12/01/2020 07:10 PM
Hans observaba la nieve que caía a través del cristal de la ventana, vio algunos niños cantando villancicos en las puertas de los vecinos y se dio cuenta que no tardarian en acudir a la suya, le habría gustado oirlos y darles algunos dulces, soltó un suspiro, aquel inusitado 24 de diciembre ya podría considerarlo la mejor Nochebuena que haya vivido, le habría gustado pasar más tiempo afuera disfrutando del nevado clima pero había cometido un error y ahora tenía que aprovechar el ultimo dia que tendria con su amada.
«¿Que pasa mi amor'?», una voz de quinceañera mitad inocente mitad sensual sonó en la cabeza de Hans.
—Nada, no pasa nada, solo el mundo que vendrá por mi porque no acepta mi inconmensurable amor por ti— dijo él mientras volvía a la cama.
Le dio un apasionado beso, ya estaba listo otra vez para amarla, aunque no recibía de ella ninguna reacción a sus besos y caricias cuando le hacía el amor no le importaba realmente, su imaginación llenaba los vacíos, no se arrepentía en absoluto, sabía que tenía que hacerlo desde el momento que sustrajo a Eloísa de su propio lecho.
Por fin quedó exhausto, había pasado todo el dia amando a Eloisa y ahora solo quedaba una última cosa: el frasco de pastillas de su buró, sabía lo que había hecho y no quería afrontar las consecuencias de sus actos.
Al día siguiente los agentes de policía Smith, Wesson, Colt y Remington llegaron a la casa de Hans, estaban de mal humor por tener que encargarse de un loco en navidad así que en lugar de tocar directamente destrozaron la puerta. Después de una rápida búsqueda por la planta baja, subieron las escaleras y entraron al primer cuarto que tuvieron a mano, La escena que vieron no tardó en provocarles arcadas y vómitos a Colt y Remington que salieron rápidamente del cuarto, debido al poco tiempo que tenían en la fuerza aún no les había tocado ver hasta dónde podía llegar la naturaleza humana. Smith y Wesson con el autocontrol que da la experiencia notaron el frasco vacío aún en la mano del hombre y dedujeron lo que había pasado y salieron para esperar a los forenses
—¡No!, ¡maldito!, ¿que le has hecho a mi pequeña?—gritó un hombre ya entrado en años, ante la sorpresa de los oficiales que no supieron en qué momento había entrado a la casa y al cuarto.
—¡Te mataré!, ¿te mataré!— gritó el hombre, abalanzándose sobre el cuerpo de Hans.
Los policías que pensaban que no se podía matar a un muerto, volvieron al cuarto, Remington llegó primero para sujetar al viejo, aunque los oficiales se sorprendieron al oír los quejidos del muerto.
—¿Quien demonios es usted?— dijo Wetson al hombre que sostenia Remington.
—Soy Richard, padre de Eloise y quién dió aviso de lo que había hecho esté malnacido— apuntando como pudo a Hans, aún acostado en la cama y abrazando a Eloísa.
—¿Cuantas pastillas te tomaste?— preguntó Smith que rápidamente se había hecho ya una hipótesis de la situación.
—Una—dijo Hans, entre algo que parecía mitad suspiro mitad quejido —el frasco solo tenia una y en lugar de ir a buscar un frasco nuevo preferí hacerle el amor a mi hermosa Eloísa
—-¡Tu eloise maldito enfermo!— gritó con furia el padre, al momento que se oían las arcadas de Colt que alcanzó a escuchar lo que había dicho Hans
—Bueno doctor Tanzler, ya que nos jodió la navidad a mi y amis compañeros y a que Colt le tomará un tiempo componerse, me gustaria que me dijera qué significa esto y "eso"—dijo el agente Smith mirando fijamente al doctor Hans Tanzler.
—¿Eso?— dijo con evidente indignación el padre de Eloísa—eso es mi hija
—Era— dijo Wesson.
Hans como si despertara de un sueño vio a Eloísa como en realidad era, o cómo la había hecho él, y ya no como la imaginaba.
—Todo comenzó hace cuatro años— hablo despues de dar un suspiro— cuando la vi por primera vez, no se si fue su edad, su rostro angelical e inocente o que se yo, pero ahí fue donde me enamoré locamente de ella
—Ahí fue donde te obsesionaste con mi pequeña maldito violador
«Esto se pone interesante» pensó Smith
—Su padre la llevaba a consulta al hospital en el que yo ejercía, no me fue difícil conseguir su nombre y dirección.
Debí de haberte matado cuando tocaste a mi puerta— dijo el padre de Eloísa—, un hombre de más de 40 fijándose en mi niña
—Quería conquistarla, le lleve regalos, vestidos, pero no me correspondía intente ayudarla, curarla pero no pude, probé todo lo que encontré para tratarla de la tuberculosis que padecía, cuando parecía que por fin podía lograrlo recayó rápidamente para no levantarse y murió, mi amada Eloísa murió a los 8 meses de haberla conocido.
—¿Y cuando fue que?—dijo Wesson lanzando una mirada a Eloísa
—Entre en depresión y durante las semanas siguientes solo quise morir, casi lo consigo, quería estar con mi amada, pero se me ocurrió ¿que tal si mi amada estuviera conmigo', así que fui al cementerio una noche y la de su lecho, ya en casa me indigne por su terrible estado, uni los huesos que estaban sueltos con alambre y ganchos para ropa, en sus cuencas vacías coloque ojos de vidrio, cubrir su cuerpo con seda empapada en yeso, como si fuera su piel,conseguí algunas pelucas de distintos peinados para ponerselas,ya sabe cambio de look, llene la cavidad abdominal y su pecho con harapos para que mantuviera su forma y cómo pueden verla también la visto con ropa, joyas, medias y guantes
Todos miraron el cadáver de Eloísa pero solo vieron que llevaba guantes y medias. Colt que ya recompuesto había entrado a la habitación y seguido las últimas palabra de Hans volvió a salir al imaginar lo que había pasado.
«Ese Colt ya hecho hasta el pavo de acción de gracias»pensó Smith «¿para que demonios entró al cuerpo de policía?»
Después de que por fin Colt cesó en su empeños de sacar las tripas por las boca, los agentes arrestaron al doctor Hans Tanzler y fue acusado de extraer un cuerpo sin autorización y necrofilia. fue examinado y se le encontró mentalmente incompetente para ser juzgado. El padre de Eloise mando cremá cremar su cuerpo para evitar que el doctor pudiera volver a robarlo, aunque cada vez que ve la urna con sus cenizas no puede evitar pensar ¿y si no es ella?, después de todo, todos podemos hacer locuras por amor.
«¿Que pasa mi amor'?», una voz de quinceañera mitad inocente mitad sensual sonó en la cabeza de Hans.
—Nada, no pasa nada, solo el mundo que vendrá por mi porque no acepta mi inconmensurable amor por ti— dijo él mientras volvía a la cama.
Le dio un apasionado beso, ya estaba listo otra vez para amarla, aunque no recibía de ella ninguna reacción a sus besos y caricias cuando le hacía el amor no le importaba realmente, su imaginación llenaba los vacíos, no se arrepentía en absoluto, sabía que tenía que hacerlo desde el momento que sustrajo a Eloísa de su propio lecho.
Por fin quedó exhausto, había pasado todo el dia amando a Eloisa y ahora solo quedaba una última cosa: el frasco de pastillas de su buró, sabía lo que había hecho y no quería afrontar las consecuencias de sus actos.
Al día siguiente los agentes de policía Smith, Wesson, Colt y Remington llegaron a la casa de Hans, estaban de mal humor por tener que encargarse de un loco en navidad así que en lugar de tocar directamente destrozaron la puerta. Después de una rápida búsqueda por la planta baja, subieron las escaleras y entraron al primer cuarto que tuvieron a mano, La escena que vieron no tardó en provocarles arcadas y vómitos a Colt y Remington que salieron rápidamente del cuarto, debido al poco tiempo que tenían en la fuerza aún no les había tocado ver hasta dónde podía llegar la naturaleza humana. Smith y Wesson con el autocontrol que da la experiencia notaron el frasco vacío aún en la mano del hombre y dedujeron lo que había pasado y salieron para esperar a los forenses
—¡No!, ¡maldito!, ¿que le has hecho a mi pequeña?—gritó un hombre ya entrado en años, ante la sorpresa de los oficiales que no supieron en qué momento había entrado a la casa y al cuarto.
—¡Te mataré!, ¿te mataré!— gritó el hombre, abalanzándose sobre el cuerpo de Hans.
Los policías que pensaban que no se podía matar a un muerto, volvieron al cuarto, Remington llegó primero para sujetar al viejo, aunque los oficiales se sorprendieron al oír los quejidos del muerto.
—¿Quien demonios es usted?— dijo Wetson al hombre que sostenia Remington.
—Soy Richard, padre de Eloise y quién dió aviso de lo que había hecho esté malnacido— apuntando como pudo a Hans, aún acostado en la cama y abrazando a Eloísa.
—¿Cuantas pastillas te tomaste?— preguntó Smith que rápidamente se había hecho ya una hipótesis de la situación.
—Una—dijo Hans, entre algo que parecía mitad suspiro mitad quejido —el frasco solo tenia una y en lugar de ir a buscar un frasco nuevo preferí hacerle el amor a mi hermosa Eloísa
—-¡Tu eloise maldito enfermo!— gritó con furia el padre, al momento que se oían las arcadas de Colt que alcanzó a escuchar lo que había dicho Hans
—Bueno doctor Tanzler, ya que nos jodió la navidad a mi y amis compañeros y a que Colt le tomará un tiempo componerse, me gustaria que me dijera qué significa esto y "eso"—dijo el agente Smith mirando fijamente al doctor Hans Tanzler.
—¿Eso?— dijo con evidente indignación el padre de Eloísa—eso es mi hija
—Era— dijo Wesson.
Hans como si despertara de un sueño vio a Eloísa como en realidad era, o cómo la había hecho él, y ya no como la imaginaba.
—Todo comenzó hace cuatro años— hablo despues de dar un suspiro— cuando la vi por primera vez, no se si fue su edad, su rostro angelical e inocente o que se yo, pero ahí fue donde me enamoré locamente de ella
—Ahí fue donde te obsesionaste con mi pequeña maldito violador
«Esto se pone interesante» pensó Smith
—Su padre la llevaba a consulta al hospital en el que yo ejercía, no me fue difícil conseguir su nombre y dirección.
Debí de haberte matado cuando tocaste a mi puerta— dijo el padre de Eloísa—, un hombre de más de 40 fijándose en mi niña
—Quería conquistarla, le lleve regalos, vestidos, pero no me correspondía intente ayudarla, curarla pero no pude, probé todo lo que encontré para tratarla de la tuberculosis que padecía, cuando parecía que por fin podía lograrlo recayó rápidamente para no levantarse y murió, mi amada Eloísa murió a los 8 meses de haberla conocido.
—¿Y cuando fue que?—dijo Wesson lanzando una mirada a Eloísa
—Entre en depresión y durante las semanas siguientes solo quise morir, casi lo consigo, quería estar con mi amada, pero se me ocurrió ¿que tal si mi amada estuviera conmigo', así que fui al cementerio una noche y la de su lecho, ya en casa me indigne por su terrible estado, uni los huesos que estaban sueltos con alambre y ganchos para ropa, en sus cuencas vacías coloque ojos de vidrio, cubrir su cuerpo con seda empapada en yeso, como si fuera su piel,conseguí algunas pelucas de distintos peinados para ponerselas,ya sabe cambio de look, llene la cavidad abdominal y su pecho con harapos para que mantuviera su forma y cómo pueden verla también la visto con ropa, joyas, medias y guantes
Todos miraron el cadáver de Eloísa pero solo vieron que llevaba guantes y medias. Colt que ya recompuesto había entrado a la habitación y seguido las últimas palabra de Hans volvió a salir al imaginar lo que había pasado.
«Ese Colt ya hecho hasta el pavo de acción de gracias»pensó Smith «¿para que demonios entró al cuerpo de policía?»
Después de que por fin Colt cesó en su empeños de sacar las tripas por las boca, los agentes arrestaron al doctor Hans Tanzler y fue acusado de extraer un cuerpo sin autorización y necrofilia. fue examinado y se le encontró mentalmente incompetente para ser juzgado. El padre de Eloise mando cremá cremar su cuerpo para evitar que el doctor pudiera volver a robarlo, aunque cada vez que ve la urna con sus cenizas no puede evitar pensar ¿y si no es ella?, después de todo, todos podemos hacer locuras por amor.
«Mueres siendo un héroe... o vives lo suficiente para convertirte en villano»