23/01/2018 08:00 PM
Les presento el prólogo de mi novela que en estos momentos estoy editando y corrigiendo, ya que la termine. Estoy abierto a sus comentarios y sugerencias, estoy en un momento de dedicar mi atención en su corrección y sacarlo a limpio.
La era de los Dioses
Prologo
En el mundo antiguo en un tiempo ya olvidado, los reyes dominaban la tierra, luego de muchos años en los que los dioses habían abandonado el suelo mortal, dejaron riquezas, armas y ruinas por todo el mundo. Una gigantesca guerra entre los todopoderosos había decidido el destino de los actuales humanos, una guerra que duro mil años mortales.
¿Por qué los mismísimos dioses lucharían entre si? ¿Cuál sería el motivo que los impulsaba a luchar?
El tiempo hace de las historias un sin fin de posibilidades, algunos dicen que fue por el poder, los mas creyentes creen que por el mismísimo destino, los músicos de las tabernas cantan sobre dioses enamorados que reclaman el amor de una mortal, pero nadie sabe a ciencia cierta cual fue el verdadero motivo o los motivos que impulsaron a la creación de las praderas y los desiertos, las montañas, los cielos, el mar y la tierra.
En el tiempo de los creadores, así llamaban a los dioses los humanos de las tierras antiguas, había un dios que destacaba entre todos, Rhidan era su nombre, el señor de las bestias, alto y esbelto, con unas capas de sedas doradas por pelos que combinaban con el oro de sus ojos, su belleza divina hacia que a cada paso que daba, creciera la hierba fresca y verde, las plantas florecían a su alrededor, Rhidan el señor de las bestias, era el segundo mayor de 6 hermanos, cuatro hombres con el inclusive y dos mujeres. Theryan el hermano mayor, lo llamaban el señor de los vientos, ningún ser podía igualar su rapidez, llevaba siempre sobre sus hombros una capa que le tapaba la boca y sus pelos grises como una espada oxidada daba una cierta apariencia misteriosa.
Julius señor de la tierra, era cien primaveras menor que Rhidan, tosco y serio con una expresión propia de la roca, era un ermitaño que alzaba su reinado entre las montañas que el mismo con sus propias manos había levantado, debajo de él en cuanto a edad le seguía Osden el hermano del medio, mostraba su rostro solo por las noches, cualquier ser que vivían los soles nunca habían visto su cara, y los que pudieron verlo alguna vez en alguna luna, lo habrían descrito como una mancha en un “tal vez”.
Luri la segunda hermana menor, la señora de la luz era la única de los hermanos que reinaba detrás de los muros de su castillo blanco que destellaba diez campos de distancia, con un vestido blanco y largo de sedas hacían que parezca la misma luz, sus ojos verdes eran lo único que destacaban en su figura pálida. Y por ultimo Meria dueña y señora de los cielos, una híbrida mitad dios mitad águila, tenia las patas y las alas del alado cazador y su rostros y torso eran de una diosa con forma humana sus pelos color café tapaban solo un poco sus ojos grises siempre alertas.
Los 6 fueron los únicos dioses que descendieron hacia el suelo mortal, pero no por su propia voluntad, Yin su padre fue el creador supremo, quien puso la luz en sus creaciones, les dio fuerza, vida, decisión y sentimientos y los llamo humanos.
Luego de su más hermosa pero ignorante creación, hizo seis hijos a su semejanza, dándole a cada uno una de sus cualidades, cuando los creyó listos, los mando a que supervisaran a los humanos y los dirigieran hacia un buen camino. Los primeros hombres que caminaron en las tierras del mundo antiguo se relacionaron con los dioses los cuales tomaron de aprendices y les impartían sus conocimientos. Así fue como se crearon los clanes, los seguidores de Theryan, fundaron el clan del viento, al norte del mundo antiguo y con su determinación creció una ciudad debajo de sus pies la cual llamaron Ojo de Tormenta, también llamada la ciudad impenetrable, envuelta en huracanes, los cuales defendían el territorio de la ciudad, nadie que no sea de los “hijos del viento” podían atravesarlo.
Osden fundo el clan de la luna, muy al sur casi en el final del mundo donde el sol solo aparecía cada nueve días y solo por unas cuantas horas, hundidos en las profundidades de la oscuridad los “guerreros de la luna” desarrollaron unos ojos diferentes a los demás, una visión nocturna que hacían de la espesa noche el día mas soleado, estos ojos blancos eran débiles a la luz pero podían adaptarse concentrándose en un punto fijo y así enfocar.
Luri lleno su castillo blanco de fieles seguidores, estos aprendieron el arte de las magias blancas que solo podían utilizar bajo la luz del castillos, con fines curativos, los hechiceros y magas experimentaban en heridas y enfermedades, básicamente el castillo blanco era la enfermería del mundo antiguo cualquier persona con un clan o no, podía acudir a su ayuda sin ningún coste y por ultimo, pero no menos importante estaba Meria, con los poderes divinos que se le habían otorgado Meria siguió los pasos de su padre e hizo a sus seguidores a su semejanza, con alas que otorgaban sus rangos, alas doradas para los mas fieles y guardias personales de Meria, también frecuentemente acudían a mensajes fugaces que debían ser depositados en la oreja adecuada y con un elevado nivel de confidencialidad, bajos sus alas las largas laderas eran manchones verdes, su gran velocidad en los cielos era inigualable, debajo de esta honrosa posición venían las alas plateadas, entregados a los guerreros de clase media encargados de la seguridad territorial en los cielos por dentro y fuera de las espesas nubes que ocultaban toda la montaña que hacia de hogar para los “conquistadores del cielo” Julius había ayudado a Meria a separar la tierra del suelo; y para los recién iniciados y menos destacables unas alas marrones, luego de darle su ayuda a Meria, el señor de las tierras se exilio nuevamente a las montañas y no acepto a ningún seguidor, algunos tomaban su ideología y la llevaban a la practica independientemente pero tampoco se sabia demasiado de ellas ya que Julius desapareció entre los rumores de los altos picos de la fortaleza de piedra que se le llamaba al conjunto de tres montañas que cubrían un circulo rocoso entre ellas, era muy difícil llegar hasta ese lugar, incluso para los conquistadores del cielo surcando el aire.
Así fue como los humanos del mundo antiguo se dividieron en creencias, algunos los elegían otros solo por conveniencia, algunos se ganaban el derecho y otros no tenían otra opción, esto mantenía el equilibrio y el orden, pero solo al principio del tiempo, ya que todos estaban muy ocupados en su propio clan que no salían hacia el mundo exterior, cuando estos se consolidaron internamente, decidieron salir a explorar. La enemistad creció entre los mismos clanes, el abuso de la fuerza, la apropiación de tierras y la invasión a tierras propias eran intolerable entre los clanes, así fue como las pequeñas rivalidades se fueron agraviando. Los dioses, al principio, estaban en desacuerdo con esto, y aludían a que eran todos hermanos en las tierras de su padre, pero cuando los ataques a las ciudades de los clanes empezaban a ser estratégicamente planeadas ya las sospechas de que una posibilidad de conquista solo podía salir de la boca de un jefe y entre los hermanos creció la desconfianza, cuenta la historia que una batalla decidió el principio de la guerra y sucedió de la siguiente manera.