14/09/2020 08:32 PM
Escudo de cristal
Los pedazos de aquel héroe quedaron esparcidos por el suelo, era fuerte, lo suficiente para destruir mi escudo de cristal pero no lo suficientemente rápido para reaccionar al cerrarse sobre él el segundo escudo, mucho más fuerte y lleno de enormes púas afiladas.
Era un héroe, podría decirse que de nivel medio, presto a adquirir fama a costa de un débil villano. Siempre me subestiman y siempre les cuesta caro hacerlo.
No puedo evitar rememorar cómo empezó todo hace años, en el colegio de superhéroes, apenas había encontrado mi poder con la pruebas del agua azul, un tipo de bautismo en la que uno se sumerge y el agua alrededor se transforma al absorber una parte de la energía vital.
Era todo un espectáculo cuando el agua se transformaba en hielo o fuego o se generaban grandes olas cuando el poder era la fuerza, pero no en mi caso, para mi solo apareció un cuarzo, una pared delgada de cuarzo, mi poder era crear escudos de cristal.
Y ahí fue el inicio de mi calvario.
De inmediato me convertí en el objetivo de Scott y su panda de idiotas, ¿la razón? la razón que tienen todos los que hacen bullying.
Scott era de los pocos que había obtenido un vistoso poder, podía crear fuego.
Yo aunque al principio estaba decepcionado de mi suerte no tardé en darme cuenta de lo versátil que podía llegar a ser mi poder.
Tras muchos días de sufrir el bullying de Scott, finalmente explote y decidí que tenía que darle una lección, pero para eso tenía que idear un plan para derrotarlo, no me tomó
mucho tiempo pensar en uno, él siempre buscaba pelea y nunca dejaba de alardear de su poder encendiendo siempre sus manos.
Una simple hoja en su casillero insultandole y con el lugar y hora del encuentro fue suficiente, llegó antes pero yo ya lo estaba esperando encapuchado y con el rostro cubierto.
Era un lugar poco frecuentado del colegio y a esa hora estaba solo aunque ya había aprendido a hacer escudos transparentes que reflejaban la luz y hacían invisibles a las personas dentro de él.
Él ni siquiera se dió cuenta cuando cree la doble barrera, una para mí para protegerme y
otra para atraparlo.
—¿Quién demonios eres? —dijo al momento que levantaba las manos y las encendía con dos grandes bolas de fuego.
Yo no contesté, él no lo sabía pero yo no podía hablar en ese momento.
—¿Te comieron la lengua los ratones?
Un simple gesto de mi mano fue mi única respuesta, tal como esperaba empezó a lanzarme bolas de fuego que terminaban chocando en la barrera invisible sin dañarme.
— ¡Tu!
— Vaya, vaya, creo que, ¿que pas.. — decía Scott cuando se apagaron sus manos.
No alcanzó a acabar la frase cuando cayó al suelo, yo espere un par de minutos más antes de deshacer mi escudo y acercarme a él, me quite la capucha y la bufanda con la que
ocultaba la mascarilla de oxígeno.
No me sentía para nada como si yo hubiera sido su verdugo, después de todo él mismo había consumido el oxígeno y llenado todo de monóxido de carbono con su fuego.
Di un rápido vistazo para cerciorarme que no hubiera nadie cerca, mi oxígeno se acababa
y necesitaba eliminar el segundo escudo, me arranque la mascarilla y huí tan rápido como pude, no tardaron en encontrar el cuerpo de Scott pero nunca resolvieron su crimen.
Vuelvo al presente y tomo consciencia de la sangre que cubre mi cuerpo y pienso en tomarme un baño cuanto antes y pienso en lo bueno que ha sido que siempre me subestimen.
El dinero no da la felicidad pero la pobreza tampoco