07/11/2019 08:50 AM
Pues me vais a perdonar (bueno, si todavía queda por aquí alguno de los foreros que aquí opinaron ) pero he decidido dejar la saga tras el segundo tomo.
El primero, Experta en Magia, me gustó por el protagonismo de Igraine, madre de Arturo y Morgana. La autora transmite muy bien esa opresión que emana de la pobre chiquilla, a la que tan joven obligan a casarse y a vivir por y para "su hombre"; también estuvo bien la parte de Avalon, con Morgana teniendo sus primeros contactos con Arturo, Ginebra, y Lancelot. Las motivaciones de los personajes me parecen coherentes y bien reflejadas, y su humanidad se encuentra perfectamente reflejada en cada página. Eso sí, acción...poca. Pero preferí no darle importancia gracias al buen tratamiento de cada personaje.
Con el segundo, La Reina Suprema, empezamos bien...Los conflictos internos de Morgana me continuaba resultando interesantes. Lo que pasa es que me comencé a cansar del "fanatismo" que Marion imprime a los cristianos. Desde luego no soy muy fan de la religión, pero la autora muestra a los personajes cristianos de una manera muy burda y caricaturizada, lo me desagradaba teniendo en cuenta el tratamiento tan cuidado que otorga al resto. Intenté pensar que tanta insistencia tendría su razón en una futura guerra de religiones.
El problema llegó a su climax en Ginebra: un personaje ESTÚPIDO (lo siento, es que lo es) cuya vida gira alrededor de dos obsesiones; tirarse a Lancelot, y que el cristianismo sea la única religión de Britania. El personaje llega al nivel de que, (SPOILER) al borde de la más cruenta batalla contra el enemigo sajón, se le ocurre sugerir que también tendrían que hacer la guerra, en ese momento, contra todos aquellos no cristianos de la isla.
Si hubiese sido cosa de varias páginas, lo hubiera pasado por alto. Pero este segundo tomo se basa fundamentalmente en Ginebra, y este machacón y desigual tratamiento de la pugna religiosa (digo tratamiento desigual porque mientras los cristianos son unos fanáticos incapaces de razonar, los seguidores de Avalon como Merlin son puro raciocinio y tolerancia) y sobre todo, los líos amorosos Lancelot - Ginebra - Arturo - Morgana que copan la mayor parte de las páginas, me han terminado quemando.
Quizá dentro de unos años me anime a intentarlo con el tercero, pero en estos momentos necesito un buen descanso
El primero, Experta en Magia, me gustó por el protagonismo de Igraine, madre de Arturo y Morgana. La autora transmite muy bien esa opresión que emana de la pobre chiquilla, a la que tan joven obligan a casarse y a vivir por y para "su hombre"; también estuvo bien la parte de Avalon, con Morgana teniendo sus primeros contactos con Arturo, Ginebra, y Lancelot. Las motivaciones de los personajes me parecen coherentes y bien reflejadas, y su humanidad se encuentra perfectamente reflejada en cada página. Eso sí, acción...poca. Pero preferí no darle importancia gracias al buen tratamiento de cada personaje.
Con el segundo, La Reina Suprema, empezamos bien...Los conflictos internos de Morgana me continuaba resultando interesantes. Lo que pasa es que me comencé a cansar del "fanatismo" que Marion imprime a los cristianos. Desde luego no soy muy fan de la religión, pero la autora muestra a los personajes cristianos de una manera muy burda y caricaturizada, lo me desagradaba teniendo en cuenta el tratamiento tan cuidado que otorga al resto. Intenté pensar que tanta insistencia tendría su razón en una futura guerra de religiones.
El problema llegó a su climax en Ginebra: un personaje ESTÚPIDO (lo siento, es que lo es) cuya vida gira alrededor de dos obsesiones; tirarse a Lancelot, y que el cristianismo sea la única religión de Britania. El personaje llega al nivel de que, (SPOILER) al borde de la más cruenta batalla contra el enemigo sajón, se le ocurre sugerir que también tendrían que hacer la guerra, en ese momento, contra todos aquellos no cristianos de la isla.
Si hubiese sido cosa de varias páginas, lo hubiera pasado por alto. Pero este segundo tomo se basa fundamentalmente en Ginebra, y este machacón y desigual tratamiento de la pugna religiosa (digo tratamiento desigual porque mientras los cristianos son unos fanáticos incapaces de razonar, los seguidores de Avalon como Merlin son puro raciocinio y tolerancia) y sobre todo, los líos amorosos Lancelot - Ginebra - Arturo - Morgana que copan la mayor parte de las páginas, me han terminado quemando.
Quizá dentro de unos años me anime a intentarlo con el tercero, pero en estos momentos necesito un buen descanso
Te equivocaste, brujo. Confundiste el cielo con las estrellas reflejadas en la superficie de un estanque.