10/05/2018 06:31 AM
(09/05/2018 06:56 PM)Licordemanzana Wrote: La pregunta sigue siendo por qué esas condiciones te parecen suficientes, frente a otras que no lo son, para considerar la novela automáticamente como literatura, y otro tipo de textos no. Dicho de otra manera, por qué te parecen condiciones suficientes frente a cualquier otra para considerar que algún lector lo leerá como fin en sí mismo.
El problema está en que me parece condenadamente difícil determinar que un texto no es literatura. Decir que un texto sí lo es resulta muy fácil: en el momento en el que alguien lo lee como tal, se convierte en literatura. Pero creo que cualquier texto que actualmente no sea considerado literario puede ser tenido por tal en unos años. Ha ocurrido muchísimas veces. Pensemos, por ejemplo, en Santa Teresa de Jesús: lo que ella escribía lo hacía no con fines literarios, sino para poder instruir a sus monjitas en los caminos del Señor. Sin embargo, hoy día hay gente completamente atea que lee con gusto los textos de Santa Teresa no porque pretenda instruirse en los misterios de la religión, sino porque les gusta cómo están escritos. En el momento en el que se le da importancia a la forma de un texto y se lee dicho texto por la forma, ese texto puede ser considerado literatura de pleno derecho. Y digo Santa Teresa, pero la historia encierra otro trillón de casos similares. Piensa en las Cartas de Abelardo y Eloísa: originalmente eran cartas privadas que dos personas se intercambiaban en la intimidad, y a día de hoy se publican como obra literaria. Piensa, si no, en los historiadores de Indiasolo tenían la intención de escribir una relación de los hechos acontecidos en sus viajes a América, para poder instruir a los españoles; sin embargo, a día de hoy se editan en colecciones literarias y resultan interesantes para un sinfín de literatos. Lo mismo pasa con los diálogos erasmistas, como el de Mercurio y Carón de Alfonso de Valdés: fue escrito solo como instrumento propagandístico de la fe católica y del patriotismo español, y a día de hoy se presta a ser leído con gusto por personas totalmente ajenas a esas ideologías. Con los Comentarios del desengañado de sí mismo de Diego Duque de Estrada pasa más de lo mismo: fueron concebidos como algo "autobiográfico" y "real", pero a día de hoy hay consciencia de que de "real" tiene poco, y se valoran más como novela que como otra cosa. En otro post hablábamos de que "un libro de matemáticas está claro que nunca será literatura"; sin embargo, visto lo visto incluso ese tipo de juicios parecen precipitados. A día de hoy se ha llegado a encontrar valor literario incluso en almanaques astrológicos como El Zaragozano; ¿quién te dice que, de aquí a unos años, no haya libros de matemáticas a los que se les encuentre valor literario? Quizá haya alguno que esté compuesto de forma muy ingeniosa y resulte interesante para todo el mundo y no solo para aquellos que quieran aprender matemáticas.
(09/05/2018 06:56 PM)Licordemanzana Wrote: De nuevo, estás reduciendo la posibilidad de leer un texto como fin en sí mismo (es decir, a la capacidad del lector de decidir cómo leer un texto, de leerlo de distintas maneras que incluirían la del fin en sí mismo) a una serie de rasgos concretos del texto.
Es que es imposible cifrar lo literario en una serie de rasgos. Insisto en que pueden darse fenómenos como el del libro de matemáticas, de textos que se vuelven literatura aunque en apariencia no tenían nada de literario. Originalmente sí que se intentaba cifrar la literatura en una serie de rasgos muy concretos: ahí tienes poéticas como la de Aristóteles y Luzán. No obstante, ¿pueden ser tomadas en serio a día de hoy? El concepto de literatura se ha vuelto algo increíblemente extensible e intentar limitarlo a una serie de rasgos concretos es poner barreras al campo.
(09/05/2018 06:56 PM)Licordemanzana Wrote: La más obvia, siguiendo el juego de tu alusión anterior (aunque optando por el aspecto más restringido de lo poético, jeje), el propio ritmo de la composición. Para ver todos los juegos que se pueden incluir en dicha consideración, o derivarse de la misma, remito a los diccionarios de estilística y métrica, por ejemplo, o a otras obras relacionadas
Pero eso solo es aplicable a composiciones literarias en verso; es decir, lo que hoy entendemos por "poesía". Pero insisto en que originalmente "poesía" era todo lo literario, y de ahí viene el término "función poética". Teóricos de la literatura como Friedrich Schlegel utilizaban el término "poético" o "poesía" para referirse a obras totalmente en prosa como El Quijote. Limitar el uso de la "función poética del lenguaje" solo a textos en verso es un poco absurdo y es otra vez poner barreras al campo. Si aplicamos este tipo de limitaciones, ¿tendríamos acaso que suponer que existe otra función del lenguaje exclusiva para textos en prosa? Creo que no es necesario entender que hay dos funciones del lenguaje relativas a la literatura. Es absurdo clasificar funciones del lenguaje en prosa y en verso, cuando con ellas se logra lo mismo: crear literatura, esto es, obras que sean susceptibles de ser leídas como fin en sí mismo.
(09/05/2018 06:56 PM)Licordemanzana Wrote: Porque la capacidad de establecer fines, más aún cuando hablamos de fines en sí mismos, alude directamente a la capacidad de otorgar distintas valoraciones a una misma realidad; es esto lo que nos permite hablar de sujetos, y lo que nos exige hablar de subjetividades.
Pero en el momento en el que una persona, aunque sea solo una, lee un texto como fin en sí mismo, ese texto puede ser tenido perfectamente por literatura. Aunque esa persona lo conciba como literario en su subjetividad, el hecho de que esa persona subjetivamente lo conciba como literario hace que objetivamente ese texto sea literario. Si yo me encuentro a alguien leyendo un libro de matemáticas y encontrando interés en cómo está escrito, no puedo negar que objetivamente hay alguien leyendo ese libro así; de hecho, ese libro se volvería interesante para ser analizado a ver qué ha podido encontrar la otra persona para ser concebido como literatura. Tú me dirás que "entonces, cualquier texto puede ser literatura, porque cualquier persona puede concebirlo como tal". Yo te diré: sí. Me parece mejor la perspectiva de que "cualquier texto puede ser literatura" a la perspectiva de que "la literatura es algo muy concreto", porque poner barreras al campo siempre implica dejar fuera un montón de excepciones que no tienen por qué ser dejadas fuera.
(09/05/2018 06:56 PM)Licordemanzana Wrote: Reducir el ámbito de las finalidades a una serie de procedimientos objetivos es destruir el ámbito de las finalidades, en sentido estricto. O bien lo que obtenemos es un cajón de sastre inabarcable porque, dado que los fines no dependen de las realidades en sí, cualquier conjunto de procedimientos sería susceptible de ser enfrentado con la finalidad requerida, lo cual destruye toda capacidad explicativa.
Exacto. La literatura es un cajón de sastre inabarcable. Intentar concebirla como algo abarcable es absurdo. Para que una obra sea literaria, creo que solamente hay una condición: que esté compuesta con palabras. Todas las obras compuestas con palabras, todos los textos, pueden llegar a ser tenidos por literatura. No obstante, ¿por qué destruiría esto toda capacidad explicativa?
(09/05/2018 06:56 PM)Licordemanzana Wrote: Y si jugamos con los conceptos de manera más laxa, acabamos decidiendo que hay subjetividad u objetividad hasta donde nos conviene; ahí es donde veo el salto conceptual: depende del lector, pero no enteramente del lector; no depende del lector, pero sí un poquito. Esto último nos exige definir un baremo, y a la vez nos permite aceptar cualquier baremo, pues descartar los usos estrictos de la terminología ha desdibujado las normas; de modo que podemos seguir apoyando la teoría en el concepto del "fin en sí mismo" y poner un límite, digamos, en los requisitos de novela que comentabas. Resumiendo: me parece un "salto conceptual" porque descarta usos estrictos de los conceptos relativos a la "finalidad".
Es un salto conceptual enorme, sí, pero es el salto conceptual que están utilizando todas las universidades actuales y todos los académicos que se precien de serlo. Cuanto más se profundiza en literatura, mayor consciencia hay de que cualquier cosa puede ser literatura. A día de hoy, sé de universidades que llevan a cabo proyectos de investigación sobre textos que ni de coña fueron concebidos como literarios tradicionalmente. Hablo, por ejemplo, de los almanaques: ¿a quién se le hubiese ocurrido años atrás concebir un almanaque como literatura y pasar a estudiarlo como tal? Asumámoslo: ya no estamos en la época de Aristóteles ni de Luzán. Quizá los libros de texto, sobre todo los de secundaria, nos den visiones muy sesgadas y tradicionales de lo que es la literatura. Pero ese tipo de visiones son una limitación enorme para el campo de la investigación filológica y deben ser desechadas.
"¡Que la vida se tome la pena de matarme
ya que yo no me tomo la pena de vivir!"