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[Fantasía épica] Infierno de dioses- Borrador caps. I-II-III - Printable Version

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RE: [Fantasía épica] Infierno de dioses - Momo - 01/04/2017

Bueno, ya tengo de vuelta mi portátil y por lo que veo (y agradezco) un montón de comentarios pendientes. Los he revisado todos (he de reconocer que con bastante avidez después de este tiempo de sequía informática) y me he dado cuenta de que me van a ayudar mucho a redondear el texto en esos pequeños detalles tanto de estilo como de pequeñas incongruencias argumentales. Así que una vez más gracias a todos.

Quote:gentes que regresaban con paso cansino de sus quehaceres. Apenas hablaban. Se entiende pero lo veo algo muy cansino, al menos, tal y como lo cuentas. Me refiero que dices que van regresando a su casa cansinos y que  apenas hablan, ¿y?, es un detalle que no aportada casi nada, a no ser que metas algo más tipo: "la gente se notaba cansada den sus rostros que reflejaban el hastío de vivir sobre las órdenes del tirano rey y sus abusivos impuestos (o impopulares impuestos)"

Pues sí, Rohman, hay partes del texto que en las que no he llegado a profundizar mínimamente. En posteriores relecturas siempre voy añadiendo cosas a esas pinceladas casi esquemáticas, con detalles que enriquecen y colorean la historia. Como este que comentas. Tampoco quiero excederme, pero a veces hay pinceladas demasiado vagas escritas "al correr de la pluma" porque vas detrás de una idea mayor y no te quieres entretener demasiado. Dejas plantada la semilla y luego con el tiempo la haces crecer un poco. A veces no, porque ya te has acostumbrado a verlo así y no te das casi cuenta. Lo que sugieres me parece una buena base de partida. Tiene que ser algo que no alargue demasiado el texto, tampoco es nada importante, pero que le aporte cierto peso a lo que se dice.

Quote:De repente casi dio un bote. Resultaba evidente que el curandero se había despertado, porque a su espalda los gritos se extendían como el fuego en la yesca. Abandonó la calzada de piedra, empujando a los sorprendidos campesinos, comerciantes y artesanos que la ¿¡llenaban?? que lo llevaban no?,

Error mío. Tendría que haver especificado con anterioridad que Férenwir había dejado de empujar el carro y en la calzada que sale de la ciudad se mezcla con la gente que entra y sale.

Quote:Los tallos amarillos se quebraban a su paso y, en aquel crepúsculo gris y desolado, el sonido estallaba en sus oídos como si se partieran de pura melancolía. usas mucho los "como" que me parece un recurso muy bueno, del que yo también uso mucho, pero también te digo lo que me digieron a un servidor: que no lo usará tanto si no pierde su potencial de uso

No hace falta que me lo digas. Estoy cansada de buscar alternativas al dichoso "como": igual que, parecer que, semejante, cual que. Me pasa un poco lo mismo con los adverbios -mente. Me salen a chorros  Big Grin Pero me gustan las imágenes porque a veces quiero que la experiencia al leer lo que escribo sea un poco más compleja y no tan literal. Y mi forma de introducirlas suele ser una comparación. Creo que eso aporta bastante, siempre que no se abuse de ello. Después de todo tampoco es poesía. Pero cuando esas comparaciones me salen de forma natural me cuesta mucho eliminarlas, porque me parece que estoy mutilando el texto. Y aun así te aseguro que algunas he quitado. A veces lo que hago es pasar de la comparación a la metáfora, pero eso no cambia nada, solo que no se ve el como.

Quote:ues que al poco de leer, entre los dos, el celestial y el curandero, ya se be que se escapará... mmm demasiado previsible. Ponle alguna "zancadilla" ya que por lo menos le cueste más o digamos, pobre ahora que parecía que se escapaba...a no que si que se escapa.

¿Previsible? Yo creía que todo el mundo estaría esperando una escena de sexo que expresamente me salte (luego escribí una en el siguiente capítulo, por si alguien se había sentido decepcionado).  Tongue  Además intenté currarmelo para que encontrara una salida poco convencional y además enlazada con lógica en la situación en la que se encuentra el personaje.

Quote:También me pareció algo pobre cuando se mete entre las calles, patio y demás de la ciudad, no se demasiado rápido y escaso de "imágenes" con las que pueden darse en una ocasión de estas, y más con toda tu calidad en esa pluma.

Exactamente el mismo caso que he comentado al principio. Pero me va de perlas que me lo señales, porque así me ayudas a enfocarme en puntos concretos.

Una vez más gracias por ser tan meticuloso.

Nos leemos.


RE: [Fantasía épica] Infierno de dioses - 1.La reina desvalida - Momo - 01/04/2017

Buenas Aljamar,

Quote:1. demasiadas miserias seguidas para nuestro pobre Arjesen  Sad

2. demasiadas escenas seguidas que no hacen avanzar la trama, aunque creo que el objetivo que tienes es mostrar que todos sienten lástima por el chaval

Quote:Cambiando de tema, sobre toda la parte anterior, de Arjesen, que hemos cerrado, quería señalar dos cosas en global:
- el supuesto ambiente 'opresivo' y 'agobiante' no me ha parecido un problema para mí, mis comentarios han ido más bien porque la trama/acción no avanzaba y parecía que se estaba estirando demasiado la situación de Arjesen, recreándose en situaciones en cierta manera repetitivas/intrascendentes

Siempre os recuerdo que el libro se llama Infierno de dioses por un algun motivo.
Y este segundo capítulo creo que fue casi un suicidio literario. No quería que pasara nada en especial ni que la trama avanzara. Quería hacer interesante lo cotidiano. Fue un reto personal. Tampoco creo que haya salido del todo mal. Al menos parece que los lectores no se han dormido  Mfr_lol

Quote:aunque kaoseto me refresco el motivo de su docilidad, y lo cuentas explícitamente al final del capítulo... eso explica parte de su comportamiento... pero aun así me resulta chocante que no sienta curiosidad, que no pregunte a nadie... q no se dé cuenta de que es especial. Por ej. en la conversación con Dewrer...

Finalmente voy a tener que darte la razón.
Yo parto del hecho de que ese personaje nunca, nunca, ha salido del castillo. Jamás ha pisado la ciudad. Su círculo de conocidos desde que era niño es muy reducido y controlado siempre por Nérdegar. La información que le llega está muy dosificada y cuando se convierte en bufón no habla con nadie.
¿Es extraordinariamente habil en el juego del postre? Sí. ¿Sabe que no existen otros bujones, artistas ambulantes, saltimbanquis entrenados que no puedan hacer lo mismo? No, no lo sabe.
El tema de su resistencia y de como sana tan rápidamente, ese sí que tendré que justificarlo de alguna manera para explicar porque no le produce extrañeza. Hay varias formas, una por ejemplo sería información tergiversada de Nérdegar sobre esa cualidad dicíendole que hay otros en la ciudad como él, una peculiaridad como tener los ojos de colores diferentes o seis dedos  (con quien va a contrastarla si no habla con nadie ni sale nunca del castillo). En fin, ya iré pensando en eso.

Quote:Tómate esto como reflexiones muy quisquillosas, en su conjunto la historia me parece muy buena! Poco más que decir; destaco el final del capítulo, como cuentas la reacción de Arjesen y su lucha interior

No me parecen quisquillosas en absoluto, si no muy sensatas. Tú sigue  Big Grin

Quote:Sobre todo, quiero señalar que el cambio de personaje me parece muy acertado, aunque no sale desde la introducción y no sé si alguien (yo no, ¿eh?) se puede despistar...

Gracias. Uno de mis deportes favoritos es saltar de uno al otro y que el hilo de los acontecimientos avance sin interrupción y se pueda seguir perfectamente a pesar de ello. No sé si lo consiguo más adelante, cuando la trama empieza a desarrollarse más. Ya me lo direis.

Quote:Lo único que podría criticar es la escena de la huida de Ferenwir a través del techo, se me hace algo confusa. También me parece extraño que con todo el jaleo que monta destrozando la celosía de madera nadie de fuera se asome a ver qué pasa.  Confused  Y por otro lado, cuando leí que se tiraba por el acantilado, me imaginé que daba al mar... y después al leer lo de las ramas, me descolocó bastante, la verdad...  Huh

Quizá es demasiada larga la escena de la huída, porque en realidad tampoco tiene demasiada miga. Salta, se apoya en la parte superior de la columna de la cama para seguri ascendiendo y se cuelga del techo. Otro punto a revisar pues.
A mí también me parece extraño lo del ruido. De hecho ya añadí una antesala entre la habitación y la puerta de entrada para alejar la escena del salto (antes era una sola habitación), pero ni aún así. Una solución sería cambiar el material de la celosia de madera por un encaje grueso que permita ver y escuchar, pero entonces sería demasiado evidente que Férenwir puede salir por ahí y su descubrimiento no tiene demasiada gracia. También podría señalar que antes de saltar Férenwier cierra la puerta que separa la antesala y la habitación (una puerta muuuuuuuuy gruesa  Tongue ) creando un vacio cerrado entre él y la salida. Aunque no lo creas, me vuelven loca esos pequeños detalles que no son creibles y a veces me paso días buscando una solución lógica.
Y bueno no todos los precipicios dan al mar. Dhys está construida sobre varias crestas de roca, rodeadas de barrancos y precipios al este, al sur y al norte y que descienden hacia las llanuras en el oeste. Intentaré dejarlo claro que tampoco cuesta mucho.

Bueno otra vez gracias y espero en ascuas tus proximos comentarios.

Nos leemos.


RE: [Fantasía épica] Infierno de dioses - 1.La reina desvalida - Momo - 01/04/2017

Quote:Buenas compañera, pues ya estamos aquí de nuevo con la primera parte de El Bufón.
La narrativa sigue siendo fluida y amena, en algunos puntos directa, lo cual me gusta mucho de ella. A pesar de que es un texto denso, (me refiero a que está todo en dos párrafos) se me ha hecho muy ligero. Como sugerencia, yo repartiría en trozos las escenas en que el bufón está despierto, haciendo que se note más que ha habido un intervalo de tiempo entre una escena y otra. Me explico, así del tirón, a mi parecer, no logras transmitir tan bien los desmayos y reincorporaciones del muchacho. Es una opinión personal más que nada. En general me ha parecido un texto más reflexivo, donde conocemos un poco más las vicisitudes del Bufón. Un saludo y nos leemos.

Hola Fardis2 (por cierto ¿tu nombre no tendrá nada que ver con La guerra de Lodoss? Porque me suena de algo)

La verdad es que quería transmitir cierta confusión en los párrafos que comentas como un modo más de transmitir la del personaje en esos momentos. Se duerme, se despierta, está en un inquieto duermevela mareado a más no poder. Ni él mismo está seguro de nada. Tambien si te fijas sus pensamientos son bastante erráticos y desordenados. Va de uno a otro sin demasiada lógica, se olvida de cosas importantes que recuerda luego. En fin no transmito los desmayos y reincorporaciones con claridad porque el mismo personaje tampoco es consciente de ellos con claridad. Todo ese texto en un poco desordenado. Me apunto tu sugerencia. Tampoco quiero que resulte ininteligible. A veces parece que nunca terminas de corregir.

Espero que sigas leyendo. No necesito grandes disecciones literarias. Solo saber si te va gustando y donde decae según tu opinion personal. Así que como siempre gracias por pasarte.

Nos leemos.


RE: [Fantasía épica] Infierno de dioses - 1.La reina desvalida - Momo - 01/04/2017

Bueno, después de mi larga ausencia espero que habreis recuperado el aliento, así que os dejo el siguiente fragmento. Como siempre no os corteis.

3 . El hijo menor (III)

Cuando Férenwir llegó al final del valle ya era noche cerrada y había dejado de llover. El torrente burbujeaba a sus pies dirigiéndose al río. Igual que él. Pero al celestial decenas de antorchas le cortaban el paso y se detuvo. Escuchó los gañidos de los perros removiéndose inquietos en la oscuridad. Los soldados se preparaban para iniciar la batida que había de darle caza al amanecer. Férenwir sabía que tendría que cruzar como fuera, porque no podía volver atrás y el río era lo único que podía quitarle de encima las jaurías de Hroan. Empezó a correr hacia la ribera, protegido por las sombras. En cuanto se acercó al campamento los perros parecieron enloquecer. Venteaban su sangre.
Al advertir la excitación de los perros los soldados se dieron cuenta de que estaba allí. En medio de la confusión le buscaron en vano y al final soltaron las traíllas. La jauría lo encontró en un instante. Intentaron lamerle las heridas y casi lo derribaron. El celestial se deshizo de ellos como pudo. Los jinetes ya sabían dónde estaba, a pesar de que apenas podían verle, y lo cercaron. Las espadas cortaban el aire helado a ciegas. Férenwir ni siquiera se tomó el trabajo de desenvainar porque era consciente de que no podría con todos aquellos hombres y tan solo se lanzó a una carrera desesperada, salvando cuanto obstáculo se interpuso en su camino, fueran perros, espadas o caballos. Un ciervo acosado no hubiera sido más rápido.
Pero, cuando Férenwir ya creía haber dejado atrás a sus perseguidores y olía la proximidad del río, el último de los jinetes hizo girar a su montura en un quiebro que casi derribó al animal y le lanzó un tajo inesperado. Sintió la espada acariciándole el hombro y vio apenas el destello de una capa dorada bajo el violento destello de la antorcha. Férenwir entró en el agua. El semental blanco se recuperó y le siguió, azuzado con un grito desgarrado por su jinete. Lo embistió y pasó sobre él sin misericordia. Férenwir se hundió en el río helado pisoteado por uno de los cascos del caballo. El intenso dolor en la espalda le hizo gritar y tragó agua cenagosa. Sintió que se ahogaba y tosió, pero ni aún así intentó salir a la superficie. Buceó corriente abajo maldiciendo sus grilletes hasta que casi le estallaron los pulmones y aún entonces se obligó a seguir un poco más.
Emergió sin aliento. Desde la orilla los arqueros lanzaban flechas ardiendo a lo largo del cauce para encontrarle y parecía llover fuego. Apenas a pocos pasos los jinetes lo buscaban con antorchas y se gritaban entre ellos. El jinete de la capa dorada se había adentrado tanto en el agua que su montura estaba a punto de perder pie y ahogarse. Férenwir, exhausto, dejó que la corriente lo alejara de allí.
Al amanecer salió del río. Las campanas de alarma que habían estado sonando toda la noche ya habían enmudecido, pero Férenwir, desde las sombras de los bosques que atravesaba, vio que los caminos estaban infestados de soldados y aún había más alrededor de las aldeas. Hroan podía ser un bárbaro, pero no era en absoluto un necio y lo mantenía alejado de lo que ambos sabían que más necesitaba. La primera granja que encontró, al borde de un umbrío hayedo, tenía las puertas abiertas de par en par, los aperos abandonados en el campo y la mesa dispuesta para la cena, pero no había ni un alma en ella. El celestial se sentó a la mesa. Apoyó los codos sobre ella y durante unos momentos inclinó la cabeza con los ojos cerrados y la sostuvo entre sus manos con un intenso sentimiento de pesadumbre y soledad oprimiéndole el pecho. Necesitaba a alguien que le ayudara. Por encima de todo debía librarse de la correa y no podía hacerlo por sí mismo. Suspiró y se sirvió unos cuantos cazos de potaje frío en una escudilla. Cogió la cuchara de madera con desgana. Tuvo que obligarse a comer. Todo aquello que era parte de él y que le había sido robado, aunque aún durmiera en su interior, le provocaba tal sensación de vacío que le quitaba el apetito. Dentro de él y sin embargo completamente fuera de su alcance, convirtiéndolo en una sombra de sí mismo. Cuando terminó tomó un odre de agua y metió en una bolsa pan y queso. Salió al exterior y se acercó a la linde del hayedo. Intentó no dejarse vencer por el desánimo. Antes de adentrarse otra vez entre los árboles contempló pensativamente el paisaje hacia el norte, a donde se dirigía. Se dijo que aún no estaba todo perdido. Aún le quedaban esperanzas mientras consiguiera eludir a los ejércitos de Hroan. Si no se cruzaba con nadie que pudiese liberarle, al menos intentaría llegar al bosque de Hnoreth. Y al Ilaënth.
Alejados de las aldeas, los campos estaban desiertos, los senderos vacíos. Hasta mediodía Férenwir se dirigió hacia el norte a buen paso, a veces corriendo, sin acercarse ni a las carreteras principales ni a las aldeas. Por fin el bosque se aclaró y el celestial salió entre los frondosos tejos a una solitaria encrucijada. Contempló los largos caminos de tierra, desnudos a un lado y a otro. Ni mercaderes ni aldeanos ni carros ni rebaños. Como si ya nadie recorriera aquella tierra salvo él. Como si cualquier aliento de vida se hubiera desvanecido a su alrededor. Era desesperanzador. Hroan había barrido de su camino cualquier vestigio de sus súbditos. De repente una sombra se movió en la arboleda cercana y un jinete apareció en el camino que se dirigía al este. Se detuvo mirando en su dirección. Férenwir reconoció al guerrero de capa dorada del que había tenido que escapar en el río y que parecía seguirle con singular saña. El celestial estaba cansado y no iba a retroceder. Dejó caer la bolsa que llevaba. Aunque era diestro, desenvainó con su mano izquierda. Al ver el brillo de la espada el caballero avanzó hacia él, primero al trote, luego al galope. Férenwir, de pie en la encrucijada, no se movió hasta que el caballo casi se le echó encima. Vio el filo de la hoja acercándose a su pecho como una exhalación y se agachó en el último momento al tiempo que golpeaba las patas del animal con la suya. El impacto lo derribó hacia atrás. A su lado el caballo blanco casi volteó sobre su cerviz y el guerrero salió despedido y cayó de cabeza sobre el camino. El celestial se incorporó con rapidez. Al hacerlo notó que se le había abierto otra vez la herida del costado. Se volvió con la espada chorreando sangre, aunque no toda la que había en el suelo, a su alrededor, era del caballo. El hermoso semental pateaba a pocos pasos, tendido de lado en medio de una mancha escarlata que se iba extendiendo más y más. Tenía el vientre abierto y la pata derecha medio seccionada y resollaba de una manera que hubiera hecho estremecer a cualquiera que no estuviera jugándose la vida en aquel momento. Su jinete, algo más lejos, sacudió la cabeza y se levantó. Su capa casi le cubría el rostro y se la echó hacia atrás con un movimiento brusco. Se desató el pesado ropaje. Contempló a su montura que agonizaba y luego se quitó también el yelmo y lo dejó caer al suelo. Era un hombre apuesto de cabellos encrespados del color de la cerveza y sus ojos, de un azul oscuro, tenían algo sobrecogedor. Férenwir frunció apenas el ceño. No comprendía por qué le miraba de aquella manera, como si lo conociera y lo odiara, cuando nunca lo había visto antes. Dejó caer también su capa al suelo. No comprobó su herida, pero vio la intensa mirada que le dirigió su adversario al descubrirla y supuso que estaba tan mal como la sentía.
El guerrero no esperó. Se abalanzó sobre él como si le fuera la vida en ello y como si cada segundo fuera irrecuperable.
La mano de Férenwir vaciló al detener el primer mandoble. Se sentía lento y torpe empuñando la espada con la mano izquierda. Retrocedió un paso. Estaba agotado y quería terminar cuanto antes, pero su contrincante manejaba la espada con maestría. Y con sorprendente furia. El joven lo hizo retroceder de nuevo y Férenwir se agachó para evitar su filo por poco.
De repente el celestial se giró y lanzó un golpe bajo que hirió a su adversario en el muslo y lo desequilibró. Un golpe más y le arrancó la espada de la mano. El siguiente chocó duramente contra la coraza y lo hizo caer por fin al suelo. El cuarto descendió para terminar aquel inoportuno combate. Pero Férenwir detuvo el filo de su espada en el último momento, rozando la garganta de su enemigo caído. Había reconocido el blasón sobre la coraza. El mismo motivo que se repetía una y otra vez en la capa dorada que descansaba entre el barro, apenas a pocos pasos. El mismo motivo del manto brocado de oro que envolvía a la mujer que Hroan había decapitado ante sus ojos hacía menos de dos días. Retrocedió para incorporarse dejando aún que la punta de su espada acariciara el cuello del guerrero.
—Hroan asesinó a tu esposa... —dijo apagadamente, incrédulo. —¿Por qué le sirves?
Se apartó y apartó también la espada sin dejar de observar a aquel joven. Ahora reconocía los trazos del sufrimiento en su rostro. Las profundas ojeras. Las huellas de las lágrimas. Finalmente se apoyó en el tronco de un tejo, al borde del camino, dándose cuenta de que no tenía razones para matarlo. Los ojos del joven guerrero se encendieron con una desesperación rayana en la insensatez. Se levantó inesperadamente con un grito roto y le embistió.
—¡Tiene a mi hijo!
Férenwir, ya casi sin aliento, no tuvo tiempo de apartarse. Sintió el golpe en la herida y se dobló sobre sí mismo. El joven tomó la hoja de su espada con la mano enfundada en el guantelete y después giró sobre ella torciéndola sobre el tronco con el peso de su propio cuerpo. Férenwir no soltó la empuñadura a pesar de la brusca sacudida y la hoja se partió. Entonces el guerrero sacó su daga.
—Lo traicioné —murmuraba casi como si estuviera delirando—. Y sólo me lo devolverá si te llevo conmigo.
La hoja de su daga se clavó entre el vendaje hasta la empuñadura y le hizo un largo tajo hacia abajo, al mismo tiempo que Férenwir le cortaba la garganta con un movimiento preciso del fragmento de espada que aún sostenía en la mano. El rostro del joven se heló en una expresión de incomprensión y sus palabras se ahogaron en la sangre que brotaba de sus labios.
—Lo siento... —jadeó Férenwir. Retrocedió, mientras se tambaleaba presionándose la herida—. Eso no puedo concedértelo.
Dejó caer la espada rota y se desplomó de rodillas. A pocos pasos montura y jinete yacían uno junto al otro. El joven guerrero había muerto con rapidez. El caballo se estaba desangrando y aún resollaba con violencia. Ahora sí que aquellos estertores agónicos parecían estallarle en la cabeza y Férenwir contempló al animal. Hubiera dado lo que fuera por acallarlos, pero ya no tenía ni espada ni fuerzas. Oyó el galope de varios caballos que se acercaban.
Cuando los seis jinetes refrenaron sus monturas junto a los restos de la lucha, el caballo ya había dejado de patear al aire y todo estaba sumido en un quietud de piedra.
—Ha sido ese bastardo... —dijo un soldado. Se sacó el casco y se pasó la mano por el cabello negro y húmedo. —Menuda masacre.
Otro jinete de barba gris detuvo su bayo junto al cadáver del guerrero caído.
—Este andaba medio ido ni comía ni hablaba ni dormía y al final ha encontrado lo que buscaba.
—Un traidor menos —masculló el primero con indiferencia.
Un hombre joven, de capa verde y de origen noble por sus atavíos, descabalgó de un salto. Se arrodilló junto al guerrero rubio que yacía con la garganta rajada. Contuvo a fuerza de voluntad el gesto de desolación que asomaba a su rostro ante lo que veía. Luego le cerró los ojos al cadáver con un gesto cuidadoso.
Otro soldado, pelirrojo y de hombros anchos, también descabalgó. Mientras sujetaba a su caballo de las riendas echó un vistazo alrededor. Vio la espada quebrada y la daga manchada de sangre. Se agachó a coger esta última. La espada del guerrero muerto asomaba entre la hierba del camino y también se acercó a recogerla.
—Ese engendro del infierno ahora está desarmado...
—Y con un tajo que le llega hasta los higadillos y medio muerto de hambre. Y con la mano derecha inútil —rezongó el soldado de pelo negro—. Pero, visto lo visto, es mejor no confiarse y si te digo la verdad ya me da igual que empuñe un espadón o una ramita de sauce —. Volvió a colocarse el casco—. ¿Algún rastro?
—Vino del bosque —. El hombre pelirrojo señaló hacia la maleza que crecía entre los tejos—. Pero no hay más señales suyas. Hacia el norte solo huellas de caballo y él va a pie. A la linde del camino no se ve ni una pisada. La tierra está húmeda y andar sobre ella es como escribir en un libro. Diría que volvió por donde vino, para no revelar por donde se fue.
—En marcha pues. Hacia el bosque.
El soldado pelirrojo pasó junto al joven de cabellos lacios y oscuros que aún permanecía arrodillado junto al guerrero caído. Lo miró con desprecio.
—Deja de lloriquear como una mujerzuela y levántate, escoria.
El noble alargó el brazo y cubrió el rostro del cadáver con un borde de la capa dorada que había cerca, sin apresurarse. Al hacerlo descubrió apenas una de las huellas que ocultaba junto al tronco del tejo. Contuvo la respiración y su mano vaciló, pero finalmente no dijo nada y dejó caer otra vez el ropaje dorado. El soldado le dio una patada en el costado que le hizo ladearse.
—¿Es que no me has oído? Tú no estás casado, pero tienes madre y hermanas, ¿no es cierto? ¡Así que arriba! El rey aún no ha terminado contigo.
El joven, delgado y pálido, montó en silencio. Y luego lo hizo el pelirrojo.
—¡Malditos cachorros de rancio abolengo! ¡Qué la peste se los lleve! ¡A todos ellos! No hacen más que jodernos a los demás con sus malditas confabulaciones —dijo el soldado pelirrojo, mientras espoleaba su montura hacia el bosque.
—Como si poner y quitar reyes fuera igual que jugar a las cien colinas —se rió desagradablemente el soldado de cabello negro. Azotó la grupa del caballo del joven de cabellos lacios cuando pasaba por su lado. —¡Vamos! ¡No te quedes atrás!
El joven de la capa verde contempló la espesa copa del tejo antes de espolear a su montura.
Cuando el rumor de los cascos se hubo apagado, Férenwir se descolgó desde el tejo. Aunque, más que descolgarse, la verdad es que cayó de bruces al suelo desde una rama bastante alta.
Se puso en pie apoyándose en una mano. Con la otra sujetaba los faldones de la camisa completamente enrojecidos y arrugados sobre la herida. Había intentado detener con ella el abundante flujo de sangre para que no revelara su presencia. Le llevó un segundo mantenerse seguro sobre sus pies. Pero no tenía demasiado tiempo. Sus perseguidores no tardarían en darse cuenta de que las huellas iban en una sola dirección. Soltó un exabrupto por lo bajo. Ni la daga ni la espada estaban ya allí. Recogió su bolsa y su capa mordiéndose los labios de dolor y, entonces sí, levantó apenas los ropajes con los que presionaba su herida. Lo que vio le hizo dudar de que consiguiera llegar al bosque de Hnoreth en las condiciones en las que se encontraba. La daga le había cortado todos los puntos y además le había ensanchado la herida hacia el vientre. Volvió a cubrirla. Antes de marcharse se acercó al joven que había matado. Tras haber escuchado la conversación entre los soldados había comprendido muchas cosas. No tenía ni idea de lo que ocurría en la corte de Hroan, evidentemente el rey no le hacía partícipe de sus confidencias, pero estaba claro que se había fraguado una conjura en una facción de la nobleza que finalmente había sido descubierta y aplastada. Y el castigo para los conjurados estaba siendo tan despiadado como podía esperarse del rey de Kriuh. El noble que acompañaba a los soldados había descubierto sus huellas junto al tejo. Férenwir había dejado caer la capa del muerto sobre ellas después de encaramarse para ocultarlas. Sin embargo el joven no lo había delatado. Un acto de generosidad que Férenwir ya no esperaba en realidad de ningún hombre. Terminó de cubrir el cadáver con la punta del pie. El destino de aquel joven guerrero y su esposa había sido terriblemente desgraciado y él había tomado parte en ello a su pesar.
Se pasó una mano por el rostro en un gesto extenuado. Tenía que encontrar a alguien que le quitara la correa. O su historia terminaría tan mal como la de aquella trágica pareja. Ahora ya casi no le quedaban esperanzas de llegar al bosque de Hnoreth.


RE: [Fantasía épica] Infierno de dioses - 1.La reina desvalida - Aljamar - 05/04/2017

Quote:A mí también me parece extraño lo del ruido. De hecho ya añadí una antesala entre la habitación y la puerta de entrada para alejar la escena del salto (antes era una sola habitación), pero ni aún así. Una solución sería cambiar el material de la celosia de madera por un encaje grueso que permita ver y escuchar, pero entonces sería demasiado evidente que Férenwir puede salir por ahí y su descubrimiento no tiene demasiada gracia. También podría señalar que antes de saltar Férenwier cierra la puerta que separa la antesala y la habitación (una puerta muuuuuuuuy gruesa  Tongue ) creando un vacio cerrado entre él y la salida.

Bueno, por si te sirve como idea... Está el típico recurso de un mueble muy, muy pesado que el protagonista empuja para bloquear el acceso (con esto estoy diciendo que los soldados sí se enteran del jaleo pero no pueden entrar). Si te preocupa por qué no salen a buscarlo inmediatamente, puedes decir que el falso techo y la habitación superior es algo que sólo conoce el rey, y los soldados piensan que Ferenwir ha de seguir dentro de la habitación porque no tiene forma de salir...

Quote:Aunque no lo creas, me vuelven loca esos pequeños detalles que no son creibles y a veces me paso días buscando una solución lógica.
Te entiendo perfectamente...  Sad  Sad

Y ya que estamos, otro detalle de la parte II:
Quote:Abandonó la calzada de piedra, empujando a los sorprendidos campesinos, comerciantes y artesanos que la llenaban, y echó a correr hacia los campos tan rápido como pudo. Atravesó el trigo segado que le llegaba por encima de la rodilla
Es algo totalmente quisquilloso  Big Grin  Big Grin  Big Grin , pero ¿campos de cultivo tan cerca de un castillo tan importante? ¿A un tiro de flecha de la muralla, un campo enorme de trigo? ¿Además en lo alto de un promontorio de roca? Yo me imagino casuchas, vertederos, alguna posada, un camino embarrado... Y no soy muy granjero pero el trigo, ya segado, ¿llega todavía por encima de la rodilla? Tongue

He visto el nuevo fragmento, en cuanto pueda lo devoro!  Wink
Saludos, nos leemos!


RE: [Fantasía épica] Infierno de dioses - 1.La reina desvalida - Momo - 05/04/2017

Quote:Bueno, por si te sirve como idea... Está el típico recurso de un mueble muy, muy pesado que el protagonista empuja para bloquear el acceso (con esto estoy diciendo que los soldados sí se enteran del jaleo pero no pueden entrar). Si te preocupa por qué no salen a buscarlo inmediatamente, puedes decir que el falso techo y la habitación superior es algo que sólo conoce el rey, y los soldados piensan que Ferenwir ha de seguir dentro de la habitación porque no tiene forma de salir...

Pues gracias. Es una explicación muy lógica que me servirá si en último extremo no encuentro otra alternativa. Aunque prefería que saliera sin que aún se hubiera descubierto su huida.


Quote:Es algo totalmente quisquilloso Big Grin Big Grin Big Grin , pero ¿campos de cultivo tan cerca de un castillo tan importante? ¿A un tiro de flecha de la muralla, un campo enorme de trigo? ¿Además en lo alto de un promontorio de roca? Yo me imagino casuchas, vertederos, alguna posada, un camino embarrado... Y no soy muy granjero pero el trigo, ya segado, ¿llega todavía por encima de la rodilla? Tongue

poop Estaba contando las horas hasta que alguien me lo dijera. Yo también era consciente, pero como la escena quedaba tan bien así, con toda su carga dramática, no me decidí a corregirlo....
Otro pequeño dolor de cabeza que solucionar.

Por cierto, ¿han perecido las musas del foro o tienen astenia primaveral? Esto está bastante tranquilo. ¿Para cuando tu nuevo fragmento? Anda alégrame el día.
A mi, es curioso, el tiempo que he estado sin mi portátil me ha resultado muy productivo a nivel de generar ideas de lo que se da por llamar worldbuilding. Que nadie siga nunca mi camino. Tengo casi terminado el libro (me faltan apenas 2 cap y medio de los 15 que tiene) y el mundo en el que se desarrolla está total y dramáticamente en pañales. ¿Recuerdas el problema que tenía con los tan manidos príncipes demonio? Pues ya están en estado de crisálida para convertirse en otra cosa. (No sé si mejor o peor, pero otra cosa un poco más personal Big Grin).
El problema, como siempre, que es tengo que ir reescribiendo hacia atrás y me agoto haciendo y deshaciendo como un fiel trasunto de la Penelope de Ulises.

Nos leemos.


RE: [Fantasía épica] Infierno de dioses - 1.La reina desvalida - kaoseto - 20/04/2017

Buenas, Momo!

Me leí este fragmento hace unas semanas y recuerdo que me gustó. No me he perdido en ningún momento pese a que hay bastante acción y se avista ya un poco más cómo es la situación en la corte de Hroan. Férenwir realmente debe de tener un aspecto lamentable, je, a ver si no se muere en camino!


RE: [Fantasía épica] Infierno de dioses - 1.La reina desvalida - Rohman - 23/04/2017

Último capítulo leído, Momo.
Si algo tengo que decir, lo que más me gusto es la pelea del celestial con el que le persigue, solo. Metes relleno sin que se note; eso siempre es difícil de hacer, y de paso metes pistas de lo que hace el rey, doble bien, Momo. Me gustó mucho también la parte de los jinetes cuando llegan más tarde, pues tus excelentes diálogos hacen que los parlantes cobren vida, que envidia!!!
Ahora lo que no me gusto tanto, cuando están en medio de la oscuridad, cuando va en busca del río, entre las sombras. Me faltó algo, la misma "magia" de tus diálogos trasladada en esa parte.
Más tensión; que rompa una rama, no se pero lo vi algo rápido y sin la tensión del celestial, del entorno y del los soldados, que bien quedaría bien como uno de los guardias grita en plan: "Ven rata, rata asquerosa. Esconderte no te salvara esta vez. No me hagas perder más el tiempo contigo... los perros te destrozarán con el muy cerdo que eres" Ojo Momo, es solo un ejemplo.
Saludos y esperando el siguiente capítulo, y sigo diciendo que tienes mucho potencial para ser una buena novela.


RE: [Fantasía épica] Infierno de dioses - 1.La reina desvalida - Momo - 24/04/2017

Buenas, Kaoseto,

Ya sabes que cualquier comentario tuyo me resulta tremendamente últil. Y no solo porque es primordial tomarle el pulso a tu narración a traves de las opiniones de otros. Debido a un apunte tuyo en mi primer hilo estoy cambiando una escena capital de mi capítulo 8. Está mejorando muchísimo desde lo que tenía escrito anteriormente, aunque ahora mismo es como si hubiera tirado del hilo de un jersey de lana, lo hubiera deshecho a medias y me hubiera enredado completamente en él.
Así que gracias, te odio Mfr_lol


RE: [Fantasía épica] Infierno de dioses - 1.La reina desvalida - Momo - 24/04/2017

Hola, Rohman,

Eres un crítico bastante severo, así que gracias por pasarte. Voy a tomar buena nota de todo.

Quote:Si algo tengo que decir, lo que más me gusto es la pelea del celestial con el que le persigue, solo. Metes relleno sin que se note; eso siempre es difícil de hacer, y de paso metes pistas de lo que hace el rey, doble bien,

Me gustan las peleas ágiles y ràpidas, pero que no se limiten tan solo a vistosos intercambios de golpes. Así que me alegro de que esta haya pasado tu control de calidad Tongue

Quote:Me gustó mucho también la parte de los jinetes cuando llegan más tarde, pues tus excelentes diálogos hacen que los parlantes cobren vida, que envidia!!!

Estoy pensando en dedicarme a escribir teatro. Allí son todo diálogos y las descripciones brillan por su ausencia Big Grin
Respecto a la forma de hablar en los personajes, en este diálogo en concreto no lo pensé demasiado la verdad. Salió de un tirón. Aunque hay otros que me cuestan bastante más.

Quote:Ahora lo que no me gusto tanto, cuando están en medio de la oscuridad, cuando va en busca del río, entre las sombras. Me faltó algo, la misma "magia" de tus diálogos trasladada en esa parte.
Más tensión; que rompa una rama, no se pero lo vi algo rápido y sin la tensión del celestial, del entorno y del los soldados, que bien quedaría bien como uno de los guardias grita en plan: "Ven rata, rata asquerosa. Esconderte no te salvara esta vez. No me hagas perder más el tiempo contigo... los perros te destrozarán con el muy cerdo que eres" Ojo Momo, es solo un ejemplo.

Estás en lo cierto cuando dices que la escena del río es algo rápida. Creo que ya me lo has comentado alguna vez antes en alguna otra escena, alguna descripción poco trabajada, etc. Lo que pasa es que me salen unos capítulos lárguisimos y hay pasajes sobre lo que apenas incido, porque no son las partes que más me interesa remarcar. Intentaré pulirlas sin alargarlas. Si eso es posible.

En un par de entregas más llegaré al final de capítulo y espero que verte allí.

Nos leemos.