08/03/2021 10:20 AM
Estoy bastante de acuerdo con Zarono, te digo lo que suelo hacer yo:
Pues básicamente parecido a lo que dice Zarono sobre un capítulo sobre el punto de vista del villano... lo que pasa es que yo suelo llevarlo más allá. Casi siempre que escribo algo largo (como novela) lo suelo hacer en tercera persona con narrador equisciente, por lo que dedico sus propios capítulos tanto a los protagonistas, como a algún secundario importante y por supuesto al antagonista. Me gusta hacerlo de este modo porque construir villanos se me antoja a veces más entretenido que la propia linea del protagonista. Lo bueno de este método es que te permite ver como evoluciona el Villano, sus motivaciones y planes, y en definitiva que el lector empatice un poco más con él. La parte mala es que da más trabajo, tienes que tener muy bien definido al villano para hacerlo creíble.
Otras opciones ademas de esta y la típica "charla revela planes" que tienes son:
-El o los protagonistas desvelan los planes del villano/enemigo, mediante un ardid en el que queda retratado o mediante una investigación (estilo policiaco en el que se van desentrañando las pistas)
-Que el plan del enemigo no sea lo importante de la trama o que independientemente de su plan los protagonistas tengan un camino marcado, por ejemplo: en El Señor de los Anillos, lo importante no es saber cuales son los planes de Sauron, se sabe desde el principio que su plan es dominarlos a todos. Lo vital en esta saga es el viaje y las peripecias entorno a Frodo para destruir el propio anillo y lo que trata de hacer Sauron para evitarlo lo vemos desde las perspectivas de Aragorn, Gandalf, etc enfrentándose a las hordas de enemigos para distraerlo, por lo que el plan del enemigo no es fundamental que sea explicado.
-Que el plan del enemigo se descubra por un tercero, ejemplo: Robo de planes, interrogar a un aliado del villano, que un personaje amigo o súbdito del villano lo traicione, etc.
Estos son todos los que se me ocurren, pero de seguro que hay más.
Pues básicamente parecido a lo que dice Zarono sobre un capítulo sobre el punto de vista del villano... lo que pasa es que yo suelo llevarlo más allá. Casi siempre que escribo algo largo (como novela) lo suelo hacer en tercera persona con narrador equisciente, por lo que dedico sus propios capítulos tanto a los protagonistas, como a algún secundario importante y por supuesto al antagonista. Me gusta hacerlo de este modo porque construir villanos se me antoja a veces más entretenido que la propia linea del protagonista. Lo bueno de este método es que te permite ver como evoluciona el Villano, sus motivaciones y planes, y en definitiva que el lector empatice un poco más con él. La parte mala es que da más trabajo, tienes que tener muy bien definido al villano para hacerlo creíble.
Otras opciones ademas de esta y la típica "charla revela planes" que tienes son:
-El o los protagonistas desvelan los planes del villano/enemigo, mediante un ardid en el que queda retratado o mediante una investigación (estilo policiaco en el que se van desentrañando las pistas)
-Que el plan del enemigo no sea lo importante de la trama o que independientemente de su plan los protagonistas tengan un camino marcado, por ejemplo: en El Señor de los Anillos, lo importante no es saber cuales son los planes de Sauron, se sabe desde el principio que su plan es dominarlos a todos. Lo vital en esta saga es el viaje y las peripecias entorno a Frodo para destruir el propio anillo y lo que trata de hacer Sauron para evitarlo lo vemos desde las perspectivas de Aragorn, Gandalf, etc enfrentándose a las hordas de enemigos para distraerlo, por lo que el plan del enemigo no es fundamental que sea explicado.
-Que el plan del enemigo se descubra por un tercero, ejemplo: Robo de planes, interrogar a un aliado del villano, que un personaje amigo o súbdito del villano lo traicione, etc.
Estos son todos los que se me ocurren, pero de seguro que hay más.
Atrás solo quedan los errores, adelante en cambio hay... errores nuevos, pero imprevisibles y diversos. Disfrutaré y lamentaré cada uno de ellos a su debido tiempo.