Buenas tardes. Antes de nada, ya que este es mi primer mensaje, me gustaría saludar a todos lo foreros. Soy casi treintañero, de Sevilla (aunque actualmente vivo en Logroño) y lector ocasional cuando el trabajo y la pareja me permiten. Espero que podamos compartir muchas conversaciones
Respecto al post, me ha parecido muy interesante la diferenciación que hace el creador, especialmente la reflexión final. Estoy de acuerdo con él en que no tiene demasiado sentido tratar de dotar de profundidad a todos los personajes, ya que, por fijar un paralelismo con la vida misma, tu relación con el dueño de la panadería o de la ferretería de tu barrio es tan superficial como la de los protagonistas con esos personajes "terciarios" a los que alude.
La explicación que luego ha proporcionado kaoseto me parece soberbia, y precisamente posibilita la existencia de una herramienta más de la que goza el escritor: el "aprovechar" la existencia de unos personajes que previamente ha creado para, basándose en su aparentemente inicial insignificancia para la trama, dotarles paulatinamente de un papel cada vez más relevante en la historia. Por eso, los personajes "secundiarios" y "terciarios" a los que alude Ralvarado pueden llegar a experimentar finalmente todas las fases a las que se refiere
Respecto al post, me ha parecido muy interesante la diferenciación que hace el creador, especialmente la reflexión final. Estoy de acuerdo con él en que no tiene demasiado sentido tratar de dotar de profundidad a todos los personajes, ya que, por fijar un paralelismo con la vida misma, tu relación con el dueño de la panadería o de la ferretería de tu barrio es tan superficial como la de los protagonistas con esos personajes "terciarios" a los que alude.
La explicación que luego ha proporcionado kaoseto me parece soberbia, y precisamente posibilita la existencia de una herramienta más de la que goza el escritor: el "aprovechar" la existencia de unos personajes que previamente ha creado para, basándose en su aparentemente inicial insignificancia para la trama, dotarles paulatinamente de un papel cada vez más relevante en la historia. Por eso, los personajes "secundiarios" y "terciarios" a los que alude Ralvarado pueden llegar a experimentar finalmente todas las fases a las que se refiere