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[Fantasía] Amara 2.0 - Printable Version

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RE: [Fantasía] Amara 2.0 - Iramesoj - 05/08/2018

Ok, de acuerdo. Gracias por todo Big Grin


RE: [Fantasía] Amara 2.0 - Iramesoj - 10/08/2018

No voy a poner el capítulo 2 entero en un post en base a la conveniente brevedad cuando se cuelgan textos en internet. Bueno, la continuación.

CAPÍTULO 2-1

Todo el pueblo estaba congregado para presenciar el juicio. Enfrente estaban los 3 ancianos que serían los jueces principales: Morati, Baka y Anwar. Baka era el tío de Nasha y Anwar el padre. «Lo voy a tener dificil, pero ya he llorado bastante. Ahora he de mostrar entereza», pensó Amara al verlos. Aganju estaba al lado de los tres jueces, junto con su hermano. Todos estaban sentados con las piernas cruzadas, pero Amara no podía sentarse de ese modo debido a las ataduras, por lo que los guardias la ayudaron a sentarse sobre una piedra. Hecho esto, tomó la palabra el anciano Baka:

—Estamos aquí para juzgar por asesinato a Amara. Puesto que ella pasa de los veinte años, puede ser juzgada como adulta. Tiene la palabra Aganju, que es quien la acusa de asesinar a Nasha.

Aganju habló entonces.

—Mi hermano y yo fuimos a cazar al amanecer, y vimos a Nasha herida de muerte. Habia caido al río y se la habían estado comiendo las pirañas. Antes de morir, ella dijo: «Ha sido Amara». Esas fueron sus últimas palabras, por lo que Nasha, antes de morir acusó a Amara de su muerte. Mi deber era capturarla y traerla aquí, por lo que eso es lo que he hecho. Ahora, creo que ella debería dar su versión.

Morati asintió y Amara comenzó a hablar.

—Yo no quise matar a Nasha, solo defenderme. Por la noche fui a comerme un conejo que me había regalado Kalule, ya que tenía miedo de que me lo robaran y pensaba comérmelo a escondidas. Ella me atacó y luchamos, pero las dos nos golpeamos fuertemente la una a la otra y quedamos sin sentido. Al amanecer despertamos y continuamos luchando, y durante la pelea nos acercamos demasiado al acantilado. Nasha cayó pero yo nunca tuve intención de empujarla. Es extraño que Nasha supiera que yo tenía ese conejo, pero de algún modo lo sabía.

El testimonio de ella no parecía que fuera a ayudarla mucho, y menos cuando a continuación tomó Baka la palabra.

—Nasha era una mujer joven, fuerte y sana, que hubiera dado buenos hijos para nuestra aldea. Por tanto, el daño que ha hecho Amara no es solo a una persona, a la que todos lloramos, sino que ha hecho daño a toda la comunidad. Además, todos sabemos que Amara es violenta, pues con frecuencia la hemos visto pelear contra los hombres del poblado. Por todo ello, pido que se le quite la vida. Su crimen es horrendo y se le han de abrir las tripas y dejarla morir lentamente.

Amara quedó muy asustada, pero no iba a darles a Baka y Anwar el placer de verla llorar, así que apretó los labios y mantuvo la mirada firme. Morati tomó entonces la palabra:

—Antes de decir lo que creo que debería hacerse, quisiera ver qué opina el pueblo, pues también hay sabiduría fuera de los ancianos.
—Gracias, Morati —intervino entonces Kibwe—. Quisiera decir que lo que ha dicho Baka está del todo equivocado, y puesto que es tío de Nasha, creo que más pretende vengar a su sobrina que hacer justicia, por lo que no merece ser un juez.

Al decir esto, los aldeanos lanzaron exclamaciones ante el atrevimiento de aquel guerrero al que todos conocían bien por su valor en la guerra, pero del que ahora veían su valor ante los jueces. La propia Amara tuvo miedo de que él dijera algo inconveniente, pero por otra parte, sabía de la inteligencia de su amigo, así que quizá su intervención fuera acertada. Kibwe continuó hablando.

—Baka dice que la pérdida de Nasha es una pérdida para la comunidad, puesto que ya no dará hijos fuertes y sanos a la aldea. Este asunto no ha de juzgarse según la utilidad de la víctima a la aldea, sino que se ha de ver si Amara la mató o no. En caso de que la matara, habría que ver si lo hizo o no queriendo, y en cualquiera de los dos casos, si actuó en defensa propia. Todos conocimos a Nasha, y sabemos de su facilidad para mentir, manipular y criticar a las espaldas. Todos sabemos que ella fue una niña violenta que abusaba de los niños más pequeños y débiles que ella. Baka acusa a Amara de violenta, pero a ella simplemente le gusta luchar como ejercicio. Amara siempre lucha contra personas como yo, que somos más fuertes que ella, y sus amigos luchamos contra ella voluntariamente, para ayudarla a ejercitarse. Amara jamás ha usado su fuerza para abusar de otras personas, ni siquiera siendo niña. Por ello, el testimonio de Amara es verosimil. Sé que algunos de vosotros no os atrevereis a apoyarme, pues el padre y el tío de Nasha están en situación de poder.¿Pero por cuanto tiempo lo estarán? Tened en cuenta que ya son ancianos.

La mención a la avanzada edad de aquellos dos hombres insinuando que la muerte estaba próxima provocó otra ola de murmullos, ya que había mucho atrevimiento en esas palabras.

—¡Basta, no prov...! —intentó advertirle Amara, temerosa de que las provocaciones se pusieran en su contra, pero uno de los guardias le tapó la boca con ambas manos, puesto que no le correspondía a ella hablar en ese momento. Kibwe continuó hablando.
—Como digo, tened en cuenta que Baka y Anwar ya son ancianos, y yo soy joven, y he hecho mucho por esta aldea, yendo a la guerra y luchando por todos vosotros. Probablemente algún día me siente donde ellos están ahora, y ellos estarán entonces muertos. —Al mencionar esto, vio como Amara intentaba gritarle, revolviendose por librarse de las manos del guardia que la privaba del habla. Lamentaba hacerselo pasar mal a ella, pero pensaba que con esta jugada podía salvarla, y debía intentarlo—. Entonces yo me acordaré de quienes fueron justos, y en este caso miraron por lo que era correcto. Me acordaré también de aquellos que fueron cobardes, y no se atrevieron a dar su opinión en este caso por no enfurecer a dos ancianos poderosos, y así permitieron que muriera una chica que no lo merecía.

Al acabar de hablar, el guardia quitó sus manos de la boca de Amara, quien siguió callada, pues sabía que no la dejarían hablar hasta que sea su turno y, en cualquier caso, ya no podía hacer nada para evitar la provocación de Kibwe. Tras estas palabras, Aganju tomó la palabra.

—Estoy con Kibwe. Todas sus palabras son verdaderas, y no ha dicho nada que sea falso para defender a su amiga. El cambio, Baka ha manipulado acusando de violenta a Amara solo para vengar a su sobrina. Quien sea un hombre de honor, no puede sino estar con Kibwe.

Hubo entonces gritos de aprobación. Entonces fue el turno de Anwar. Deseaba de todo corazón matar a quien pudo ser causa de la muerte de su hija, pero Kibwe los había desarmado, y una vez Aganju le había apoyado, era muy dificil que matar a Amara tuviera aprobación, pues todos conocían el sentido de la justicia de este aldeano, y hacer lo contrario de lo que él decía era un indicio de actuar con maldad. Así que tuvo que ofrecer algo mucho más moderado.

—Nadie vio lo que ocurrió y no podemos absolver a quien sospechamos que es una asesina. Propongo entonces tomar una solución intermedia entre matarla y absolverla. Será expulsada de la aldea en el próximo amanecer, y no podrá volver a acercarse aquí jamás. Si lo hace, todos los guerreros tendrán orden de matarla.
—¡Apoyo la idea! —Dijo Baka.
—Entonces —dijo Morati—, que así sea. Amara, mañana al amanecer deberás marcharte de aquí, y quien lo desee podrá ir a despedirse de ti. Hasta entonces sigues siendo una prisionera. Habla si deseas decir algo.
—Gracias especialmente a Kibwe y a Aganju, pues sin ellos ya estaría condenada a muerte. Gracias también a todos los que han mostrado aprobación por las palabras de ellos, pues también con vuestro apoyo habeis ayudado a que no hayan decidido matarme, y sé que muchos de esos gritos venían de mis amigos, de aquellos amigos que no han hablado directamente pero que también estaban dispuestos a hacer lo que estuviera en sus manos para salvarme. Aún así, puede que no sobreviva mucho tiempo sola en la selva, pero habéis hecho lo que habeis podido para salvarme la vida, y si no habeis hecho más ha sido porque es una situación muy dificil. He sufrido mucho en mi vida, que quizá acabe pronto, pero al menos me llevo el saber que he tenido buenos amigos. Lamento el sufrimiento que os pueda causar que me vaya, pero si sufrís mi pérdida, pensad que todo lo feliz que he podido ser, ha sido gracias a vosotros, y que os lo debo todo.

Dicho esto se levantó y los guardias que la custodiaban se la llevaron a la choza donde la tenían retenida. Se recostó contra la pared y deseaba dormir para recuperar fuerzas, pero justo entonces entraron Kibwe y Kalule. Normalmente solo dejaban entrar a una persona a visitar a los prisioneros, porque dado que los guardias que custodiaban a los prisioneros eran dos, dos amigos del prisionero podrían atreverse a enfrentarse a ellos para ayudar a escapar al reo. No obstante, como en este caso no tenía sentido ayudarla a escapar dado que la iban a liberar en unas horas, les dejaron a los dos ir a verla. Cuando entraron, ella dijo:

—Kibwe, perdón por intentar interrumpirte. Al principio pensé que me estabas ayudando mucho con tus palabras, pero luego tuve miedo de que al ofender a Baka y Anwar ellos se enfuerecieran y perdieras lo que habías estado ganando en mi favor. Veo que me equivoqué, y lamento haber dudado de tí.
—Tranquila, Entiendo que lo pensaras. La situación ha sido dificil, pero conozco a Aganju y sé que hablando así me ganaba su apoyo, y él era muy importante para conseguir salvarte.
—¡Amara! —exclamó Kalule—. ¡Cuanto lamento todo esto! Es culpa mía. De algún modo Nasha me vio con el conejo. Nunca me lo perdonaré y te pido perdón.
—Todos cometemos errores, Kalule. Yo también podía haber tenido cuidado de que al pelear no nos acercáramos al acantilado y no lo tuve, así que en realidad si alguien tiene culpa, la tengo yo y no tú. Quizá sea nuestro último momento los tres juntos. —Al decir esto sonrió, pues no quería que sus amigos estuvieran tristes—. Vamos a pensar mejor en la rabia que les ha tenido que dar a Baka y a Anwar el discurso de Kibwe, donde se les ha llamado viejos, y a Baka deshonesto e indigno de ser juez, y que han tenido que verse obligados a ceder en no matarme delante de todo el pueblo. ¡Para ellos ha de haber sido muy humillante!

Entonces, Kalule rió también, y Kibwe hizo solamente una ligera sonrisa. Les costaba tomar esa actitud en un momento tan dramático, pero tenía razón ella en que el último momento que compartían los tres debía ser alegre. Estuvieron recordando los buenos momentos hasta que Amara dijo que deseaba dormir. Entonces ellos se fueron, conscientes de que debía levantarse con energías para partir en el próximo amanecer.