06/10/2019 02:02 PM
(This post was last modified: 06/10/2019 02:09 PM by Guardián Ciego.)
Bueno, vemos ejemplos reales hispanos que permanezcan en el género de fantasía, Amado Nervo, referente de la literatura mexicana, en 'La gota de agua que no quería perder su individualidad', y Ruben Darío, referente de la literatura hispana, en 'El velo de la reina Mab'.
La "trama" del primero es un hombre que puede entender el idioma del agua y mira impasible cómo una gota de rocío se lamenta y le suplica al sol que no la evapore. La "trama" del otro es una hada que mira cómo tres artistas refunfuñan sobre no poder ser tan buenos y famosos como quisieran. Son tramas casi absurdas y personajes que son un escusa para presentar las tesis de los autores (como todo el modernismo latinoamericano). ¿Dónde está el arte? En el uso del lenguaje:
"Tengo miedo, ¡ay!, tengo miedo. Siento que empiezo a evaporarme... ¡Oh sol, no me beses, por Dios! Tus besos hacen un espantoso daño. Me penetran toda, me abrasan, me disgregan... Yo no quiero deshacerme, no quiero volatilizarme... ¡No quiero perder mi individualidad!... ¿Entiendes, oh sol? No quiero perder mi individualidad.
«Yo reflejo a mi modo la naturaleza. Soy un pequeño ojo cristalino, muy abierto, que la ve, que la admira desde este nido de terciopelo, desde esta cuna suave y bienoliente. Llevo ya muchas horas divinas de vida harmoniosa. Durante buena parte de la noche he reflejado la luna. He sido, ya una perla, un zafiro místico, ya una turquesa celeste. Después, la bóveda se ha pintado de un amarillo suave, y yo me he vuelto topacio. A poco el cielo se tiñó de rosa, y he sido rubí. Ahora soy diamante. Y cuando las hojas del rosal se miran en mi espejo para contemplar su traje nuevo, recién cortado en punta, me convierto en esmeralda.
»No me beses, ¡oh sol! No sabes besar: haces mucho daño. No eres como la luna. Ella sí que sabía besar blandamente: al fin, mujer. Tú te pareces a un hombre sanguíneo, tosco y premioso."
***
"La reina Mab, en su carro hecho de una sola perla, tirado por cuatro coleópteros de petos dorados y alas de pedrería, caminando sobre un rayo de sol, se coló por la ventana de una buhardilla donde estaban cuatro hombres flacos, barbudos e impertinentes, lamentándose como unos desdichados.
...
Entonces, la reina Mab, del fondo de su carro hecho de una sola perla, tomó un velo azul, casi impalpable, como formado de suspiros, o de miradas de ángeles rubios y pensativos.
..."
***
Cuántos escritores han narrado el actuar de seres de ensueño y el discurso de seres inanimados, pero es en la pluma donde está toda la gracia.
@Cabromagno
La "trama" del primero es un hombre que puede entender el idioma del agua y mira impasible cómo una gota de rocío se lamenta y le suplica al sol que no la evapore. La "trama" del otro es una hada que mira cómo tres artistas refunfuñan sobre no poder ser tan buenos y famosos como quisieran. Son tramas casi absurdas y personajes que son un escusa para presentar las tesis de los autores (como todo el modernismo latinoamericano). ¿Dónde está el arte? En el uso del lenguaje:
"Tengo miedo, ¡ay!, tengo miedo. Siento que empiezo a evaporarme... ¡Oh sol, no me beses, por Dios! Tus besos hacen un espantoso daño. Me penetran toda, me abrasan, me disgregan... Yo no quiero deshacerme, no quiero volatilizarme... ¡No quiero perder mi individualidad!... ¿Entiendes, oh sol? No quiero perder mi individualidad.
«Yo reflejo a mi modo la naturaleza. Soy un pequeño ojo cristalino, muy abierto, que la ve, que la admira desde este nido de terciopelo, desde esta cuna suave y bienoliente. Llevo ya muchas horas divinas de vida harmoniosa. Durante buena parte de la noche he reflejado la luna. He sido, ya una perla, un zafiro místico, ya una turquesa celeste. Después, la bóveda se ha pintado de un amarillo suave, y yo me he vuelto topacio. A poco el cielo se tiñó de rosa, y he sido rubí. Ahora soy diamante. Y cuando las hojas del rosal se miran en mi espejo para contemplar su traje nuevo, recién cortado en punta, me convierto en esmeralda.
»No me beses, ¡oh sol! No sabes besar: haces mucho daño. No eres como la luna. Ella sí que sabía besar blandamente: al fin, mujer. Tú te pareces a un hombre sanguíneo, tosco y premioso."
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"La reina Mab, en su carro hecho de una sola perla, tirado por cuatro coleópteros de petos dorados y alas de pedrería, caminando sobre un rayo de sol, se coló por la ventana de una buhardilla donde estaban cuatro hombres flacos, barbudos e impertinentes, lamentándose como unos desdichados.
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Entonces, la reina Mab, del fondo de su carro hecho de una sola perla, tomó un velo azul, casi impalpable, como formado de suspiros, o de miradas de ángeles rubios y pensativos.
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Cuántos escritores han narrado el actuar de seres de ensueño y el discurso de seres inanimados, pero es en la pluma donde está toda la gracia.
@Cabromagno
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