Quote:En realidad un prólogo hace comentarios sobre la propia obra o el autor, más que ser un capítulo inicial; pero eso daría para su propio tema en el foro, así que yendo a lo que toca en este hilo: ¿cómo mencionarías la herida para que se sepa que es grave —que no necesariamente mortal—, sin que el lector acabe pensando que la voz es la de un moribundo?
No discutiré sobre eso después de ver que Chicote ha escrito el prólogo para la edición española de Juramentada de Sanderson, Sin embargo me referiría más bien a un texto integrado en la propia historia, no a presentaciones, como sería el caso que he mencionado antes, o comentarios aclaratorios del autor. Quizá hay otro nombre para el texto del que hablo, introducción o algo así, pero he de reconocer que no me he dedicado a investigarlo.
Referente a lo que comentas de aclarar el tema de la herida, quizá sea yo la semilla del malentendido, ya que tengo una tendencia innata a la tragedia extrema y al drama.
Aunque las pistas están ahí (las he señalado en el siguiente párrafo en cursiva), no son lo suficientemente definitorias, debido a lo que te comenté en mi email anterior: dejas mucho margen al lector, de forma que cada uno puede forjarse imágenes un tanto diferentes de la escena.
Hay muchos modos de romper esa impresión. En realidad con un diminuto detalle basta.
Puedes añadir una acción futura que alargue el desarrollo de la escena más allá del punto en que termina tu texto.
¿A cuántos hermanos habré de vengar?, no lo hace, ya que se puede culminar una venganza muriendo al llevarla a cabo. Lo mismo me pasa con De no haber podido herirte sería una más de tus víctimas. A mis ojos el hecho de matar al enemigo despoja al vencedor del carácter estricto de víctima, aunque muera igualmente. Pero, como te he dicho, éstas son percepciones puramente subjetivas de cada lector.
Una acción futura mas allá de la escena podría ser p.e.:
Tus garras se han clavado profundo en mi carne. De no haber podido herirte sería una más de tus víctimas. Mis hermanos han muerto, tú les has matado; hijos de la tierra, como yo, como tú; muertos por tu ira, pero ya no más. Veré pudrirse tus entrañas cubiertas de cuervos, hasta que no quede nada. Por decir algo. En realidad sirve cualquier cosa que indique que va a tener tiempo de sobra para ver como el cadáver de su enemigo se descompone. Es solo un ejemplo, a mi modo trágico exacerbado. XD, pero puede ser cualquier otra cosa.
Otro modo sería decirlo llanamente y no ser tan críptico:
¿Qué es ese aliento fétido? ¿Es ese tu última arma? No importa, es tu fin y quiero que conozcas mi nombre, para contar a todas tus víctimas, cuando las encuentres en el más allá, quién las ha vengado. Quien se ha enfrentado a ti y ha sobrevivido a tu pestilencia, iniquidad o lo que se te ocurra.
Pero, como digo siempre, escribir es un acto personal e intransferible. Así que… a tu bola.
Quote:Como dije, no he escrito últimamente, más allá de algún comienzo de relato; igualmente, dado el tiempo que estuviste fuera, sí puedes encontrar relatos míos colgados en el foro (por ahí incluso hay cierto comentario hacia ti).
Supongo que te refieres a la crónicas de Bocanegra. He leído los microrelatos y me han producido una sensación curiosa, porque se parecen mucho a las notas que yo tomo. En realidad son como minúsculas epifanías que tengo que atrapar en papel antes de que se desvanezcan. Escenas que me vienen de repente y que después integro en la historia general para desarrollarla. O no, depende de como se vaya desarrollando. Sin embargo son un germen valiosísimo para mí. Van cargadas de una energía especial, que no tienen con tanta naturalidad los textos que escribo haciendo codos delante del PC. Por lo que creo que esos microrelatos de Bocanegra podrían integrarse sin problemas en un esquema más general que los incluyera a todos. Tengo pendiente leer los fragmentos más largos, pero de entrada esa historias parecen tener un aire fresco que es de agradecer. También el aire canalla de los personajes es atractivo, aunque se corre el riesgo de quedarse solo en la superficie con ellos.
Nos leemos.