03/10/2019 05:27 PM
(This post was last modified: 04/10/2019 05:30 PM by Guardián Ciego.)
Parece que voy a revivir esto...
"Crítica" al primer post de este hilo:
Primero que nada, estamos más o menos de acuerdo en que la fantasía épica está en crisis y que probablemente lleva un buen rato así. Y digo que lo creo porque la verdad no sé mucho del tema, incluso podría dudarlo. Pero mi enfoque en realidad está dirigido a la literatura en castellano y la inmensa mayoría de obras de alta fantasía o fantasía épica según la solemos entender están originalmente en inglés. Es desde aquí donde empezamos mal. Vamos por partes.
¿Tolkien condicionó a todos los que vinieron después de él? Sí, efectivamente, pero eso tiene más problemas a parte del hecho que el hombre vivió a principios del siglo pasado, lo que en tiempo milenial es hace eones. Según mi juicio, una cuestión más importante es que Tolkien es heredero de una tradición literaria que, por un lado, suele ser desconocida, y por otro lado, es ajena a nuestra tradición literaria hispana. Pero me parece que esto último lo abordaré ampliamente en otro hilo que estoy planeando.
Segundo punto, relacionado con el anterior, se dice que la literatura es universal…, pero en la práctica no lo es tanto. Haz dicho que somos esclavos de nuestras condiciones materiales, y es aquí donde tu argumento se pone tenebroso, porque uno no puede soltar una frase como esa, así como así, sin cincuenta respaldos bibliográficos, y eso sólo para abrir el debate. Intentar teorizar un producto cultural a través del lente del materialismo histórico es elegir irse por el camino difícil y espinado. Yo simplemente preguntaría: si la trascendencia de una obra está condicionada por nuestras propias condiciones materiales, y la obra de Tolkien refleja problemas de principios del siglo XX, ¿Por qué rayos sigue siendo famoso?; lo que la mayoría de personas de hoy en día sabe sobre la primera guerra mundial es que gracias a ella llamamos segunda guerra mundial a la segunda guerra mundial y no simplemente guerra mundial. Y la verdad yo no me acuerdo de las películas de Rocky.
La literatura fantástica no ha sido condicionada primero por la modernidad y la consecuente ascensión de la burguesía, para luego reflejar un conflicto entre occidente y el fascismo porque no existe la literatura, existen literaturas. Si queremos buscar una idealización del feudalismo contra el esclavismo, empezamos mal, porque los mismos cantares de gesta son completamente distintos, dependiendo si hablamos de un cantar de gesta castellano, un romance de frontera hispano, una tirada de alejandrinos francesa, un lay alemán o una saga sajona. Aunque lo épico y lo caballeresco están ahí, por supuesto, es casi en lo único que se parecen y no reflejan los mismos problemas políticos, ¿O en algo se parecen Alfonso VI de León y Gunter de Borgoña?
Me estoy extendiendo demasiado. Mi tesis, la cual extenderé después, es: el futuro de la fantasía hispana, y es la que tenemos a la mano, no depende de actualizarla a los tiempos modernos, depende de no seguir inspirándonos únicamente en autores anglosajones.
Tal es nuestra dependencia que incluso nos hemos habituado a escribir según el estilo propio que se consigue al traducir una obra en inglés al español. Esto es, ese estilo llano y lineal, que es sólido y fácil de leer, pero que a la luz de nuestra propia tradición literaria, resulta completamente insulso. Y de hecho este sabor insulso fuerza a los autores a centrar toda su capacidad artística en la trama, el worldbulding y el desarrollo de personajes, etc... Al menos al mero estilo de lo que se publica hoy en día.
Ahora, alguien se dirá que esto último es bueno, pero esa conclusión viene del condicionamiento que nos dan las editoriales. El contra ejemplo perfecto es el boom latinoamericano, muy dado a la fantasía por cierto, que prescinde de tramas complejísimas y personajes profundos casi por completo. Y me temo que el boom latinoamericano ha dado obras ganadoras del nobel y la fantasía épica sigue siendo un género marginal.
Por otro lado, y volvamos al pasado, mencionaré el romanticismo como ejemplo. Fue en su tiempo algo totalmente impactante y novedoso, algo que se fue extendiendo por toda Europa, pero en España no terminaba de cuajar, de hecho es difícil para el lector promedio recordar una obra del romanticismo español. El trasplante no funcionó bien hasta José de Espronceda y fue precisamente José de Espronceda quien se convirtió en uno de los referentes literarios más importantes del mundo. Trasplantar un género de un lenguaje a otro (y la fantasía épica es inglesa casi hasta la médula) se presenta difícil, extremadamente difícil, y el que lo consiga, será aquel quien renueve el género.
El romanticismo era una corriente de marginados (genios marginados), pero es en España y Francia donde cobra cierta seriedad característica. ¿Queremos seguir las ideas de Tolkien y todos sus discípulos? Está bien, pero si queremos algo novedoso y bien hecho, no copiemos el estilo, adaptémoslo a nuestra propia tradición literaria.
"Crítica" al primer post de este hilo:
Primero que nada, estamos más o menos de acuerdo en que la fantasía épica está en crisis y que probablemente lleva un buen rato así. Y digo que lo creo porque la verdad no sé mucho del tema, incluso podría dudarlo. Pero mi enfoque en realidad está dirigido a la literatura en castellano y la inmensa mayoría de obras de alta fantasía o fantasía épica según la solemos entender están originalmente en inglés. Es desde aquí donde empezamos mal. Vamos por partes.
¿Tolkien condicionó a todos los que vinieron después de él? Sí, efectivamente, pero eso tiene más problemas a parte del hecho que el hombre vivió a principios del siglo pasado, lo que en tiempo milenial es hace eones. Según mi juicio, una cuestión más importante es que Tolkien es heredero de una tradición literaria que, por un lado, suele ser desconocida, y por otro lado, es ajena a nuestra tradición literaria hispana. Pero me parece que esto último lo abordaré ampliamente en otro hilo que estoy planeando.
Segundo punto, relacionado con el anterior, se dice que la literatura es universal…, pero en la práctica no lo es tanto. Haz dicho que somos esclavos de nuestras condiciones materiales, y es aquí donde tu argumento se pone tenebroso, porque uno no puede soltar una frase como esa, así como así, sin cincuenta respaldos bibliográficos, y eso sólo para abrir el debate. Intentar teorizar un producto cultural a través del lente del materialismo histórico es elegir irse por el camino difícil y espinado. Yo simplemente preguntaría: si la trascendencia de una obra está condicionada por nuestras propias condiciones materiales, y la obra de Tolkien refleja problemas de principios del siglo XX, ¿Por qué rayos sigue siendo famoso?; lo que la mayoría de personas de hoy en día sabe sobre la primera guerra mundial es que gracias a ella llamamos segunda guerra mundial a la segunda guerra mundial y no simplemente guerra mundial. Y la verdad yo no me acuerdo de las películas de Rocky.
La literatura fantástica no ha sido condicionada primero por la modernidad y la consecuente ascensión de la burguesía, para luego reflejar un conflicto entre occidente y el fascismo porque no existe la literatura, existen literaturas. Si queremos buscar una idealización del feudalismo contra el esclavismo, empezamos mal, porque los mismos cantares de gesta son completamente distintos, dependiendo si hablamos de un cantar de gesta castellano, un romance de frontera hispano, una tirada de alejandrinos francesa, un lay alemán o una saga sajona. Aunque lo épico y lo caballeresco están ahí, por supuesto, es casi en lo único que se parecen y no reflejan los mismos problemas políticos, ¿O en algo se parecen Alfonso VI de León y Gunter de Borgoña?
Me estoy extendiendo demasiado. Mi tesis, la cual extenderé después, es: el futuro de la fantasía hispana, y es la que tenemos a la mano, no depende de actualizarla a los tiempos modernos, depende de no seguir inspirándonos únicamente en autores anglosajones.
Tal es nuestra dependencia que incluso nos hemos habituado a escribir según el estilo propio que se consigue al traducir una obra en inglés al español. Esto es, ese estilo llano y lineal, que es sólido y fácil de leer, pero que a la luz de nuestra propia tradición literaria, resulta completamente insulso. Y de hecho este sabor insulso fuerza a los autores a centrar toda su capacidad artística en la trama, el worldbulding y el desarrollo de personajes, etc... Al menos al mero estilo de lo que se publica hoy en día.
Ahora, alguien se dirá que esto último es bueno, pero esa conclusión viene del condicionamiento que nos dan las editoriales. El contra ejemplo perfecto es el boom latinoamericano, muy dado a la fantasía por cierto, que prescinde de tramas complejísimas y personajes profundos casi por completo. Y me temo que el boom latinoamericano ha dado obras ganadoras del nobel y la fantasía épica sigue siendo un género marginal.
Por otro lado, y volvamos al pasado, mencionaré el romanticismo como ejemplo. Fue en su tiempo algo totalmente impactante y novedoso, algo que se fue extendiendo por toda Europa, pero en España no terminaba de cuajar, de hecho es difícil para el lector promedio recordar una obra del romanticismo español. El trasplante no funcionó bien hasta José de Espronceda y fue precisamente José de Espronceda quien se convirtió en uno de los referentes literarios más importantes del mundo. Trasplantar un género de un lenguaje a otro (y la fantasía épica es inglesa casi hasta la médula) se presenta difícil, extremadamente difícil, y el que lo consiga, será aquel quien renueve el género.
El romanticismo era una corriente de marginados (genios marginados), pero es en España y Francia donde cobra cierta seriedad característica. ¿Queremos seguir las ideas de Tolkien y todos sus discípulos? Está bien, pero si queremos algo novedoso y bien hecho, no copiemos el estilo, adaptémoslo a nuestra propia tradición literaria.
Bardo