25/11/2017 11:33 AM
(24/11/2017 02:20 PM)Iramesoj Wrote: No me respondes a mi pregunta. Me dices que a medida que los ibas escribiendo no los veías tan mal, pero yo pregunto si una vez acabados (o sea, no mientas los escribes sino despues de escribirlos), hubo alguna época, una vez terminaste de escribirlos, en la cual los leiste y los disfrutaste, sin ser consciente de lo malos que eran. También pregunto cuantas veces tuviste que rellerlos para darte cuenta de que eran malos. Por favor, y si no es molestia, responde, ya que me interesa mucho este tema
No existía tal cosa como una vez acabados porque prácticamente no he escrito textos cortos hasta hace relativamente poco; ocasionalmente, si había alguna tarea del colegio o incluso del instituto, pero por lo general esos casi nunca tenía la oportunidad de volver a leerlos. Por tanto solo puedo responder por los textos largos que iba escribiendo hasta que dejaban de convencerme; no veo la diferencia real entre tener un relato escrito completo o una novela en proceso, al fin y al cabo aunque el texto estuviera incompleto, cada página (e incluso menos, cada párrafo) permitía opinar sobre la calidad del texto...
Pero como digo, antes mi concepto de malo no era tanto en cuanto a gramática, ortografía y similares sino por cuestiones narrativas (por ejemplo agujeros argumentales); así que para ser consciente de que eran malos por lo general tenía que empaparme de historias para ver esos fallos que en su momento sonaban bien en mi cabeza.
En cuanto al tiempo es difícil de decir; los casos a los que me remito tienen años de antigüedad, supongo que el tiempo que tardo en darme cuenta de que algo que he escrito es malo es inversamente proporcional al tiempo que ha ido pasando; o sea, antes tardaba mucho más tiempo que ahora.
Pero hablemos de un ejemplo que puedes ver tú mismo porque está en el foro: La chica de ojos azules, no entraría en la categoría de textos malos (no lo digo por opinión propia sino por el tipo de comentarios que me han dejado); pero ejemplifica la discrepancia entre el autor y el lector. En ese caso yo entendía que la repetición de la palabra azul se hacía pesada y que las pistas más allá de la más evidente —que en una primera versión o no estaba incluida o lo estaba en una medida mucho menor— eran muy sutiles y solo para quien tuviera un cierto conocimiento del tema; para mí eso era suficiente, tendría a los lectores distraídos con ese azul repetitivo y dejaría un pequeño reguero de pistas cuya función principal era evitar un Deus ex machina; aparentemente para los lectores no. Debo decir que en ese caso no es completamente mi culpa, y supongo que en más de un caso que te hayas podido encontrar de textos verdaderamente malos puede haber ocurrido lo mismo; ese relato ya lo dejé que gente lo leyera antes de colgarlo en Wattpad (igual que con el resto) pero sus opiniones por lo general eran las básicas de me gusta, me sorprende y poco más...; de ahí que por ejemplo en la primera versión hubiera tenido un lapsus y dejado una palabra en portugués, y por más que leyera el relato no lo arreglara; porque nadie me comentó nada y porque simplemente era una palabra en otro idioma, en mi cabeza seguía sonando bien.
Mi conclusión es que más allá del Dunning-Kruger la culpa de que ocurran estas cosas es de los lectores —y digo esto porque entiendo que para que al resto del mundo le parezca un tostón es que no hablamos de un texto que escribas exclusivamente para ti—. Lectores (ya sea familiares o amigos) que dan una opinión muy simple por no herir los sentimientos del autor, o que directamente no tienen la experiencia necesaria para dar una crítica como es debido; alimentando así, ya no el ego, sino la ilusión del escritor de que su obra tiene unas características de las que carece.