30/05/2019 08:44 AM
La pregunta surge de uno de los post del Fanfic de Geralt. Es obvio que cuando nos lanzamos a escribir una novela, o al menos un relato largo, todos tenemos una especie de esqueleto en la cabeza sobre lo que queremos hacer. Una historia que queremos contar, con unos personajes más o menos construidos.
Ahora bien, una vez que nos ponemos delante del teclado (bueno, algún forero coge el móvil ), ¿tenéis la trama en la cabeza y la plasmáis así sobre el papel, con las lógicas pequeñas variaciones del momento? ¿O, por contra, os dedicáis a improvisar según se os van ocurriendo cosas, hasta llegar a un desenlace que ni se os había pasado por la cabeza cuando comenzasteis?
Personalmente, seguramente por mi mente tan cuadriculada en algunos aspectos, soy de la primera opción. Cuando quiero contar una historia me voy ajustando a ella hasta el final. Evidentemente, introduzco pequeñas modificaciones según se me ocurren al escribir. Puede incluso que el cambio sea bastante gordo (por ejemplo, cambiar el sexo del protagonista) pero sin que ninguna de las novedades altere trascendentalmente la historia que me había propuesto contar.
¿Y vosotros?
Ahora bien, una vez que nos ponemos delante del teclado (bueno, algún forero coge el móvil ), ¿tenéis la trama en la cabeza y la plasmáis así sobre el papel, con las lógicas pequeñas variaciones del momento? ¿O, por contra, os dedicáis a improvisar según se os van ocurriendo cosas, hasta llegar a un desenlace que ni se os había pasado por la cabeza cuando comenzasteis?
Personalmente, seguramente por mi mente tan cuadriculada en algunos aspectos, soy de la primera opción. Cuando quiero contar una historia me voy ajustando a ella hasta el final. Evidentemente, introduzco pequeñas modificaciones según se me ocurren al escribir. Puede incluso que el cambio sea bastante gordo (por ejemplo, cambiar el sexo del protagonista) pero sin que ninguna de las novedades altere trascendentalmente la historia que me había propuesto contar.
¿Y vosotros?
Te equivocaste, brujo. Confundiste el cielo con las estrellas reflejadas en la superficie de un estanque.