02/02/2020 01:44 AM
¡Poderoso Rey Invierno, que nos cubres con tu manto!
¡Oh! ¿Quién aplacará tu ira? ¿Quién hará que sonrías?
¿Dónde tú irás a calmar tus pesares y tus furias?
¿En qué hogar te invitarán a pasar, sin espanto?
Ruego a los grandes dioses que el consuelo lo halles pronto,
¡oh, Poderoso Rey Invierno, señor de lo nevado!,
si no tras tus fríos pasos sólo quedará yermo.
¡Oh, Poderoso Rey Invierno, señor de lo nevado!
¿Recuerdas esa cálida sonrisa de los niños?
En ellas siempre se lograba tu corazón henchir,
¿y si les alegraras con regalos en tu día?
Ignorantes son aquellos de tu día del nacer,
no recuerda nadie ya el celebrar dicho evento.
¡Ve a recordarles tan dichosa fiesta con presentes!
Imbuye a los infantes tus morales, tus ideales.
Elige a los mejores, que sean premiados, ¿los peores?
Rechazados y castigados; que sean pues esclavos.
No has de dejarte caer, mi señor, ante dicho enfado,
¡Oh, Poderoso Rey Invierno, señor de lo nevado!
¡Oh! ¿Quién aplacará tu ira? ¿Quién hará que sonrías?
¿Dónde tú irás a calmar tus pesares y tus furias?
¿En qué hogar te invitarán a pasar, sin espanto?
Ruego a los grandes dioses que el consuelo lo halles pronto,
¡oh, Poderoso Rey Invierno, señor de lo nevado!,
si no tras tus fríos pasos sólo quedará yermo.
¡Oh, Poderoso Rey Invierno, señor de lo nevado!
¿Recuerdas esa cálida sonrisa de los niños?
En ellas siempre se lograba tu corazón henchir,
¿y si les alegraras con regalos en tu día?
Ignorantes son aquellos de tu día del nacer,
no recuerda nadie ya el celebrar dicho evento.
¡Ve a recordarles tan dichosa fiesta con presentes!
Imbuye a los infantes tus morales, tus ideales.
Elige a los mejores, que sean premiados, ¿los peores?
Rechazados y castigados; que sean pues esclavos.
No has de dejarte caer, mi señor, ante dicho enfado,
¡Oh, Poderoso Rey Invierno, señor de lo nevado!