14/12/2017 11:44 PM
De cualquier forma , monto el cuarto capitulo, en el cual hay un poco mas de acción, de hecho me gusto mucho escribir este, ahora me dedicare a reescribir un poco y hacer las correcciones pertinentes.
CAPITULO 4
La maga de la corte contra el mago de otro mundo.
Habían pasado algunos días desde el enfrentamiento de los dos magos y ya se veían avances en el entrenamiento de Riku, sus bases con la espada eran un poco más sólidas y ya había aprendido algunos conjuros en pocos días, lo cual era una proeza incluso para los magos más experimentados.
Por su lado, Riku ponía todo el empeño que podía ya que se sentía completamente comprometido, para el esto era algo especial , el hecho de adquirir poderes para salvar a otros era algo que había deseado desde el fondo de su corazón desde hacía bastante tiempo y que había olvidado por completo, de hecho en el momento en que se dio cuenta de que podía usar magia, una chispa dentro de él se prendió, sintió como tenía todo un mundo por delante pero a su vez el pensar que habían vidas de personas inocentes que dependías de sus acciones lo hizo tomar el asunto con toda la seriedad posible y esa es la razón por la cual podía soportar tal entrenamiento.
No era algo sencillo, hay que aclarar, a pesar de tener la bendición de la diosa la cual aumentaba su resistencia, blandir una espada por cuatro horas seguidas era algo a considerar pero esto no era nada comparado con el entrenamiento con la magia, después de cada sesión de combate venia la sesión de magia en la cual tenía que ejecutar diferentes tareas, Rina utilizaba todos los atajos posibles para que el tuviera la mayor comprensión de esta y lo sometía a las pruebas más difíciles, algunos magos se quedaban asombrados por la dificultad de las pruebas a las que era sometido pero aún mas como la bendición de la diosa lo ayudaba a superarlas, no obstante eso no evitaba que se encontrara infernalmente fatigado al finalizar el día, iba directamente a su cama ya que sentía que hasta el alma le pesaba, además intercambiaba pocas palabras con sus dos amigos debido a este cansancio.
JIn entendía esto a la perfección, el uso de la magia es una actividad que puede llegar a ser muchísimo más agotadora que cualquier actividad física, ya que el uso continuo de esta puede llegar a desgastar el cuerpo físico y el cuerpo espiritual del usuario, sumado a esto, el hecho de que Riku jamás hubiera estado en contacto directo con ella forzaba muchísimo más a su cuerpo, realmente era un milagro que siquiera le quedaran fuerzas para seguir respirando, quizás la bendición de la diosa era ese milagro en sí, no obstante esto preocupaba más a Jin, cada vez era más real la posibilidad de que su amigo se viera en un conflicto tan grande como era una guerra, en la que cualquier cosa podía pasar.
No obstante no haba mucho que Jin pudiera hacer al respecto, realmente sabía lo que significaba para Riku esta situación y entendía que en este punto nada de lo que pudiera decir lo haría cambiar de opinión.
-Sabes, podrías mostrarle tu magia y engañarlo diciendo que el uso de esta le acortara la vida o algo así- le comento Elliot a Jin mientras los dos se encontraban en uno de los cuartos de huéspedes leyendo algunos libros.
-No seas ridículo, aun si le dijera eso cabe la posibilidad de que el cretino siguiera con esto, además no tengo por qué revelarle que soy un mago ya que no tengo la más mínima intención de que nos quedemos en este mundo en guerra- respondió Jin mientras se encontraba sentado sobre una silla ojeando el libro y regularmente viendo desde su ventana el entrenamiento de Riku.
-Cierto que estás buscando la manera de volver, ¿Estás seguro de que podrías hacerlo?, digo, al parecer ninguna de estas personas conoce la manera-
-Ya te he dicho que la magia de ellos está bastante atrasada, debe existir alguna manera estoy seguro, ya que tengo algunas pistas-
-Ya veo, ahora que lo dices, quería preguntarte algo ¿Cómo es que podemos leer estos libros?-
-Es gracias a un hechizo de interpretación, este estaba mesclado con el conjuro que nos trajo a este mundo, parece que lo planearon muy bien, ya que podemos entender el idioma de estas personas, hablar el mismo y leer sus símbolos-
-Suena bastante conveniente-
-Lo es, no obstante quien realice el hechizo debe ser una persona bastante hábil, y debe haber algún catalizador-
En ese momento Elliot recordó el libro que los trajo a este mundo y de cómo estaba en ese lenguaje extraño el cual podían leer y escribir.
-Entonces te referías a ese libro cuando mencionaste que tenías una pista-
-Claramente ese libro no era de nuestro mundo, aunque no tengo la más mínima idea de cómo llego al nuestro, estoy seguro de que si se pueden traer personas y enviar objetos, significa que debe existir una manera de nosotros poder regresar-
-Y supongo que no has encontrado absueltamente nada-
-Cierto, pero existe un lugar en este castillo que podría darme una pista-
-¿En serio?-Contesto Elliot mientras algo más que un poco de interés.
-Encontré un cuarto en particular, este está protegido por una barrera mágica, está hecho solo para algunos magos puedan entrar en él, puedo asumir que contiene información útil con respecto los conjuros de invocación-
No era prohibido para Jin y Elliot pasearse por el castillo, mientras Riku entrenaba, los dos se dedicaron recolectar información, Jin había solicitado la mayor cantidad de libros que podía y la mayor parte de su tiempo se dedicaba a leerlos, había aprendido muchas cosas pero no lo que buscaba exactamente, en ocasiones se paseaba por el castillo para ver si podría encontrar algo que le pudiera servir, de hecho había usado magia para entrar en varios cuartos de algunos nobles sin ser dictado en busca de documentos o textos concernientes a la magia, pero no había tenido éxito a excepción de un cuarto en particular, este cuarto se encontraba ubicado cerca a los aposentos de la maga de la corte y del estudio de los magos , adicional estaba protegido por una especie de barrera así que seguramente debía tener información confidencial.
Por su parte, Elliot parecía tomarse las cosas con más calma, en ocasiones visitaba el cuarto de Riku el cual estaba alejado del de Jin y Elliot para cerciorarse de que no tuviera ninguna herida grave, Elliot se dio cuenta que además de todas las habilidades ya mencionadas la bendición de la diosa hacia que las heridas de su amigo sanaran con mucho más rapidez.
A diferencia de Jin, Elliot no armo ningún escándalo al frente de la reina y mostro más aceptación con respecto a la situación, no obstante se negó a participar en la guerra contra los demonios alegando que él no poseía ninguna habilidad para el combate y que sería más bien una carga , esto por cierto era una mentira, de ahí la razón por la cual los miembros del castillo se encontraba mucho más abiertos para entablar conversaciones con él, incluso varios miembros de la realeza, esto le permitió Elliot adquirir un poco más de información de la que se encontraba en los libros, no obstante también pasaba tiempo con Jin mirando varios de estos.
-Entonces ¿Qué vas a hacer?- pregunto Elliot.
-Esta noche entrare en ese lugar, ya he revisado el perímetro en varias ocasiones y estoy seguro de que no tendré ningún problema-
-Ya veo, aunque ten en cuenta que hay personas que están pendiente de tus movientes-
-No te preocupes, lidiare con ella en su momento-
Ambos se referían Rina, la maga de la corte, tanto Elliot como Jin detectaron más de una ocasión que esta chica los espiaba, a veces ella enviaba familiares en forma de aves para verlos, pero en su mayoría a Jin por alguna razón.
-En fin, espero que tengas suerte- Comento Elliot mientras se acomodaba en una de las camas para tomar una pequeña siesta.
Todo marchaba bien para Rina, había logrado con éxito la invocación del héroe elegido por la diosa, y este había recibido sus dotes, tal y como se describía en los textos antiguos, a pesar de que el ritual de invocación había tardado varios días seguidos su paciencia y determinación le rindieron frutos, pero algo sin precedentes había ocurrido y era que otros dos sujetos se mesclaron en esta, suceso que nunca había ocurrido, otras naciones también habían realizado este ritual en estos tiempos de guerra, pero en todas las ocasiones siempre era una sola persona, además ninguno de los otros dos sujetos portaba la bendición de la diosa, pero había algo más que la tenía intrigada.
Con respecto al ritual de invocación del héroe, parte del requerimiento era que el lugar de llegada de este tenía que estar sin una sola persona, es por eso que se utilizó un cuarto especial del castillo que se encontraba debajo de este y se esperaba fuera de aquel para cuando llegara el héroe, así que cuando escucharon el fuerte sonido como un relámpago todos estaban bastante emocionados, no obstante Rina detecto algo.
Se tenía entendido que las personas del otro mundo son ajenas a la magia, pero dentro de del cuarto que se usó para invocarlo ella sintió presencia de magia, no era la cálida bendición de la diosa de la luz que es la fuente de la vida, no, esta presencia era hostil, se sentía como si un mago muy poderoso estuviera a punto de hacer algo, Rina tenia este presentimiento, no obstante la princesa quería entrar para ver al héroe así que lo único que pudo hacer fue agarrar su báculo y estar atenta, pero cuando entro, es presencia se había desvanecido completamente, como si se hubiera ocultado, al frente de ella se encontraban tres sujetos, uno de ellos poseía el aura dorada símbolo de la bendición, no obstante los otros dos carecían de esta, adicional , pudo sentir un poco de esa presencia mágica que había sentido en uno de ellos, era una diminuta cantidad, como si la hubiera ocultado perfectamente pero todavía quedaban rastros de magia residual, era como si un mago hubiera empezado a realizar un encantamiento pero se hubiera detenido inmediatamente y hubiera decidido ocultar su magia, de quien provenía esa magia residual era un joven de cabello Negro, rasgo que denota ser de familia común y con poca aptitud para la magia en este continente, esta es la razón por la que ella no pudo evitar sentir que algo raro ocurría, pero no podía comprometer el ritual y como al parecer nadie más se había dado cuenta, decidió no comentar al respecto mientras se encontraba atenta a lo que ocurría.
Más adelante vio como ese sujeto aterrado se negó a participar en la guerra contra los demonia, la raza de los Teufel, para todos los demás se vio como simplemente un tipo cobarde, pero Rina no pudo evitar sentir preocupación, ya que todavía tenía la sensación de que ese tipo era más de lo que aparentaba, así que decidió empezar a vigilarlo.
-Entonces ¿todavía no tienes pruebas?-dijo la reina Roseia mientras se encontraba con Rina a solas en su habitación una tarde de unos de esos días.
-Todavía no su señoría, siento que en ocasiones ese sujeto a detectado que lo he estado vigilando con mi magia- comento Rina, quien había decidió hablar con la reina el asunto ya que era alguien en quien sentía confianza.
-Rina, hace varios días me mostraste tu preocupación con respecto a este joven llamado Jin Belnadez, y entiendo que lo estés con respecto a lo sucedido, pero ¿realmente estas segura de no fue tu imaginación?-
-Confío completamente en mi intuición su alteza, pese a que no tengo pruebas, estoy segura de que ese hombre es usuario de la magia, lo que es peor el aura astral que sentí no se comparaba con ninguna que haya sentido antes, sin mencionar la habilidad para desvanecerla, puedo contar con mi mano a todos los magos de Gretonia que pueden realizar tal hazaña.
-Pese a que se sabe que ningún ser humano del otro mundo pueda usar magia-
-Eso es lo que me intriga su señoría, ya que no vi ningún tipo de engaño en el elegido, estoy segura de que el no conocía absolutamente nada de magia, así que puedo suponer que este sujeto puede ser un espía o un mago que oculta sus poderes-
-Pero tú fuiste quien realizo la invocación-
-Y es por eso que tomare toda la responsabilidad en caso de que lo peor ocurra, así que por favor déjeme encargarme de este hombre-
-Rina, no podemos hacerle daño ni encerrarlo, sabes que estamos en una situación muy delicada y seria terrible que el elegido se volviera contra nosotros por alguna mala decisión, sin mencionar que nos pondría en una situación terrible delante de los nobles y del pueblo, recuerda que el ritual de invocación es uno de los símbolos de la victoria-
-También lo entiendo su alteza, pero también deseo a toda costa evitar una tragedia-
-Dime Rina ¿Le has comentado esto a alguien más?
-No, solo a usted.
-Muy bien hecho, lo último que necesitamos es que haya pánico en el reino, así que esto es lo que harás, solo lo mantendrás vigilado, pero solo tú, no quiero que se filtre esta información, y en caso de que sea como tú dices, lo dejare a tu juicio, ya que eres la persona más capacitada para hacerlo.
-Con gusto su señoría.
Luego, Rina se retiró, con la determinación de que descubría que tramaba ese sujeto.
Llego la noche en la que Jin decidió entrar a aquel cuarto sellado, como siempre realizo un encantamiento de sigilo, en el cual después de decir una palabra, su presencia parecía desvanecerse, si alguien le pasaba al lado no lo voltearía a ver ya que gracias a este hechizo pareciera como si no existiera, era algo similar y a la vez diferente de un hechizo de invisibilidad, ya que aun cuando hiciera ruido era difícil de que alguien se percatara de que estuvo ahí.
Mientras recorría el castillo, pasaba al lado de varios guardias quienes ni lo detectaban, llegando hasta al aquel salón.
-Aja, esto es pan comido-
Con un movimiento de sus manos se revelo una figura brillante que estaba en la puerta, era un circulo con una gran cantidad de símbolos, los cuales volvían a la puerta un objeto inamovible, luego cerro sus ojos y toco con la palma de su mano aquel símbolo haciéndolo desaparecer, ya la puerta se podía abrir, una vez adentro Jin empezó a recitar otro conjuro, sus manos empezaron a emitir unas luces blancas que cubrieron todo el interior del cuarto en un instante.
-Ya veo, así que no hay ninguna trampa, realmente confiaban en esa barrera que le pusieran a la puerta- aquel hechizo era usado para detectar alguna anomalía, en el lugar.
El cuarto era una especie de estudio en el cual habían bastantes libros y objetos extraños, Jin vio varios cristales que contenían energía mágica, metales valiosos, objetos encantados y pergaminos, también libros mágicos y algunos objetos que incluso poseían maldiciones, pero nada de esto le interesaba, su único objetivo era ver algo que tuviera que ver con el ritual de invocación, después de un rato de hurgar encontró algo que le llamo la atención, era un pergamino que había sido usado recientemente, cuando lo ojeo sintió que encontró lo que buscaba, ya que en este se veía un círculo mágico similar al que estaba debajo de ellos cuando llegaron a este mundo, este pergamino deba información del ritual para invocar al héroe elegido por la diosa.
-Pero que ritual más tedioso, realmente necesita demasiadas condiciones para cumplir esta invocación- se decía a si mismo mientras ojeaba todos los pasos.
Después de leer este pergamino y varios más que se encontraban en la misma mesa, se sintió un poco decepcionado, se dio cuenta que la reina no estaba mintiendo cuando decía que no tenían manera de devolver gente al mundo del que venían, además sentía que había algo que no encajaba , según esto el ritual solo se puede hacer con la energía de un ente divino, al parecer las diosas de este mundo son la clave para este ritual, pero esto no tenía sentido para Jin, ya que estaba seguro de no haber sentido ningún ente divino por el lugar.
Decidió, que seguir buscando en ese sitio sería una pérdida de tiempo, mientras ponía todo en su lugar y volvía a establecer la barrera mágica pensaba en cual sería su siguiente paso.
-Mierda, ¿Qué hare ahora?, esto se está volviendo cada vez más complicado.
Jin se sentía frustrado, veía muy lejos la posibilidad de volver a casa no obstante no iba a darse por vencido ya que realmente quería volver a su mundo, pero mientras pensaba en cual sería su siguiente plan algo ocurrió, de repente detecto que estaba siendo vigilado.
-¿No me di cuenta porque estaba distraído?, no, no es así, de seguro es alguien que iba pasando por aquí me vio de casualidad que la barrera había sido desactivada, fue descuidado de mi parte.
Jin cerró los ojos y se concentró.
-Esta presencia, ya veo, entonces es ella, mierda, llego la hora de lidiar con esto.
Jin empezó a caminar lentamente mientras se dirigía a un lugar en específico, un lugar que a estas horas de la noche se encontraba deshabitado, era el campo de entrenamiento donde Rina y Urandarf se habían enfrentado.
Una vez llegado ahí, se ubicó en la mitad del campo y recito un hechizo.
-“Melio Umbra “- una sombra empezó a salir de él rodeando todo el campo, luego empezó a elevarse creando así un domo oscuro.
-¿Sabes cuál es el problema de la magia de invisibilidad?, esta requiere mucho mana para mantenerse, creando mucha magia residual por donde pasas, así cualquiera que use un hechizo sensorial podrá identificarte- Jin dijo esto en voz alta.
Luego apareció delante de Jin una mujer con una capa roja, y un báculo negro en la mano , era Rina, quien deshizo el hechizo de invisibilidad que había puesto en ella misma.
-Así que yo tenía razón, puedes usar magia, dime ¿Qué le hiciste al campo de entrenamiento?- dijo Rina mientras los dos se encontraban dentro del domo oscuro, el cual era transparente pero como un vidrio polarizado, no obstante todavía se podían ver las estrellas estando dentro de él.
-¿No es obvio?, es una barrera mágica, está en particular evita que pase el sonido y hace que los que estén afuera de esta no puedan ver ni escuchar lo que sucede adentro, bastante conveniente teniendo en cuenta la situación-
A Rina le sorprendió como alguien invoco una barrera de tal tamaño en tan poco tiempo.
-Dime, ¿Acaso eres un Teufel?- pregunto Rina mientras apuntaba a Jin con su báculo.
Jin recordó que Teufel es el nombre de las razas del norte, conocidos por todo el continente de Aster como los demonia o los demonios, esto denotaba que Rina preguntaba si él era una criatura de estas, es decir, un espía.
-No, para nada, para que lo sepas soy un humano que estaba feliz en su mundo hasta que fue arrastrado a este- respondió Jin con una expresión de molestia en su cara.
-¿Cómo es que puedes usar magia?-
-Eso no es asunto tuyo
-Pues tendrás que venir conmigo para verificar si dices la verdad.
Rina tenía dudas si Jin decía la verdad, no obstante ante este suceso tenía que actuar con discreción ya que el mismo nombre de ella estaba en juego si se descubría que invoco a un Teufel o peor aún, a algún monstruo de otro mundo.
-No pienso ir contigo a ninguna parte-
El plan de Jin era usar un hechizo para borrarle la memoria, no había pasado mucho tiempo desde que ella había descubierto su secreto así que tenía que hacerlo pronto, no obstante una de las condiciones para tener éxito con este hechizo es que la persona en quien se aplique debe estar inconsciente, así que tenía que asegurarse de que ella estuviera en ese estado.
-Ya veo, entonces tendré que llevarte a la fuerza- Rina se posiciono en modo de combate, no podía llamar la atención ni pedir refuerzos dada la situación, en cierta forma era un alivio la barrera oscura que evitaba que pasara el sonido, ya que podía ella desatar su poder si era necesario sin que nadie se diera cuenta.
-Me parece perfecto maga de la corte- sonreía Jin, ya que este era el mejor de los casos, era mucho más fácil noquearla en un combate si ella no pedía refuerzos.
Ambos magos empezaron un combate, cada uno de un mundo diferente, hacía tiempo que Jin no entablaba uno, no obstante estaba seguro de que no perdería, por su parte Rina sentía que debía tener cuidado ya que no sabía que trucos podría usar Jin.
Inmediatamente Rina invoco una barrera como la que usa contra Durandarf, no obstante esta era tres veces más fuerte que la que uso aquella vez, por su parte, Jin simplemente recito la plabra “Scutum”, mientras hacia un movimiento de sus manos, como si moviera una batuta en el aire, luego, una ligera capa de luz cubrió su cuerpo en un instante.
El objetivo de Rina era atraparlo, no asesinarlo, no obstante en caso de que fuera necesario tenía que estar lista para tomar la decisión requerida.
-“Oh Viento, ata a mis enemi…”-mientras Rina recitaba un conjuro, algo golpeo su barrera, una especie de rayo traslucido, cuando miro a Jin vio que este estaba rodeado de lo que parecían ser varias lanzas transparentes.
-“Ventus hasta”- con estas palabras y mientras apuntaba su mano derecha hacia Rina, Jin hizo que varias lanzas de viento volaran hacia ella, su conjuro fue muchísimo más rápido, interrumpiendo el de ella, el impacto del choque de las lanzas contra su barrera la hizo retroceder varios metros mientras sentía el parte del choque en su cuerpo.
-¡¿Qué mierdas fue eso?!, ¿Cómo pudo hacerlo tan rápido?, solo un demonio podría hacer un hechizo tan fuerte en tan poco tiempo- esto era lo que se decía Rina para sim misma, mientras era asaltada por mas lanzas de viento a toda velocidad a la vez que su barrera se iba debilitando cada vez más, ella sabía que tenía que hacer algo al respecto.
-“Gran Fuego, estalla todo”-en un momento de desesperación, Rina golpeo con la punta de su báculo el suelo mientras su barrera seguía siendo asaltada por mas lanzas de viento, entre ella y Jin una gran explosión de fuego emergió del suelo, normalmente este hechizo consiste en que la explosión golpee al oponente, pero la ráfaga de lanzas impidieron que lo ejecutara bien, no obstante sirvió para su propósito debido a que luego de la explosión vino una cortina de humo negro que impidió a Jin fijar su objetivo.
-Carajo, quería acabar con esto con un solo hechizo, pero veo que ella es bastante astuta, nada que hacer, “Pneuma”- con otro movimiento de sus manos Jin creo una ráfaga de viento que disipo el humo, solo para encontrarse con que Rina ya no estaba ahí.
-“Oh viento, eleva mi cuerpo para moverme a tu voluntad”, “Fuego destructor, quema a mis enemigos con tus llamas de ira”- Rina uso dos hechizos, el primero le permitió volar en el aire a gran velocidad, esto era para poder esquivar las lanzas de viento y el con el segundo invoco una gran bola de fuego la cual empezó a transformarse en lo que parecía ser una salamandra hehca en llamas, esta a su vez lanzaba bolas de fuego más pequeñas que iban en dirección a Jin.
-Se dio cuenta de que mis hechizos son mucho más rápidos, así que uso el humo para invocar magia que siguiera haciendo efecto aun cuando terminara el encantamiento- se decía Jin para mismo mientras invocaba su siguiente hechizo.
-“Rapidus fio”-una ráfaga de viento empezó a cubrir a Jin, la cual hacia que se moviera rápidamente, esquivando así las bolas de fuego que venían de la boca de la salamandra.
-Bien, ahora él está a la defensiva, “Fuego y Tierra, combinen sus fuerzas para acabar contra los moradores que se opongan a sus voluntades”-Mientras Rina recitaba este hechizo su báculo empezó emitir una luz roja brillante, luego de este salió un orbe escarlata que se dirigió hacia la tierra , a continuación esta empezó a temblar mientras magma empezaba a emerger del suelo, en segundos todo el campo empezó a estar cubierto de lava dejando a Jin sin espacio para moverse salvo por una roca sobre la cual estaba de pie.
Esto último impresiono bastante a Jin, no por los hechizos en sí, estos eran para el algo trivial, sino por la cantidad de mana que poseía Rina, el mana es la fuerza mágica que posee cada ser vivo, es una fuerza indispensable para hacer magia, la cantidad de esta y las habilidades son lo que define a cada mago, dicho esto cada vez que se hace uso de esta se va extrayendo esta energía del cuerpo del usuario, esta era la razón por la cual Riku terminaba terriblemente cansado simplemente con practicar el uso de la magia a pesar de poseer la bendición divina.
Por otra parte la mayoría de los hechizos requieren de mana para poder ejecutarse y aquí es donde viene lo que impresiono a Jin, basado en los hechizos que ve puede hacerse más o menos una idea de que tanto mana requiere cada uno, cuando le dijo a Elliot lo arcaicos que eran los hechizos de este mundo, era por la enorme cantidad de mana que estos requerían, él podía ver un gran cantidad de energía mágica residual después de lanzar cada uno.
A pesar de esto, por los pocos días que ha estado en este nuevo mundo se había dado cuenta de que las personas de este poseen capacidades de mana mucho más grandes que cualquier mago de su propio mundo, esto lo confirmo después de ver la lucha entre Rina y Durandarf, donde vio como esos dos derrochaban enormes cantidades de mana mientras hacían sus conjuros, pero la cantidad que usaron no se comparaba con la cantidad que Rina está usando en este momento, para lanzar hechizos de esa magnitud una y otra vez se requieren enormes concentraciones.
Para estar en contexto, casi todos los humanos del mundo de los tres amigos, usen magia o no, poseen una cantidad determinada de mana , esta puede variar dependiendo de cada quien ,teniendo aquellos que practican la magia un poco más de la mitad que las personas comunes , incluso los magos más fuerte poseen al menos un poco más del doble del común y aquellos que investigan más la magia mientras experimentan con sus cuerpos pueden llegar hasta tener cinco veces más mana que el promedio, a estos normalmente se les llama monstruos o mutantes y Jin los había considerado hasta ahora los seres con más mana que había visto, pero esta mujer que está enfrente de él viendo, la cantidad de magia que ha gastado, debe tener por lo menos más de treinta veces lo que un humano promedio del mundo de Jin, y eso es considerando solo lo que ha gastado hasta ahora.
-Definitivamente este es otro mundo- se decía Jin a si mismo mientras se preparaba para su siguiente hechizo
-No obstante tener gigantescas cantidades de mana no garantizan la victoria, “Dextra deboro”- a continuación su mano fue cubierta con un resplandor, luego se agacho y puso su palma en la lava, luego de esto recito otro encantamiento.
-“Ignis vol secare”- alzo la mano y saco lo que parecía ser una espada hecha de llamas, la cual poseía un gran tamaño, esta media al menos tres metros.
-Puedo usar la energía de la lava para invocar mis propios hechizos, de esta manera salvo mis reservas de mana mientras sigo en el combate- recordaba Jin como eran las luchas de magos en su propio mundo.
Mientras tanto la salamandra de fuego prosiguió a lanzar una ráfaga de llamas, no obstante la espada de Jin empezó a absorber estas mientras se volvía cada vez más grande.
-¿Qué clase de magia es esta?-se preguntaba Rina para ella misma mientras veía como la espada de Jin iba cambiando de forma.
-“Flagellum”- con esta palabra la espada se volvió cada vez más delgada, luego la blandió contra la salamandra que se encontraba a varios metros en el aire, en este punto ya no parecía una espada sino un látigo, el cual empezó a rodear a la salamandra.
-“Imperium”- dicho estas palabras la salamandra de fuego empezó retorcerse y luego empezó a apuntar a Rina, quien se dio cuenta de que Jin habia tomado el control de la invocación que ella misma había creado.
La salamandra de fuego arremetió contra Rina, no obstante ella disipó las llamas que la conformaban desvaneciéndola solo con un movimiento de su báculo, suceso el cual Jin no se esperaba.
-Vaya, veo que tienes buen control del elemento fuego- dijo Jin mientras en su rostro se veía una leve sonrisa, sintió que si bien los conjuros eran arcaicos, el control que tenía Rina del flujo de mana en sus invocaciones era ejemplar, digno de alguien que seguramente ha practicado la magia de fuego gran parte de su vida.
-Voy a mostrarte la razón por la cual me llaman la portadora de la llama sagrada- dijo Rina quien estaba algo irritada, hasta ahora ninguno de sus conjuros había hecho efecto alguno en Jin, incluso, al había tomado control de uno de ellos, por suerte el fuego al ser el elemento del cual ella posee más control pudo disipar la salamandra inmediatamente.
Los conjuros de Jin son mucho más rápidos y eficientes, Rina entendía esto, además sabía que prolongar la lucha seria su perdición, ya que Jin seguiría atacando su barrera antes de que ella pudiera terminar siquiera sus hechizos, esta era la primera vez desde hace mucho tiempo que se había sentido tan acorralada por otro mago, su única opción era tomar medidas drásticas, un hechizo que había desarrollado en caso de que tuviera que enfrentarse contra un demonio de alto nivel.
-No puedo creer que use esto ahora, no hay opción- pensó Rina mientras empezó a recitar su hechizo, mientras que un collar que llevaba puesto y dos pulseras con joyas incrustadas las cuales traía consigo en cada una de sus manos empezaron a brillar.
-Entonces esos son talismanes mágicos- Jin se dio cuenta y de inmediato desvaneció la espada de fuego que tenía en su mano, ya que supuso que un ataque de este elemento no sería muy efectivo, en cambio, empezó su siguiente conjuro en el cual varias chispas se empezaron a concentra en su mano derecha, luego esta seria cubierta por electricidad de tal manera que veían relámpagos saliendo de ella.
-“Vol fulgur”- apuntando su mano hacia donde se encontraba Rina, Jin lanzo una serie de relámpagos que inmediatamente impactaron la barrera de Rina, no obstante esta no se desvanecía.
-Mierda, ¿qué tan densa es esa barrera? ¿Qué tanto mana posee esta mujer?- veía Jin mientras Rina seguía recitando su conjuro, al parecer los talismanes que llevaba en su cuerpo ayudaron a fortalecer la barrera de que la rodeaba.
-“Oh gran llama sagrada, oh llama de la diosa, con tu gran resplandor acaba con todo el mal que se encuentre al frente mío, purifica esta tierra y elimina toda oscuridad”
-¡¿Pero qué demonios?!- una vez más Jin se encontró sorprendido, la cantidad de energía que poseía ese hechizo era espantosa, cincuenta magos promedio de su mundo juntos no serían capaces de reunir suficiente mana para realizar lo que sus ojos veían
Al frente de él se encontraba Rina agarrando el báculo con ambas manos, el cual había paso de ser negro a rojo brillante, y encima de ella una esfera de al menos cinco metros de diámetro de pura energía condensada, desde donde se encontraba Jin podía sentir las fuertes ondas de calor que emanaba de esa esfera, si no fuera porque él se había cubierto de su propia barrera mágica posiblemente toda su piel se habría quemado, incluso Rina estaba teniendo dificultades conjurando ese hechizo, la única razón por la que podía hacerlo era porque su capa roja en si era un talismán que la protegía del fuego y del calor, aparte había reforzado su barrera al menos unas diez veces más para poder realizar el conjuro mientras recibía los ataques de Jin, esta era ciertamente su carta del triunfo.
Rina lanzo la esfera cerca de donde estaba Jin, cuando esta toco el piso genero una terrible explosión que libero una gran cantidad de energía térmica y calórica, todo el suelo que estaba dentro del domo oscuro desapareció dejando en si un cráter, Rina incluso había tomado la contramedida de volar lo más alto que podía dentro del domo para evitar lo más que pudiera la onda explosiva.
Luego de dispersado el humo solo se podía ver el cráter dentro del domo, no habían señales de Jin.
-¿Sera que se evaporo?- se preguntaba Rina a sí misma, mientras descendía poco a poco para ver Jin se encontraba por ahí, o al menos sus restos.
-Mierda, es posible que me haya pasado- Rina empezaba a sentir temor de que Jin hubiera terminado muerto luego de ese ataque, honestamente ella no tenía la intención de asesinarlo, pero la emoción del momento y el temor a perder la llevaron a usar un hechizo el cual no había dominado del todo.
-“Fuego, por mi comando te ordeno que desaparezcas de esta tierra”- mediante ese hechizo Rina disipo la lava que se encontraba en el cráter donde ella estaba parada, con la esperanza de confirmar si Jin había perecido.
-Espera un momento, ¡Si él estuviera muerto seguramente el domo hubiera desaparecido!- Rina inmediatamente llego a esta conclusión mientras veía que el domo oscuro seguía cubriendo el lugar, no obstante en menos de un segundo sintió que una mano le agarro el brazo derecho.
-“Impediendum”- en menos de un segundo después de que Jin dijera esta palabra, Rina sintió que no podía mover su cuerpo, al instante cayo de rodillas, mientras todo su cuerpo debajo de su cuello se encontraba paralizado.
Después de haber usado semejante hechizo había quedado tan agotada que su barrera se había disipado, Jin había aprovechado justo en el momento en que el que esta desapareció para usar un hechizo de parálisis, uno en particular que era más efectivo cuando se tuviera contacto físico con el oponente.
-¿Cómo pudiste salvarte de mí magia?- preguntaba Rina mientras intentaba con todas sus fuerzas mover su cuerpo.
-Simplemente salí fuera del domo a toda velocidad, volví cuando disipaste la lava, obviamente ocultando mi presencia.
No obstante parte de la explosión había alcanzado a Jin, quien uso una gran cantidad de mana para protegerse de esta, a decir verdad se podía ver como cierta parte de su ropa estaba quemada, además había agotado casi todo el mana que se encontrara en su cuerpo, a duras penas podía hacer un conjuro o dos, por otro lado Rina todavía tenía la mitad de su mana pese a estar algo cansada, pero el hechizo de paralizáis de Jin también afecto el flujo de mana que transcurría por el cuerpo de ella , así que aun si recitara un conjuro no pasaría nada.
Viendo la situación se podía concluir que la victoria era para Jin, el mago de otro mundo.
CAPITULO 4
La maga de la corte contra el mago de otro mundo.
Habían pasado algunos días desde el enfrentamiento de los dos magos y ya se veían avances en el entrenamiento de Riku, sus bases con la espada eran un poco más sólidas y ya había aprendido algunos conjuros en pocos días, lo cual era una proeza incluso para los magos más experimentados.
Por su lado, Riku ponía todo el empeño que podía ya que se sentía completamente comprometido, para el esto era algo especial , el hecho de adquirir poderes para salvar a otros era algo que había deseado desde el fondo de su corazón desde hacía bastante tiempo y que había olvidado por completo, de hecho en el momento en que se dio cuenta de que podía usar magia, una chispa dentro de él se prendió, sintió como tenía todo un mundo por delante pero a su vez el pensar que habían vidas de personas inocentes que dependías de sus acciones lo hizo tomar el asunto con toda la seriedad posible y esa es la razón por la cual podía soportar tal entrenamiento.
No era algo sencillo, hay que aclarar, a pesar de tener la bendición de la diosa la cual aumentaba su resistencia, blandir una espada por cuatro horas seguidas era algo a considerar pero esto no era nada comparado con el entrenamiento con la magia, después de cada sesión de combate venia la sesión de magia en la cual tenía que ejecutar diferentes tareas, Rina utilizaba todos los atajos posibles para que el tuviera la mayor comprensión de esta y lo sometía a las pruebas más difíciles, algunos magos se quedaban asombrados por la dificultad de las pruebas a las que era sometido pero aún mas como la bendición de la diosa lo ayudaba a superarlas, no obstante eso no evitaba que se encontrara infernalmente fatigado al finalizar el día, iba directamente a su cama ya que sentía que hasta el alma le pesaba, además intercambiaba pocas palabras con sus dos amigos debido a este cansancio.
JIn entendía esto a la perfección, el uso de la magia es una actividad que puede llegar a ser muchísimo más agotadora que cualquier actividad física, ya que el uso continuo de esta puede llegar a desgastar el cuerpo físico y el cuerpo espiritual del usuario, sumado a esto, el hecho de que Riku jamás hubiera estado en contacto directo con ella forzaba muchísimo más a su cuerpo, realmente era un milagro que siquiera le quedaran fuerzas para seguir respirando, quizás la bendición de la diosa era ese milagro en sí, no obstante esto preocupaba más a Jin, cada vez era más real la posibilidad de que su amigo se viera en un conflicto tan grande como era una guerra, en la que cualquier cosa podía pasar.
No obstante no haba mucho que Jin pudiera hacer al respecto, realmente sabía lo que significaba para Riku esta situación y entendía que en este punto nada de lo que pudiera decir lo haría cambiar de opinión.
-Sabes, podrías mostrarle tu magia y engañarlo diciendo que el uso de esta le acortara la vida o algo así- le comento Elliot a Jin mientras los dos se encontraban en uno de los cuartos de huéspedes leyendo algunos libros.
-No seas ridículo, aun si le dijera eso cabe la posibilidad de que el cretino siguiera con esto, además no tengo por qué revelarle que soy un mago ya que no tengo la más mínima intención de que nos quedemos en este mundo en guerra- respondió Jin mientras se encontraba sentado sobre una silla ojeando el libro y regularmente viendo desde su ventana el entrenamiento de Riku.
-Cierto que estás buscando la manera de volver, ¿Estás seguro de que podrías hacerlo?, digo, al parecer ninguna de estas personas conoce la manera-
-Ya te he dicho que la magia de ellos está bastante atrasada, debe existir alguna manera estoy seguro, ya que tengo algunas pistas-
-Ya veo, ahora que lo dices, quería preguntarte algo ¿Cómo es que podemos leer estos libros?-
-Es gracias a un hechizo de interpretación, este estaba mesclado con el conjuro que nos trajo a este mundo, parece que lo planearon muy bien, ya que podemos entender el idioma de estas personas, hablar el mismo y leer sus símbolos-
-Suena bastante conveniente-
-Lo es, no obstante quien realice el hechizo debe ser una persona bastante hábil, y debe haber algún catalizador-
En ese momento Elliot recordó el libro que los trajo a este mundo y de cómo estaba en ese lenguaje extraño el cual podían leer y escribir.
-Entonces te referías a ese libro cuando mencionaste que tenías una pista-
-Claramente ese libro no era de nuestro mundo, aunque no tengo la más mínima idea de cómo llego al nuestro, estoy seguro de que si se pueden traer personas y enviar objetos, significa que debe existir una manera de nosotros poder regresar-
-Y supongo que no has encontrado absueltamente nada-
-Cierto, pero existe un lugar en este castillo que podría darme una pista-
-¿En serio?-Contesto Elliot mientras algo más que un poco de interés.
-Encontré un cuarto en particular, este está protegido por una barrera mágica, está hecho solo para algunos magos puedan entrar en él, puedo asumir que contiene información útil con respecto los conjuros de invocación-
No era prohibido para Jin y Elliot pasearse por el castillo, mientras Riku entrenaba, los dos se dedicaron recolectar información, Jin había solicitado la mayor cantidad de libros que podía y la mayor parte de su tiempo se dedicaba a leerlos, había aprendido muchas cosas pero no lo que buscaba exactamente, en ocasiones se paseaba por el castillo para ver si podría encontrar algo que le pudiera servir, de hecho había usado magia para entrar en varios cuartos de algunos nobles sin ser dictado en busca de documentos o textos concernientes a la magia, pero no había tenido éxito a excepción de un cuarto en particular, este cuarto se encontraba ubicado cerca a los aposentos de la maga de la corte y del estudio de los magos , adicional estaba protegido por una especie de barrera así que seguramente debía tener información confidencial.
Por su parte, Elliot parecía tomarse las cosas con más calma, en ocasiones visitaba el cuarto de Riku el cual estaba alejado del de Jin y Elliot para cerciorarse de que no tuviera ninguna herida grave, Elliot se dio cuenta que además de todas las habilidades ya mencionadas la bendición de la diosa hacia que las heridas de su amigo sanaran con mucho más rapidez.
A diferencia de Jin, Elliot no armo ningún escándalo al frente de la reina y mostro más aceptación con respecto a la situación, no obstante se negó a participar en la guerra contra los demonios alegando que él no poseía ninguna habilidad para el combate y que sería más bien una carga , esto por cierto era una mentira, de ahí la razón por la cual los miembros del castillo se encontraba mucho más abiertos para entablar conversaciones con él, incluso varios miembros de la realeza, esto le permitió Elliot adquirir un poco más de información de la que se encontraba en los libros, no obstante también pasaba tiempo con Jin mirando varios de estos.
-Entonces ¿Qué vas a hacer?- pregunto Elliot.
-Esta noche entrare en ese lugar, ya he revisado el perímetro en varias ocasiones y estoy seguro de que no tendré ningún problema-
-Ya veo, aunque ten en cuenta que hay personas que están pendiente de tus movientes-
-No te preocupes, lidiare con ella en su momento-
Ambos se referían Rina, la maga de la corte, tanto Elliot como Jin detectaron más de una ocasión que esta chica los espiaba, a veces ella enviaba familiares en forma de aves para verlos, pero en su mayoría a Jin por alguna razón.
-En fin, espero que tengas suerte- Comento Elliot mientras se acomodaba en una de las camas para tomar una pequeña siesta.
Todo marchaba bien para Rina, había logrado con éxito la invocación del héroe elegido por la diosa, y este había recibido sus dotes, tal y como se describía en los textos antiguos, a pesar de que el ritual de invocación había tardado varios días seguidos su paciencia y determinación le rindieron frutos, pero algo sin precedentes había ocurrido y era que otros dos sujetos se mesclaron en esta, suceso que nunca había ocurrido, otras naciones también habían realizado este ritual en estos tiempos de guerra, pero en todas las ocasiones siempre era una sola persona, además ninguno de los otros dos sujetos portaba la bendición de la diosa, pero había algo más que la tenía intrigada.
Con respecto al ritual de invocación del héroe, parte del requerimiento era que el lugar de llegada de este tenía que estar sin una sola persona, es por eso que se utilizó un cuarto especial del castillo que se encontraba debajo de este y se esperaba fuera de aquel para cuando llegara el héroe, así que cuando escucharon el fuerte sonido como un relámpago todos estaban bastante emocionados, no obstante Rina detecto algo.
Se tenía entendido que las personas del otro mundo son ajenas a la magia, pero dentro de del cuarto que se usó para invocarlo ella sintió presencia de magia, no era la cálida bendición de la diosa de la luz que es la fuente de la vida, no, esta presencia era hostil, se sentía como si un mago muy poderoso estuviera a punto de hacer algo, Rina tenia este presentimiento, no obstante la princesa quería entrar para ver al héroe así que lo único que pudo hacer fue agarrar su báculo y estar atenta, pero cuando entro, es presencia se había desvanecido completamente, como si se hubiera ocultado, al frente de ella se encontraban tres sujetos, uno de ellos poseía el aura dorada símbolo de la bendición, no obstante los otros dos carecían de esta, adicional , pudo sentir un poco de esa presencia mágica que había sentido en uno de ellos, era una diminuta cantidad, como si la hubiera ocultado perfectamente pero todavía quedaban rastros de magia residual, era como si un mago hubiera empezado a realizar un encantamiento pero se hubiera detenido inmediatamente y hubiera decidido ocultar su magia, de quien provenía esa magia residual era un joven de cabello Negro, rasgo que denota ser de familia común y con poca aptitud para la magia en este continente, esta es la razón por la que ella no pudo evitar sentir que algo raro ocurría, pero no podía comprometer el ritual y como al parecer nadie más se había dado cuenta, decidió no comentar al respecto mientras se encontraba atenta a lo que ocurría.
Más adelante vio como ese sujeto aterrado se negó a participar en la guerra contra los demonia, la raza de los Teufel, para todos los demás se vio como simplemente un tipo cobarde, pero Rina no pudo evitar sentir preocupación, ya que todavía tenía la sensación de que ese tipo era más de lo que aparentaba, así que decidió empezar a vigilarlo.
-Entonces ¿todavía no tienes pruebas?-dijo la reina Roseia mientras se encontraba con Rina a solas en su habitación una tarde de unos de esos días.
-Todavía no su señoría, siento que en ocasiones ese sujeto a detectado que lo he estado vigilando con mi magia- comento Rina, quien había decidió hablar con la reina el asunto ya que era alguien en quien sentía confianza.
-Rina, hace varios días me mostraste tu preocupación con respecto a este joven llamado Jin Belnadez, y entiendo que lo estés con respecto a lo sucedido, pero ¿realmente estas segura de no fue tu imaginación?-
-Confío completamente en mi intuición su alteza, pese a que no tengo pruebas, estoy segura de que ese hombre es usuario de la magia, lo que es peor el aura astral que sentí no se comparaba con ninguna que haya sentido antes, sin mencionar la habilidad para desvanecerla, puedo contar con mi mano a todos los magos de Gretonia que pueden realizar tal hazaña.
-Pese a que se sabe que ningún ser humano del otro mundo pueda usar magia-
-Eso es lo que me intriga su señoría, ya que no vi ningún tipo de engaño en el elegido, estoy segura de que el no conocía absolutamente nada de magia, así que puedo suponer que este sujeto puede ser un espía o un mago que oculta sus poderes-
-Pero tú fuiste quien realizo la invocación-
-Y es por eso que tomare toda la responsabilidad en caso de que lo peor ocurra, así que por favor déjeme encargarme de este hombre-
-Rina, no podemos hacerle daño ni encerrarlo, sabes que estamos en una situación muy delicada y seria terrible que el elegido se volviera contra nosotros por alguna mala decisión, sin mencionar que nos pondría en una situación terrible delante de los nobles y del pueblo, recuerda que el ritual de invocación es uno de los símbolos de la victoria-
-También lo entiendo su alteza, pero también deseo a toda costa evitar una tragedia-
-Dime Rina ¿Le has comentado esto a alguien más?
-No, solo a usted.
-Muy bien hecho, lo último que necesitamos es que haya pánico en el reino, así que esto es lo que harás, solo lo mantendrás vigilado, pero solo tú, no quiero que se filtre esta información, y en caso de que sea como tú dices, lo dejare a tu juicio, ya que eres la persona más capacitada para hacerlo.
-Con gusto su señoría.
Luego, Rina se retiró, con la determinación de que descubría que tramaba ese sujeto.
Llego la noche en la que Jin decidió entrar a aquel cuarto sellado, como siempre realizo un encantamiento de sigilo, en el cual después de decir una palabra, su presencia parecía desvanecerse, si alguien le pasaba al lado no lo voltearía a ver ya que gracias a este hechizo pareciera como si no existiera, era algo similar y a la vez diferente de un hechizo de invisibilidad, ya que aun cuando hiciera ruido era difícil de que alguien se percatara de que estuvo ahí.
Mientras recorría el castillo, pasaba al lado de varios guardias quienes ni lo detectaban, llegando hasta al aquel salón.
-Aja, esto es pan comido-
Con un movimiento de sus manos se revelo una figura brillante que estaba en la puerta, era un circulo con una gran cantidad de símbolos, los cuales volvían a la puerta un objeto inamovible, luego cerro sus ojos y toco con la palma de su mano aquel símbolo haciéndolo desaparecer, ya la puerta se podía abrir, una vez adentro Jin empezó a recitar otro conjuro, sus manos empezaron a emitir unas luces blancas que cubrieron todo el interior del cuarto en un instante.
-Ya veo, así que no hay ninguna trampa, realmente confiaban en esa barrera que le pusieran a la puerta- aquel hechizo era usado para detectar alguna anomalía, en el lugar.
El cuarto era una especie de estudio en el cual habían bastantes libros y objetos extraños, Jin vio varios cristales que contenían energía mágica, metales valiosos, objetos encantados y pergaminos, también libros mágicos y algunos objetos que incluso poseían maldiciones, pero nada de esto le interesaba, su único objetivo era ver algo que tuviera que ver con el ritual de invocación, después de un rato de hurgar encontró algo que le llamo la atención, era un pergamino que había sido usado recientemente, cuando lo ojeo sintió que encontró lo que buscaba, ya que en este se veía un círculo mágico similar al que estaba debajo de ellos cuando llegaron a este mundo, este pergamino deba información del ritual para invocar al héroe elegido por la diosa.
-Pero que ritual más tedioso, realmente necesita demasiadas condiciones para cumplir esta invocación- se decía a si mismo mientras ojeaba todos los pasos.
Después de leer este pergamino y varios más que se encontraban en la misma mesa, se sintió un poco decepcionado, se dio cuenta que la reina no estaba mintiendo cuando decía que no tenían manera de devolver gente al mundo del que venían, además sentía que había algo que no encajaba , según esto el ritual solo se puede hacer con la energía de un ente divino, al parecer las diosas de este mundo son la clave para este ritual, pero esto no tenía sentido para Jin, ya que estaba seguro de no haber sentido ningún ente divino por el lugar.
Decidió, que seguir buscando en ese sitio sería una pérdida de tiempo, mientras ponía todo en su lugar y volvía a establecer la barrera mágica pensaba en cual sería su siguiente paso.
-Mierda, ¿Qué hare ahora?, esto se está volviendo cada vez más complicado.
Jin se sentía frustrado, veía muy lejos la posibilidad de volver a casa no obstante no iba a darse por vencido ya que realmente quería volver a su mundo, pero mientras pensaba en cual sería su siguiente plan algo ocurrió, de repente detecto que estaba siendo vigilado.
-¿No me di cuenta porque estaba distraído?, no, no es así, de seguro es alguien que iba pasando por aquí me vio de casualidad que la barrera había sido desactivada, fue descuidado de mi parte.
Jin cerró los ojos y se concentró.
-Esta presencia, ya veo, entonces es ella, mierda, llego la hora de lidiar con esto.
Jin empezó a caminar lentamente mientras se dirigía a un lugar en específico, un lugar que a estas horas de la noche se encontraba deshabitado, era el campo de entrenamiento donde Rina y Urandarf se habían enfrentado.
Una vez llegado ahí, se ubicó en la mitad del campo y recito un hechizo.
-“Melio Umbra “- una sombra empezó a salir de él rodeando todo el campo, luego empezó a elevarse creando así un domo oscuro.
-¿Sabes cuál es el problema de la magia de invisibilidad?, esta requiere mucho mana para mantenerse, creando mucha magia residual por donde pasas, así cualquiera que use un hechizo sensorial podrá identificarte- Jin dijo esto en voz alta.
Luego apareció delante de Jin una mujer con una capa roja, y un báculo negro en la mano , era Rina, quien deshizo el hechizo de invisibilidad que había puesto en ella misma.
-Así que yo tenía razón, puedes usar magia, dime ¿Qué le hiciste al campo de entrenamiento?- dijo Rina mientras los dos se encontraban dentro del domo oscuro, el cual era transparente pero como un vidrio polarizado, no obstante todavía se podían ver las estrellas estando dentro de él.
-¿No es obvio?, es una barrera mágica, está en particular evita que pase el sonido y hace que los que estén afuera de esta no puedan ver ni escuchar lo que sucede adentro, bastante conveniente teniendo en cuenta la situación-
A Rina le sorprendió como alguien invoco una barrera de tal tamaño en tan poco tiempo.
-Dime, ¿Acaso eres un Teufel?- pregunto Rina mientras apuntaba a Jin con su báculo.
Jin recordó que Teufel es el nombre de las razas del norte, conocidos por todo el continente de Aster como los demonia o los demonios, esto denotaba que Rina preguntaba si él era una criatura de estas, es decir, un espía.
-No, para nada, para que lo sepas soy un humano que estaba feliz en su mundo hasta que fue arrastrado a este- respondió Jin con una expresión de molestia en su cara.
-¿Cómo es que puedes usar magia?-
-Eso no es asunto tuyo
-Pues tendrás que venir conmigo para verificar si dices la verdad.
Rina tenía dudas si Jin decía la verdad, no obstante ante este suceso tenía que actuar con discreción ya que el mismo nombre de ella estaba en juego si se descubría que invoco a un Teufel o peor aún, a algún monstruo de otro mundo.
-No pienso ir contigo a ninguna parte-
El plan de Jin era usar un hechizo para borrarle la memoria, no había pasado mucho tiempo desde que ella había descubierto su secreto así que tenía que hacerlo pronto, no obstante una de las condiciones para tener éxito con este hechizo es que la persona en quien se aplique debe estar inconsciente, así que tenía que asegurarse de que ella estuviera en ese estado.
-Ya veo, entonces tendré que llevarte a la fuerza- Rina se posiciono en modo de combate, no podía llamar la atención ni pedir refuerzos dada la situación, en cierta forma era un alivio la barrera oscura que evitaba que pasara el sonido, ya que podía ella desatar su poder si era necesario sin que nadie se diera cuenta.
-Me parece perfecto maga de la corte- sonreía Jin, ya que este era el mejor de los casos, era mucho más fácil noquearla en un combate si ella no pedía refuerzos.
Ambos magos empezaron un combate, cada uno de un mundo diferente, hacía tiempo que Jin no entablaba uno, no obstante estaba seguro de que no perdería, por su parte Rina sentía que debía tener cuidado ya que no sabía que trucos podría usar Jin.
Inmediatamente Rina invoco una barrera como la que usa contra Durandarf, no obstante esta era tres veces más fuerte que la que uso aquella vez, por su parte, Jin simplemente recito la plabra “Scutum”, mientras hacia un movimiento de sus manos, como si moviera una batuta en el aire, luego, una ligera capa de luz cubrió su cuerpo en un instante.
El objetivo de Rina era atraparlo, no asesinarlo, no obstante en caso de que fuera necesario tenía que estar lista para tomar la decisión requerida.
-“Oh Viento, ata a mis enemi…”-mientras Rina recitaba un conjuro, algo golpeo su barrera, una especie de rayo traslucido, cuando miro a Jin vio que este estaba rodeado de lo que parecían ser varias lanzas transparentes.
-“Ventus hasta”- con estas palabras y mientras apuntaba su mano derecha hacia Rina, Jin hizo que varias lanzas de viento volaran hacia ella, su conjuro fue muchísimo más rápido, interrumpiendo el de ella, el impacto del choque de las lanzas contra su barrera la hizo retroceder varios metros mientras sentía el parte del choque en su cuerpo.
-¡¿Qué mierdas fue eso?!, ¿Cómo pudo hacerlo tan rápido?, solo un demonio podría hacer un hechizo tan fuerte en tan poco tiempo- esto era lo que se decía Rina para sim misma, mientras era asaltada por mas lanzas de viento a toda velocidad a la vez que su barrera se iba debilitando cada vez más, ella sabía que tenía que hacer algo al respecto.
-“Gran Fuego, estalla todo”-en un momento de desesperación, Rina golpeo con la punta de su báculo el suelo mientras su barrera seguía siendo asaltada por mas lanzas de viento, entre ella y Jin una gran explosión de fuego emergió del suelo, normalmente este hechizo consiste en que la explosión golpee al oponente, pero la ráfaga de lanzas impidieron que lo ejecutara bien, no obstante sirvió para su propósito debido a que luego de la explosión vino una cortina de humo negro que impidió a Jin fijar su objetivo.
-Carajo, quería acabar con esto con un solo hechizo, pero veo que ella es bastante astuta, nada que hacer, “Pneuma”- con otro movimiento de sus manos Jin creo una ráfaga de viento que disipo el humo, solo para encontrarse con que Rina ya no estaba ahí.
-“Oh viento, eleva mi cuerpo para moverme a tu voluntad”, “Fuego destructor, quema a mis enemigos con tus llamas de ira”- Rina uso dos hechizos, el primero le permitió volar en el aire a gran velocidad, esto era para poder esquivar las lanzas de viento y el con el segundo invoco una gran bola de fuego la cual empezó a transformarse en lo que parecía ser una salamandra hehca en llamas, esta a su vez lanzaba bolas de fuego más pequeñas que iban en dirección a Jin.
-Se dio cuenta de que mis hechizos son mucho más rápidos, así que uso el humo para invocar magia que siguiera haciendo efecto aun cuando terminara el encantamiento- se decía Jin para mismo mientras invocaba su siguiente hechizo.
-“Rapidus fio”-una ráfaga de viento empezó a cubrir a Jin, la cual hacia que se moviera rápidamente, esquivando así las bolas de fuego que venían de la boca de la salamandra.
-Bien, ahora él está a la defensiva, “Fuego y Tierra, combinen sus fuerzas para acabar contra los moradores que se opongan a sus voluntades”-Mientras Rina recitaba este hechizo su báculo empezó emitir una luz roja brillante, luego de este salió un orbe escarlata que se dirigió hacia la tierra , a continuación esta empezó a temblar mientras magma empezaba a emerger del suelo, en segundos todo el campo empezó a estar cubierto de lava dejando a Jin sin espacio para moverse salvo por una roca sobre la cual estaba de pie.
Esto último impresiono bastante a Jin, no por los hechizos en sí, estos eran para el algo trivial, sino por la cantidad de mana que poseía Rina, el mana es la fuerza mágica que posee cada ser vivo, es una fuerza indispensable para hacer magia, la cantidad de esta y las habilidades son lo que define a cada mago, dicho esto cada vez que se hace uso de esta se va extrayendo esta energía del cuerpo del usuario, esta era la razón por la cual Riku terminaba terriblemente cansado simplemente con practicar el uso de la magia a pesar de poseer la bendición divina.
Por otra parte la mayoría de los hechizos requieren de mana para poder ejecutarse y aquí es donde viene lo que impresiono a Jin, basado en los hechizos que ve puede hacerse más o menos una idea de que tanto mana requiere cada uno, cuando le dijo a Elliot lo arcaicos que eran los hechizos de este mundo, era por la enorme cantidad de mana que estos requerían, él podía ver un gran cantidad de energía mágica residual después de lanzar cada uno.
A pesar de esto, por los pocos días que ha estado en este nuevo mundo se había dado cuenta de que las personas de este poseen capacidades de mana mucho más grandes que cualquier mago de su propio mundo, esto lo confirmo después de ver la lucha entre Rina y Durandarf, donde vio como esos dos derrochaban enormes cantidades de mana mientras hacían sus conjuros, pero la cantidad que usaron no se comparaba con la cantidad que Rina está usando en este momento, para lanzar hechizos de esa magnitud una y otra vez se requieren enormes concentraciones.
Para estar en contexto, casi todos los humanos del mundo de los tres amigos, usen magia o no, poseen una cantidad determinada de mana , esta puede variar dependiendo de cada quien ,teniendo aquellos que practican la magia un poco más de la mitad que las personas comunes , incluso los magos más fuerte poseen al menos un poco más del doble del común y aquellos que investigan más la magia mientras experimentan con sus cuerpos pueden llegar hasta tener cinco veces más mana que el promedio, a estos normalmente se les llama monstruos o mutantes y Jin los había considerado hasta ahora los seres con más mana que había visto, pero esta mujer que está enfrente de él viendo, la cantidad de magia que ha gastado, debe tener por lo menos más de treinta veces lo que un humano promedio del mundo de Jin, y eso es considerando solo lo que ha gastado hasta ahora.
-Definitivamente este es otro mundo- se decía Jin a si mismo mientras se preparaba para su siguiente hechizo
-No obstante tener gigantescas cantidades de mana no garantizan la victoria, “Dextra deboro”- a continuación su mano fue cubierta con un resplandor, luego se agacho y puso su palma en la lava, luego de esto recito otro encantamiento.
-“Ignis vol secare”- alzo la mano y saco lo que parecía ser una espada hecha de llamas, la cual poseía un gran tamaño, esta media al menos tres metros.
-Puedo usar la energía de la lava para invocar mis propios hechizos, de esta manera salvo mis reservas de mana mientras sigo en el combate- recordaba Jin como eran las luchas de magos en su propio mundo.
Mientras tanto la salamandra de fuego prosiguió a lanzar una ráfaga de llamas, no obstante la espada de Jin empezó a absorber estas mientras se volvía cada vez más grande.
-¿Qué clase de magia es esta?-se preguntaba Rina para ella misma mientras veía como la espada de Jin iba cambiando de forma.
-“Flagellum”- con esta palabra la espada se volvió cada vez más delgada, luego la blandió contra la salamandra que se encontraba a varios metros en el aire, en este punto ya no parecía una espada sino un látigo, el cual empezó a rodear a la salamandra.
-“Imperium”- dicho estas palabras la salamandra de fuego empezó retorcerse y luego empezó a apuntar a Rina, quien se dio cuenta de que Jin habia tomado el control de la invocación que ella misma había creado.
La salamandra de fuego arremetió contra Rina, no obstante ella disipó las llamas que la conformaban desvaneciéndola solo con un movimiento de su báculo, suceso el cual Jin no se esperaba.
-Vaya, veo que tienes buen control del elemento fuego- dijo Jin mientras en su rostro se veía una leve sonrisa, sintió que si bien los conjuros eran arcaicos, el control que tenía Rina del flujo de mana en sus invocaciones era ejemplar, digno de alguien que seguramente ha practicado la magia de fuego gran parte de su vida.
-Voy a mostrarte la razón por la cual me llaman la portadora de la llama sagrada- dijo Rina quien estaba algo irritada, hasta ahora ninguno de sus conjuros había hecho efecto alguno en Jin, incluso, al había tomado control de uno de ellos, por suerte el fuego al ser el elemento del cual ella posee más control pudo disipar la salamandra inmediatamente.
Los conjuros de Jin son mucho más rápidos y eficientes, Rina entendía esto, además sabía que prolongar la lucha seria su perdición, ya que Jin seguiría atacando su barrera antes de que ella pudiera terminar siquiera sus hechizos, esta era la primera vez desde hace mucho tiempo que se había sentido tan acorralada por otro mago, su única opción era tomar medidas drásticas, un hechizo que había desarrollado en caso de que tuviera que enfrentarse contra un demonio de alto nivel.
-No puedo creer que use esto ahora, no hay opción- pensó Rina mientras empezó a recitar su hechizo, mientras que un collar que llevaba puesto y dos pulseras con joyas incrustadas las cuales traía consigo en cada una de sus manos empezaron a brillar.
-Entonces esos son talismanes mágicos- Jin se dio cuenta y de inmediato desvaneció la espada de fuego que tenía en su mano, ya que supuso que un ataque de este elemento no sería muy efectivo, en cambio, empezó su siguiente conjuro en el cual varias chispas se empezaron a concentra en su mano derecha, luego esta seria cubierta por electricidad de tal manera que veían relámpagos saliendo de ella.
-“Vol fulgur”- apuntando su mano hacia donde se encontraba Rina, Jin lanzo una serie de relámpagos que inmediatamente impactaron la barrera de Rina, no obstante esta no se desvanecía.
-Mierda, ¿qué tan densa es esa barrera? ¿Qué tanto mana posee esta mujer?- veía Jin mientras Rina seguía recitando su conjuro, al parecer los talismanes que llevaba en su cuerpo ayudaron a fortalecer la barrera de que la rodeaba.
-“Oh gran llama sagrada, oh llama de la diosa, con tu gran resplandor acaba con todo el mal que se encuentre al frente mío, purifica esta tierra y elimina toda oscuridad”
-¡¿Pero qué demonios?!- una vez más Jin se encontró sorprendido, la cantidad de energía que poseía ese hechizo era espantosa, cincuenta magos promedio de su mundo juntos no serían capaces de reunir suficiente mana para realizar lo que sus ojos veían
Al frente de él se encontraba Rina agarrando el báculo con ambas manos, el cual había paso de ser negro a rojo brillante, y encima de ella una esfera de al menos cinco metros de diámetro de pura energía condensada, desde donde se encontraba Jin podía sentir las fuertes ondas de calor que emanaba de esa esfera, si no fuera porque él se había cubierto de su propia barrera mágica posiblemente toda su piel se habría quemado, incluso Rina estaba teniendo dificultades conjurando ese hechizo, la única razón por la que podía hacerlo era porque su capa roja en si era un talismán que la protegía del fuego y del calor, aparte había reforzado su barrera al menos unas diez veces más para poder realizar el conjuro mientras recibía los ataques de Jin, esta era ciertamente su carta del triunfo.
Rina lanzo la esfera cerca de donde estaba Jin, cuando esta toco el piso genero una terrible explosión que libero una gran cantidad de energía térmica y calórica, todo el suelo que estaba dentro del domo oscuro desapareció dejando en si un cráter, Rina incluso había tomado la contramedida de volar lo más alto que podía dentro del domo para evitar lo más que pudiera la onda explosiva.
Luego de dispersado el humo solo se podía ver el cráter dentro del domo, no habían señales de Jin.
-¿Sera que se evaporo?- se preguntaba Rina a sí misma, mientras descendía poco a poco para ver Jin se encontraba por ahí, o al menos sus restos.
-Mierda, es posible que me haya pasado- Rina empezaba a sentir temor de que Jin hubiera terminado muerto luego de ese ataque, honestamente ella no tenía la intención de asesinarlo, pero la emoción del momento y el temor a perder la llevaron a usar un hechizo el cual no había dominado del todo.
-“Fuego, por mi comando te ordeno que desaparezcas de esta tierra”- mediante ese hechizo Rina disipo la lava que se encontraba en el cráter donde ella estaba parada, con la esperanza de confirmar si Jin había perecido.
-Espera un momento, ¡Si él estuviera muerto seguramente el domo hubiera desaparecido!- Rina inmediatamente llego a esta conclusión mientras veía que el domo oscuro seguía cubriendo el lugar, no obstante en menos de un segundo sintió que una mano le agarro el brazo derecho.
-“Impediendum”- en menos de un segundo después de que Jin dijera esta palabra, Rina sintió que no podía mover su cuerpo, al instante cayo de rodillas, mientras todo su cuerpo debajo de su cuello se encontraba paralizado.
Después de haber usado semejante hechizo había quedado tan agotada que su barrera se había disipado, Jin había aprovechado justo en el momento en que el que esta desapareció para usar un hechizo de parálisis, uno en particular que era más efectivo cuando se tuviera contacto físico con el oponente.
-¿Cómo pudiste salvarte de mí magia?- preguntaba Rina mientras intentaba con todas sus fuerzas mover su cuerpo.
-Simplemente salí fuera del domo a toda velocidad, volví cuando disipaste la lava, obviamente ocultando mi presencia.
No obstante parte de la explosión había alcanzado a Jin, quien uso una gran cantidad de mana para protegerse de esta, a decir verdad se podía ver como cierta parte de su ropa estaba quemada, además había agotado casi todo el mana que se encontrara en su cuerpo, a duras penas podía hacer un conjuro o dos, por otro lado Rina todavía tenía la mitad de su mana pese a estar algo cansada, pero el hechizo de paralizáis de Jin también afecto el flujo de mana que transcurría por el cuerpo de ella , así que aun si recitara un conjuro no pasaría nada.
Viendo la situación se podía concluir que la victoria era para Jin, el mago de otro mundo.