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[Fantasía Épica] El extraño - Keisy - 20/08/2015

Bueno llevo apenas unas horas en el foro y aquí os dejo mi primer relato. Es corto para que sea más fácil de leer y podáis juzgar. Realmente no se si mi manera de relatar es buena por eso he querido hacerlo corto. Espero que os guste. Si os llegara a gustar me pondré a trabajar para continuarlo. Saludos.

1
El extraño

El murmullo que dominaba la taberna era ensordecedor. Como cada tarde era costumbre que las gentes invadiesen las tabernas de la ciudad para así dar por finalizada la jornada agotadora de trabajo. Discutían, debatían, fumaban o simplemente se embriagaban con una de las mejores cervezas del Reino de Belthas. La tenue luz que desprendían las velas y antorchas que habían repartidas por toda la estancia, hacían que el ambiente fuese más calido, incitando al que entrara a disfrutar de una buena cerveza. Hombres de todo tipo pasaban a diario por la taberna. Mercaderes, soldados, mercenarios, labradores, ganaderos e infinidad de personajes variopintos. Todo para ahogar los problemas, las penas y cualquier sentimiento en el fondo de una buena pinta.

Al fondo de la taberna, a la derecha de la barra y en una zona en la que la luz apenas llegaba, un extraño hombre yacía sentado en un banco, con la espalda apoyada en la pared. Enfrente de él, una mesa con una pequeña vela apunto de extinguirse y una jarra con la famosa cerveza. El extraño ocultaba su rostro en la sombra que producía su capucha procedente de una túnica gris oscura. De la apertura de la capucha, el encapuchado lanzaba pequeñas exhalaciones de humo de la pipa que fumaba. Justo detrás de él, una ventana daba a una de las calles principales de la ciudad, salpicada por la intensa lluvia que caía.

Un hombre apoyado en la barra del que podía resaltarse su enorme panza y su barba oscura salpicada con alguna que otra cana, hablaba con otro más delgado. De rostro huesudo y de unos ojos que se le hundían en las cuencas. El hombre más entrado en carne, mientras hablaba con su acompañante dio con el misterioso que se ocultaba bajo su capucha. Dejando al hombre delgado en la barra mientras hablaba en mitad de una conversación, se acercó al misterioso encapuchado. Sus pasos resonaron en la madera de la taberna y esta crujió a pesar del murmullo que generaba la muchedumbre. Una vez frente al forastero, el gordinflón se paró en seco frente a la mesa. Mientras el extraño seguía emitiendo volutas de humo por la apertura de la capucha.

- Oye tú. ¿Quien demonios eres?- Quiso saber el panzudo, pero lo único que obtuvo fue el movimiento de cabeza del hombre, sabiendo que se dirigían a él.
-¿No me oyes o es que estas sordo? ¿Quien eres? imbecil- Dijo mientras apoyaba sus manos sobre la mesa y se inclinaba hacia el encapuchado. El extraño, sin ninguna prisa se quito la pipa de la boca.
-No quiero problemas. Solo he venido a descansar un rato y me marcho- Su voz sonó seria y firme, como un susurro. Tras contestar, volvió a darle otra calada a la pipa.

El hombre más delgado que observaba la escena, se acercó también a la mesa y se puso al lado del grandullón. Vacilante.

-Vamos zoquete. No hagas enfadar a La Mole. Dile quien eres y que has venido a hacer aquí y no compliques más las cosas- Su voz era ridícula, desafinada y casi provocaba dolor de oídos.

No obtuvieron más respuesta del encapuchado que una bocanada más de humo. Para él la conversación estaba zanjada, pero para los interrogadores no. La Mole miró al delgaducho e hizo un gesto de asentimiento. Apretó uno de sus puños y cargó en dirección al rostro de extraño que seguía oculto en la sombra de su capucha. El golpe había sido descargado pero no llegó ha impactar en su objetivo. Con una velocidad felina hizo un movimiento para esquivar el golpe que acabó impactando en la pared de madera. Este estuvo apunto de partir el cristal de la ventana. El encapuchado apartó a La Mole con una patada y tiró al suelo a la enorme masa que apunto estuvo de caerle encima. El tabernero se percato de lo que ocurría y se llevo las manos a la cabeza, esperando que no se complicara más la situación. El más delgado se echó mano al cinto que colgaba de su cinturón para sacar una pequeña daga, pero el extraño fue más rápido y sacó otra daga. A simple vista no podía verse por la poca luz que emitía la vela casi extinta en esa zona de la taberna, hacia que se fusionara con la oscuridad del recinto. Su acero era de color negro, muy distinto del acero plateado y resplandeciente del que estaban acostumbrados a verse en las forjas. Unas runas inscritas en plata, centelleaban a la luz tenue de la vela y una empuñadura también como el carbón, con un enorme engarce plateado que formaba el acabado de esa misteriosa arma.

Antes de que el hombre delgado pudiese sacar media daga, ya tenía la oscura hoja apoyada en su cuello. Una pequeña gota de sangre resbaló por el filo. La gente de la taberna ni se había dado cuenta de la escena a excepción del tabernero que seguía observando. La Mole trataba de ponerse en pie pero no podía, debido a su enorme envergadura.

-He dicho que no quiero problemas- Su voz esta vez fue amenazante al oído del enjuto hombre.

El extraño encapuchado guardó la daga y empujó al desnutrido contra La Mole, que aún luchaba para poder ponerse en pie y este cayó encima dejando una escena de lo más cómica. Dio un enorme trago a la cerveza, cogió su espada que guardaba bajo de la mesa y se la colgó a la espalda. Sacó unas monedas y las dejó en la barra mientras se dirigía a la puerta. El tabernero resopló aliviado. Ya se veía volviendo a recoger los destrozos que habitualmente las peleas causaban. Al salir ya no llovía intensamente, una ligera llovizna caía sobre las tierras de Vynar, capital del Reino de Belthas. Miró al cielo y su rostro se empapó de gotas que le refrescaron del ambiente cargado del local. Caminó hasta un grupo de caballos que habían amarrados frente a la puerta.

Los goznes de la puerta resonaron en la noche y la puerta se abrió. El extraño pudo deducir que serían esos dos hombres que volvían a querer zanjar el asunto. Hizo una mueca maldiciendo pero una voz dulce y armoniosa sonó en mitad de la húmeda noche. Era la voz de una mujer.

- Perdone - La voz fue tan musical para el extraño que apunto estuvo de darse la vuelta para ver el rostro de la mujer, pero éste siguió su camino. La muchacha apresuró el paso y se situó frente a él.
- Oye no se si conoces a esos tipos, pero te aconsejaría que huyeras. Lejos, lo mas lejos posible- Informó ella intentando verle el rostro que todavía ocultaba sus rasgos.
- No pienso huir de nadie. ¿Porque iba a hacerlo?- Dijo el extraño mientras retiraba su capucha dejando ver su melena castaña, ojos azules y una barba de apenas unos días.
- ¿No sabes quienes son?- El extraño hizo un gesto de negación. Mientras el murmullo de la gente en la taberna se sucedía. La dama vestía con una túnica verde oscura, ojos grises y melena rubia.

Esta aferró la mano del extraño y lo arrastró hacia un callejón oscuro que había a unos metros de distancia, ocultándolos de toda visión. Tras unos enromes barriles que les sirvió de escondite. La mujer se asomó con cuidado y pudo ver como la puerta volvía a abrirse y de ella salieron los dos personajes singulares seguidos de dos más. Uno de ellos doblaba en envergadura a La Mole. Sus enromes músculos, su altura y el enorme tatuaje de la cara dejaban ver que nadie querría hacerle enfadar. El cuarto de complexión atlética, pero más bajo. Todos miraban a ambos lados de la calle en busca del encapuchado.

-¿Donde se a metido ese cobarde? - Gritó el grueso hombre con rostro furioso y fuera de si. El extraño que estaba detrás de la chica, hizo ademán de salir del escondite para vérselas con los cuatro si era necesario pero la joven se giró hacia él y puso una mano en el pecho del forastero para evitar empeorar las cosas.

Mientras los perseguidores subieron calle arriba en busca del fugitivo. La dama volvió a asomarse y pudo ver que ya se habían ido. Se giró al encapuchado.

- Como te decía, deberías coger tu caballo y salir de aquí cuanto antes- La voz de la chica había tomado un tono serio.
- ¿Y porque debería huir?
- ¿A caso no sabes quienes son?
-¿Debería saber quien es cada persona que veo en una taberna?
-No, obviamente. Pero es que precisamente esos son miembros de la Guardia Gris.
-¿Y?- El rostro del extranjero mostraba indiferencia.
- La Guardia Gris pertenece al ejército del Rey Theron. Es la elite del ejército del reino de Belthas.
- ¿Esos dos? ¿Pero tú los has visto?
- No me refiero al grueso y al delgaducho. Me refiero a los otros dos. Vi toda la escena desde donde me sentaba. Te buscaran y te llevaran ante el rey- El rostro de la muchacha mostraba preocupación. Sus pupilas color miel hicieron que el extraño se sintiera atraído por esa mirada.
- ¿Ante el rey dices? Vaya que casualidad. Por que es con él con quien debo hablar.

     



 
 


RE: [Fantasía Épica] El extraño - Aljamar - 24/08/2015

Buenas Keisy, y bienvenido al foro.

Parece que voy a tener el honor de escribir tu primer comentario.

En primer lugar, la ambientación es buena, hay mucha descripción. Para mi gusto, demasiada, hubiera preferido más diálogo, aunque fuera para compensar un poco, pero es cuestión de gustos.
He visto un par de fallos gramaticales/ortográficos, pero nada importante: acentos, etc. Lo que me ha chocado son varias frases que yo habría unido con comas, y tú pones punto. Creo que rompes la narración y la ralentizas demasiado. Por ejemplo:

"- No me refiero al grueso y al delgaducho. Me refiero a los otros dos. Vi toda la escena desde donde me sentaba. Te buscaran y te llevaran ante el rey- El rostro de la muchacha mostraba preocupación. Sus pupilas color miel hicieron que el extraño se sintiera atraído por esa mirada. "

Yo habría puesto:

- No me refiero al grueso y al delgaducho, me refiero a los otros dos. Vi toda la escena desde donde me sentaba -el rostro de la muchacha mostraba preocupación. -Te buscaran y te llevaran ante el rey.
Sus pupilas color miel hicieron que el extraño se sintiera atraído por esa mirada."

Por lo demás, personaje interesante bien presentado, inicio no-avasallador con cientos de nombres... Tiene buena pinta!

Saludos!

PD: Por cierto el principio me ha recordado muy mucho a Trancos sentado en el Poney Pisador... ¿puede ser?


RE: [Fantasía Épica] El extraño - fardis2 - 24/08/2015

Buenas Keisy, aprovechando que tengo algo de tiempo después de el Dragón lector, leer lecturas que me piden en Wattpad, e intentar avanzar con mi proyecto, me falta tiempo para poder echar una ojeada a los trabajos de los compañeros del foro. En fin, que por aquí ando. XD A ver, la narrativa me ha parecido muy buena la verdad, no usas unas descripciones rimbombantes que si no se atina con ellas pueden ser un mal recurso, el ritmo de texto es bastante bueno, y la historia parece que empieza bien. Ortográficamente no soy la persona más idónea para aconsejar a nadie, así que en ese aspecto no haré ninguna referencia. Tan solo quizás, para poner mi granito de arena. Si que te diría que en algún caso abusas de la utilización de una misma palabra en el mismo párrafo. Te pondré el ejemplo del primero de todos.

El murmullo que dominaba la taberna era ensordecedor. Como cada tarde era costumbre que las gentes invadiesen las tabernas de la ciudad para así dar por finalizada la jornada agotadora de trabajo. Discutían, debatían, fumaban o simplemente se embriagaban con una de las mejores cervezas del Reino de Belthas. La tenue luz que desprendían las velas y antorchas que habían repartidas por toda la estancia, hacían que el ambiente fuese más cálido, incitando al que entrara a disfrutar de una buena cerveza. Hombres de todo tipo pasaban a diario por la taberna. Mercaderes, soldados, mercenarios, labradores, ganaderos e infinidad de personajes variopintos. Todo para ahogar los problemas, las penas y cualquier sentimiento en el fondo de una buena pinta.

Yo usaría sinónimos para alguna palabra para hacer más llevadero el párrafo. Por ejemplo.

El murmullo que dominaba la taberna era ensordecedor. Como cada tarde era costumbre que las gentes invadiesen aquel local de la ciudad para así dar por finalizada la jornada agotadora de trabajo. Discutían, debatían, fumaban o simplemente se embriagaban con una de las mejores bebidas del Reino de Belthas. La tenue luz que desprendían las velas y antorchas que habían repartidas por toda la estancia, hacían que el ambiente fuese más cálido, incitando al que entrara a disfrutar de una buena cerveza. Hombres de todo tipo pasaban a diario por la cantina. Mercaderes, soldados, mercenarios, labradores, ganaderos e infinidad de personajes variopintos. Todo para ahogar los problemas, las penas y cualquier sentimiento en el fondo de una buena pinta.

Son simples sinónimos que hacen que no suenen muy repetitivas dichas palabras dentro del párrafo. En cualquier caso esto solo lo encontré en un par de párrafos para ser francos, nada que llamase la atención realmente. Pero es uno de los primeros consejos que me dieron, y me apeteció compartirlo contigo. Espero haberte sido de alguna ayuda, y no una patada en las zonas sensibles XD

Un saludo y nos leemos.