16/10/2019 05:25 PM
PARA MI MUSA
Sus tiernos labios gesticularon las tristes notas de una trágica historia, empapada del más puro dolor… Así la recuerdo al paso del tiempo, entre el remolino de mis evocaciones y el bullicioso caos de mis pensamientos…
Vertiginosamente, mi mente estuvo girando en torno a aquella triste y lejana situación, sobre todo lo que pasó.
Me encontré analizando cada preciso momento que al final de cuentas me llevaron a hacer lo que hice, tomar lo que tomé, sentir lo que sentí.
Mi mente se comenzó a alejar presurosa hacia los añorados recuerdos, mientras que las estrellas brillaron y la Luna se levantó. Las ramas de los árboles crujieron con el viento, agitándose suavemente.
Mi alma se angustió preguntándose, con ansiedad, buscándola… ¡Que dilema el mío! ¡He aquí mi eterna tragedia! Una flor para una rosa.
Tu labios carnosos, el fuego en tus ojos, la ternura de tu ser, tu blancura nacarada… ¡Eres tan perfecta! En ese momento empecé a evocarte.
Cuando escuché tu voz en la lejanía, tu silueta en la niebla, tus ojos en la oscuridad, me estremecí sintiendo tu calor sobre mi cuerpo, sintiendo tus labios en los míos.
No pude arrebatarte tu inocencia y en cambio, me arrebataste mi corazón.
¡Cómo extraño tus labios que antaño palpaba con el corazón, en noches de eternos desvelos en que en mis sueños se dibujaba una tierna historia de amor veraniego, posados sobre la luz de un sol eterno, cubiertos por el aroma marino, fielmente unidos en eterna armonía!
Deja la guerra a los hombres, déjame el amor a mí. Mis brazos rodearon tu cuerpo, tu cuerpo se estremeció al sentir el mío.
Ahora que te alejas tengo mucho miedo de perderte y no tenerte.
Mientras las aves vuelan sobre nosotros y una brisa agita tu cabello, mis labios enmudecen y mis ojos se cierran, mi corazón se enfría y mi mente se nubla.
He creído escuchar que me has querido decir, ‘Todo ha terminado’. ¿Pero que hemos terminado si ya nada hemos empezado?
Enterraste lo nuestro al olvido absoluto y dejaste cicatrizar los besos que enamorados nos dimos. Ahora llamas “algo” a lo que nunca pudo existir.
Dime que me equivoco, dime que me amas. No existe certeza alguna, quiero ser eternamente ignorante, no saber nada y ser un completo ignorante. ¿Es que esta es la única forma en que me puedas amar?
Tomé tu corazón pero me lo robó el destino, aquel que tan cruel me ha tratado y que tan bien me ha acompañado en las noches gélidas, apasionadas y embriagadas de amor en la que nos entregamos al deseo y al amor.
Tengo miedo de dejarte ir...
Ahora que destruyes lo que nunca existió, siento mi corazón partirse en dos. Solo te pido un beso más.
Sentir tus labios contra los míos, sentir la emoción del momento en mi corazón, al que hace pocos meses le arrebataste la fría cubierta que poseía.
Nada es ciertamente cierto y nada es ciertamente verdadero… ¡Si hay algo realmente puro en mí, es el amor que siento por ti!
Si algo he de odiar es a mí mismo, por no haberte amado lo suficiente. ¡Déjame, siento un dolor enorme en mí triste y pesado corazón!…
La Pluma Mata más que la Espada...