26/01/2016 02:54 PM
Los Belarios (descripción)
Los Belarios son el pueblo que habita en el archipiélago de Dranzêck, a casi diez leguas al oeste de la playa continental más cercana. Son gente astuta, bastante inteligentes en cuanto a los negocios y sumamente eficaces en la mar, pero también son duros, fríos y poco dados a las bromas. No son altos en comparación con otros pueblos aunque sí existe alguno que se salga de la media, mientras que poseen espaldas anchas y brazos musculosos fruto de los años de remeros que se les exige a partir de los catorce años. Los niños suelen nacer con cabellos de colores claros, mientras que para los rojizo anaranjados tienen una empresa diferente en la vida (se relatará más adelante).
El país de los Belarios
La capital ha cambiado mucho desde que llegaron a ella hace ya muchos años. El arrecife de Primoronda está surcado por estrechos canales y solo es posible su acceso por vía marítima. Toda a su alrededor son muelles para mercancías, embarcaderos para naves menores, puestos de aduanas y para la guardia costera. Existen cuatro puntos por los que se puede acceder a la ciudad mediante la navegación, y es por los canales norte, sur, este y oeste (llevan el nombre de las estrellas, excepto el del sur, que se llama canal de Seehlum). La ciudad consta de una plaza fuerte amurallada, alrededor del faro de Nin-Tilan (“que nunca deja de titilar”, la piedra gigante) donde se encuentra la residencia del Vezêt (líder). Extramuros se pueden contemplar viviendas de madera en su gran mayoría aunque otras las combinan con piedra, todas pegadas unas a otras de forma irregular. Las que dan a los canales tienen sistemas de izado y arriado para la mercancía, ya que muchas de las edificaciones son almacenes de la ciudad.
La región está compuesta por más de tres mil islas, más grandes y más pequeñas, y muchas con altas colinas, riscos y lugares abruptos. Una de las características es la profundidad de sus aguas. Los interiores más bien parecen ríos que el propio mar, por lo que es una ventaja y la mayoría de los barcos extranjeros son incapaces de navegar por ellas. Los mercaderes muy asiduos sí suelen mandar fabricar barcos que puedan llegar hasta la propia ciudad. Las islas de fuera son mayormente usadas como puestos de vigilancia y aduanas, mientras que en las interiores se puede apreciar mucha más vida. La agricultura no es la mejor para el clima pero sí que son capaces de llegar a cultivar para comer, al igual que son ganaderos de unos mamíferos llamados bârz (muy parecido a la oveja) y kulûk (solo sirve su piel, pero es muy apreciada). Lo demás lo consiguen mediante exportaciones, excepto la pesca, que es de lo que más se enorgullecen.
Los Belarios ocupan las islas más grandes y están distribuidos en grandes tribus podría decirse que rinden pleitesía al Vezêt. Muchas de ellas viven lo suficientemente apartadas como para que de vez en cuando se salten alguna de las leyes, aunque en tiempos de necesidad son gente seria y con la que saber tratar. La organización es la siguiente en todas las islas:
—Círculo de la Ribera: compuesto por carpinteros de ribera, los que dan forma a los barcos.
—Gremio de Pescadores: encargados del avituallamiento de pescado.
—Mancomunidad de Remeros: donde se preparan a remeros y se acogen a todos los que quieran ser parte de su flota.
—Alianza Azur: compuesta por los navegantes más prestigiosos.
—Liga de Cartógrafos: expertos que pasan al papel las anotaciones de los viajes de los capitanes o que ellos mismos ven con sus propios ojos.
—Federación de Comerciantes: agrupa a los comerciantes.
—Compañía de Ultramar: donde pilotos y capitanes se reúnen para discutir sus singladuras.
—Sociedad del Ámbar: son los encargados de extraer (cuándo, cuánto y cómo) trozos de la Piedra de Rottênz.
—Hermandad del Cuchillo Gris: grupo de guerreros del archipiélago.
Para la subsistencia del pueblo todas las agrupaciones son igual de importantes, ya que sin una se puede tambalear la nación.
Hablan un idioma de sonidos fuertes y articulado con la garganta llamado Izkhun. Muchos pueblos costeros del este también lo chapurrean y otros lo hablan (para tratar en los negocios) mezclando palabras y creando así nuevos lenguajes y dialectos.
Una de sus más preciadas elaboraciones es el Saarden, una bebida afrutada (con manzana) y que también lleva algo de alcohol que los marinos llevan en sus largas travesías para librarse de las enfermedades causadas por la falta de vitaminas.
El arte de la guerra
“Les encanta darse de tortas entre ellos” no es arte de guerra, pero no pocas veces realizan escaramuzas a los litorales. Con sus barcos ligeros y de poco calado son capaces de adentrarse por los ríos y acabar con cualquier pueblo en un ataque sorpresa. No matan inocentes (no lo ven justo) pero sí queman todas las tierras de cultivo como escarmiento (cuando hay alguna razón de peso).
Para las batallas navales usan unos barcos algo más lentos pero más reforzados y potentes, provistos de plataformas cubiertas para arqueros, ballestas que lanzan grandes flechas y unas pequeñas vasijas que al darles fuego por un extremo y ser lanzados, estallan y suelen iniciar incendios.
Son muy duchos con los arcos aunque prefieren más el cuerpo a cuerpo, provistos en su mayoría por hachas de distintos tamaños, espadas y escudos.
Para ellos es una humillación contratarlos como mercenarios, ya que no sirven a ningún señor salvo al suyo, elegido por el Trío de Isar.
Es sabido que poseen una especie de caballos pequeños y fuertes para travesías de montaña, aunque rara vez se les ve con ellos.
Bueno, alguna pregunta o si me falta algo, lo incluiré en cuanto pueda.
Saludos!!!
Los Belarios son el pueblo que habita en el archipiélago de Dranzêck, a casi diez leguas al oeste de la playa continental más cercana. Son gente astuta, bastante inteligentes en cuanto a los negocios y sumamente eficaces en la mar, pero también son duros, fríos y poco dados a las bromas. No son altos en comparación con otros pueblos aunque sí existe alguno que se salga de la media, mientras que poseen espaldas anchas y brazos musculosos fruto de los años de remeros que se les exige a partir de los catorce años. Los niños suelen nacer con cabellos de colores claros, mientras que para los rojizo anaranjados tienen una empresa diferente en la vida (se relatará más adelante).
El país de los Belarios
La capital ha cambiado mucho desde que llegaron a ella hace ya muchos años. El arrecife de Primoronda está surcado por estrechos canales y solo es posible su acceso por vía marítima. Toda a su alrededor son muelles para mercancías, embarcaderos para naves menores, puestos de aduanas y para la guardia costera. Existen cuatro puntos por los que se puede acceder a la ciudad mediante la navegación, y es por los canales norte, sur, este y oeste (llevan el nombre de las estrellas, excepto el del sur, que se llama canal de Seehlum). La ciudad consta de una plaza fuerte amurallada, alrededor del faro de Nin-Tilan (“que nunca deja de titilar”, la piedra gigante) donde se encuentra la residencia del Vezêt (líder). Extramuros se pueden contemplar viviendas de madera en su gran mayoría aunque otras las combinan con piedra, todas pegadas unas a otras de forma irregular. Las que dan a los canales tienen sistemas de izado y arriado para la mercancía, ya que muchas de las edificaciones son almacenes de la ciudad.
La región está compuesta por más de tres mil islas, más grandes y más pequeñas, y muchas con altas colinas, riscos y lugares abruptos. Una de las características es la profundidad de sus aguas. Los interiores más bien parecen ríos que el propio mar, por lo que es una ventaja y la mayoría de los barcos extranjeros son incapaces de navegar por ellas. Los mercaderes muy asiduos sí suelen mandar fabricar barcos que puedan llegar hasta la propia ciudad. Las islas de fuera son mayormente usadas como puestos de vigilancia y aduanas, mientras que en las interiores se puede apreciar mucha más vida. La agricultura no es la mejor para el clima pero sí que son capaces de llegar a cultivar para comer, al igual que son ganaderos de unos mamíferos llamados bârz (muy parecido a la oveja) y kulûk (solo sirve su piel, pero es muy apreciada). Lo demás lo consiguen mediante exportaciones, excepto la pesca, que es de lo que más se enorgullecen.
Los Belarios ocupan las islas más grandes y están distribuidos en grandes tribus podría decirse que rinden pleitesía al Vezêt. Muchas de ellas viven lo suficientemente apartadas como para que de vez en cuando se salten alguna de las leyes, aunque en tiempos de necesidad son gente seria y con la que saber tratar. La organización es la siguiente en todas las islas:
—Círculo de la Ribera: compuesto por carpinteros de ribera, los que dan forma a los barcos.
—Gremio de Pescadores: encargados del avituallamiento de pescado.
—Mancomunidad de Remeros: donde se preparan a remeros y se acogen a todos los que quieran ser parte de su flota.
—Alianza Azur: compuesta por los navegantes más prestigiosos.
—Liga de Cartógrafos: expertos que pasan al papel las anotaciones de los viajes de los capitanes o que ellos mismos ven con sus propios ojos.
—Federación de Comerciantes: agrupa a los comerciantes.
—Compañía de Ultramar: donde pilotos y capitanes se reúnen para discutir sus singladuras.
—Sociedad del Ámbar: son los encargados de extraer (cuándo, cuánto y cómo) trozos de la Piedra de Rottênz.
—Hermandad del Cuchillo Gris: grupo de guerreros del archipiélago.
Para la subsistencia del pueblo todas las agrupaciones son igual de importantes, ya que sin una se puede tambalear la nación.
Hablan un idioma de sonidos fuertes y articulado con la garganta llamado Izkhun. Muchos pueblos costeros del este también lo chapurrean y otros lo hablan (para tratar en los negocios) mezclando palabras y creando así nuevos lenguajes y dialectos.
Una de sus más preciadas elaboraciones es el Saarden, una bebida afrutada (con manzana) y que también lleva algo de alcohol que los marinos llevan en sus largas travesías para librarse de las enfermedades causadas por la falta de vitaminas.
El arte de la guerra
“Les encanta darse de tortas entre ellos” no es arte de guerra, pero no pocas veces realizan escaramuzas a los litorales. Con sus barcos ligeros y de poco calado son capaces de adentrarse por los ríos y acabar con cualquier pueblo en un ataque sorpresa. No matan inocentes (no lo ven justo) pero sí queman todas las tierras de cultivo como escarmiento (cuando hay alguna razón de peso).
Para las batallas navales usan unos barcos algo más lentos pero más reforzados y potentes, provistos de plataformas cubiertas para arqueros, ballestas que lanzan grandes flechas y unas pequeñas vasijas que al darles fuego por un extremo y ser lanzados, estallan y suelen iniciar incendios.
Son muy duchos con los arcos aunque prefieren más el cuerpo a cuerpo, provistos en su mayoría por hachas de distintos tamaños, espadas y escudos.
Para ellos es una humillación contratarlos como mercenarios, ya que no sirven a ningún señor salvo al suyo, elegido por el Trío de Isar.
Es sabido que poseen una especie de caballos pequeños y fuertes para travesías de montaña, aunque rara vez se les ve con ellos.
Bueno, alguna pregunta o si me falta algo, lo incluiré en cuanto pueda.
Saludos!!!
Navega, no te dejes llevar por la corriente