No tengo una estrategia que use siempre. A veces es algo estándar que se conoce desde el inicio. En algunas historias ni siquiera hay plan malvado, solo una actitud persistente, o al contrario, el que tiene el plan es el protagonista (algo así como lo que dice Miles sobre El señor de los anillos.
A mi me gusta encontrar la explicación en piezas a medida voy leyendo, así que la mayor parte del tiempo intento hacer eso. Uso combinaciones de los trucos que menciona Miles (fulanito se roba algo, menganito se conquista a un aliado del villano y le saca información para entender lo que fulanito se robó…) incluso si escribo desde la perspectiva del antagonista o con narrador omnisciente, no suelto todo de un solo. El problema es que claramente lo estoy haciendo mal porque los lectores casi nunca logran poner las piezas juntas (como en el relato que mandé para el reto de los superpoderes, que no sólo no vieron el plan del villano, sino que ni siquiera escucharon al tipo.).
En otros de mis relatos, el plan malvado es obvio desde el inicio, los protagonistas saben a qué se enfrentan o que quieren evitar, pero al final resulta que había una motivación extra o una estrategia inesperada. (También me gusta leer eso, supongo, aunque a veces me hace sentir estafada). Es más fácil de escribir… al menos, lo es si no intento dar pistas para que los lectores más atentos se den cuenta antes de llegar a la gran revelación.
A mi me gusta encontrar la explicación en piezas a medida voy leyendo, así que la mayor parte del tiempo intento hacer eso. Uso combinaciones de los trucos que menciona Miles (fulanito se roba algo, menganito se conquista a un aliado del villano y le saca información para entender lo que fulanito se robó…) incluso si escribo desde la perspectiva del antagonista o con narrador omnisciente, no suelto todo de un solo. El problema es que claramente lo estoy haciendo mal porque los lectores casi nunca logran poner las piezas juntas (como en el relato que mandé para el reto de los superpoderes, que no sólo no vieron el plan del villano, sino que ni siquiera escucharon al tipo.).
En otros de mis relatos, el plan malvado es obvio desde el inicio, los protagonistas saben a qué se enfrentan o que quieren evitar, pero al final resulta que había una motivación extra o una estrategia inesperada. (También me gusta leer eso, supongo, aunque a veces me hace sentir estafada). Es más fácil de escribir… al menos, lo es si no intento dar pistas para que los lectores más atentos se den cuenta antes de llegar a la gran revelación.
El eje de todos los mundos posibles no tiene esquinas ni aristas.