27/05/2019 06:14 PM
Sobre ese tema, y con la experiencia que da trabajar como dueño de negocio y como empleado en mostrador, quiero hacer una separación. La mesura no es autocensura. Al cliente no se le debe respeto, se le debe la distancia justa, es decir, ni le hablas de forma familiar (porque esas confianzas se forman con el tiempo y en boca de un extraño están fuera de lugar), ni lo tratas con desdén (por obvias razones). Te limitas a las formas: saludo, expresión tranquila y respondes a las dudas o solicitudes de compra que se te plantean.
Y ya.
El resto, es cuestión de personalidad. No porque un empleado sea serio pero eficaz, hay que cortarlo de la plantilla o acaso rechazarle el ingreso. Si el empleado es alegre y eficaz, pffff que mejor, pero tampoco es el único perfil valido. En todo momento es más sano mantener esta distancia con el cliente, que un acercamiento falso y conveniente. El producto o el beneficio que se ofrece es lo que al final tiene la ultima palabra en los negocios.
Por otra parte, la censura no es "suprime la insolencia", porque a eso se le llama de diversas maneras; justicia, disciplina, mantener el orden. La censura es algo distinto, algo que incluso se le aplica a las acciones, pensamientos o posturas, que consideramos correctas o dentro de contexto. La censura es suprimir una conducta, producto, idea, postura, etc., siempre que esto no se ajuste a la visión política, económica o religiosa, de quién(es) censura(n).
Autocensura no es tener caracter fuerte y tener que moderarlo. Eso es mesura, y se exige en todo ámbito público.
Autocensura es hacer o dejar de hacer, expresar o dejar de expresar, aunque lo que se quiera hacer o expresar sea justo y racional. Desde permitir las acciones ofensivas, como el acoso o las groserías, hasta dejar de actuar como corresponde por "no querer tener problemas con la empresa". Aunque no exista una reglamento expreso que diga que debas tragarte la mierda de los clientes. Es justo por eso que muchas personas que están en la primera linea, en el contacto con la gente, se va comiendo mucha basura a lo largo del día a pesar de que a la empresa le importe un bledo tu desgaste psicológico. Y lo peor es que en muchos casos, las personas a carga te apoyan cuando ven que pones en su lugar a alguien que se esta pasando de la raya. En ocasiones no, claro, y te amonestan por no saber callarte... pero esa cultura (que ya ni capitalista es) de "el cliente siempre tiene la razón", es prehistórica. En un debate no tiene cabida.
Y quien la defiende ya es más por costumbre que por razones verdaderas.
En cuanto a las obras de caracter artístico es todavía más claro: el artista o el autor no es un profesor, no es tu padre ni tu madre ni alguien a cargo de tu formación, es una persona que presenta una obra, una forma de expresión y como tal, subjetiva. Puedes tomar de ella lo que quieras, tan lo bueno como lo malo. Pero jamás de los jamás deberás tomarlo como material didactico puro o literal porque estarías entonces sacándolo de contexto. Una obra puede ser de todo el mal gusto que uno se pueda imaginar; mostrar violaciones muertes de niños, masacres, actos de traición, de odio, crueldad... pero no deja de ser una representación ficticia. Para eso existen los avisos parentales, las divisiones de horario, etc. Y si al publico le escandalizan lo contrario, es decir las recreaciones de hechos reales, entonces su problema no es con la obra sino con la situación deplorable que los origina y es a ella (su situación) contra lo que deberían canalizar su energía.
Negar la realidad es sufrirla dos veces.
La autocensura es una sandez por parte del autor, incluso una castración autoimpuesta... por conveniencia. O miedo. Hay autores que están tan asustados del rechazo que genere su obra, que son capaces de cortar las partes que puedan herir sensibilidades. Y los más viles lo hacen por el interés económico. Mi sentencia es una: si no tienes los pantalones de sostenerla, no la produzcas.
La censura se vende como la defensora de nuestras audiencias más susceptibles y campeona de la moral, pero no es más que una farsa política que intenta imponer o impulsar aquellas visiones que le sean más favorables. La asesina del pensamiento critico. Si tu como autor te prestas a eso, no protestes cuando tu obra no sea exhibida porque ahora ya esta mal hablar de lo que ayer era comprensible y racional.
Agradecete autocensurado, tus obras quedaron muy bonitas... igual que esa correa y ese bozal que conseguirlos para ti, más fácil imposible.
Y ya.
El resto, es cuestión de personalidad. No porque un empleado sea serio pero eficaz, hay que cortarlo de la plantilla o acaso rechazarle el ingreso. Si el empleado es alegre y eficaz, pffff que mejor, pero tampoco es el único perfil valido. En todo momento es más sano mantener esta distancia con el cliente, que un acercamiento falso y conveniente. El producto o el beneficio que se ofrece es lo que al final tiene la ultima palabra en los negocios.
Por otra parte, la censura no es "suprime la insolencia", porque a eso se le llama de diversas maneras; justicia, disciplina, mantener el orden. La censura es algo distinto, algo que incluso se le aplica a las acciones, pensamientos o posturas, que consideramos correctas o dentro de contexto. La censura es suprimir una conducta, producto, idea, postura, etc., siempre que esto no se ajuste a la visión política, económica o religiosa, de quién(es) censura(n).
Autocensura no es tener caracter fuerte y tener que moderarlo. Eso es mesura, y se exige en todo ámbito público.
Autocensura es hacer o dejar de hacer, expresar o dejar de expresar, aunque lo que se quiera hacer o expresar sea justo y racional. Desde permitir las acciones ofensivas, como el acoso o las groserías, hasta dejar de actuar como corresponde por "no querer tener problemas con la empresa". Aunque no exista una reglamento expreso que diga que debas tragarte la mierda de los clientes. Es justo por eso que muchas personas que están en la primera linea, en el contacto con la gente, se va comiendo mucha basura a lo largo del día a pesar de que a la empresa le importe un bledo tu desgaste psicológico. Y lo peor es que en muchos casos, las personas a carga te apoyan cuando ven que pones en su lugar a alguien que se esta pasando de la raya. En ocasiones no, claro, y te amonestan por no saber callarte... pero esa cultura (que ya ni capitalista es) de "el cliente siempre tiene la razón", es prehistórica. En un debate no tiene cabida.
Y quien la defiende ya es más por costumbre que por razones verdaderas.
En cuanto a las obras de caracter artístico es todavía más claro: el artista o el autor no es un profesor, no es tu padre ni tu madre ni alguien a cargo de tu formación, es una persona que presenta una obra, una forma de expresión y como tal, subjetiva. Puedes tomar de ella lo que quieras, tan lo bueno como lo malo. Pero jamás de los jamás deberás tomarlo como material didactico puro o literal porque estarías entonces sacándolo de contexto. Una obra puede ser de todo el mal gusto que uno se pueda imaginar; mostrar violaciones muertes de niños, masacres, actos de traición, de odio, crueldad... pero no deja de ser una representación ficticia. Para eso existen los avisos parentales, las divisiones de horario, etc. Y si al publico le escandalizan lo contrario, es decir las recreaciones de hechos reales, entonces su problema no es con la obra sino con la situación deplorable que los origina y es a ella (su situación) contra lo que deberían canalizar su energía.
Negar la realidad es sufrirla dos veces.
La autocensura es una sandez por parte del autor, incluso una castración autoimpuesta... por conveniencia. O miedo. Hay autores que están tan asustados del rechazo que genere su obra, que son capaces de cortar las partes que puedan herir sensibilidades. Y los más viles lo hacen por el interés económico. Mi sentencia es una: si no tienes los pantalones de sostenerla, no la produzcas.
La censura se vende como la defensora de nuestras audiencias más susceptibles y campeona de la moral, pero no es más que una farsa política que intenta imponer o impulsar aquellas visiones que le sean más favorables. La asesina del pensamiento critico. Si tu como autor te prestas a eso, no protestes cuando tu obra no sea exhibida porque ahora ya esta mal hablar de lo que ayer era comprensible y racional.
Agradecete autocensurado, tus obras quedaron muy bonitas... igual que esa correa y ese bozal que conseguirlos para ti, más fácil imposible.