poco bronceada por el sol. El cabello lacio, castaño claro y largo le caía sobre la cara de un muchacho que reposaba su cabeza entre sus piernas . Sus ojos color miel miraban fijamente los ojos negros como la noche de aquel chico mientras le acariciaba la negra cabellera desordenada con sus manos suaves y delicadas. El la miraba contemplando cada pequeño detalle de su rostro, sus grandes ojos del color de la miel, su fina y perfilada nariz, sus delicados y rosados labios, la miraba con sus ojos profundos y afilados como los ojos de un halcón, pero no había maldad en ellos, una mirada que debería ser fría y sombría se derretía ante el brillo ocre que desprendía aquella mujer bañada por los rayos de luz entre las hojas. Ella le dedicaba una hermosa melodía, tan dulce y cálida que podía derretir el corazón del mas cruel de los hombres, pensó el , como las canciones que cantan las madres a sus hijos pequeños a la hora de dormir, un lullaby tan triste y melancólico que podría hacer llorar hasta a las mismas estatuas de piedra que adornan los castillos, las iglesias o las fuentes en las plazas de las ciudades. El cielo se veía de un azul intenso, con muy pocas nubes y con el sol brillando en su centro, a su alrededor, no había más que un extenso campo verde, solitario y silencioso, solo se escuchaba aquel dulce canto en la colina. Pero el aire se empieza a volver pesado, la atmósfera cambia poco a poco, el cielo se tiñe de un  rojo carmesí como la sangre, sopla un viento frió, el sol se ha ido, todo se hace borroso, el hermoso rostro ocre, el cielo, las hojas del árbol, todo va desapareciendo, todo se empieza a erosionar, a excepción  del la melodía. Los ojos de halcón se empiezan a cerrar y cuando se abren de nuevo su vista es vidriosa, solo distingue algunas sombras y el brillo de un fuego, parpadea varias veces para aclarar su visión y frente a el esta alguien sentado al lado de una chimenea, tocando una lira mientras interpreta una canción con una hermosa y delicada voz, al terminar, la pequeña multitud en la sala le aplaude.

-Sublime. -Dice Mikk apartando una lágrima de su ojo izquierdo-Es como el canto de un ángel.

-Para ser tan grande, eres muy sensible. -Responde Jaquin que jugueteaba con los pechos de la hermosa pelirroja. Habían vuelto al bar de antes, se fijo el hombre de negro que acababa de despertar con una fuerte resaca, estaba tirado en el suelo cerca de la chimenea, sus manos estaban atadas con una soga, apretadas con un hábil nudo. Se retorció como un gusano tratando de ponerse en pie pero fue inútil, la resaca era muy fuerte.

-Perdona ¿Te despertó mi canción?-Le dijo una voz femenina algo grave pero atractiva-Creímos que no despertarías nunca, ya casi es media noche.

-¿Tu cantabas esa canción?-pregunto el, maniatado con media cara sobre el suelo.

-Así es ¿Te ha gustado?-Respondió ella, era de cabello negro, lacio que le llegaba a los pechos, la punta de su oreja derecha sobresalía de entre los mechones, su piel blanca se veía naranja por el brillo del fuego en la chimenea. Pero no iba vestida como mujer, llevaba ropa de cuero vinotinto ajustada sobre su torso que que la cubría del cuello a las muñecas y delineaban su delgada figura, su hombro derecho lo cubría un protector circular de acero, tenía una correa de cuero alrededor de su cintura de la cual colgaba su espada, curva y versátil, calzas ajustadas que marcaban los músculos de sus piernas y botas puntiagudas que le llegaban a los tobillos.

-No, detesto esas canciones.-Escupió sus palabras con desagrado y pregunto-¿Tu quien eres?

-Yurian. -Le respondió secamente-. Que lastima, tienes oídos incultos. Mis amigos te encontraron ebrio hasta la muerte en un callejón y te hicieron el favor de traerte para acá ¿no recuerdas? de seguro que no, estabas muy borracho. Te retorcías y sudabas mientras soltabas quejidos ¿Pesadillas?. -Le dijo Yurian mientras dejaba su lira en el suelo y se ponía de cuclillas cerca de el.

Pesadillas, pensó y recordó el árbol, la luz, aquel hermoso rostro, el brillo ocre , el lullaby, como todo se volvía rojo pero la tonada continuaba. Un dolor punzante se clavo en su pecho por un momento pero desapareció al notar que no estaba su espada.

-Tus amigos, creo que ya se cuales son.-Levanto la cabeza difícilmente y logro verlos, a Mikk el grande, sentado en la barra bebiendo de un tarro de cerveza, a Jaquin en una mesa junto con la pelirroja, varios hombres mas de pinta similar ocupaban otros sitios jugueteando con las prostitutas del bar, y al fondo, con los pies sobre la mesa, estaba Redd el delgado en solitario bebiendo un trago fuerte. Lo saludaba con una risa burlona mientras le enseñaba la espada.

-¿No estás lastimado mi hermoso príncipe?- pregunto la pelirroja.

-Hey, tu estas conmigo ahora, presta atención aquí, mira como esta de rígida mi espada-Dijo Jaquin apuntando con la mirada entre sus piernas.

-No le hagan daño a mi príncipe, es muy cariñoso y delicado, me gustaría tenerlo para mi sola de nuevo otro día.-Le dijo la chica mientras acariciaba por encima de las calzas el miembro de Jaquin y le pasaba la lengua por el cuello.

-Oh, mierda, lo que quieras, no dejare que le toquen un pelo si tu me lo pides pero sigue haciendo lo que estás haciendo.

-Walda...-Dijo el aquel hombre maniatado a la prostituta y dejo caer la cabeza de nuevo, su cara estaba contra el suelo.

-Parece que no eres el único en la sala que ha disfrutado de los servicios de esa pelirroja que tanto te gusta Jaquin.-Dijo Yurian aun de cuclillas a su lado. Con sus pequeñas manos lo cogió de la cabellera y giro su cabeza en dirección a ella-. Mis amigos y yo tenemos una duda ¿De dónde sacaste esa espada? en la plaza de los mercaderes venden de todo pero, aun así, nunca he visto a nadie vendiendo ni siquiera el material en bruto con el que se fabrican, son de ese tipo de armas que se consideran reliquias en las grandes familias y pasan de padre a hijo por generaciones, quizás ese sea tu caso o quizás solo te la robaste. Dependiendo de tu respuesta decidiré que haremos contigo. -Soltó su cabellera y su cabeza choco contra el suelo de nuevo.

-Supongo que viste mi bolsa, ¿no?, Imagino que si, ya que no la siento en el bolsillo de mi chaqueta. Ningún noble de una familia con renombre va por la calle con 40 golondrinas de cobre. -La golondrina era la moneda de menor valor en el reino-. Nadie pagara una moneda por mí, con lo que llevo encima solo me alcanza para emborracharme y acostarme con algunas prostitutas. Quizás el anterior dueño de la espada era el señor de algún reino, ¿qué se yo? Puedes preguntarle tu misma, aunque yo nunca he visto a un muerto que pueda hablar.

-Vamos a rebanarle la tráquea a este bufón, es obvio que es un arma robada. -Exclamo Redd, que horas atrás se había encargado de revisarle de arriba a abajo a ver si llevaba más cosas de valor. Solo encontró un collar con un medallon de plata adornado por extraños grabados colgado a su cuello, un pequeño cuchillo escondido en una de las botas y en la chaqueta una bolsa de monedas con suficiente dinero como para no morir de hambre por unos días-. Y si es un noble o no, no me interesa, con esta espada ya tenemos suficiente.

Atravesó la sala y se dirigió hacia él, lo levanto del suelo y lo empujo contra la gruesa  pared tan violentamente que algunos cuencos de barro cocido vacíos que estaban en una repisa cayeron reventándose contra el suelo. Saco un cuchillo que colgaba de su muslo y se lo puso en la garganta.

-¡Mi principe!-grito la pelirroja interrumpiendo lo que estaba haciendo con Jaquin.

-Coño Redd, ¿no puedes hacer esto en otro momento? Me estas jodiendo la noche.-Dijo Jaquin.

-Pues vete a una habitación cabrón, este y yo aun tenemos pendiente lo de hace rato, todavía me arde toda la cara.

-Pues si, pero este asunto es mas importante.-Respondió Jaquin señalando con la cabeza a su pelirroja Walda.

-Por favor, señores, se los suplico, hagan lo que tengan que hacer pero fuera del bar.- Haaron podía permitir riñas entre borrachos o cosas que no llegaran a mayores, pero la idea de que ejecutaran a alguien allí mismo le retorcía las tripas.

-Maldito seas Redd, aun no hemos escuchado que quiere hacer Yurian con el.-Exclamo Mikk dando un golpe con su pesada mano sobre la barra-. A veces se te olvida que tu no mandas.

-Cálmate de una vez.- Dijo la voz de Yurian, en un tono tranquilo y suave-. Baja la daga, no puedes culparlo a él de tus malos reflejos.

-No fueron malos reflejos ¡Solo fue un maldito descuido!- Dijo Redd avergonzado. Su cara dibujaba una mueca de amargura pero fue obediente y bajo su daga, en cambio Mikk soltó una carcajada por lo alto.

-No te creas, ese tipo es rápido como un rayo y golpea como un gigante, solo mira el cardenal que tengo en la cara y ni se diga el que tengo en un costado. -El lado izquierdo de la cara de Mikk había tomado un color entre verde y amarillo.

-Eso es una rareza. -Se sorprendió Yurian, que no todos los días escuchaba a Mikk alabar las habilidades de alguien más, principalmente porque él, aunque torpe a veces, tenía un talento con la espada bastante admirable y no era una persona fácil de impresionar en ese sentido-.¿A que te dedicas?- Se intereso.

-A cosas no muy diferentes que las tuyas. -Respondió mientras se sentaba en el suelo.

-Ya veo, entonces estas familiarizado con el negocio ¿No te interesaría echarnos una mano?-Pregunto Yurian mientras se sentaba de nuevo al lado de la chimenea y cogía su lira, rasgueaba las tensas cuerdas comprobando su afinación-. Hace poco tuve un problema y perdí a varios compañeros, así que estoy en busca de gente que sepa usar una espada.

-¿Que coño dices?¿es enserio?

-Redd, deja de interrumpir y bebe algo en la barra, estas empezando a molestar de verdad. -Le respondió Yurian sin dejarlo terminar su reclamo, este escupió al suelo y maldijo mientras  hacia lo que le decían.

-¿Me devolverás mi espada?-Pregunto desde el suelo.

-Tu espada vale mucho dinero, creo que preferiría venderla, en cuanto pueda sacarla de la vaina.

-No podrás. -Le respondió el-. ¿Que pasa si digo que no me interesa tu propuesta?

-Te estoy ofreciendo una oportunidad de trabajo. -Le respondió Yurian mientras afinaba su lira, con la mano izquierda movía delicadamente una clavija mientras que su derecha tocaba repetidamente una cuerda con la uña del dedo indice, tanteando el sonido hasta encontrar la afinación indicada-.Si no te interesa prestarme tus servicios y si tampoco eres un nobleal cual puedo sacarle unas monedas entonces no me sirves.

-En pocas palabras vas a matarme.

-Yo no haré nada,  Redd te arrastrara por esa puerta.-Apunto con la quijada hacia la salida del Bar-. Lo que haga el después no me interesa.

-Un duelo.-Exclamo-. Desatame y dame una espada. Con cualquiera de tus hombres, con mas de uno si deseas. Al menos déjame ganarme mi libertad.

-Que terco eres, esto no es una canción de bardos, aquí no hay duelos epicos. -Dijo Yurian que parecía haber encontrado la nota que buscaba-. Redd, sacalo de aquí, puedes hacer lo que quieras con el.- Empezó a puntear las cuerdas y a tararear en voz baja.

-Hasta que entraste en razón .- Se levanto de la barra, cruzo la sala y cogió a aquel hombre por el cuello aun en el suelo.- No te voy a matar rápido, primero te voy a apuñalar en el vientre unas cuantas veces, luego cuando hayas dejado de gritar como una puta te voy a tasajear la garganta y me quedare un rato viendo como te ahogas en un charco de tu propia sangre hasta que la vida se te escape de los ojos.  Se dio cuenta que la chimenea disminuía su brillo y debajo de aquel tipo salia humo, arqueo una ceja.-¡Dioses!-. Exclamo Redd. Solo vio un fuego negro que se esparció por el suelo debajo de ellos dos, pero desapareció instantes después y la chimenea brillo de nuevo. Seguido a ello recibió un puñetazo en la mejilla izquierda, rodó por el suelo hasta chocar contra una mesa y tumbar todo lo que había encima quedando inconsciente. Todos en la sala se pusieron de pie y desenvainaron espadas, excepto Yurian que  permaneció sentada pero dejo de tararear.

-Ladras muy fuerte y tu aliento huele a culo de caballo. -Estaba de pie con sus manos libres, el nudo en las muñecas se las dejo adormiladas , por lo que las abría y cerraba para que circulara la sangre. Alrededor de todo el suelo en donde estaba parado, la madera se encontraba quemada junto con las cuerdas con las que le habían apretado las muñecas.

-¿¡Acaso eso fue... fue...!?-Las palabras se le quedaron en la boca a Mikken que no tenia espada que desenvainar..

-Harack.-Explico Yurian-. Fuiste increíblemente rápido. Dibujaste una runa en el suelo con un pedazo de cuenco de barro, concentraste parte del calor de la chimenea en la marca usando tu Harack y quemaste el suelo y las cuerdas, de seguro también te quemaste ,no se como no te quemaste por completo. Sorprendete, la verdad. -Toco una ultima nota y dejo la ira a un lado.

-Eres muy observativa.-Respondio, aunque el fuego negro le había llegado hasta la espalda antes de desvanecerse, sus ropajes oscuros estaban inmaculados, pero sus manos si habían sufrido algunas quemaduras.-Si no hubiera detenido la transmisión de calor a tiempo me hubiera prendido en fuego junto con todo el sitio.

 -Magia, ¡en mi bar!-Exclamo Haaron. Gruesas gotas de sudor le caían por las arrugas de la frente-¡La furia de los dioses va a caer sobre nosotros!

-Deja de gritarlo por todo lo alto y quizás los dioses no se enteren.- Dijo Yurian al dueño del Bar, se levanto de la silla y se dirijo hacia aquel hombre con un paso suave, ligero y astuto como un felino -. Eres buen espadachín y ademas eres haraquista, ahora si me interesas de verdad. Te propongo algo; Tengamos un duelo, si ganas te vas, si pierdes eres mio. Sera parecido a las canciones.

-¿Un duelo contigo? ¿Me consideras un eunuco?No hay nada mas humillante que un duelo a espadas con una mujer o con cualquier cosa que no tenga un par de bolas colgándole entre las piernas, si escribieran una canción sobre eso, todos en Middard se reirían de mi por donde pasara.  Ademas me llegas al pecho. El le sacaba casi medio palmo de altura a la pequeña mujer-.Preferiría pelear con uno o dos de tus deformes compañeros, aunque no creo que haya mucha diferencia entre tu y ellos.

-No dije que fuera un duelo con espadas.-Respondió Yurian sin hacer mucho caso de lo que había dicho-.Todos los hombres tienen el instinto barbarico de resolver las cosas con la espada. Hablo de un duelo de  Harack-. Se acerco aun mas a el, quedando a menos de un palmo de distancia y levanto la mirada para verle a la cara, desafiante-. ¿No pensaras que eres el único que sabe usar esos trucos?

Se quedo mudo por un momento mirándola desde arriba.

-¿S-sabes usar Harack?-. Pregunto con un todo de voz soso, muy diferente al que era su tono frió y oscuro. Ella lo miraba con ojos gatunos de color purpura como las nubes de tormenta cuando son atravesadas por un rayo. En aquel momento, aunque era mas alto, se sentía intelectualmente reducido ante ella.

-Por algo te estoy retando a un duelo.

-Muy bien, te propongo algo. -Dijo con cautela, sabia que físicamente era superior, pero en el uso del harack las cosas cambiaban y entraban al campo mental. Podías hacerte una idea de cuan fuerte era alguien con tan solo  fijarte en su físico aunque eso a veces era asumir demasiado pronto. Pero cuando se trataba de un haraquista no podías saber que tan hábil era con tan solo verlo,  el harack nacía de la mente y variaba dependiendo de la persona y de que tan bien pudiera manipularlo, la concentración era también uno de los factores  mas importantes, y en aquel momento la resaca no ayudaba, un buen Haraquista con una terrible resaca podía llegar a ser bastante mediocre en la practica y ella al parecer lo sabia-. En un remoto caso de que llegues a ganar seré tuyo, pero la espada se queda conmigo.

-Eso lo pensare ¿Algo mas?

-Si. -Su tono arrogante había vuelto-. Si gano, o mejor dicho, cuando gane me devolverás mi bolsa y mi medallon, ademas de eso...-Sus labios dibujaron una sonrisa maliciosa-. Cuando gane vamos a tener un duelo entre las sabanas, con las golondrinas que llevo en esa bolsa no me alcanza para nada decente.

-Bien.


Los dos se sentaron a una mesa y Yurian pidió ocho copas  y dos botella de vino. Marco las botellas con una runa y coloco una de cada la do de la mesa, luego marco las ocho copas vacías con otra runa diferente y coloco cuatro de su lado, en fila,  y cuatro del otro lado de la misma forma . Todos en la sala rodearon la mesa formando un circulo para  observar aquella escena. Detras de la barra, Haaron, nervioso, recitaba extrañas oraciones a los dioses y reprendía aquel acto como si fuera algo prohibido.

Bien, imagino que ya sabes de que trata. -Le dijo ella.

Si. -Respondió, mientras se acariciaba la barbilla con el indice y el pulgar-. Se llama vaciar la botella, es un juego común entre haraquistas borrachos, lo he hecho una que otra vez. -Sabia perfectamente como funcionaba; básicamente consistía en marcar las copas vacías con determinada runa y la botella con otra, luego mediante Harack mover el vino de la botella a las copas lo mas rápido posible, el que llenara primero sus copas ganaba y el perdedor se bebía toda la botella-. No me gusta este juego, nunca pierdo, nunca bebo.-Le dedico una sonrisa.

-Interesante, yo no recuerdo haber perdido alguna vez.- Le devolvió la sonrisa-. ¿Empezamos?.

-Si, ¡YA!.-Exclamo el.

De repente, del fondo de su copa de vidrio vacía empezó a surgir un liquido vinotinto como por arte de alguna magia extraña, mientras que dentro de la botella el vino se agitaba y parecía bajar de nivel.

-¡Es magia!. -Exclamo Walda. Para una persona como ella y las otras prostitutas del bar aquello era algo que solo pasaba en fantasías e historias de bardos borrachos.

Ya casi había llenado la primera , el vino se agitaba levemente dentro de la copa y la botella, levanto la mirada un momento sin quebrar el flujo de su harack y vio que Yurian había llenado la primera y mitad de la segunda, su vino no se agitaba en absoluto, bajaba el nivel en la botella y aumentaba en las copas sin estremecerse.

-Yurian nunca pierde en este juego. -Exclamo Jaquin-. La he visto hacer esto con otros haraquistas y los pobres no llenan ni una copa cuando ya ella lleva las cuatro.

-Mira bien. -Dijo Mikk señalando a la mesa con la quijada. Los ojos de jaquin se abrieron como platos.

Yurian ahora solo tenia una copa, la otra media que había llenado estaba vacía. La cara del hombre estaba fija en sus copas y ya el vino no se estremecía, había llenado la primera y la segunda estaba a mas de la mitad. Yurian sudaba y su rostro, normalmente inexpresivo, fruncía el ceño y apretaba los labios. Se concentro y volvio a llenarla a la mitad, se fijo un momento al frente y vio que el ya había llenado dos y media, volvió la mirada a su lado y termino de llenar la segunda.

-¡Le saca casi una copa!¿como fue que perdió esa media que ya tenia llena?.- Pregunto Jaquin que no comprendía mucho de la Haraquia.

-Es ese Tipo.- Dijo Mikk acariciando su mentón-. Esta haciendo dos cosas a la vez y se dice que eso es algo complicado. Mientras llena sus copas esta vaciando las de Yurian, es muy hábil-. Reconoció al final.

Solo estaba a una copa de ser el ganador, su cuarta copa empezó a subir de nivel y del otro lado ella apenas terminaba la tercera. Su vino se agito de nuevo, la resaca estaba haciendo su parte, le costaba un poco mantener el flujo pero continuo, ya no le faltaba nada para vencerla. De repente se detuvo, su vino dejo de subir y empezó a bajar, la miro, ella había llenado la tercera ya pero en la cuarta se detuvo. Yurian dejo de llenar sus copas y volcó todo su Harack en disminuir las de su rival. Quizás noto ese pequeño estremecimiento de antes, noto que en la ultima copa, a aquel hombre le costaba mantener el flujo y ella se aprovecho de eso.

Ahora era una batalla de Harack contra Harack. El vino de su cuarta copa bajaba, hasta casi quedar vacía. Se concentro y logro subir el nivel de nuevo mientras el liquido se agitaba. Era como una fuerza invisible tratando de vaciar la copa y otra tratando de llenanarla, pero la de el era mas fuerte. La resaca hacia que le palpitaran las sienes, todo le daba vueltas,  sentia como si el Harack de Yurian le presionara directamente el cerebro, sudaba y su cara estaba congestionada, había llenado un poco mas de la mitad ya, casi lo conseguía, casi. Hasta que sintió que algo le subía por la garganta, hizo la cabeza a un lado de la mesa y lo dejo salir. El vomito se regó por el suelo y mancho los zapatos de algunos de los que estaban mirando. se acomodo en la silla mientras tocia fuertemente. Se limpio la boca con mangas de la chaqueta. Miro sobre la mesa y vio de su lado tres copas y media llenas, del otro lado, cuatro copas llenas.

-Parece que no seré tuya esta noche- Le dijo Yurian que aun sudaba.

-Te dije que ella no perdia nunca-Dijo Jaquin sonriente dando fuertes palmadas de emocion en la amplia espalda de Mikk.

-Pero estuvo jodidamente cerca de perder .- "Si no hubiera sido por la resaca..." penso Mikk para sus adentros.

-Eres el primero que llega tan lejos contra mi en este juego.-Admitió ella, mientras gotas de sudor se deslizaban por su rostro-. Espero que seas un hombre de palabra, hicimos un trato. Pero por si acaso no intentes nada arriesgado .-Le mostro una pulsera que llevaba en la muñeca adornada por una pierda preciosa con una runa tallada-. Esta hecho de tu cabello, y un poco de tu sangre, los tome mientras estabas inconsciente por si se te ocurría intentar algo, sabes lo que significa ¿no? .

-Perra. -Le respondió mientras la miraba fijamente. Existían pocas cosas peores en el mundo que un Haraquista tuviera tu sangre o cabello, si eran ambas era aun peor. Sabia que aquella pulsera le otorgaba control sobre el, podría sentir su estado de animo,  saber donde estaba siempre que quisiera, podría causarle una parálisis si así lo quería, dejarlo inconsciente, y si eras un poco mas nefasto podías causarle enfermedades, podías privarlo de alguno de sus sentidos o, si eras muy hábil,  causarle la muerte de muchas formas diferentes.

-Me han dicho cosas peores.- Le sonrió, la piedra en la pulsera se volvió de un rojo intenso y empezó a vibrar violentamente-. No te enojes, fuiste descuidado, sirveme bien y puede que algún día te regrese este medallon.- Se saco el collar que llevaba colgado del cuello por dentro de su ajustada ropa-. Tiene unos grabados increibles, lo admito, es un amuleto de primera, con esto no importaría si el mejor haraquista del mundo tuviera tu sangre o cabellos y te lanza tres mil maldiciones mortales al dia, no le funcionaria nada ¿Tu lo hiciste?.

-No.

-Mientes.- La piedra en el muñeco se volvió de color verde claro.- Lo ves.- Le enseño la piedra.-Con esto puedo saber si mientes o no. Por ejemplo se que es cierto que no eres un noble, pero lo otro que dijiste es falso, eso de que no sabes de quien era la espada antes de ti. ¿ Me pregunto de donde la sacaste?.

-Eso no tiene importancia.-Le respondió. Se dio cuenta de algo que le colgaba del cuello, otro collar ademas del que le había quitado, una piedra esférica y negra, creyó ver un pequeño brillo salir de ella por un momento. Algo le atravesó el pecho, un recuerdo remoto-. ¿ese es tu amuleto?.- Pregunto.

-No se hacer amuletos tan bien como tu, es un regalo, y si, sirve como amuleto.-Se extraño al sentir que la piedra en el muñeco se tornaba en un azul oscuro como el mar de noche, pero ignoro aquello. Se levanto de su silla-.Sera mejor que no intentes hacerte otro amuleto o lo sabre. Bueno, me ire a dormir ya, esto me ha dejado agotada. Alguien que levante a Redd del suelo y lo lleve a un cuarto, hoy nos quedamos aquí y mañana iremos a la plaza de mercaderes a terminar de vender lo que tenemos, saluden a su nuevo hermano. Ah, cierto ¿tu nombre era?.

-Zyffgrid.-Respondió, No se sentía como un hermano, si no mas bien como un rehén.


RE: [Fantasía Épica]Las canciones olvidadas. - fardis2 - 10/02/2017

Buenas compañero Sentolyrics.

He leído el primer capitulo, el cual me ha resultado entretenido. Cierto es que falta pulir bastante el texto aún. La ortografía, la puntuación y algún que otro error de tipeo. Como comentas en un principio, sí que usas un lenguaje más sencillo (no por ello malo) y unas descripciones más ligeras sobre el entorno. Aunque eso también ayuda a hacer más ligera la lectura. Por lo que la historia se lee bien a lo largo del capitulo. Me ha chocado un poco que en tu forma de narrar saltas de un personaje a otro, lo que hace un poco más confusa la lectura, aunque con unos pocos retoques eso se refuerza y ya. Las conversaciones no han estado mal, aunque les falta algo más de caracterización a los personajes para hacerlos discernibles unos de otros. La historia en bruto parece atractiva. A ver como se siguen desarrollando los acontecimientos y te comento.


RE: [Fantasía Épica]Las canciones olvidadas. - sentolyrics - 11/02/2017

(10/02/2017 07:48 PM)fardis2 Wrote: Buenas compañero Sentolyrics.

He leído el primer capitulo, el cual me ha resultado entretenido. Cierto es que falta pulir bastante el texto aún. La ortografía, la puntuación y algún que otro error de tipeo. Como comentas en un principio, sí que usas un lenguaje más sencillo (no por ello malo) y unas descripciones más ligeras sobre el entorno. Aunque eso también ayuda a hacer más ligera la lectura. Por lo que la historia se lee bien a lo largo del capitulo. Me ha chocado un poco que en tu forma de narrar saltas de un personaje a otro, lo que hace un poco más confusa la lectura, aunque con unos pocos retoques eso se refuerza y ya. Las conversaciones no han estado mal, aunque les falta algo más de caracterización a los personajes para hacerlos discernibles unos de otros. La historia en bruto parece atractiva. A ver como se siguen desarrollando los acontecimientos y te comento.

Buenas compañero Fardis2, muchas gracias por leerte el primer capitulo y comentar al respecto. La verdad he intentado que se lea lo mas entendible posible y que se entienda que personaje habla en cada momento pero por mi falta de habilidad al ecribir quizas a veces sea algo confuso. Con respecto a la caracterización de los personajes pues he intentado que se puedan distinguir unos de otros pero obviamente necesito pulir esa parte un poco aun jeje. La historia todavia se esta moldeando y puede que cambien algunas cosas a lo largo del camino, solo espero poder terminarla Big Grin, muchas gracias de nuevo por leer el primer capitulo y espero tus opiniones del segundo Wink


RE: [Fantasía Épica]Las canciones olvidadas. - Agramunt - 11/02/2017

He leído el prólogo y:

1. ´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´ Aquí están las tildes que has perdido xD
2. Hay errores ortográficos serios, más allá de las tildes, como confundir "s" y "z" o "c".
3. Saltas de tiempo verbal en varias ocasiones.
4. En un mismo párrafo mezclas a dos personajes hablando, lo cual es confuso.
5. La primera parte del diálogo, en la que habla el rufián, se me hace más extensa de lo necesario (aunque esto ya va al gusto de cada cual).
6. Me gusta eso de utilizar tacos y palabrotas habituales a día de hoy, y no las típicas mierdas de "maldición" o "por todos los dioses", que tan artificiales quedan.
7. La lectura se hace relativamente fácil a pesar de los problemas anteriores, aunque yo soy bastante de descripciones ligeras. A quien le gusten descripciones más claras, quizá opine distinto.
8. El inicio no destaca por su originalidad (protagonista-molón-y-misterioso-mata-rápido-a-enemigos-bravucones), pero supongo que eso es algo que se puede resolver según avanza la historia. Además, si es de tus primeros escritos no es algo que deba molestarte. Se aprende por imitación.

Creo que eso es todo.


RE: [Fantasía Épica]Las canciones olvidadas. - sentolyrics - 11/02/2017

(11/02/2017 04:22 PM)Agramunt Wrote: He leído el prólogo y:

1. ´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´ Aquí están las tildes que has perdido xD
2. Hay errores ortográficos serios, más allá de las tildes, como confundir "s" y "z" o "c".
3. Saltas de tiempo verbal en varias ocasiones.
4. En un mismo párrafo mezclas a dos personajes hablando, lo cual es confuso.
5. La primera parte del diálogo, en la que habla el rufián, se me hace más extensa de lo necesario (aunque esto ya va al gusto de cada cual).
6. Me gusta eso de utilizar tacos y palabrotas habituales a día de hoy, y no las típicas mierdas de "maldición" o "por todos los dioses", que tan artificiales quedan.
7. La lectura se hace relativamente fácil a pesar de los problemas anteriores, aunque yo soy bastante de descripciones ligeras. A quien le gusten descripciones más claras, quizá opine distinto.
8. El inicio no destaca por su originalidad (protagonista-molón-y-misterioso-mata-rápido-a-enemigos-bravucones), pero supongo que eso es algo que se puede resolver según avanza la historia. Además, si es de tus primeros escritos no es algo que deba molestarte. Se aprende por imitación.

Creo que eso es todo.

Buenas Agramunt, gracias por leer y dejar tu opinión, ire corrigiendo poco a poco todos esos errores para generar una lectura mas amena. Con respecto al prologo, aunque es algo cliché guarda cierto significado, sobre lo que significa la tormenta y de que aquellos bandidos se hagan llamar Sables de Sangre, mas adelante en la historia se entiende, pero visto asi como lo has descrito pues si es bastante cliché xD


RE: [Fantasía Épica]Las canciones olvidadas. - Momo - 11/02/2017

Hola, buenas Sentolyrics. Pues pasaba por aquí y me he parado.

Sí, es cierto que todo es un poco cliché, pero es que… está bien resuelto (excepto el prólogo para mi gusto). Me lo he leído todo de un tirón. Por algo será, a pesar de todas las erratas que he encontrado. En otros casos parecidos simplemente abandono la lectura. Es tan sencillo, está tan bien engranado que te deja satisfecho a pesar de seguir un camino trillado, porque lo pisa con cierta gracia. Tiene algo, una chispa que se ve incluso tras esa maraña de errores ortográficos, errores tipográficos y descripciones en bloque, que parecen más un apunte a mogollón para no olvidar detalles que trabajar a posteriori, que verdaderas descripciones estructuradas por un escritor.
Es como si la idea que tienes estuviera viva y latiera a través de todas las palabras bajo las que la has enterrado apresuradamente.
Corrígelo. Son más que nada errores de bulto, así que no debería resultarte demasiado trabajoso. Y si tienes ganas después deberías mejorar el estilo, aunque eso ya es algo mucho más personal y también requiere de más tiempo y perseverancia. Pero deberías empezar ya. La mejora de estilo debería acompañar al avance de tu proyecto. No se engarza un diamante en una anilla arrancada de una lata de Coca-Cola y supongo que para ti, igual que para cada uno de nosotros, tu idea es valiosa.

A continuación algunas cosillas que me han llamado la atención y que quizá podrías revisar. Son puntos de vista estrictamente personales por supuesto, así que usa solo lo que te resulte útil para lo que ya tienes en mente.

El prólogo es lo que me ha resultado menos interesante. Es corto y tampoco es que moleste, pero no añade mucho a la historia. Lo que ocurre en él es muy vago y a pesar de que narra hechos violentos, al menos a mí no me ha transmitido demasiada tensión. La pelea parece que la única función que tiene es establecer el hecho de que el protagonista es un luchador sobrehumano. Si la tormenta que se acerca es importante quizá podrías remarcarlo con una mayor aura de misterio o de acontecimiento extraño para darle más personalidad a este fragmento.

Tampoco me cuadra mucho que después de todo el lío de la taberna, vayan los bandidos y se encuentren al peligrosísimo protagonista borracho, plantado en un callejón para recolectarlo igual que a una zanahoria. A ver se intuye que tiene cierta lógica, que está destrozado por una historia romántica anterior y borracho por ello, por tu parte está bien justificado, pero aun así cogido por los pelos para mi gusto personal.
Y ya sé que quieres ensalzar al protagonista e imbuirlo de atractivo a los ojos del lector. Hay que decir que lo consigues, pero a costa de un recurso un tanto tosco. La súbita pasión que siente la puta pelirroja por él a mí se me antoja exagerada y poco real. ¿Quizá podrías rebajar el tono y ser un poco más sutil?

En los capítulos repites a veces esta estructura en los diálogos:

—Línea de diálogo —inciso macarrónico metido con calzador que casi te hace perder el hilo—línea de diálogo que cierra.

Ejemplo:

Quote:-Muy bien, te propongo algo. -Dijo con cautela, sabia que físicamente era superior, pero en el uso del harack las cosas cambiaban y entraban al campo mental. Podías hacerte una idea de cuan fuerte era alguien con tan solo fijarte en su físico aunque eso a veces era asumir demasiado pronto. Pero cuando se trataba de un haraquista no podías saber que tan hábil era con tan solo verlo, el harack nacía de la mente y variaba dependiendo de la persona y de que tan bien pudiera manipularlo, la concentración era también uno de los factores mas importantes, y en aquel momento la resaca no ayudaba, un buen Haraquista con una terrible resaca podía llegar a ser bastante mediocre en la practica y ella al parecer lo sabia-. En un remoto caso de que llegues a ganar seré tuyo, pero la espada se queda conmigo.

No es que esté mal, pero hace que el diálogo a veces se haga farragoso y cueste más de entender.
Por lo demás los diálogos son bastante naturales. A mí me han gustado. Aunque al final aparece un muñeco por ahí que no sé de donde sale XD

Quote:-Mientes.- La piedra en el muñeco se volvió de color verde claro.

El duelo con las botellas y las copas me gusta también. No es una escena novedosa en conjunto, pero tiene tu toque personal en los detalles y eso es lo que la enriquece a mí entender. También creo que dibujas bien los personajes secundarios. Un poco menos a los principales, pero es un primer proyecto y para ese caso lo que has escrito está más que bien.
Lo que aprecio es que a pesar de que no sea una historia originalisima, está salpicada de detalles que parecen salirte de forma natural para dotar a la escenas de colorido. Creo que es porque las tienes muy claras en tu mente. Tómate el tiempo de escribirlas bien revisadas. Y respecto a la historia aun puedes sorprendernos con un montón de giros inesperados.

Buenos de momento no se me ocurre nada más. Espero haberte ayudado.


RE: [Fantasía Épica]Las canciones olvidadas. - sentolyrics - 12/02/2017

(11/02/2017 08:34 PM)Momo Wrote: Hola, buenas Sentolyrics. Pues pasaba por aquí y me he parado.

Sí, es cierto que todo es un poco cliché, pero es que… está bien resuelto (excepto el prólogo para mi gusto). Me lo he leído todo de un tirón. Por algo será, a pesar de todas las erratas que he encontrado. En otros casos parecidos simplemente abandono la lectura. Es tan sencillo, está tan bien engranado que te deja satisfecho a pesar de seguir un camino trillado, porque lo pisa con cierta gracia. Tiene algo, una chispa que se ve incluso tras esa maraña de errores ortográficos, errores tipográficos y descripciones en bloque, que parecen más un apunte a mogollón para no olvidar detalles que trabajar a posteriori, que verdaderas descripciones estructuradas por un escritor.
Es como si la idea que tienes estuviera viva y latiera a través de todas las palabras bajo las que la has enterrado apresuradamente.
Corrígelo. Son más que nada errores de bulto, así que no debería resultarte demasiado trabajoso. Y si tienes ganas después deberías mejorar el estilo, aunque eso ya es algo mucho más personal y también requiere de más tiempo y perseverancia. Pero deberías empezar ya. La mejora de estilo debería acompañar al avance de tu proyecto. No se engarza un diamante en una anilla arrancada de una lata de Coca-Cola y supongo que para ti, igual que para cada uno de nosotros, tu idea es valiosa.

A continuación algunas cosillas que me han llamado la atención y que quizá podrías revisar. Son puntos de vista estrictamente personales por supuesto, así que usa solo lo que te resulte útil para lo que ya tienes en mente.

El prólogo es lo que me ha resultado menos interesante. Es corto y tampoco es que moleste, pero no añade mucho a la historia. Lo que ocurre en él es muy vago y a pesar de que narra hechos violentos, al menos a mí no me ha transmitido demasiada tensión. La pelea parece que la única función que tiene es establecer el hecho de que el protagonista es un luchador sobrehumano. Si la tormenta que se acerca es importante quizá podrías remarcarlo con una mayor aura de misterio o de acontecimiento extraño para darle más personalidad a este fragmento.

Tampoco me cuadra mucho que después de todo el lío de la taberna, vayan los bandidos y se encuentren al peligrosísimo protagonista borracho, plantado en un callejón para recolectarlo igual que a una zanahoria. A ver se intuye que tiene cierta lógica, que está destrozado por una historia romántica anterior y borracho por ello, por tu parte está bien justificado, pero aun así cogido por los pelos para mi gusto personal.
Y ya sé que quieres ensalzar al protagonista e imbuirlo de atractivo a los ojos del lector. Hay que decir que lo consigues, pero a costa de un recurso un tanto tosco. La súbita pasión que siente la puta pelirroja por él a mí se me antoja exagerada y poco real. ¿Quizá podrías rebajar el tono y ser un poco más sutil?

En los capítulos repites a veces esta estructura en los diálogos:

—Línea de diálogo —inciso macarrónico metido con calzador que casi te hace perder el hilo—línea de diálogo que cierra.

Ejemplo:


Quote:-Muy bien, te propongo algo. -Dijo con cautela, sabia que físicamente era superior, pero en el uso del harack las cosas cambiaban y entraban al campo mental. Podías hacerte una idea de cuan fuerte era alguien con tan solo  fijarte en su físico aunque eso a veces era asumir demasiado pronto. Pero cuando se trataba de un haraquista no podías saber que tan hábil era con tan solo verlo,  el harack nacía de la mente y variaba dependiendo de la persona y de que tan bien pudiera manipularlo, la concentración era también uno de los factores  mas importantes, y en aquel momento la resaca no ayudaba, un buen Haraquista con una terrible resaca podía llegar a ser bastante mediocre en la practica y ella al parecer lo sabia-. En un remoto caso de que llegues a ganar seré tuyo, pero la espada se queda conmigo.

No es que esté mal, pero hace que el diálogo a veces se haga farragoso y cueste más de entender.
Por lo demás los diálogos son bastante naturales. A mí me han gustado. Aunque al final aparece un muñeco por ahí que no sé de donde sale XD


Quote:-Mientes.- La piedra en el muñeco se volvió de color verde claro.

El duelo con las botellas y las copas me gusta también. No es una escena novedosa en conjunto, pero tiene tu toque personal en los detalles y eso es lo que la enriquece a mí entender. También creo que dibujas bien los personajes secundarios. Un poco menos a los principales, pero es un primer proyecto y para ese caso lo que has escrito está más que bien.
Lo que aprecio es que a pesar de que no sea una historia originalisima, está salpicada de detalles que parecen salirte de forma natural para dotar a la escenas de colorido. Creo que es porque las tienes muy claras en tu mente. Tómate el tiempo de escribirlas bien revisadas. Y respecto a la historia aun puedes sorprendernos con un montón de giros inesperados.

Buenos de momento no se me ocurre nada más. Espero haberte ayudado.

Buenas Momo, gracias por tomarte el tiempo de leer y dejar tus opiniones, la reviso (La historia) constantemente y siempre que puedo voy arreglando los errores y cambiando pequeños detalles. El prologo lo hice mucho despues de los primeros episodios solo porque necesitaba introducir a los Sables de Sangre( mismo grupo al que pertenecen los bandidos que conoce en el bar) y la tormenta. La tormenta es una especie de mensaje profetico que solte levemente y que representa cierto acontecimiento caotico, pero debo reescribir el prologo ya que de verdad es algo trillado. Con respecto a lo del muñeco, eso fue mi error, quise decir la piedra de la pulsera en su muñeca, pero me he confundido xD. En fin, gracias de nuevo por leer y opinar, es de mucha ayuda.


RE: [Fantasía Épica]Las canciones olvidadas. - kaoseto - 12/02/2017

Buenas, sentolyrics y bienvenido al foro,

Me he leído lo que has posteado aquí y, como te comentan, se lee todo de un tirón o casi y la impresión general es positiva.

Eso sí, como te comentan otros conforeros, te aconsejo prestarle un poco más de atención a la forma para ayudar al lector en su lectura Smile

Si me centro en el fondo, lo único que cojea un poco es el prólogo. Se presenta al protagonista con la espada maldita, pero no se aprende gran cosa más sobre él aparte de que sabe utilizar su espada. Es más, diría que presenta una imagen del personaje más típica de lo que este es en realidad en los siguientes capítulos.

Luego, en la taberna, todo parece más vivo y menos legendario y lo leí todo bien menos la primera parrafada del capítulo 2, donde perdí la atención. Tal vez añadiendo algo más pronto sobre el hecho de que el protagonista está despertando ayudaría a mantener la concentración sobre sus pensamientos, no sé.

Los diálogos son ligeros, y la negociación entre el protagonista y Yurian te salió conseguida.

Lo único que me chirrió con el harack fue lo de la sangre y el pelo, me recordó mucho a lo de Kvothe, detalle que siempre me pareció un poco forzado en esa historia. Y es que eso de tener la sangre de alguien o pelo de alguien es… demasiado fácil. En un mundo así, todos los harakistas deberían raparse la cabeza y todo el cuerpo al menos, como medida de precaución ^^ No sé, es un concepto que no me acaba de convencer.

En cualquier caso, la historia promete y tiene muchos puntos positivos. Me da la impresión de que los bandidos a los que se cargó Zyffgrid eran exactamente los compañeros perdidos de Yurian… A ver cómo se lo toman cuando lo descubran, si es el caso.

A seguir escribiendo pues!


RE: [Fantasía Épica]Las canciones olvidadas. - sentolyrics - 12/02/2017

(12/02/2017 04:42 PM)kaoseto Wrote: Buenas, sentolyrics y bienvenido al foro,

Me he leído lo que has posteado aquí y, como te comentan, se lee todo de un tirón o casi y la impresión general es positiva.

Eso sí, como te comentan otros conforeros, te aconsejo prestarle un poco más de atención a la forma para ayudar al lector en su lectura Smile

Si me centro en el fondo, lo único que cojea un poco es el prólogo. Se presenta al protagonista con la espada maldita, pero no se aprende gran cosa más sobre él aparte de que sabe utilizar su espada. Es más, diría que presenta una imagen del personaje más típica de lo que este es en realidad en los siguientes capítulos.

Luego, en la taberna, todo parece más vivo y menos legendario y lo leí todo bien menos la primera parrafada del capítulo 2, donde perdí la atención. Tal vez añadiendo algo más pronto sobre el hecho de que el protagonista está despertando ayudaría a mantener la concentración sobre sus pensamientos, no sé.

Los diálogos son ligeros, y la negociación entre el protagonista y Yurian te salió conseguida.

Lo único que me chirrió con el harack fue lo de la sangre y el pelo, me recordó mucho a lo de Kvothe, detalle que siempre me pareció un poco forzado en esa historia. Y es que eso de tener la sangre de alguien o pelo de alguien es… demasiado fácil. En un mundo así, todos los harakistas deberían raparse la cabeza y todo el cuerpo al menos, como medida de precaución ^^ No sé, es un concepto que no me acaba de convencer.

En cualquier caso, la historia promete y tiene muchos puntos positivos. Me da la impresión de que los bandidos a los que se cargó Zyffgrid eran exactamente los compañeros perdidos de Yurian… A ver cómo se lo toman cuando lo descubran, si es el caso.

A seguir escribiendo pues!

Muy buenas kaoseto, me alegra que te hayas tomado el tiempo de leer. Pues la idea del cabello y la sangre lo tome en parte porque me parece interesante lo de la magia vudú y pense que podria tomarlo para una historia, por otro lado tambien me parecio fascinante la forma en la que se usa en el Nombre del viento y el Temor de un hombre sabio, quizas si sea un poco jodido que con tan solo robarte algo de sangre o cabello ya te puedan perjudicar pero para eso estan los amuletos. Tengo hasta la fecha unos 10 capitulos de la historia, quizas publique el 3ro aqui cuando lo arregle Big Grin

El primer parrafo del 2do capitulo es un sueño, pero debo mejorarle algunas cosas como dices, para que el lector entienda que viene despertando y que confunde la melodia en el sueño con la melodia que toca Yurian en tiempo real.

(Spoiler) Wink
Con respecto a los bandidos que mato Zyff en el prologo, ellos aun no han sido mencionados. A los que Yurian se refiere vienen siendo otros que fueron masacrados unos meses atras por otro personaje.


RE: [Fantasía Épica]Las canciones olvidadas. - sentolyrics - 12/02/2017

Bueno, dejare el tercer capitulo aqui por si desean continuar con la lectura, esta en dos partes ya que el capitulo por si solo supera el numero de caracteres que me permite el post. Es muchisimo mas largo que los dos anteriores(No se si eso sea bueno o malo xD) y se hablan muchas cosas que describen mas que todo el mundo que los rodea y un poco de su mitologia. Quizas llegue a aburrir un poco por la longitud, pero yo de verdad disfrute mucho cuando lo escribi Big Grin

CAPITULO 3: CANCIONES.


La luz de la mañana entraba por las ventanas del bar reflejándose en el suelo de madera e iluminando parte de la estancia. Sobre la mesa había cuencos con gruesas rodajas de Jamón ahumado, una enorme rueda de queso que rechinaba con cada corte del cuchillo, pan caliente recién salido del horno y mermelada de fresas y moras. Detrás de la barra se encontraba Haaron sacándole el brillo a una jarra de vidrio con un paño de tela blanco, Zyffgrid había tocado su puerta insistentemente a primera hora de la mañana para que le preparara algo de desayunar, luego Yurian bajo por las escaleras del primer piso y se le unió, sorprendida de verlo despierto primero que ella, y finalmente bajo Mikken pidiendo tres tarros con sidra ya que consideraba necesario una bebida para poder tragar más fácil los alimentos, preferiblemente si era una bebida alcohólica, por lo que el posadero tuvo una mañana ajetreada.
-Explícame entonces ¿Por que nadie puede desenvainarla?-Le exigió Yurian que tenia la espada sobre su regazo a Zyffgrid que estaba del otro lado de la mesa, Mikken estaba sentado a su derecha devorando el desayuno- ¿Tiene algún encantamiento o algo por el estilo?- Continúo la mujer bandido.
-No es un encantamiento.- Respondió Zyffgrid y bebió un trago de su sidra-. Esta maldita.
-¡Maldita!-Exclamo Haaron que casi deja caer la jarra de vidrio-. Saca esa cosa de aquí, no quiero que le caigan maldiciones a este lugar.
-Para ser alguien que provee licor y putas es usted muy devoto a los dioses.- Le dijo Mikk mordisqueando un trozo de pan con mermelada y una lonja de queso.
-Así no funcionan las maldiciones, no le pasara nada a tu bar.- Lo tranquilizo Yurian-. ¿Tú la maldijiste?- Pregunto mirando a Zyffgrid del otro lado de la mesa.
-No, desde que la tengo solo yo he podido blandirla, creo que simplemente escoge a su dueño, ni yo sabría decirlo.- La piedra en la muñeca de Yurian emitía una luz blanca-. ¿Lo ves? no te miento.
-Que lastima, así no sirve de mucho, nadie quiere una espada que no pueda ser desenvainada.-Reconoció Yurian mientras daba mordidas modestas a un trozo de pan con mermelada.
-¿Que pasaría si tú la sacas de la vaina y alguien la coge?- Pregunto Mikken rascándose la barbilla y arqueando una ceja.
-Pues inténtalo.-Le hizo un ademan a Yurian de que le alcanzara el arma para hacer la demostración pero esta se le quedo mirando seria-. Tienes la puta pulsera, no voy a intentar nada estúpido. –Esta lo miro por cinco segundos más considerando la petición pero al final termino accediendo y la puso en su mano-. ¡Gracias!.- Exclamo Zyffgrid.
Se levanto de la mesa y desenvaino aquella majestuosa arma oscura con mucha delicadeza. Era la primera vez que Yurian la veía, trato de mantenerse inexpresiva como siempre pero no pudo evitar abrir la boca un poco por la sorpresa, Zyffgrid la sostenía con su mano con tanta facilidad que parecía tan ligera como una pluma. Le ofreció la empuñadura a Mikk que denotaba tanta o más sorpresa que cuando la contemplo por vez primera, este la recibió con su enorme mano arropando la cómoda empuñadura con sus gruesos dedos. Inmediatamente Mikk empezó a sentir como por su mano subía una sensación de frio que escalaba debajo de su piel, subiendo por su antebrazo hasta su hombro y seguidamente expandiéndose en toda su enorme humanidad, solo un alarido de dolor y cayó en el suelo inmóvil y acalambrado. Zyffgrid cogió la espada del suelo, la envaino de nuevo y se la entrego a Yurian.
-Por eso nadie puede usarla aun si esta fuera de su vaina.- Le explico mientras se la regresaba-. ¿Piensas venderla todavia?
-Por los dioses, estas cosas me van a traer desgracias.- Decía Haaron con las manos en la frente.
-¡Malditos sean todos dioses!- Exclamo Mikk mientras intentaba ponerse en pie-. La próxima vez adviérteme antes de hacerme pasar por algo así. Sentí como si una lluvia de flechas se  me vinieran encima.
-No creo que pueda venderla, con esa maldición es totalmente inútil como dije antes.- Se la lanzo de regreso a Zyffgrid que la cogió en el aire con una sola mano.- Quédatela, espero que seas tan bueno usándola como dice Mikk, la vas a necesitar si andas con nosotros. -Dio otra mordida modesta a su pan con mermelada.
-Nos estamos entendiendo mejor.-Le respondió colgándose la espada de la espalda, ya se sentía completo de nuevo. Yurian solo se limito a encogerse de hombros.
-Mikk, ya es tarde, ve a despertarlos a todos, diles que nos vean en la plaza en una hora con todo lo que vayan a vender, luego vuelve con nuestros fardos. Tu, Zyffgrid y yo nos vamos a adelantar, apartaremos un espacio y armaremos un toldo con nuestras cosas.- Mikk asintió y subió las escaleras de inmediato.
-¿Cuánto tiempo planeas quedarte en esta ciudad?-Le pregunto Zyffgrid.
-Quedarnos, recuerda que a donde yo vaya tu iras también. -Le recordó levantando la muñeca derecha enseñándole la pulsera, este la miro de manera despectiva-. Quizás uno o dos días más, intentare vender todo antes de medio día, hoy se celebra el décimo quinto año de su Alteza Auriell Griffstark, la hermana del Rey, la ciudad estará de fiestas y se celebraran unos cuantos torneos y juegos, habrá ferias y varios espectáculos, así que me gustaría quedarme a ver.
-Bien, pero no cuentes conmigo para ir detrás de ti por todos lados.- Le respondió Zyffgrid-. Pienso irme a hacer mis cosas también.
-Probablemente emborracharte hasta la muerte.-Le dijo-. A medio día eres libre, pero le diré a Mikken que vaya contigo.
-Me se cuidar yo mismo.
-Así como te cuidaste ayer supongo.-Le respondió. Seguidamente Mikk bajo las escaleras e iba cargado con un par de grandes fardos bien amarrados con correas de cuero, varas de madera y un enorme rollo de tela.
-Los demás nos alcanzaran en un rato ¿Nos vamos ya?-.Les pregunto Mikk.
-Sí, cada uno lleve un fardo, están bastante pesados.- Dijo y luego se dirigió a Zyffgrid-. Y tú, ten cuidado, hay cosas valiosas adentro.
-Como quieras.- Mikk le alcanzo uno de los fardos como quien levanta una almohada de plumas. Cuando Zyffgrid lo cogió se dio cuenta de que estaba bastante pesado, los cogió por las correas pero las manos que aun estaban quemadas de la noche anterior le escocieron, apretó un poco la cara y dejo el fardo en el suelo un momento.
-Ah, cierto, tus manos.- Se fijo Yurian-. Así no podrás llevar nada.
-Si puedo, solo necesito vendas.- Respondió el mirándose las manos, tenía la piel de un tono rosa que resaltaba sobre su pálida piel en las muñecas, las palmas y entre los dedos-.Consígueme un buen vendaje , viejo.- Le dijo a Haaron.
-No es necesario si tienes una buena Haraquista como yo de tu lado.-Intervino Yurian.
-¿Sabes curar?-Pregunto él.
-Es fácil, aprendí a usar el harack para curar heridas hace mucho tiempo, solo necesito algo te tinta y unos segundos.- De un pequeño bolso que llevaba a la cintura saco un frasco de tinta, mojo la punta de su dedo meñique y se dibujo en la palma derecha un triangulo con una runa diferente en cada punta, soplo la palma para que la tinta se secara y le hizo señas a Zyffgrid de que se sentara a su lado-. No le molestara que haga un truco de magia mas ¿verdad?.- Le pregunto a Haaron detrás de la barra.
-Sería inútil decirles que no lo hagan, ni siquiera me molestare en verlos.-Le dijo y empezó a trapear la barra-. Pero que sea la última vez por favor.
-Es su bar, usted manda.-Dijo ella diligentemente.
-He escuchado que los Haraquistas que aprenden el uso de la vitalidad pueden llegar a ser mucho más longevos que una persona común.- Dijo Zyffgrid sentándose a su lado-. Me pregunto cuántos años tendrás tú. -Yurian era pequeña y delgada, pero su cuerpo dibujaba hermosas curvas, era de pechos pequeños, abdomen plano y piernas y brazos fuertes, su rostro era delicado y fino, parecía ser alguien que estaba en los 20 años.
-No tengo cien años, pero si muchos más que tu de seguro.- Le respondió sonriente, cogió una de las quemadas manos y la acaricio con la suavidad y delicadeza de una amante.
-Debo admitir que me sorprendes, yo no soy bueno en esto. -Zyffgrid sentía un extraño hormigueo en sus palmas y entre sus dedos, pudo ver como la piel iba retomando su color pálido. Luego ella cogió su otra mano y la acaricio nuevamente con mucha suavidad. Se sentía tan relajante que por un momento pensó que se quedaría dormido.
-No es algo que cualquiera pueda hacer, se necesita un tipo de harack diferente para hacerlo bien.- Le respondió ella y dejo de acariciarlo-. Esta listo, ahora vámonos, ya perdimos mucho tiempo.
-Bien.- Miro sus manos nuevamente y estaban inmaculadas, cogió el fardo que había dejado en el  suelo y se lo puso sobre el hombro.
Salieron por la puerta de aquel bar-posada-prostíbulo, el sol de la mañana iluminaba los adoquines de las blancas calles, una sombra se poso sobre ellos y Zyffgrid miro hacia el cielo, pudo ver qué pasaba una de las enormes naves ovoides del reino vigilando la ciudad, generalmente habían dos o tres flotando, pero aquel día había una decena de ellas de distintos colores, como adornado la ciudad por la celebración que se llevaba a cabo y en la noche brillarían para adornar el oscuro cielo en un espectáculo de luces y colores hermosos que solo se veía en ocasiones especiales. Dentro de los muros de aquella ciudad, Blanca Castilla que era la capital del reino de Midard, todo era perfecto, no había zonas pobres, solo la zona baja que era bastante decente y la zona alta en donde el terreno empezaba a subir, allí vivian todos los nobles y era donde se encontraba el gran castillo blanco en la cima de una colina vigilando la ciudad, no había vandalismo, no había suciedad ni enfermedades, todo estaba en completo orden, era así dentro de los muros de todas las grandes ciudades de Midard y de los reinos al sur y al oeste. Era así también en los pueblos aledaños a estas ciudadelas, pero mientras más te alejabas de ellas las cosas iban cambiando, la ilusión se iba rompiendo.
Pasaron entre una enredadera de callejones hasta que empezaron a escuchar el bullicio que provenía de la plaza de los mercaderes, a llegar a la plaza vieron que estaba abarrotada ya, aunque aun era muy temprano. Aquel día había venido gente de todas las ciudades cercanas a disfrutar de la enorme celebración que se llevaría a cabo. En consecuencia habían mas mercaderes de lo normal. Consiguieron un pequeño lugar entre aquel alboroto y tendieron una manta en el suelo, Mikk procedió a armar una especie de toldo con el montón de palos y el rollo de tela que había llevado, una vez instalado empezaron a soltar las correas de los fardos y a acomodar las cosas.-Ten cuidado con mis cosas-. Le había dicho Yurian a Zyffgrid, el fardo que había llevado le pertenecía a ella y era tremendamente pesado. Al ir sacando las cosas se dio cuenta de el por qué era tan pesado; había joyas y piedras preciosas, esculturas ornamentadas muy bien trabajadas de oro y plata, metales preciosos que se podían forjar junto con el hierro y crear espadas o armaduras de una calidad legendaria, amuletos para protegerse de maldiciones, no tan buenos como el que le habían quitado, pero bastante útiles. Por un segundo se vio tentando a coger uno y ponérselo, así aquella mujer ya no tendría tanto poder sobre él, pero cuando levanto la mirada se dio cuenta de que ella lo miraba atentamente.- ¿Por qué te detienes?-. Le pregunto mientras con el dedo pulgar y el índice acariciaba la piedra en la pulsera de su otra mano. Olvidando aquella idea continuo acomodando las cosas y pensando para sus adentros como fue que se convirtió literalmente en el esclavo de aquella mujer en menos de un día.
-He terminado. -Dijo Zyffgrid levantándose y estirando los pies-. Hubiera terminado de acomodar todo esto si te hubieras dignado a echarme una mano.
-Lo siento, vi como le ponías el ojo a mis amuletos y decidí quedarme observándote por si se te ocurría algo estúpido.-Le dijo ella acercándose a él y poniéndole una mano en el las mayas que se asomaban por su chaqueta y que le cubaran el pecho, alejándolo hacia atrás-. Tú te quedaras aquí apartado y veras porque nadie se robe nada, si viene mucha gente no podre estar pendiente de todos ellos, así que tú nos cubrirás a Mikken y a mí.
-Supongo que me darás algo al terminar esto ¿no? unas golondrinas no me vendrían mal si quiero disfrutar un poco en estas fiestas.
-Claro, ahora somos socios, cuando acabemos aquí te daré tu parte si vigilas bien y podrás irte a emborrachar todo lo que quieras después de medio día.-Le dio unas palmaditas en el pecho y agrego-. Con Mikk vigilándote por supuesto.
-Claro....-Agrego él y se fue a un rincón a vigilar mientras maldecía por dentro a aquella mujer. El solo pensar que debían vigilarlo como si fuera un niño hacia que la sangre le subiera a la cabeza, el era un hombre libre, al que le gustaba beber hasta morir, coger con prostitutas y no presentarle cuentas a nadie. Se maldijo a sí mismo por ser tan descuidado y miserable.
La gente empezó a llegar, las cosas que vendía Yurian allí no eran para nada baratas. Las joyas y las piezas ornamentadas de plata y oro la compraban las esposas de hombres adinerados que no tenían nada más que hacer con sus fortunas, los metales preciosos se los llevaban herreros de renombre en la ciudad, los amuletos se los llevaron comerciantes de la parte alta de la ciudad para vendérselo a sobre precio a los nobles que no se atrevían a pisar lugares tan degradantes para su clase como la plaza de los comerciantes en donde solo se reunía la plebe.
-Te daré cuarenta halcones de plata por ese medallón.- Le dijo a Yurian un hombre robusto de gordos cachetes, con la barba y bigotes tan largos que sus puntas terminaban en espirales. Se acariciaba la fina y larga barba con sus dedos gordos llenos de anillos con incrustaciones de rubíes y zafiros. Esa cantidad equivaldría a cuatrocientas golondrinas de cobre. Para como estaba su bolsa, aquello era una fortuna, pensó Zyffgrid.
-Cuesta sesenta halcones, ni más ni menos.- Respondió ella, de hecho Zyffgrid sabía que valía la mitad, era un amuleto de cobre con unos grabados no muy complejos, de calidad media, podía protegerte contra enfermedades o dolores intestinales o cosas cotidianas, pero no más, sin embargo Yurian era haraquista y el robusto hombre no, podía decirle que ese amuleto lo protegería de cualquier cosa y el no podría probar lo contrario. De hecho aquel gordo no sabía si era un amuleto real o no, así como tampoco lo sabrían sus clientes de la parte alta a los cuales se los vendería al doble. Para los nobles los amuletos eran un simple juego, algo bonito que te protegía de las maldiciones, algo místico y mágico, lleno de secretos, reían y pagaban mucho dinero por ellos sin siquiera saber si funcionaban o no, pero así era la sociedad noble, no les importaba gastar mucho dinero en simples excentricidades.
-Es solo un pedazo de cobre con un montón de líneas.- Dijo el gordo-. No vale ni veinte monedas de plata, vamos, te estoy haciendo una buena oferta.
-Ese pedazo de cobre está muy bien trabajado, se puede llevar semanas hacer uno igual.- Le respondió ella-. Busca por aquí e intenta encontrar otro igual, vas a encontrar un montón de amuletos falsos, esos si son pedazos de cobre. Este es autentico, sabes bien que subiendo esa colina lo venderás al doble, así que es una buena oferta, si no te interesa ve a otra tienda, ocupas todo el lugar aquí con tu enorme humanidad.
-Maldita seas, está bien, lo llevo.- La cara del regordete hombre estaba congestionada, hizo un ademan con la mano y llamo a uno de sus criados que le tendió una bolsa de la cual saco sesenta gruesas monedas de plata con un halcón en vuelo grabadas en cada una, se las entrego a Yurian y cogió su amuleto para luego irse de la tienda con paso dificultoso meneando su corpulenta humanidad de un lado a otro y soltando maldiciones.
Continúo la mañana y los demás hombres de Yurian llegaron, colocaron unas cuantas cosas más y se unieron a la faena de vender todo aquello. Redd también estaba allí, tenía un enorme cardenal verde oscuro de un lado de la cara y veía con ojos despiadados a Zyffgrid como si estuviera listo para rajarle el cuello en cualquier momento. Cerca de medio día ya habían vendido casi todo, solo quedaban unas cosas de los que llegaron más tarde y Yurian había hecho una cantidad de dinero que Zyffgrid pocas veces vio en su vida.
-Toma, aquí tienes lo tuyo.- Le dijo ella mientras le entregaba una bolsa de monedas. Logro contar doce halcones de plata con veinte golondrinas mas dispersas.
-No está mal ¿Ya puedo irme?.- Comparado con lo que se habia ganado ella eso era una miseria ínfima pero le bastaba y sobraba para pasarla en grande aquella noche.
-Sí, pero no te pierdas, etsa noche me gustaría hablarte sobre cierto tema, hay algo importante que debería decirte.- Dijo ella, Zyffgrid solo frunció el ceño ante aquella declaración. -Mikk, ve con él, no lo pierdas, que no se emborrache demasiado.
-A tu orden.- Respondió Mikken sonriente, el también logro amasar una cantidad bastante gorda de dinero-. Tranquilo muchacho, la vamos a pasar bien, olvida mi actitud en el bar y yo olvidare que me pateaste el culo ¿Sin remordimientos?
-Como quieras.
Zyffgrid salió de la abarrotada plaza llena del ruido de miles de mercaderes con Mikken yendo detrás. Las calles de la ciudad estaban llenas de artistas ambulantes venidos de pueblos aledaños, entre ellos músicos, bufones, malabaristas, escupefuegos, acróbatas. Había puestos por todos lados en los que vendían salchichas ahumadas clavadas en palillos de madera, manzanas caramelizadas con miel, pan caliente, vino, sidra, hidromiel. Las madres iban con sus mejores ropas cargando a sus pequeños hijos sobre sus hombros, los niños se hacian pintar las caras con los buffones y llenaban sus estómagos con dulces manzanas de caramelo, las mujeres pedían canciones a los bardos sobre las leyendas de Ulric el aventurero que viajo por todas las cuatro naciones o sobre Griff el perseguidor de estrellas que vino de tierras lejanas y fundo Blanca Castilla al pie de las montañas Blancas. Los enamorados se sentaban juntos en banquitos de piedra y se besaban como si no hubiera nadie alrededor. Solo se respiraban aires de felicidad y celebración, pero todo aquello a Zyffgrid lo aborrecía, no le agradaban los niños, no quería comer dulces, ya se sabía las canciones repetidas que cantaban los bardos sobre héroes coloridos y pintorescos, no estaba enamorado ni lo acompañaba una hermosa dama, todo lo contrario, lo acompañaba un monigote de cinco codos de altura, por lo que aquel sitio lo asqueaba, el lo que necesitaba era un lugar un poco más sucio, lleno de borrachos y prostitutas.
-Si vas a estar pegado a mi culo todo el día al menos podrías servirme de algo.-Le dijo mirando sobre su hombro a Mikken que iba detrás-. ¿Conoces algún bar sucio en el que pueda gastarme estas monedas? Haaron y la pelirroja ya me aburrieron bastante.
-¿Acaso es la primera vez que vienes a Blanca Castilla?- Pregunto Mikk-. Hay muchos lugares además de ese.
-Sí, y ese fue el primer hueco que encontré a buen precio y con hembras semi decentes-.
-Ya veo, pues conozco esta ciudad como la palma de mi mano, se donde están los mejores bares, las mejores putas y lo mejor es que a un precio razonable-. Dijo Mikk sonriente-. Sígueme el paso y no te arrepentirás.
-Quizás si termines siendo útil.
Zyffgrid siguió a Mikk por las calles abarrotadas, en un punto cruzo a un callejón estrecho de los miles que componían la ciudad, iba detrás de él y solo podía ver su amplia espalda cubriendo todo el camino, luego cruzo en otro callejón pero este era una estrecha escalera que bajaba hacia un túnel oscuro, pudo ver la luz al final del otro lado pero justo en la mitad se detuvieron en lo que parecía ser una puerta de madera en la pared del túnel, Mikken toco tres veces y un tipo alto, gordo y calvo de larga barba les abrió, se quedo mirando a Zyffgrid como si no debiera estar allí pero Mikk le dio un apretón de manos y los dejo entrar. El sitio estaba lleno de todo tipo de borrachos sentados en mesas, algunos barbudos, otros tuertos, otros sin la mayoría de sus dientes, pero todos con algo en común; espadas en sus cinturas. Había un montón de mujeres que servían las bebidas, algunas solo con la parte de abajo cubierta, enseñando los pechos, cuando pasaban por las mesas tenían que hacer un esfuerzo para esquivar las manos osadas que amenazaban con abofetearles el trasero, pero ellas igual reían y a veces se sentaban en los regazos de aquellos borrachos. A Zyffgrid le gustaban ese tipo de lugares pero él no solía gustarle a las personas de esos sitios, una cara bonita y sin cicatrices nunca encaja en sitios así.-Miren la niña que viene entrando-. Escucho.-Debe ser una hembra que viene buscando amor por estos sitios-. dijo otro.-Se ve más tierna que las nalgas de un bebe-.escucho a lo lejos.
-Acallen sus ladridos bandada de ebrios inmundos, este tipo viene conmigo y es más fuerte que un gigante, solo miren como me dejo a mi la cara, si puede patearme el culo a mi, por supuesto que puede patear el de todos ustedes.-Grito Mikken mostrando el cardenal del día anterior. Todos se quedaron en silencio por un momento, al parecer le tenían cierto respeto a Mikk, luego un borracho bastante enano y regordete, de piel y cabellos rojizos que mediría dos pies cuando mucho se le acerco, no le llegaba ni a la cintura.
-Mas bien la cosa es que tu dama de compañía te golpea cuando están bailando entre las sabanas.-Le dijo el pequeño hombre, Mikk solo una carcajada al igual que todos en el bar, uno se atraganto con un trozo de cerdo y casi se ahoga. De repente el corpulento bandido le dio una patada en el culo a aquel enano mandándolo a volar varios metros más allá en la sala. Todos se rieron el doble y algunos se revolcaban en el suelo. Se sentaron a la barra y empezaron a beber.
-Ese enano era un ¿Dalfar?-Pregunto Zyffgrid.
-Era un Alfal.- Respondio Mikk-. Los Dalfar son totalmente diferentes hombre
-Siempre confundo sus nombres, además es raro verlos con humanos.
-En las ciudades se ve de todo amigo mío.
Un par de mujeres con los pechos afuera los interrumpieron sentándose al lado de Mikken, susurrándole cosas al oído mientras miraban a Zyffgrid.
-Parece que mis amigas te quieren conocer.- Le dijo mostrando una sonrisa de lado mientras las dos mujeres soltaban risitas por detrás de él-. Me están preguntando por que tu cara es como la de un noble, que si nunca te la han rajado con un hierro afilado. No suelen ver tipos apuestos por aquí.
-Han intentando rajarme de muchas formas, pero siempre fallan, los destazo antes de que logren tocarme.- Dijo y bebió un trago hondo de un licor fuerte y transparente y dijo al camarero que le sirviera otro. Las mujeres rieron, una se sentó a su lado y empezó a acariciarle la cabellera.
-Parece que ya te ganaste a una de mis niñas.- Le sonrió Mikk-. Eres más rudo de lo que pareces, ese trago transparente lo traen del norte, de las tierras de Nordran, no sé cómo coño lo hacen pero hace que cualquiera arrugue la cara, sin embargo tú lo bebes sin inmutarte en lo absoluto.
-Me gustan las bebidas fuertes pero soy descuidado, ayer en el bar, cuando tú y tus amigos se aparecieron ya me había bebido una botella entera, tuve que mandarlos al suelo a los tres ebrio, luego cuando me encontraste ya llevaba la segunda, eso fue demasiado.
-Y ¿Por qué no nos mataste? Pudiste hacerlo si querías pero decidiste irte.-Dijo Mikk mientras bebía un trago de la amarga bebida transparente.
-Mira, solo mato cuando es realmente necesario, además esta ciudad tiene sus reglas, aquí no funciona el mismo sistema hostil de los pueblos mucho más allá de los muros. Ustedes lo saben, por algo no me apuñalaron por la espalda sin decir palabra.
-Buen punto, si te hubiéramos visto en un mugriento bar de un lejano pueblo de barro y madera quizás Redd te hubiera matado sin decir una palabra.- Dijo Mikk mientras asintió seriamente.
-Lo habría matado mucho antes de que hubiera desenvainado, no te quede duda. Muchos han intentado quitarme esta espada y les he hecho rodar la cabeza por el suelo.- La mujer a su lado lo acariciaba y le besaba la oreja mientras él la tocaba en los por muslos entre las piernas.
-Pues viendo lo rápido que eres no lo dudaría.- Dijo Mikk mientras arqueaba las cejas hacia arriba-. ¿Y qué te trajo por estos lares?
-Simple casualidad. Iba por caminos de barro húmedo muy lejos de aquí, pero unos carromateros con mucha mercancía necesitaban un escolta, sabes cómo son los caminos, además no tenía nada en la bolsa así que me subí en la parte trasera de uno de los carros. No me fue tan mal, seduje a la hija de un mercader de telas que iba con nosotros, me daban comida, y dormía sobre una cómoda pila de heno, solo tuve que vigilar de que no pasara nada de camino aqui.-Dio un trago y vacio el vaso, hizo un ademan al mesonero para que le sirviera de nuevo-. Termine llegando a un pueblo aledaño a esta ciudad y escuche que todos hablaban de la maldita fiesta de su alteza Auri-no-se-que, tenía la bolsa llena ahora y decidí pasar a ver, pero me la gaste muy rápido. Aquí en la ciudad las cosas son más caras por lo que veo.
-Esto es Blanca castilla, como veras aquí la mayoría de las cosas están en orden, aquí los estándares de vida son altos, hay que pagar bien cuando vienes a esta ciudad.
-Sí, ya lo sé, la vida es muy diferente en este sitio y en los poblados que lo rodean.
-Así es, esto es la Comarca del grifo, una de las comarcas de Midard y la principal de todas en el reino. Todos los pueblos que la componen gozan de estándares altos de seguridad, todo lo que rodee a Blanca Castilla esta bajo el manto y la protección del Rey, a diferencia de los pueblos mas alejados que no entran en ninguna comarca, de los cuales el reino suele olvidarse.-Le dijo Mikken mientras pedía otro trago, la mujer de su lado le rodeaba el cuello con el brazo y le acariciaba el pecho-. ¿Nunca habías ido a una ciudad grande?
-A esta nunca había venido. Generalmente me la paso rondando por decenas de pueblos olvidados, buscando de que comer, me va mejor en esos sitios, siempre hay alguien que necesita un escolta para ir de un pueblo al otro, siempre hay bandidos que matar y a veces llevan cosas buenas que vender. Lo único que se ve del reino son esas enormes naves volantes.
-Ah, sí, de seguro es porque llevan provisiones de una comarca a otra, o de una nación a otra cuando se trata de cosas importadas como esto que estamos bebiendo, o tal vez son naves de transporte, pero es costoso. Si un día ves una nave más pequeña y muy lujosa es probablemente porque un noble va viajando en ella, es mucho más rápido e infinitamente más seguro que los caminos.-La mujer al lado de Mikken le susurro algo al oído y este sonrió-. Esta mujer necesita un poco de calor en la entrepierna mi amigo, si me disculpas yo volveré en un rato, dejare a mi otra amiga en tu cuidado.- Se levanto de la barra y se dirigió a unas escaleras que daban a un piso subterráneo, se perdió en la oscuridad con aquella mujer que iba soltando risitas mientras Mikk le hacía cumplidos obscenos.
-Parece que nos quedamos tú y yo solos.-Le dijo la mujer cabello negro y pechos descubiertos a Zyffgrid, eran firmes y de un tamaño intermedio, las prostitutas de aquel lugar estaban bien dotadas, no les faltaban los dientes, todas eran de pechos firmes y habían de todo tipo de colores de piel-. Mi cuota es de 20 golondrinas por cada polvo ¿Que sugieres que hagamos?
-Pues es sencillo.-Le puso dos Halcones de plata en la mano y luego puso otro sobre la mesa señalándole al camarero una botella del mostrador detrás de la barra-. Vamos a ir a esas habitaciones subterráneas y vas a calmar la hinchazón que me provocaste entre las piernas.
Zyffgrid la cogió de una mano y bajaron las oscuras escaleras alumbrando el camino con una vela, ella le señalo por cual puerta debía ir y entraron a la habitación, era bastante básica y apenas se podía distinguir una pequeña cama de madera en un rincón. Se descolgó la espada y la dejo recostada de la pared, se saco la chaqueta y luego la malla dejándolas en el suelo. La opaca luz de la vela a penas dejaba ver su cuerpo entre la oscuridad, su piel era lisa y blanca, la mujer de cabellos negros le acaricio el centro del pecho.
-Tu piel es muy suave.- Le dijo mientras deslizaba su mano en los pectorales de Zyffgrid, hasta llegar a una parte del pecho que resultaba áspera a tacto, era como una cicatriz-. Me mentiste, el hierro de otra espada si te ha tocado.- Le paso la lengua por el cuello mientras su mano iba bajando hasta metérsele delicadamente en los pantalones-. ¿Me contaras quien fue tan bueno como para hacértela?
-Hablas demasiado, no te pague para que me hicieras preguntas.- Saco su virilidad de sus pantalones-.Ponte de rodillas, vas a usar tu boca para algo mejor que hablar.- Ella se arrodillo y el la tomo por el cabello moviendo su cabeza de adelante hacia atrás sin mucha delicadeza, con su otra mano libre cogió la botella de licor fuerte que había comprado y le dio un largo trago. Después de unos minutos se aburrió de que ella jugara con su boca y la puso de espaldas contra la pequeña cama, quito aquel manto de tela que le cubría las caderas y se introdujo dentro de ella, daba fuertes y rápidas embestidas, lo hacía como una bestia sin demostrar la mas mínima cantidad de afecto, pero a ella eso parecía no molestarle en absoluto. Bebía largos tragos de licor mientras la embestía como un animal salvaje y ella gemía de placer, al cabo de varios minutos sentía que ya estaba a punto de terminar, saco su miembro de los adentros de la mujer y la puso de rodillas para que acabara con su boca vaciándole toda su semilla dentro. Luego de terminar se echo sobre la pequeña cama y empezó a dar tragos a su botella. Ella se recostó de su lado y comenzó a acariciarle el pecho y la cicatriz. Zyffgrid maldijo en su interior por lo incomodo y pequeño de aquella cama, no le interesaba tener contacto físico fuera de lo sexual con aquella mujer , pero no había más muebles en la habitación así que no le quedaba más que aguantar aquellas caricias que le resultaban tan desagradables, solo esperaba que no abriera su boca para hacer preguntas.
-Nunca he visto a alguien tan hermoso como tú por aquí.-Le dijo ella con su cabeza recostada de su pecho, mirándole tímidamente-. Siempre vienen hombres gordos, calvos y apestosos, pero tú eres diferente, hasta tu olor es diferente.-Clavo su nariz en el cuello de Zyffgrid para olfatear su fragancia, olía a sudor mezclado con algo que parecía un aroma de flores marchitas-. ¿Eres un noble o un príncipe de tierras lejanas?
-No.
-Eres muy callado, cuéntame de tus aventuras por favor ¿Has vivido muchas? Yo no he visto muchas cosas, solo el pequeño pueblo en el que crecí hasta que me trajeron a esta ciudad a trabajar, lo más que veo son peleas de borrachos. A veces sueño con irme a recorrer lugares lejanos a esta ciudad, me han contado muchas cosas sobre Vestera al oeste, lo llaman país de la primavera, con enormes prados llenos de flores de todos los colores existentes, o quizás podría ir a las tierras de Esros al este, la tierra del otoño, dicen que los arboles tienen hojas rojas, amarillas, ocre y que hay bosques hermosos donde los arboles se pierden en las alturas, me da curiosidad las cosas que dicen sobre esos Cyndarines de piel palida que viven alla entre la gente. O quizás al norte, pero las historias del norte me dan algo de miedo ¿Tú has ido a alguno de esos lugares, mi príncipe?-Dijo mientras le acariciaba su pecho hasta que llego a su enorme cicatriz en el centro-.Y esto ¿ Quien le habrá hecho esto a tu hermosa piel?.
ZYffgrid dio un trago a la botella que llevaba casi a la mitad, aparto a aquella mujer bruscamente y se puso de pie, recogió su malla y su chaqueta y empezó a vestirse, luego cogió la espada y se la colgó de la espalda.
-¿Te irás ya?- pregunto ella desconcertada.
-Sí.
-Vuelve mañana por favor.
-Si llegara a volver mañana escogería a una puta que no hable tanto como tu ¿Acaso crees que te pague para que me contaras tus sueños frustrados de viajes y aventuras? eres una puta, tu lugar está aquí, complaciendo las sucias vergas de todos esos borrachos que están arriba-.Le dijo el mirando sobre su hombro, luego cogió su botella y salió de la habitación azotando la puerta a sus espaldas.
Al subir al primer piso lo primero que vio fue a Yurian sentada en la barra mirándolo, detrás de el salió aquella mujer soltando sollozos, con sus ojos rojos y la cara ruborizada, caminando a paso acelerado.
-¿Tan malo así eres en la cama?-Le pregunto Yurian bebiendo una copa de vino.
-Un día vas a comprobarlo por ti misma.-Le dijo el sentándose a su lado-¿Qué haces aquí? creí que era libre después de mediodía.
-Lo eres, solo da la casualidad de que estamos en el mismo bar, supongo que Mikk te trajo, solemos venir aquí a veces, es un sitio cómodo, ya me conocen por aquí. ¿Dónde está Mikken, por cierto? Le dije que te vigilara y te dejo solo.-Le dijo.
-Supongo que aun esta con aquella otra mujer.
-Vaya, bueno, ya se algo interesante, Mikken puede durar más que tú en la cama con una mujer.-Le dijo mientras reía, pero a el no le hacía gracia, ni siquiera la estaba mirando, solo daba tragos de su botella mientras veía hacia la nada-.No tienes sentido del humor-.Agrego luego de que su sonrisa se hubiera apagado.
-Si tengo, pero tus bromas son estúpidas. –Respondió el dando un trago.-
-Te gusta ese licor norteño ¿no? Lo llaman el agua del norte, Redd viene de alla y ni siquiera él lo bebe con tanta facilidad como tú, no arrugas ni un poco la cara después de cada trago.
-Con solo ver a ese terco huesudo peli blanco uno puede deducir que es de allá, pero lo dudo, se dice que los norteños son fríos como el hielo y duros como el invierno pero él no parece ser ninguna de las dos cosas.-Dio otro trago de aquella agua amarga-.Si, me gusta esta bebida, tiene un efecto más fuerte que el vino o la cerveza ¿Lo has bebido?
-Si, Redd me lo ha invitado una que otra vez, pero es muy fuerte para mí gusto.- Dijo ella dando un sorbo a su vino, sentada de piernas cruzadas-. Prefiero cosas más suaves como este delicioso vino.
-También me gusta el vino, pero es menos potente, tarda mucho en emborracharme.
-¿Por qué disfrutas tanto de emborracharte? Nunca le he encontrado sentido, solo te mareas, las palabras se enredan en la boca y la gente puede llegar a decir cosas bastante estúpidas estando ebria, ni se diga el dolor de cabeza y los mareos que se sufren al día siguiente.- Le explico y dio otro pequeño trago a su bebida-. Bueno, ya bien comprobaste ayer lo inútil que puedes llegar a ser con una resaca encima.
-Con resaca y todo estuviste a punto de perder en ese juego, de hecho, si el pato asado que me comí más temprano ayer no hubiese decidido trepar por mi estomago hasta mi garganta y regarse por el suelo, habrías perdido.-Dio otro trago a su botella que ya estaba a menos de la mitad-. Me gusta beber porque es lo único divertido que hay en este mundo tan aburrido. Ir por los caminos, llegar a un pueblo y matar al bandido de turno por unas cuantas monedas y que todos crean que soy una especie de héroe de cuentos no me entretiene, ya sé que cuando me vaya alguien más volverá a robarles los cultivos, el ganado, violar a una que otra de sus mujeres y así, el mundo no tiene solución y haga lo que haga yo no lo cambiare. Me entretiene mas cuando entro a un bar y me emborracho, escojo a alguna mujer decente y me meto en una habitación con ella, creo que mientras menos consiente estoy, mejor me siento.
-Tus razones son bastante tristes pero realistas la verdad.-Dijo mientras recostaba un codo sobre la barra y lo miraba-. Creí que habías dicho que te dedicabas a cosas similares a las mías
-Pues sí, mato y si llevan cosas buenas las vendo, pero no mato a mercaderes ancianos que no pueden defenderse, no voy a un pueblo y violo a mujeres con niños aun mamando de sus pechos. Solo mato a quien yo considero que debo matar y si me ofrecen una buena suma.-Dijo el sin mirarla-. Bandidos generalmente, me preguntaba si tú eras de esa clase de bandidos.
-No somos vulgares "bandidos". Si llegamos a un pueblo pequeño, lo tomamos de la forma menos sangrienta posible, en orden, la gente inclusive llega a sentirse más segura mientras nos quedamos, ya que no permito que ningún otro grupo de bandidos más violento entre al pueblo en nuestra estadía. Tomamos lo que queremos calmadamente y la gente nos lo da. Luego nos marchamos. En los caminos encontramos a otros bandidos a veces, los que son listos pasan de largo y los que son tontos y osados terminan siendo cortados por alguno de los míos.
-Ya veo de donde sacas todas esas cosas tan caras. ¿Los amuletos si los hiciste tú? – Le pregunto.
-Sí, los hice con cobre puro, es más sencillo hacerlos con ese material, aunque menos efectivos y no de tan alta calidad como el que te quite.- Le dijo ella.
-Tienes razón, son algo malos.- Yurian se le quedo mirando un momento con ojos entrecerrados-. Aunque había unos de bronce que no estaban tan mal.
-Si, nunca fui buena en lo de los amuletos. –Reconoció ella-. Mayormente porque siempre he tenido el que viste antes, es muy bueno y nunca he tenido necesidad de hacer otro mejor. He estudiado más que todo la medicina, a manejar el flujo de mi harack y conozco muchas runas. –Dio un trago a su vino y apoyo su quijada en la palma de su mano-. ¿Dónde aprendiste a manejar tan bien tu harack? ¿O a pelear? Tienes la apariencia de alguien muy joven como para hacer tan buenos amuletos, manejar el flujo de su harack tan bien como yo y pelear mejor que mis amigos.
-No me empieces a preguntar demasiadas cosas.- Dijo Zyffgrid que volteo su mirada hacia ella con su ceño fruncido, sus ojos destellaron ira por unos segundos y Yurian noto como la piedra se tornaba roja, Zyffgrid volvió la mirada de nuevo hacia el frente-. Solo son cosas que se me han dado bien desde niño, eso es todo.
-Entiendo.- Le dijo ella volteando su mirada hacia otro lado también-. No es necesario que me cuentes nada, la verdad. Solo tuve la tonta idea de que podría conversar contigo.
-No tengo nada interesante que contar, solo soy un borracho que vaga de sitio en sitio buscando donde embriagarse para no tener que pensar en nada hasta despertar al día siguiente con resaca.- Dijo Zyffgrid bebiendo de su botella transparente que cada vez bajaba mas-. Solo te aburrirías teniendo una conversación con alguien como yo.
La piedra en su muñeca era ahora de un color azul tan oscuro como el mar de noche, ¿Mal humor, cansancio, demasiado estrés o quizás Tristeza? Pensó ella ¿este hombre tan frívolo y directo podía estar sintiendo tristeza? Anteriormente en el bar de Haaron pudo ver algo similar por unos segundos, pero lo ignoro por completo, ahora que hablaban de nuevo notaba aquel oscuro azul una vez más y se preguntaba que estaría pasando por su mente, pero prefería no preguntarlo, hace un momento se dio cuenta de que era un hombre al cual no le gustaban las preguntas demasiado personales.
-¿Piensas quedarte a beber aquí hasta la noche? – Le Pregunto ella volviendo a mirarlo.
-Eso creo, a menos que tu amigo quiera llevarme a otro lugar, a fin de cuentas no puedo ir a ningún lado sin él o ¿no?-Dio un trago hondo y un hilo de aquel licor le corrió por un lado de la boca hasta la quijada.
-He cambiado de idea, ahora vendrás conmigo a dar unas vueltas, si te quedas aquí bebiendo Mikk tendrá que cargarte a lomos de nuevo y no quiero dejarle esa tarea.- Dijo Yurian poniéndose de pie-. Deja esa botella en la barra, no quiero que te emborraches más.
-Maldita mujer.-Dijo Zyffgrid en voz baja, sabía que no tenía demasiadas opciones, así que decidió hacer caso-. ¿Qué hay de tu amigo? se extrañara cuando salga y vea que no estoy.
-Te dije que ya me conocen aquí. Posadero, cuando salga Mikk de hacer sus cosas le dirás que este de aquí se fue conmigo.- Le dijo al hombre tras la barra y este asintió-. Bueno, vayámonos.
Salieron del bar y una vez en el túnel fueron por el otro lado contrario a donde se encontraban las escaleras. Zyffgrid iba detrás de Yurian por otro de los estrechos callejones de la ciudad. Ella apenas cubría el camino con su pequeño cuerpo a diferencia de la enorme espalda de Mikken hace un rato, que abarcaba casi todo lo ancho de la estrecha calle.
-Te dije que quería quedarme en la ciudad para ver uno que otro espectáculo.- Le dijo ella guiando desde adelante.
-Sí, también dijiste que era libre después de mediodía.- Respondió el con amargura desde atrás-.
-Creo que eres tan amargado por lo monótona que es tu vida, hay más cosas además del agua del norte y las prostitutas de los bares.
-Como por ejemplo ¿Escuchar las sátiras de los bufones que vinieron a la ciudad? O ¿escuchar los romances de todos esos bardos mediocres que andan por ahí? ¿Ver las acrobacias y trucos de magia de los artistas ambulantes instalados en cada plaza? Son trucos baratos, eso no debería sorprender a alguien como tú que eres usuaria de harack. En fin, me gusta más mi rutina monótona, odio el bullicio de toda la gente de esta ciudad, altera cada uno de mis nervios.
-Eres muy amargado. La verdad si me gustan los trucos que hacen esos artistas ambulantes, son bastante divertidos a su modo, es diferente al harack, me gusta ver como engañan al ojo humano de esa manera, y como luego todos se quedan tratando de analizar cómo es posible que su pañuelo se convirtiera en una paloma que emprende el vuelo y se pierde en el cielo.- Dijo Yurian guiándolo entre aquellas calles estrechas y vacías, para ese momento toda la ciudad se reunía en las grandes plazas y calles principales -. Me gustan los romances que cantan los bardos sobre historias de héroes antiguos y me hacen preguntarme cuál de las tantas versiones que he escuchado será la real, además soy músico y nunca pierdo la oportunidad de escuchar nuevos romances e historias para formular los míos propios. Me gustan las bromas que hacen todos esos bufones y me sorprende su habilidad de improvisar sobre la marcha y sacar una broma con cualquier pequeña cosa que ven entre el público. Tengo más años de los que aparento, pero en la vida he aprendido a ver ese tipo de cosas como si fuera una niña aun, quizás así puedo olvidar las cosas malas como haces tú cuando te emborrachas. ¿No te gustaría salir de tu aburrida rutina si quiera por un día?
Zyffgrid se había quedado en silencio mientras escuchaba todo aquello, luego de que Yurian termino de hablar,  al final le respondió.
-No tengo demasiadas opciones, la verdad.- Respondió con fastidio y la siguió mientras cruzaba en las intersecciones de cada callejón, el sonido de múltiples voces de personas se escuchaba cada vez más cerca pero no estaban próximos a ninguna calle principal aun. Entraron a una plaza interna en la cual estaban reunidas unas dos docenas de personas alrededor de la fuente. Aquella plaza era de gran tamaño y estaba rodeada por sus cuatros lados de enormes edificaciones blancas que la cubrían con su sombra, la única manera de llegar a aquel sitio era a través de los estrechos callejones que se conectaban a ella, era como el patio trasero de aquellas cuatro enormes estructuras.
-Aquí es.-Dijo ella dirigiéndose hasta donde estaban todos reunidos, en el centro de la multitud, sentado a un borde de la fuente se encontraba un joven músico interpretando un romance mientras tocaba una mandolina.
-Un romance.-Le reclamo con amargura-. Que original.
-Ese chico es del norte, las historias que se cuentan allá son diferentes a las de aquí, quizás te parezca interesante.- Dijo Yurian.
Se adentraron en el grupo hasta quedar bastante cerca de la fuente, el joven músico de rasgos finos iba vestido de color escarlata de los pies a la cabeza, con finas decoraciones florales de color dorado y una pequeña capa que le cubría uno de sus hombros, su cabello era largo de color gris y amarrado en una larga trenza. Interpretaba un romance sobre una mujer llamada Fela la nigromante, tan hábil usando el harack que lograba despertar a los muertos de sus tumbas. De larga cabellera negra que llegaba al suelo y dejaba un rastro en la nieve cuando caminaba, su oscuro vestido de una tela mágica que la protegía del intenso frio era de una fina lana que dejaba ver la desnudez de su cuerpo. Sus ojos eran azules como el mar congelado y fríos como el hielo. Con cada paso que daban sus pies descalzos lo muertos se iban levantado como rosas negras que florecían en la nieve, con la carne podrida, devorada por los gusanos, con la piel gris, seca y dura abandonada por el calor de la vida hace mucho tiempo y sin saber quiénes fueron ni cómo eran sus nombres en el pasado, la maldición de Fela era traer de los mares del olvido a una vida pútrida y pesadillesca, inconsciente de lo que había a su alrededor. En un momento de su vida, cuenta el bardo, se encontró con un hombre en los bosques gélidos del norte, con el cabello blanco como la nieve, que le llegaba a los talones, con los rasgos más hermosos que jamás hubiera visto. Ambos se enamoraron y vivieron felices un tiempo hasta que el hombre súbitamente murió, dejando a Fela en una profunda depresión, porque sabía que nunca podría traerlo a la vida como era antes, nunca más sentiría su calor y su hermoso cabello plateado se le resbalaría del cuero cabelludo podrido. Al final de la historia Fela se va a las profundidades del frio norte y se saca su vestido negro, quedando totalmente desnuda y muriendo congelada, sola y triste, pero su espíritu continúo vagando en los bosques congelados, reclamando la vida de los que se pierden en las frías noches del norte. Todos le aplaudieron a aquel joven músico alabando su habilidad con la mandolina y su increíble voz que arropaba cada rincón de aquella enorme plaza. Miro por un momento hacia donde se encontraba Yurian y se acercó a ella.
-Mi pequeña y fina espectador favorita.-Dijo mientras con su mano tomaba la de ella y la besaba en la parte superior haciendo una educada reverencia-. No esperaba verte de nuevo luego de que ayer, después que compartimos tan bonitas palabras e intercambiamos historias de nuestros romances favoritos te tuviste que despedir inesperadamente.
-Sabía que estarías aquí de nuevo así que decidí venir a escuchar tus hermosas canciones nuevamente.- Dijo ella sonriéndole.
-Si fuera para verte a ti, te esperaría aquí todos los días del mundo con una canción nueva que te llene de júbilo y haga brillar esos hermosos ojos purpura como amatistas que posees.- Dijo el posando su mano en la mejilla de Yurian para contemplarla mejor.
-Ese sería un lindo detalle.- Le sonrió ella-. Este es uno de mis compañeros por cierto, se llama Zyffgrid.- El bardo miro hacia un lado y vio al alto hombre que le sacaba unos cuantos dedos de estatura.
-Vaya, no me había fijado.- Exclamo-.Me llamo Greg, soy músico multintrumentista y cantautor.- Zyffgrid se quedó de brazos cruzados y solo miro hacia otro lado-. Pues tu amigo es algo callado.-Le dijo a Yurian arqueando una ceja-. Quizás no disfruto demasiado mi canción ¿A ti que te pareció, mi pequeña piedra de amatista?
-Muy hermosa la verdad y muy triste también, había oído algo sobre esa Fela, pero nunca había escuchado de esa historia tan trágica.-Luego señalo a Zyffgrid con el pulgar y agrego-. Disculpa a mi acompañante, su oído musical es completamente nulo.
-¡Me alegra mucho que te gustara!- Exclamo Greg sonriente-. Pero es una lástima que tu amigo no aprecie tales historias.-Luego lo miro a el-. Aunque eso no quita que te envidie demasiado por poder disfrutar de la compañía de esta hermosa dama.- Le dijo Sonriente a Zyffgrid.
-No disfruto de su compañía exactamente.- Le respondió el-. Y si estás pensando que ella y yo tenemos algún tipo de unión sentimental, te puedes relajar ya que no es así.
-Solo es mi acompañante por el día de hoy.- Le dijo ella-. ¿Qué tal si nos sentamos a la fuente y compartimos más historias como las de ayer?
-Seria para mí todo un placer señorita.- Le extendió su ante brazo a Yurian caballerosamente a lo que ella accedió.
-Ven con nosotros, quizás te entretengan algunas de nuestras historias.-Le dijo ella a Zyffgrid con una sonrisa de lado a lado, este simplemente se encogió de hombros y los siguió al borde de la fuente. Compartieron historias por un rato, sobre héroes del norte y héroes del sur, historias de amor, folclore, Yurian reía y hablaba emocionada sobre muchas de las canciones que conocía y Greg le respondía con más historias interesantes, la mayoría bastante trágicas. Zyffgrid solo se limitó a sentarse y apoyar su codo de sus rodillas mientras su cabeza descansaba en la palma de su mano. Su cuerpo empezaba a reaccionar al agua del norte que había bebido hace un rato, se mareo un poco y un pequeño dolor se empezaba a asentar en su frente.
-Sabes muchas historias, Greg, es una lástima que pronto deba dejar la comarca de Grifo.-Dijo ella con algo de pesadez en su voz-.No sé dónde podría encontrarte nuevamente.
-Es fácil mi pequeña amatista.-Dijo el con entusiasmo-.En la comarca de las águilas mas al norte, allá soy mucho más conocido y es donde generalmente hago mis espectáculos, me la paso seguidamente en la posada Las mil cuerdas, que es muy popular en esa comarca, allí se reúnen gran cantidad de músicos y artistas de toda Middard, próximamente me presentare ahí.
-Impresionante, así que eres famoso por allá, no lo habías mencionado, que modesto de tu parte.- Yurian lo miraba con sus ojos purpuras llenos de brillo-. Pues no dudare en pasarme en cuanto pueda, necesitamos reunirnos de nuevo.- Le sonrió cálidamente-. Tienes que contarme más historias del norte como la de Fela.
-Encantado lo haría, tengo muchas más historias similares en mi repertorio musical.- Le aseguro-. Conozco mucho del norte ya que crecí ahí, pero como sabrás la tierra es muy pobre así que decidí abrirme camino hacia las ricas tierras del sur, pero creo que no todos disfrutan de mis romances me temo.- Dijo mientras miraba a Zyffgrid que parecía no prestarles atención.
-Si voy a las Mil cuerdas no lo llevare, tranquilo.- Se reia Yurian mientras le daba una palmada al hombro a Greg-. Como te dije, mi amigo no disfruta mucho la música.
-La verdad, siempre he disfrutado de los buenos romances.-Intervino Zyffgrid rompiendo su silencio-. Es solo que tu versión del romance de Fela no me ha gustado, conozco una versión con un final diferente, que me gusta mucho más, pero no soy cantante ni poeta así que quizás mi opinión no sea de valor para músicos como ustedes. -Yurian volteo la mirada hacia él y lo observo interesada, como si le hubiese tocado una cuerda de lira en su interior en la melodía correcta.
-Pues cuéntamela, me gustaría saber qué final te podría gustar más que ese.-Le dijo ella posando su quijada sobre la palma de su mano, atenta.
-También me gustaría escuchar.- Dijo Greg mirándolo con una ceja levantada.
-Pues bien.-Empezó Zyffgrid-. En la historia que escuche ya hace años, aquel hombre le había prometido un regalo a Fela que pudiera estar a la altura de su belleza. La primera vez le trajo una flor de hielo que se encontraba en la cima de la montaña más alta del mundo, que permitiría a su portador o portadora permanecer joven por siempre y se la coloco sobre la oreja, pero esto a Fela no le servía ya que ella conocía los secretos de la curación y nunca envejecía ni moriría, la tristeza lo invadió por vez primera pero ella lo abrazo con su desnudez y su dolor se calmó. La segunda vez, en una piedra gigante tallo con su alma un poema interminable para ella en donde expresaba sentimientos que ni el más enamorado de los poetas o músicos podría escribir jamás, pero para eso Fela ya lo tenía a él todos los días que con su voz podía cantarle todas aquellas hermosas palabras, la tristeza lo invadió por vez segunda pero Fela le dio un beso frio y cálido a la vez que le devolvió la alegría. Por vez tercera ya sabía lo que tenía que hacer, para una mujer como ella el único regalo que podría comparársele y hacerle justicia era un reino, por lo que el hombre le prometido que se convertiría en un Rey como ninguno y que ella sería su Reina de la escarcha. Lucho ferozmente por conseguir una corona pero al final se dio cuenta de que aquello le era imposible y cayó de nuevo en una gran tristeza, la tercera y más grande de las tristezas, que ni los abrazos ni los besos de su esposa podían sanar, al final el hombre sufrió una depresión tan enorme que enfermo y termino muriendo, taciturno al lado de su mujer mientras ella le decía que no necesitaba una corona y que su reino siempre estuvo junto a él. En medio de una gran desesperación, Fela intento revivir a su amado una primera vez y lo logro, pero volvió con la mirada perdida en el vacío, sin calor bajo su piel y sin responder a las palabras dulces de su mujer, por lo cual con mucho dolor tuvo que quitarle la vida una vez más. Sumida en una profunda tristeza lo intento por una segunda vez, en esta ocasión uso sus lágrimas y un poco de su sangre, pero el cuerpo de su esposo se había podrido ya, lo que regreso a la vida fue un ser corrupto que no podía sostener su propia carne y que la miraba fijamente con ojos llenos de dolor por aquella no-vida con la que lo habían traído de vuelta. Tristemente y en llantos tuvo que arrancarle la luz de sus ojos una vez más. En la tercera ocasión, Fela ya sabía lo que debía hacer, esta vez además de su sangre y lágrimas, utilizo los dos regalos que su esposo le dio; la rosa azul de la juventud y la piedra en la que él había puesto parte de su alma. Lo trajo a la vida por tercera vez y parecía haber funcionado, su cuerpo estaba inmaculado, sus cabellos níveos estaban relucientes y de sus ojos brotaban destellos llenos de vida. Fela en cambio había pagado un precio por traerle de vuelta nuevamente, la parte inferior de su cuerpo se había podrido dejando sus piernas secas y grises con vetas negras por las cuales se asomaban amarillentos gusanos que consumían su carne descompuesta. Mirándola desde arriba completamente impoluto, se acercó a ella besándola cálidamente en la boca para luego decirle con una voz llena de dolor: -Ya no eres mi hermosa Fela, ya no puedes reinar conmigo-. Se quedó ahí, sola y triste sobre la nieve, hasta que sus lágrimas se congelaron, hasta que sus llantos se helaron, hasta que su corazón se cubrió de escarcha, hasta los días presentes ella sigue ahí, reinando solitaria y reclamando la vida de aquellos que se pierden en las noches del profundo norte y mueren de frio.- Zyffgrid hizo silencio haciendo notar que ya había concluido.