08/04/2020 09:54 AM
Una novela que me acaba de volver a la cabeza es una de esas historias fantásticas poco habituales:
-"La canción de Cazarrabo", de Tad Williams: El protagonista es un gato. Y hay mucha épica en la felinidad, creedme XD
-"La mano izquierda de la oscuridad", de Ursula K. Leguin: Algunos dirán que es más bien ciencia ficción por su localización en otro planeta, pero su forma de ver la narración es claramente más enfocada a la fantasía. Genry Ai, un embajador / explorador / antropólogo / astronauta llega al planeta Gueden, conocido como "Invierno" por su clima con el propósito de iniciar una alianza entre este planeta y el Ecumen. Algo que le choca enormemente es cómo se manifiesta el sexo en sus habitantes: la mayor parte del tiempo, los habitantes de Gueden son sexualmente neutros y sólo una vez al mes, características sexuales ya sean de macho o de hembra se manifiestan en ellos. Muchos encuentran a Genry extraño, porque es siempre macho. Le acaba cayendo en gracia a un alto funcionario, Van Straven, que ve en sus propuestas algo a considerar seriamente en un futuro no muy lejano.
Quizá un poco densa, pero deliciosa de principio a fin.
-"La canción de Cazarrabo", de Tad Williams: El protagonista es un gato. Y hay mucha épica en la felinidad, creedme XD
-"La mano izquierda de la oscuridad", de Ursula K. Leguin: Algunos dirán que es más bien ciencia ficción por su localización en otro planeta, pero su forma de ver la narración es claramente más enfocada a la fantasía. Genry Ai, un embajador / explorador / antropólogo / astronauta llega al planeta Gueden, conocido como "Invierno" por su clima con el propósito de iniciar una alianza entre este planeta y el Ecumen. Algo que le choca enormemente es cómo se manifiesta el sexo en sus habitantes: la mayor parte del tiempo, los habitantes de Gueden son sexualmente neutros y sólo una vez al mes, características sexuales ya sean de macho o de hembra se manifiestan en ellos. Muchos encuentran a Genry extraño, porque es siempre macho. Le acaba cayendo en gracia a un alto funcionario, Van Straven, que ve en sus propuestas algo a considerar seriamente en un futuro no muy lejano.
Quizá un poco densa, pero deliciosa de principio a fin.
Quien no tiene cara, tiene voz.