10/11/2017 10:46 PM
(10/11/2017 08:39 PM)Eliron Wrote: Había sido encerrado por un imperio enemigo, nuestro rey no nos prestó ayuda. Me habían capturado apenas hace unos días, o al menos eso creía. Casi no dejaron a nadie vivo en la aldea, la quemaron, los días siguientes del ataque fueron horrorosos. Nos llevaron por terrenos donde no podíamos escapar y aunque hubiéramos podido escapar habían masacrado nuestros espíritus de guerra o eso era lo que nos hizo creer. Me encerraron en una cárcel, en una celda solitaria. Estaba cansado y comencé a soñar. Soñé sobre muchas cosas; sobre la selva, sobre mis padres, sobre los dioses y los hijos que nunca tendría. También soñé sobre el sol. Me desperté y comencé a orar, oraba para conseguir escapar, para regresar pero sabía que los dioses no harían caso a mis plegarias.
En el océano iban tres carabelas propiedad de Castilla, la exploración iba dirigida por un genovés. Su objetivo, descubrir mundo.
Me desperté, los dioses me estaba respondiendo, pero de una manera misteriosa me habían dado una extraña visión, pude contemplar como [esos] tres navíos se dirigían a tierra. No se dirigían a casa, [con este comienzo de oración contradices el final de la anterior; deberías escribir esta parte de manera distinta] aún no, pero los dioses no sólo me habían enseñado esto, me habían enseñado lo que causarían en el futuro y lo que sus sucesores harían. No tenía sentido preocuparse, ya estaría muerto para entonces. Volví a cerrar los ojos.
Esta vez los dioses me enseñaron otro tiempo, otras tierras. La ciudad que me mostraron era Alejandría, si me hubieran preguntado como sabía cual era esa ciudad no sabría responder. Recuerdo el puerto, las calles, los soldados y la biblioteca. Esa poderosa y bella biblioteca, llena de manuscritos y de conocimiento acumulado por los años. Yo no sabía leer pero el hombre, estaba seguro que era un hombre, [esto iría mejor entre paréntesis] que estaba viendo en ese momento la biblioteca, pero la persona [esta parte sobraría] de mis sueños sí que sabía. También amaba esos escritos y la belleza que representaba la biblioteca. Sus columnas y sus jeroglíficos decoraban la estancia, filólogos y filósofos debatían sobre diversos asuntos. Todas esas escenas se movían con gran rapidez, sin sentido, pero se sentían tan vivas... Y después llegó el fuego. Un fuego destructor arremetió a la biblioteca, era el ocaso de un imperio.
Me desperté, no sabía cuanto tiempo había dormido,casi no llegaba luz a la celda y no me importaba. Estaba sudando, no comprendía que estaba pasado. ¿Qué escenas estaba contemplando? ¿Quién era ese hombre? ¿Qué tierras eran esas? Todas estas cuestiones me mantuvieron despierto [tendrías que añadir: un buen rato o similar sino no tiene sentido], pero al final me volví a dormir.
Época de hollín y de pobreza. Londres, época victoriana [Londres victoriano te evita repetir época]. Mismo proceso, misma historia. Contemplaba el Crystal Palace, contemplaba como en Hyde Park la gente entraba al mayor edificio que había visto en mi vida (¿o sería mejor referirse a mi no vida?). Un edifico de cristal, la evolución del hombre, la llegada del orden, hogar de la exposición universal. Estaba orgulloso, cómo no estarlo. Cogí aire y me dirigí a la exposición. Cambio de escena. El 30 de noviembre de 1936 se quemó el Crystal Palace, otra vez el maldito fuego.
Me volví a despertar, grité con todas mis fuerzas, maldito fuego, cómo causaba tanta destrucción. ¿Por qué se me había entregado el don de ver tanta belleza solo para después ver como las llamas destruían todo lo visto? No comprendía el objetivo real de los dioses al enseñarme estas visiones, ya no sabía si existía algún dios. Volví a cerrar los ojos.
En mi [nuevo] sueño podía ver como una llama gigante aparecía delante de mí. Cambiaba de forma y de color, de rojo a azul. Era impresionante como atrapaba la vista esta figura. Me quede observando la llama, como no tenía una forma predeterminada. Me preguntaba como un elemento tan bello podía causar tanta destrucción. Me volví a despertar.
Estaba ya muy cansado de soñar, del sudor y de la fría oscuridad de la celda. Sólo quería llorar, quería volver al pasado, con suerte el próximo sueño me mostraría mi hogar. No volví a conciliar el sueño, se escucharon unos gritos.
El fuego devoraba la cárcel, los guardias y presos gritaban y morían de manera igual. Nadie sabía ni sabría ni [puedes dejar simplemente el sabría y estarías diciendo lo mismo] quién ni cómo se había causado el incendio. Las llamas devoraban toda la estructura, aún no comprendí del todo porque me habían puesto en solitario en esta celda. Creía que todo era un sueño, pero al final el fuego y el calor me convencieron en que estaba despierto. En ese momento empecé a pensar que lo que había visto en sueños era yo, sería yo y fui yo. El tiempo, lugar y circunstancia no cambiaba ni afectaba al implacable fuego, este imparable elemento de la naturaleza. Cuando las llamas invadieron mi celda fui el último en ser consumido. Cuando las llamas se lanzaron a por mi, me acogieron como si fuera un viejo amigo. Yo las recibí con una sonrisa.
Arriba te he corregido los errores ortográficos y las separaciones en la puntuación que has hecho mal (te pasa bastante eso, tendrías que vigilar), también he puesto algunos apuntes que creo que mejorarían el texto.
En cuanto a la historia en sí, aunque está bien, creo que el hecho de que el protagonista sepa exactamente qué está viendo hace que pierda parte de esa magia del cuento. Probablemente con descripciones sin nombres: grandes naves que surcaban el mar, un enorme edificio lleno de símbolos extraños, un lugar cubierto de ceniza con gente de ropajes extraños... quedaría mejor, porque además harías que el lector se sienta tan abrumado como el protagonista al no saber qué tiene delante.
Incluso aunque no estuvieras de acuerdo, algo como: El 30 de noviembre de 1936 se quemó el Crystal Palace no suena narrativo, sino una descripción enciclopédica.
Y ya que hablas de Alejandría, ¿por qué en lugar de vivir la escena a través de un hombre no lo haces desde una mujer?
Espero que te sirvan las correcciones y los comentarios; un saludo.