28/02/2018 11:57 AM
El planteamiento es interesante, y la parte de épica hasta funciona bastante bien; el humor en cambio...
Aparte de eso, hay cosas que tampoco funcionan bien: por ejemplo lo del semicerdo, ¿qué implicaciones tiene serlo? además del bestialismo necesario para que ocurra. En lo referente al final, podrías darle un par de vueltas para que sea o más épico, o más divertido.
Por último ¿por qué divides los párrafos así?, cada intervención de diálogo contaría como un párrafo pero los juntas todos en bloque...
El individuo señaló su nariz y, dándose la vuelta, señaló también una pequeña cola rizada que tenía en la espalda.
En ese momento, un resplandor apareció por el camino acompañado del sonido de unas voces. Oinkos sujetó al enano justo cuando se dirigía de nuevo hacia los arbustos. Poco después llegaban hasta ellos un mago y un elfo. El semicerdo les dio sendos abrazos y, pese a los intentos del enano por seguir estrechando manos, no pudo evitar recibir otro abrazo del mago. El elfo, por su parte, había abrazado a un arbusto cercano.
—¡Ay! Como te ha crecido la barba Demetrio… —comentó el elfo al pincharse con las hojas del arbusto.
—¿Sigues negándote a comprarte unas gafas, Elcegat [aunque el chiste del cegato está más que explotado desde antes de Rompetechos; el nombre me ha hecho gracia]? —preguntó Oinkos con una sonrisa.
—¡Los elfos tenemos una vista envidiable! —se jactó Elcegat, dirigiéndose a un ciervo que casualmente pasaba por allí.
—Para un topo, quizá… —musitó Demetrio.
Tras el reencuentro, los cuatro se encaminaron hacia una aldea cercana donde tomarían algo juntos al calor del fuego de la taberna y se pondrían al día. Bactrio, el mago, había pasado los últimos años en el colegio Mispociones de Magia y Hechicería. Tras graduarse unos meses atrás, estaba intentado reunir dinero para abrir una tiendecita de pociones mágicas en la ciudad de Maginepta. Elcegat, trabajaba con su tío Eldelbar [este en cambio es demasiado previsible] en la taberna que este tenía en la aldea del bosque de Blindelfwood, y esperaba algún día poder abrir su propia taberna. Demetrio, el enano, había abierto una pequeña mina en la montaña de Deilosnanos, pero hasta ahora no había tenido mucha suerte y apenas encontraba material útil. Oinkos, el semicerdo, se había alistado en una compañía de mercenarios, había viajado por todo el continente durante años y ahora era veterano de cuatro guerras. Además, hacía yogures. [este chiste funciona, aunque deberías aprovecharlo más]
Elcegat cogió su arco y una flecha, listo para disparar [el tener a un cegato llevando un arma de rango, como chiste puntual puede funcionar, pero no dentro de la trama]. Bactrio desabrochó su túnica para poder acceder rápidamente a los bolsillos interiores de la misma, los cuales llevaba repletos de frasquitos de pócimas. Demetrio flexionó las rodillas e hizo unos estiramientos; estaba listo para salir corriendo al menor peligro. [este también funciona]
—¡Rayos! ¡¿Poción de pies ligeros?! ¡Siento como si pies pesaran una tonelada cada uno! —gruñía el enano mientras movía enérgicamente los brazos en un intento por pegar al mago, mas su esfuerzo era inútil ya que no podía mover sus pesados pies.
—¡Vaya! He debido de confundirme de frasco —dijo Bactrio, sonriendo tontamente en un intento de quitarle hierro al asunto—. Por aquí tendré algo para devolverte a la normalidad… [Vale, no me había dado cuenta de que es el profesor Bacterio ]
Al otro lado de la puerta la oscuridad era completa. El mago alzó su antorcha y vio que algo se movía en la penumbra. De pronto dos figuras humanoides envueltas en lo que parecía papel de váter [aunque con esto y lo de los brazos que viene a continuación la imagen es inmediata, como chiste no funciona] y con los brazos extendidos se acercaban a la puerta entre gemidos lastimeros.
—¡Momias! —gritó horrorizado Bactrio a sus dos compañeros. El enano había desaparecido.
—¡Malditas! ¡Os mandaré de vuelta al inframundo! —gritaba Elcegat mientras asaeteaba sin compasión una y otra vez una de las estatuas de la otra punta de la sala. [a esto me refería, como chiste funciona pero dentro del contexto de la historia no tiene ninguna lógica]
Oinkos desenvainó su espada y se lanzó sobre uno de los monstruos. Éste usó sus vendas cual látigo, pero el semicerdo consiguió esquivar el latigazo y, plantándose ante él lo ensartó con su espada. La momia abrió mucho los ojos pero, antes de caer muerta, le pegó un mordisco en el hombro. Oinkos chilló de dolor cual cerdo en el matadero. [ ]
Mientras tanto, Bactrio rebuscó en su túnica y sacó una pócima de fuego. Sabía que el vendaje de la momia prendería con facilidad. Como si de un cóctel molotov se tratara arrojó la pócima contra el monstruo y, al romperse, se produjo el efecto... La momia quedó completamente empapada de agua [un gag recurrente sirve cuando funciona; el caso de este gag de poción con el efecto contrario al deseado, no, porque uno ya sabe que lo que va a pasar es exactamente lo contrario a lo que se espera]. Por suerte, el vendaje se deshizo con el agua [si con lo de antes querías decir que era papel de váter, no deberías haberlo descrito como lo hiciste] y el monstruo quedó transformado en un charco de papel deshecho.
una gran cantidad de luz iluminó toda la cueva [ hablo de esto; en cuanto has mencionado oscuridad sabía que iba a ocurrir: así ni funciona en la tensión de la épica, ni es divertido para la parte de humor]. Era como si el sol hubiera penetrado hasta las entrañas de la tierra. El dragón, dormido durante siglos en la más completa oscuridad, se despertó sobresaltado. Se irguió en todo su enorme tamaño y miró a las tres pequeñas figuras que había frente a él. El enano se había esfumado de nuevo. [funciona mejor si quitas esto y que el lector saque sus conclusiones]
—¿Quién osa perturbar mi descanso? —tronó el dragón.
—Mierda —dijo Bactrio.
—¿Mierda? ¿Qué clase de nombre es ese? —bufó el dragón. [lo mismo te hago un análisis concienzudo de porque no funcionan tus chistes que me río del chiste más gilipollas como este ]
—Esto… ¡nos hemos perdido! —improvisó Oinkos, pensando con rapidez—. ¿Serias tan amable de indicarnos la salida?
—¿Perdidos? —preguntó el dragón con suspicacia—. Claro, yo os indicaré la salida… ¡de esta vida! —sentenció, echando el cuello hacia atrás.
Bactrio empezó a sacar pócimas y a lanzárselas al dragón. Primero una de agua que esperaba que impidiera al dragón escupir fuego, pero resulto ser una pócima de fuego que hizo su siguiente ataque aun más devastador. Después lanzó una pócima explosiva con la que esperaba reventarle la cabeza al monstruo, pero la explosión apenas fue la de un petardo pequeño. Y así siguió la cosa con varias pociones más… [ no funciona]
Con su nueva, aunque ancestral [aquí podría funcionar un chiste de explicaciones innecesarias, algo tipo: su nueva, aunque vieja porque era ancestral (mejor si es más rebuscado todavía); porque así como está no es un buen chiste, y como descripción no aporta nada], lanza en la mano, Oinkos se dirigió hacia el dragón.
En ese momento se escuchó una fuerte explosión a los pies del dragón. Bactrio, cansado de que nada funcionase debidamente, había lanzado una decena de pócimas a la vez y éstas habían producido tal deflagración que el dragón, en un acto reflejo, se echó a volar. Para su desgracia, no había demasiado espacio en la caverna para su vuelo, así que se golpeó la cabeza contra el techo de la misma. Tras el hostión [la palabra que hace referencia a un golpe es hostia, ostia es una ostra], la cubierta de la cueva empezó a derrumbarse y los cuatro amigos enfilaron a todo correr el pasadizo por el que habían llegado, mientras gran cantidad de rocas caía por doquier.
Aparte de eso, hay cosas que tampoco funcionan bien: por ejemplo lo del semicerdo, ¿qué implicaciones tiene serlo? además del bestialismo necesario para que ocurra. En lo referente al final, podrías darle un par de vueltas para que sea o más épico, o más divertido.
Por último ¿por qué divides los párrafos así?, cada intervención de diálogo contaría como un párrafo pero los juntas todos en bloque...
El individuo señaló su nariz y, dándose la vuelta, señaló también una pequeña cola rizada que tenía en la espalda.
En ese momento, un resplandor apareció por el camino acompañado del sonido de unas voces. Oinkos sujetó al enano justo cuando se dirigía de nuevo hacia los arbustos. Poco después llegaban hasta ellos un mago y un elfo. El semicerdo les dio sendos abrazos y, pese a los intentos del enano por seguir estrechando manos, no pudo evitar recibir otro abrazo del mago. El elfo, por su parte, había abrazado a un arbusto cercano.
—¡Ay! Como te ha crecido la barba Demetrio… —comentó el elfo al pincharse con las hojas del arbusto.
—¿Sigues negándote a comprarte unas gafas, Elcegat [aunque el chiste del cegato está más que explotado desde antes de Rompetechos; el nombre me ha hecho gracia]? —preguntó Oinkos con una sonrisa.
—¡Los elfos tenemos una vista envidiable! —se jactó Elcegat, dirigiéndose a un ciervo que casualmente pasaba por allí.
—Para un topo, quizá… —musitó Demetrio.
Tras el reencuentro, los cuatro se encaminaron hacia una aldea cercana donde tomarían algo juntos al calor del fuego de la taberna y se pondrían al día. Bactrio, el mago, había pasado los últimos años en el colegio Mispociones de Magia y Hechicería. Tras graduarse unos meses atrás, estaba intentado reunir dinero para abrir una tiendecita de pociones mágicas en la ciudad de Maginepta. Elcegat, trabajaba con su tío Eldelbar [este en cambio es demasiado previsible] en la taberna que este tenía en la aldea del bosque de Blindelfwood, y esperaba algún día poder abrir su propia taberna. Demetrio, el enano, había abierto una pequeña mina en la montaña de Deilosnanos, pero hasta ahora no había tenido mucha suerte y apenas encontraba material útil. Oinkos, el semicerdo, se había alistado en una compañía de mercenarios, había viajado por todo el continente durante años y ahora era veterano de cuatro guerras. Además, hacía yogures. [este chiste funciona, aunque deberías aprovecharlo más]
Elcegat cogió su arco y una flecha, listo para disparar [el tener a un cegato llevando un arma de rango, como chiste puntual puede funcionar, pero no dentro de la trama]. Bactrio desabrochó su túnica para poder acceder rápidamente a los bolsillos interiores de la misma, los cuales llevaba repletos de frasquitos de pócimas. Demetrio flexionó las rodillas e hizo unos estiramientos; estaba listo para salir corriendo al menor peligro. [este también funciona]
—¡Rayos! ¡¿Poción de pies ligeros?! ¡Siento como si pies pesaran una tonelada cada uno! —gruñía el enano mientras movía enérgicamente los brazos en un intento por pegar al mago, mas su esfuerzo era inútil ya que no podía mover sus pesados pies.
—¡Vaya! He debido de confundirme de frasco —dijo Bactrio, sonriendo tontamente en un intento de quitarle hierro al asunto—. Por aquí tendré algo para devolverte a la normalidad… [Vale, no me había dado cuenta de que es el profesor Bacterio ]
Al otro lado de la puerta la oscuridad era completa. El mago alzó su antorcha y vio que algo se movía en la penumbra. De pronto dos figuras humanoides envueltas en lo que parecía papel de váter [aunque con esto y lo de los brazos que viene a continuación la imagen es inmediata, como chiste no funciona] y con los brazos extendidos se acercaban a la puerta entre gemidos lastimeros.
—¡Momias! —gritó horrorizado Bactrio a sus dos compañeros. El enano había desaparecido.
—¡Malditas! ¡Os mandaré de vuelta al inframundo! —gritaba Elcegat mientras asaeteaba sin compasión una y otra vez una de las estatuas de la otra punta de la sala. [a esto me refería, como chiste funciona pero dentro del contexto de la historia no tiene ninguna lógica]
Oinkos desenvainó su espada y se lanzó sobre uno de los monstruos. Éste usó sus vendas cual látigo, pero el semicerdo consiguió esquivar el latigazo y, plantándose ante él lo ensartó con su espada. La momia abrió mucho los ojos pero, antes de caer muerta, le pegó un mordisco en el hombro. Oinkos chilló de dolor cual cerdo en el matadero. [ ]
Mientras tanto, Bactrio rebuscó en su túnica y sacó una pócima de fuego. Sabía que el vendaje de la momia prendería con facilidad. Como si de un cóctel molotov se tratara arrojó la pócima contra el monstruo y, al romperse, se produjo el efecto... La momia quedó completamente empapada de agua [un gag recurrente sirve cuando funciona; el caso de este gag de poción con el efecto contrario al deseado, no, porque uno ya sabe que lo que va a pasar es exactamente lo contrario a lo que se espera]. Por suerte, el vendaje se deshizo con el agua [si con lo de antes querías decir que era papel de váter, no deberías haberlo descrito como lo hiciste] y el monstruo quedó transformado en un charco de papel deshecho.
una gran cantidad de luz iluminó toda la cueva [ hablo de esto; en cuanto has mencionado oscuridad sabía que iba a ocurrir: así ni funciona en la tensión de la épica, ni es divertido para la parte de humor]. Era como si el sol hubiera penetrado hasta las entrañas de la tierra. El dragón, dormido durante siglos en la más completa oscuridad, se despertó sobresaltado. Se irguió en todo su enorme tamaño y miró a las tres pequeñas figuras que había frente a él. El enano se había esfumado de nuevo. [funciona mejor si quitas esto y que el lector saque sus conclusiones]
—¿Quién osa perturbar mi descanso? —tronó el dragón.
—Mierda —dijo Bactrio.
—¿Mierda? ¿Qué clase de nombre es ese? —bufó el dragón. [lo mismo te hago un análisis concienzudo de porque no funcionan tus chistes que me río del chiste más gilipollas como este ]
—Esto… ¡nos hemos perdido! —improvisó Oinkos, pensando con rapidez—. ¿Serias tan amable de indicarnos la salida?
—¿Perdidos? —preguntó el dragón con suspicacia—. Claro, yo os indicaré la salida… ¡de esta vida! —sentenció, echando el cuello hacia atrás.
Bactrio empezó a sacar pócimas y a lanzárselas al dragón. Primero una de agua que esperaba que impidiera al dragón escupir fuego, pero resulto ser una pócima de fuego que hizo su siguiente ataque aun más devastador. Después lanzó una pócima explosiva con la que esperaba reventarle la cabeza al monstruo, pero la explosión apenas fue la de un petardo pequeño. Y así siguió la cosa con varias pociones más… [ no funciona]
Con su nueva, aunque ancestral [aquí podría funcionar un chiste de explicaciones innecesarias, algo tipo: su nueva, aunque vieja porque era ancestral (mejor si es más rebuscado todavía); porque así como está no es un buen chiste, y como descripción no aporta nada], lanza en la mano, Oinkos se dirigió hacia el dragón.
En ese momento se escuchó una fuerte explosión a los pies del dragón. Bactrio, cansado de que nada funcionase debidamente, había lanzado una decena de pócimas a la vez y éstas habían producido tal deflagración que el dragón, en un acto reflejo, se echó a volar. Para su desgracia, no había demasiado espacio en la caverna para su vuelo, así que se golpeó la cabeza contra el techo de la misma. Tras el hostión [la palabra que hace referencia a un golpe es hostia, ostia es una ostra], la cubierta de la cueva empezó a derrumbarse y los cuatro amigos enfilaron a todo correr el pasadizo por el que habían llegado, mientras gran cantidad de rocas caía por doquier.