06/04/2020 10:39 AM
No soy, ni mucho menos, un "escritor veterano", pero hay en las historias que he escrito ya elementos comunes que quiero mantener. Así pues, responderé en mi caso a esas tres preguntas.
Objetivo: Siempre he pensado que la fantasia es a la vida lo que el cambio de plano al sistema diedrico. Para quien no sepa de dibujo técnico, un cambio de plano es otra forma de ver la figura, una nueva perspectiva, que ayuda a solucionar el problema. La fantasía, desde la ficción, ilustra y enseña sobre la realidad. Ese es mi objetivo. Plantear problemas mediante la magia que, realmente, están en nuestra vida real. Y, a través de la historia, llegar a una conclusión.
Leyes: No me gustan los protagonistas perfectos. Cuando empecé a escribir, me acercaba más a una literatura utópica, donde los buenos eran buenísimos y los malos, malísimos. Ahora, sin embargo, me inclino más por los complejos. Mis personajes dudan de si mismos, de sus decisiones, y sienten cómo arde su conciencia cuando se equivocan. Intento así plantear dilemas personales para llegar a una solución.
La religión. Es un elemento poco común en la fantasia, sólo escritores como Sanderson y algunos más se han atrevido a afrontarlo. Lo considero un error, pues, siendo algo tan importante rn el mundo real, ¿por que no iba a ser relevante en la ficcion?
El amor, siempre presente. No sólo por su valor sentimental, sino como apoyo emocional a los personajes. Les ayuda a tener esperanza.
Exvepcion: En ocasiones, para mostrar cual es el camino más correcto, uso esos personajes perfectos. Porque en la vida real, a veces, también los encontramos.
Objetivo: Siempre he pensado que la fantasia es a la vida lo que el cambio de plano al sistema diedrico. Para quien no sepa de dibujo técnico, un cambio de plano es otra forma de ver la figura, una nueva perspectiva, que ayuda a solucionar el problema. La fantasía, desde la ficción, ilustra y enseña sobre la realidad. Ese es mi objetivo. Plantear problemas mediante la magia que, realmente, están en nuestra vida real. Y, a través de la historia, llegar a una conclusión.
Leyes: No me gustan los protagonistas perfectos. Cuando empecé a escribir, me acercaba más a una literatura utópica, donde los buenos eran buenísimos y los malos, malísimos. Ahora, sin embargo, me inclino más por los complejos. Mis personajes dudan de si mismos, de sus decisiones, y sienten cómo arde su conciencia cuando se equivocan. Intento así plantear dilemas personales para llegar a una solución.
La religión. Es un elemento poco común en la fantasia, sólo escritores como Sanderson y algunos más se han atrevido a afrontarlo. Lo considero un error, pues, siendo algo tan importante rn el mundo real, ¿por que no iba a ser relevante en la ficcion?
El amor, siempre presente. No sólo por su valor sentimental, sino como apoyo emocional a los personajes. Les ayuda a tener esperanza.
Exvepcion: En ocasiones, para mostrar cual es el camino más correcto, uso esos personajes perfectos. Porque en la vida real, a veces, también los encontramos.