18/04/2018 05:06 PM
(This post was last modified: 17/11/2019 12:27 AM by JPQueirozPerez.)
Veo mucho comentar en el hilo de ambición con respecto a cantidad y no con respecto al contenido. En ese sentido, podemos considerar autores que pretenden hacer un antes y un después: por ejemplo Emilio Bueso y su Transcrepuscular, que no sólo pretendía ser un giro total a la fantasía y al worldbuilding, sino también a las ediciones de libros, para que al final por lo que he podido ver pues ni chicha ni limonada; por otro lado estaría la ambición desde el punto de vista de la riqueza/fama, en el que un autor empieza a sobreexplotar su obra (esto se acerca un poco a lo que se ha hablado de cantidad de libros, aunque no es lo mismo): ejemplos los tenemos en Rowling con su obra de teatro, la pentalogía de películas, Pottermore (que aunque se suponía una simple expansión le está sirviendo para hacer una limpieza en su imagen con temas raciales y LGBT)...; o a Meyer y su edición décimo aniversario de Crepúsculo en la que se incluye Vida y Muerte (la reescritura genderbend de su gallina de los huevos de oro) o, relacionada con esta, E. L. James y su revisión de su trilogía desde el punto de vista de Grey.
Estos casos demuestran un claro problema en el ser ambicioso en el arte, que hace que la respuesta a la primera pregunta de todas sea un claro no, este tipo de ambición no lleva a mayor inspiración, porque lo que parece ser inspiración no pasa de ser un intento de abarcar más de lo que se puede con algo nuevo.
Estos casos demuestran un claro problema en el ser ambicioso en el arte, que hace que la respuesta a la primera pregunta de todas sea un claro no, este tipo de ambición no lleva a mayor inspiración, porque lo que parece ser inspiración no pasa de ser un intento de abarcar más de lo que se puede con algo nuevo.