20/01/2022 07:41 PM
Buenas tardes, les dejo parte de lo que tengo para mostrar es una novela épica que empecé hace unos veinte años y hoy me animo a compartirla con ustedes para que le den su punto de vista constructivo, esto no es ni el principio ni el final es parte del comienzo nada más si tiene un visto bueno y constructivo seguiré compartiendo con ustedes esta gran aventura, que la disfruten y espero sus críticas.
Palabra original | pronunciación
Arg’nthöm Bal’thum | Argendom Baladam
Vestigios del Sur
En Rio Oscuro un poblado cercano al Arg’nthöm Bal’thum había pasado un largo tiempo desde que el sol nacía, las calles empezaban a mostrar aparte de barro y charcos, movimiento de los comerciantes que desde muy temprano ya se habían acomodado allí, para poder vender lo que sea que tengan para vender. En un rincón a orillas del rio se encuentra una taberna llamada La Posada Del Peregrino, su dueño es Morthenn, también se podía ubicar por el terrible olor a orines y tabaco que había cerca, o quizás también por algún beodo que se podía encontrar mamado afuera.
Ya en su interior el ambiente es algo raro, porque no se sabe si las personas que se encuentran en su interior serán de fiar, ya que podría ser algún malandrín algún ladrón o quizás simplemente un campesino disfrutando con amigos y colegas de un buen rato y buenas pintas en cuernos o jarrones de metal.
En un rincón el Bardo de Zartos claramente ya muy provecto se encontraba relatándole a un grupo de personas —En Phörozar, tierra del más temible druida negro Menthrel, se preparan las tropas que combatirán a Galar para lograr conseguir el poder de dominar al mundo, el druida negro sabía que existía Eiden, una espada de tres muy peligrosa, este era muy capaz de hacer cualquier cosa, lo que sea para conseguirla. Así es que en Gözender, la batalla comienza; ¡Muchos guerreros son víctimas de Menthrel, al mismo tiempo algunos son esclavizados, mientras que en el centro del campo, se encuentra Galar!, ¡Corre al acecho cabalgando y blandiendo su espada poderosa, atravesando así todo lo que se cruza en su camino!, pero cuando logra llegar al frente del druida, ¡este se le abalanza a él como ave de rapiña! Y se trenzan en una lucha cuerpo a cuerpo, pero entre movimientos absurdos Galar solo consigue que Menthrel reciba una estocada pobre, provocándole así una herida simplona. ¡Sin rendirse Galar sigue en pie, pero Menthrel consigue vencerlo utilizando sus sucios trucos de magia negra.
—¡Aaagh! —Gritaba un niño tembloroso y asustado.
—¡Si!, ¡así es! churumbeles, habíamos perdido una de las últimas batallas por alcanzar la paz.
—Pe,…pero ¡No puede terminar así señor! ¿Qué paso con el gran rey? ¿y sus defensores? —Exclamaba otro niño arrugando el ceño.
—Pero aún tengo esperanzas de que sus abuelos que fueron mis compañeros envíen una señal para dar comienzo a esta verdadera historia. —Cerraba el relato Zartos meditabundo, mirando hacia arriba como esperando una respuesta.
—¡Ya! Deja tranquilos a estos niños Zartos, no es de honor manchar las memorias de los familiares caídos deja que descansen en paz y no molestes mas. —Interrumpía Morthenn con vos gruñona y vehemente mientras secaba una jarra y se apoyaba en la barra.
—Deja que nos cuente más tío Morthenn. —Le pedía su sobrino.
—¡Sí! Por favor deje que nos cuente más señor. —Decía un joven de unos diecisiete años más o menos.
—¡No! Y tu ¡Zartos ya es todo por hoy, vete de aquí antes de que esta sea la última historia que cuentes!
—Sí, me voy, ¡me voy! pero no pierdas la esperanza en nuestro heredero que muy pronto lograra sacarnos de la orfandad que nos gobierna miserablemente y sabes que así será. —Respondió Zartos, mientras se levantaba bebiendo el último trago de su pinta.
—¡Págame lo que me debes y vete!
—Morthenn no te olvides que este viejo tiene razón nadie quiere verlo, ya muchos perdieron las ganas pero debemos apoyar al heredero que seguramente debe estar preparando una tropa bastante grande para la llegada del viento.
— ¡Eh dicho basta! y vete de una maldita vez!
—Ustedes se aferran a un pasado que no tiene regreso a menos que unan fuerzas
—Sí, si ya vete, vete viejo bocón
—La discordia ya vive entre nosotros y pronto vendrá el odio y seguido con esos dos la tempestad infernal reinara en estas tierras, si al menos hiciéramos algo, nuestro rey moriría contento sabiendo que ya superamos el pasado y con la tranquilidad de que aún hay esperanzas en nosotros. —Gritaba Zartos mientras se retiraba de la taberna agitando los brazos.
Esta última gran discusión que se genero en la taberna fue escuchada por todos los clientes que allí se encontraban, obviamente Zartos que le temía a Morgoth se iba escapando de a poco, algunos se asombraban en silencio otros solo les causaba gracia, pero el dueño del lugar ya había perdido toda esperanza a la venida del viento.
En Gotha Reina ahora Galardian Hijo de Galar, quien desde la muerte de su padre ansia justicia y más que nada recuperar lo que a su padre le habían arrebatado de sus propias manos. Esta era Amantiel y no descansara hasta recuperarla del infame de Menthrel.
Sus deseos son cada vez más y más fuertes, que los de reinar, pero sus leales soldados y habitantes no dejan de apoyarlo y creer en él, ya que viene de un muy buen linaje y no dejaran que nada pueda desgastarlo porque sin él la ciudad real se perdería y todo sería reducido a sombras y ruinas según dicen muchos en esos lares.
Gotha es un lugar tranquilo y muy bello para establecerse, Galardian jamás modifico el legado de su padre, ya que les hacía bien a todos y cada uno de los habitantes del lugar contribuía como podía no se les exigía mucho solo lo que correspondía y se hacía de manera ordenada, tenía extensos campos, llanuras espaciosas, se podía cultivar y alcanzaba para todos, desde lejos se podían ver los cultivos y el ganado. Gotha era una ciudad perfecta y muy bien fortificada, con una ciudadela que contenía un inmenso y elegante castillo donde vivía Galardian.
En el interior del palacio el rey se encontraba observando por una gran ventana la gran labor de los agricultores y como montaban un molino de viento para poder habilitar un nuevo sistema de riego y abastecimiento de agua para toda la ciudad, pero dicha tranquilidad es interrumpida por su mensajero que desesperado y agotado de la prisa del mensaje arribaba desde la Gözender con noticias de que la fortaleza de Amantion es asediada.
—¡Mi señor, mi señor! —Gritaba desesperado el mensajero del rey.
—¡DígameSoldado! — Respondió Galardian, volteando para verle
—Amantion es atacada por un batallón de Phuritars —Avisaba tembloroso y asustado
—Las torres de ataque fueron derribadas y los alrededores arden en llamas mi señor —Insistía.
—¡Tranquilo chico!, Tranquilo Esas bestias no se imaginan lo que les espera —Respondía cauteloso y sonriente Galardian caminando en dirección a las caballerizas.
—¡Rápido, que Alisten mi Corcel, Partimos enseguida! — Exclamaba tenazmente el rey.
<<Esas bestias no son más que sombras esclavas de su propia codicia y Amantion es solo rocas para esas tontas criaturas>>
Pensaba Galardian mientras se propinaba a montar en su corcel.
<< ¿Acaso se puede ser tan cruel? para causar tremendo dolor a los habitantes del lugar>>
—Si llegan a Gözender estaremos debilitados y les daremos ventaja, vamos a posicionarnos para poder defender los caminos que unen Gözender y Zorten —Ordenaba Galardian a sus tropas.
Mientras un comandante al mando pedía que refuercen los senderos con arqueros, artillería pesada y los mejores soldados. Galardian se prepara para ir al ataque. El trayecto hacia esos caminos no quedaba lejos, por lo que el viaje seria casi al galope de la prisa que llevaban, claro que nada asustaba al rey, pero cuando se trataba de la venida del viento, era su ley ser ordenados cautos y estratégicos.
En un futuro no muy lejano ese lugar seria llamado por los que lograban pasar sanos y salvos como los senderos metálicos, nombrado así por la infinidad de soldados y arqueros ocultos que custodiaban los senderos que se cruzaban desde Zorten a Gözender.
Gözender es una gran fortaleza en la cual hasta los más jóvenes eran entrenados para la guerra. En los senderos que se dirigían a Zorten tenían a los más certeros arqueros y hábiles espadachines, en su reinado un pequeño porcentaje de la población era mago, todo el mundo los respetaba por tener mentes muy brillantes y estratégicas, Claro excepto el norte que estaba ligado al mal. Allí en la fortaleza, la vida era más estricta, los habitantes se regían por normas un tanto militarizadas y eran fieles guerreros. Las grandes murallas estaban repletas de guardias y existían unas fuertes atalayas sobre los muros, que servían como columna de sostén arquitectónicamente hablando era una fortaleza despiadada, pero sí de estrategia hablamos, eran guaridas perfectas donde arqueros vigilaban los alrededores y el interior de tamaña ciudadela, las mujeres que no combatían, se transformaban no solo en costureras y cocineras, sino también en artesanas para darle el tinte especial al lugar y los habitantes, existían desde joyerías hasta bibliotecas que otorgaban grandes conocimiento a las personas que allí residían y a los visitantes que se acercaban. Con una plaza en el centro donde el líder realizaba sus actos particulares para todos los que combatían o para aquellos que recibían a un nuevo integrante a la familia, como dijimos antes la vida en Gözender era estricta y tenían bien definido qué lugar y que posición ocuparían en la ciudadela. Todo aquel que decidía pertenecer a la fortaleza se le otorgaba el título de Gozandino un apocope que decidieron adoptar para identificarse a cada lugar que se presenten.
Menthrel se encontraba en Amantion y este vil ser decide dejarle un mensaje para ir debilitando sus esperanzas, que le informaba a Galardian de las otras Dos espadas y le hace una oferta que nadie se atrevería a rechazar; dicha oferta era la de gobernar juntos el mundo. El por su lado y Galardian por otro, así entonces cumplirían el sueño de Galar; equilibrar los lados opuestos, una propuesta que de donde venía tenía varias consecuencias a tener en cuenta. Galardian por supuesto que rechazo la oferta, porque el sueño de su padre no incluía que existiese ningún líder del mundo, aun sabiendo que con esa espada uno se sentía más que un dios y atraído por el poder de esta, sería capaz de corromper su alma y su linaje de ser posible. Mientras Galardian termina de leer el mensaje enfurecido con vos vehemente y frunciendo los entrecejos grita.
—¿Te burlas de mí?; ¿Té estas burlando de mi malvada criatura?, es acaso esto una broma! —se caía de rodillas mirando al cielo.
—¡Maldito Cobardee! —
Mirando al norte se queda como apabullado y luego mirando sus manos mientras cerraba sus puños.
—¿Por qué no me enfrentas? — Exclamaba entre dientes como balbuceando, pero muy angustiado por la oferta de Menthrel.
Era obvio que el rey Galardian se había transformado en una persona muy orgullosa y egoísta, cuando se trataba del druida o al menos eso demostraba cada vez que de este se trataba y lo dejaba muy a la vista.
Antes de partir después haber recibido el mensaje, el rey decide hacer un repentino cambio de planes y parar dirigirse al este, hacia Phärantias para poder charlar con su fiel amigo Eidepher y desahogarse del enojo y descontento que lo invadía.
Camino a Phärantias Galardian cabalgaba serio y muy molesto, uno de los generales le pide que por favor se detengan a descansar un rato y así poder levantar campamento para poder descansar y retirarse lo antes posible, tal es así que unos kilómetros adelante se acomodan a la orilla de un rio con una orilla demasiado verde para que los caballos puedan pastar. Sentado en un tronco caído cerca de la orilla se encuentra el rey muy pensativo en su mano tenia apretado un medallón que su padre le había otorgado antes de morir, dicho medallón era la identificación del rey de reyes que el tratado del mundo decidió nombrar, no era una decisión personal sino global lo que lo hacía rey de reyes, pero él se sentía avergonzado, ya que lo poseía el orgullo y este no lo dejaba pensar claramente, necesitaba una señal de esperanza que lo haga volver, pues su madre no estaba y según él se encontraba solo frente a decisiones muy difíciles de tomar, algo que también lo aprisionaba en su interior.
Título original: Las espadas del rey (Saga)
Primera edición: octubre de 2002Palabra original | pronunciación
Arg’nthöm Bal’thum | Argendom Baladam
Vestigios del Sur
En Rio Oscuro un poblado cercano al Arg’nthöm Bal’thum había pasado un largo tiempo desde que el sol nacía, las calles empezaban a mostrar aparte de barro y charcos, movimiento de los comerciantes que desde muy temprano ya se habían acomodado allí, para poder vender lo que sea que tengan para vender. En un rincón a orillas del rio se encuentra una taberna llamada La Posada Del Peregrino, su dueño es Morthenn, también se podía ubicar por el terrible olor a orines y tabaco que había cerca, o quizás también por algún beodo que se podía encontrar mamado afuera.
Ya en su interior el ambiente es algo raro, porque no se sabe si las personas que se encuentran en su interior serán de fiar, ya que podría ser algún malandrín algún ladrón o quizás simplemente un campesino disfrutando con amigos y colegas de un buen rato y buenas pintas en cuernos o jarrones de metal.
En un rincón el Bardo de Zartos claramente ya muy provecto se encontraba relatándole a un grupo de personas —En Phörozar, tierra del más temible druida negro Menthrel, se preparan las tropas que combatirán a Galar para lograr conseguir el poder de dominar al mundo, el druida negro sabía que existía Eiden, una espada de tres muy peligrosa, este era muy capaz de hacer cualquier cosa, lo que sea para conseguirla. Así es que en Gözender, la batalla comienza; ¡Muchos guerreros son víctimas de Menthrel, al mismo tiempo algunos son esclavizados, mientras que en el centro del campo, se encuentra Galar!, ¡Corre al acecho cabalgando y blandiendo su espada poderosa, atravesando así todo lo que se cruza en su camino!, pero cuando logra llegar al frente del druida, ¡este se le abalanza a él como ave de rapiña! Y se trenzan en una lucha cuerpo a cuerpo, pero entre movimientos absurdos Galar solo consigue que Menthrel reciba una estocada pobre, provocándole así una herida simplona. ¡Sin rendirse Galar sigue en pie, pero Menthrel consigue vencerlo utilizando sus sucios trucos de magia negra.
—¡Aaagh! —Gritaba un niño tembloroso y asustado.
—¡Si!, ¡así es! churumbeles, habíamos perdido una de las últimas batallas por alcanzar la paz.
—Pe,…pero ¡No puede terminar así señor! ¿Qué paso con el gran rey? ¿y sus defensores? —Exclamaba otro niño arrugando el ceño.
—Pero aún tengo esperanzas de que sus abuelos que fueron mis compañeros envíen una señal para dar comienzo a esta verdadera historia. —Cerraba el relato Zartos meditabundo, mirando hacia arriba como esperando una respuesta.
—¡Ya! Deja tranquilos a estos niños Zartos, no es de honor manchar las memorias de los familiares caídos deja que descansen en paz y no molestes mas. —Interrumpía Morthenn con vos gruñona y vehemente mientras secaba una jarra y se apoyaba en la barra.
—Deja que nos cuente más tío Morthenn. —Le pedía su sobrino.
—¡Sí! Por favor deje que nos cuente más señor. —Decía un joven de unos diecisiete años más o menos.
—¡No! Y tu ¡Zartos ya es todo por hoy, vete de aquí antes de que esta sea la última historia que cuentes!
—Sí, me voy, ¡me voy! pero no pierdas la esperanza en nuestro heredero que muy pronto lograra sacarnos de la orfandad que nos gobierna miserablemente y sabes que así será. —Respondió Zartos, mientras se levantaba bebiendo el último trago de su pinta.
—¡Págame lo que me debes y vete!
—Morthenn no te olvides que este viejo tiene razón nadie quiere verlo, ya muchos perdieron las ganas pero debemos apoyar al heredero que seguramente debe estar preparando una tropa bastante grande para la llegada del viento.
— ¡Eh dicho basta! y vete de una maldita vez!
—Ustedes se aferran a un pasado que no tiene regreso a menos que unan fuerzas
—Sí, si ya vete, vete viejo bocón
—La discordia ya vive entre nosotros y pronto vendrá el odio y seguido con esos dos la tempestad infernal reinara en estas tierras, si al menos hiciéramos algo, nuestro rey moriría contento sabiendo que ya superamos el pasado y con la tranquilidad de que aún hay esperanzas en nosotros. —Gritaba Zartos mientras se retiraba de la taberna agitando los brazos.
Esta última gran discusión que se genero en la taberna fue escuchada por todos los clientes que allí se encontraban, obviamente Zartos que le temía a Morgoth se iba escapando de a poco, algunos se asombraban en silencio otros solo les causaba gracia, pero el dueño del lugar ya había perdido toda esperanza a la venida del viento.
En Gotha Reina ahora Galardian Hijo de Galar, quien desde la muerte de su padre ansia justicia y más que nada recuperar lo que a su padre le habían arrebatado de sus propias manos. Esta era Amantiel y no descansara hasta recuperarla del infame de Menthrel.
Sus deseos son cada vez más y más fuertes, que los de reinar, pero sus leales soldados y habitantes no dejan de apoyarlo y creer en él, ya que viene de un muy buen linaje y no dejaran que nada pueda desgastarlo porque sin él la ciudad real se perdería y todo sería reducido a sombras y ruinas según dicen muchos en esos lares.
Gotha es un lugar tranquilo y muy bello para establecerse, Galardian jamás modifico el legado de su padre, ya que les hacía bien a todos y cada uno de los habitantes del lugar contribuía como podía no se les exigía mucho solo lo que correspondía y se hacía de manera ordenada, tenía extensos campos, llanuras espaciosas, se podía cultivar y alcanzaba para todos, desde lejos se podían ver los cultivos y el ganado. Gotha era una ciudad perfecta y muy bien fortificada, con una ciudadela que contenía un inmenso y elegante castillo donde vivía Galardian.
En el interior del palacio el rey se encontraba observando por una gran ventana la gran labor de los agricultores y como montaban un molino de viento para poder habilitar un nuevo sistema de riego y abastecimiento de agua para toda la ciudad, pero dicha tranquilidad es interrumpida por su mensajero que desesperado y agotado de la prisa del mensaje arribaba desde la Gözender con noticias de que la fortaleza de Amantion es asediada.
—¡Mi señor, mi señor! —Gritaba desesperado el mensajero del rey.
—¡DígameSoldado! — Respondió Galardian, volteando para verle
—Amantion es atacada por un batallón de Phuritars —Avisaba tembloroso y asustado
—Las torres de ataque fueron derribadas y los alrededores arden en llamas mi señor —Insistía.
—¡Tranquilo chico!, Tranquilo Esas bestias no se imaginan lo que les espera —Respondía cauteloso y sonriente Galardian caminando en dirección a las caballerizas.
—¡Rápido, que Alisten mi Corcel, Partimos enseguida! — Exclamaba tenazmente el rey.
<<Esas bestias no son más que sombras esclavas de su propia codicia y Amantion es solo rocas para esas tontas criaturas>>
Pensaba Galardian mientras se propinaba a montar en su corcel.
<< ¿Acaso se puede ser tan cruel? para causar tremendo dolor a los habitantes del lugar>>
—Si llegan a Gözender estaremos debilitados y les daremos ventaja, vamos a posicionarnos para poder defender los caminos que unen Gözender y Zorten —Ordenaba Galardian a sus tropas.
Mientras un comandante al mando pedía que refuercen los senderos con arqueros, artillería pesada y los mejores soldados. Galardian se prepara para ir al ataque. El trayecto hacia esos caminos no quedaba lejos, por lo que el viaje seria casi al galope de la prisa que llevaban, claro que nada asustaba al rey, pero cuando se trataba de la venida del viento, era su ley ser ordenados cautos y estratégicos.
En un futuro no muy lejano ese lugar seria llamado por los que lograban pasar sanos y salvos como los senderos metálicos, nombrado así por la infinidad de soldados y arqueros ocultos que custodiaban los senderos que se cruzaban desde Zorten a Gözender.
Gözender es una gran fortaleza en la cual hasta los más jóvenes eran entrenados para la guerra. En los senderos que se dirigían a Zorten tenían a los más certeros arqueros y hábiles espadachines, en su reinado un pequeño porcentaje de la población era mago, todo el mundo los respetaba por tener mentes muy brillantes y estratégicas, Claro excepto el norte que estaba ligado al mal. Allí en la fortaleza, la vida era más estricta, los habitantes se regían por normas un tanto militarizadas y eran fieles guerreros. Las grandes murallas estaban repletas de guardias y existían unas fuertes atalayas sobre los muros, que servían como columna de sostén arquitectónicamente hablando era una fortaleza despiadada, pero sí de estrategia hablamos, eran guaridas perfectas donde arqueros vigilaban los alrededores y el interior de tamaña ciudadela, las mujeres que no combatían, se transformaban no solo en costureras y cocineras, sino también en artesanas para darle el tinte especial al lugar y los habitantes, existían desde joyerías hasta bibliotecas que otorgaban grandes conocimiento a las personas que allí residían y a los visitantes que se acercaban. Con una plaza en el centro donde el líder realizaba sus actos particulares para todos los que combatían o para aquellos que recibían a un nuevo integrante a la familia, como dijimos antes la vida en Gözender era estricta y tenían bien definido qué lugar y que posición ocuparían en la ciudadela. Todo aquel que decidía pertenecer a la fortaleza se le otorgaba el título de Gozandino un apocope que decidieron adoptar para identificarse a cada lugar que se presenten.
Menthrel se encontraba en Amantion y este vil ser decide dejarle un mensaje para ir debilitando sus esperanzas, que le informaba a Galardian de las otras Dos espadas y le hace una oferta que nadie se atrevería a rechazar; dicha oferta era la de gobernar juntos el mundo. El por su lado y Galardian por otro, así entonces cumplirían el sueño de Galar; equilibrar los lados opuestos, una propuesta que de donde venía tenía varias consecuencias a tener en cuenta. Galardian por supuesto que rechazo la oferta, porque el sueño de su padre no incluía que existiese ningún líder del mundo, aun sabiendo que con esa espada uno se sentía más que un dios y atraído por el poder de esta, sería capaz de corromper su alma y su linaje de ser posible. Mientras Galardian termina de leer el mensaje enfurecido con vos vehemente y frunciendo los entrecejos grita.
—¿Te burlas de mí?; ¿Té estas burlando de mi malvada criatura?, es acaso esto una broma! —se caía de rodillas mirando al cielo.
—¡Maldito Cobardee! —
Mirando al norte se queda como apabullado y luego mirando sus manos mientras cerraba sus puños.
—¿Por qué no me enfrentas? — Exclamaba entre dientes como balbuceando, pero muy angustiado por la oferta de Menthrel.
Era obvio que el rey Galardian se había transformado en una persona muy orgullosa y egoísta, cuando se trataba del druida o al menos eso demostraba cada vez que de este se trataba y lo dejaba muy a la vista.
Antes de partir después haber recibido el mensaje, el rey decide hacer un repentino cambio de planes y parar dirigirse al este, hacia Phärantias para poder charlar con su fiel amigo Eidepher y desahogarse del enojo y descontento que lo invadía.
Camino a Phärantias Galardian cabalgaba serio y muy molesto, uno de los generales le pide que por favor se detengan a descansar un rato y así poder levantar campamento para poder descansar y retirarse lo antes posible, tal es así que unos kilómetros adelante se acomodan a la orilla de un rio con una orilla demasiado verde para que los caballos puedan pastar. Sentado en un tronco caído cerca de la orilla se encuentra el rey muy pensativo en su mano tenia apretado un medallón que su padre le había otorgado antes de morir, dicho medallón era la identificación del rey de reyes que el tratado del mundo decidió nombrar, no era una decisión personal sino global lo que lo hacía rey de reyes, pero él se sentía avergonzado, ya que lo poseía el orgullo y este no lo dejaba pensar claramente, necesitaba una señal de esperanza que lo haga volver, pues su madre no estaba y según él se encontraba solo frente a decisiones muy difíciles de tomar, algo que también lo aprisionaba en su interior.
La realidad es una construcción social.
La fantasía es una realidad virtual construida que nos permite afrontar las vicisitudes de la vida diariamente.