06/10/2016 06:08 AM
Esta científicamente comprobada la eficacia de las vacunas, el índice de mortalidad infantil ha disminuido logaritmicamente durante las últimas décadas. Los porcentajes de contracción de enfermedades potencialmente mortales son muy reducidos comparados con países en los que no hay posibilidad de vacunas. No solamente eso, gracias a la vacunación se han erradicado enfermedades que causaron muertes de forma mundial, como la viruela.
Pero, y siempre hay un pero, la medicina es y lamentablemente será durante muchos años un negocio, por encima del altruismo individual, los grandes equipos de investigación están subvencionados por corporaciones, que, como cualquier empresa, buscan siempre el beneficio personal. Es posible el desarrollo de cura contra enfermedades para las cuales actualmente en el mercado solo existen paliativos, porque supone un mayor número de ingresos. De la misma forma, enfermedades bacterianas y víricas para las cuales un estudio de desarrollo tendrían un gran impacto, mejorando la calidad de vida de una gran cantidad de personas, no se estudian, porque esas personas no pueden pagarlas.
La mayoría de los argumentos esgrimidos por los antivacunas son fácilmente desmontables científicamente, y son muchos de ellos consecuencia de un desconocimiento general de información que asusta. Sin embargo, y para que este post no se convierta en una flagelación pública contra la gente desinformada, me gustaría orientarlo también en la dirección del actual (y siempre) principal motor del engranaje médico, que es el dinero.
Pero, y siempre hay un pero, la medicina es y lamentablemente será durante muchos años un negocio, por encima del altruismo individual, los grandes equipos de investigación están subvencionados por corporaciones, que, como cualquier empresa, buscan siempre el beneficio personal. Es posible el desarrollo de cura contra enfermedades para las cuales actualmente en el mercado solo existen paliativos, porque supone un mayor número de ingresos. De la misma forma, enfermedades bacterianas y víricas para las cuales un estudio de desarrollo tendrían un gran impacto, mejorando la calidad de vida de una gran cantidad de personas, no se estudian, porque esas personas no pueden pagarlas.
La mayoría de los argumentos esgrimidos por los antivacunas son fácilmente desmontables científicamente, y son muchos de ellos consecuencia de un desconocimiento general de información que asusta. Sin embargo, y para que este post no se convierta en una flagelación pública contra la gente desinformada, me gustaría orientarlo también en la dirección del actual (y siempre) principal motor del engranaje médico, que es el dinero.
Esta noche he aprendido tres palabras: Paso de Chicago