26/05/2018 09:44 AM
(This post was last modified: 07/06/2018 08:22 AM by Licordemanzana.)
A raíz de los extensos debates disfrutados aquí http://clasico.fantasitura.com/thread-1536.html aquí http://clasico.fantasitura.com/thread-1539.html y aquí http://clasico.fantasitura.com/thread-1541.html e incluso continuados en otros lados acerca de la coherencia de la saga de J.K. Rowling y de la metodología del diálogo en foros, me permito el siguiente experimento: en este primer mensaje del tema iré desarrollando poco a poco, con resúmenes del contenido del libro y mis propios análisis del mismo (en párrafos aparte y señalados con negrita), mi visión del tema. Las objeciones/puntualizaciones/opiniones que vayan llegando, las iré respondiendo en ese tochaco que acabará resultando el desarrollo principal, de modo que al final quede la cosa unificada; para que se den las notificaciones de actualización, citaré las cosas nuevas que vaya poniendo en distintos mensajes a lo largo del hilo (siempre que siga habiendo respuestas de otros usuarios, para no doblepostear y/o hablarle a la pared ).
Por todo lo expuesto, todo lo que sigue en este primer mensaje estará siempre en constante edición
La saga empieza con las noticias de cambio trascendental en el mundo mágico por la desaparición de su mayor tirano, Voldemort (Quien-usted-sabe/quien-no-debe-ser-nombrado)... y con el precio pagado por el protagonista que da nombre a la saga (Harry) que, siendo aún un bebé, ha perdido a su familia. El primer misterio que se nos plantea explícitamente es el siguiente: ¿cómo es posible que el que quizás fuera el mago más poderoso del mundo viese como "su poder se rompía" al intentar matar a un niño, él, que había matado a tantos grandes magos antes?
Ese misterio vertebrará toda la saga: se trata de una "magia" que casi ningún mago comprende. No es que en el mundo mágico de Harry Potter se comprendan todas las posibilidades de los poderes que la gente esgrime; menos aún si solo hablamos del conocimiento humano de éstos, pues hay un sinfín de especies mágicas, cada una con sus propios dones; y hay todo un Departamento de Misterios dedicada a estudiar los más profundos de los mismos: Harry sería un sujeto de estudio ideal, ya que es el único superviviente jamás conocido de la maldición que, por definición, mata inevitablemente. Lo imposible se ha hecho posible en Harry, dejándole una cicatriz claramente identificativa en forma de relámpago como prueba del acontecimiento.
Dumbledore decide dejar a Harry con sus tíos, muggles, gente no-mágica que desconoce la existencia de los magos. ¿Cómo es posible que existe una sociedad entera, paralela a la normal, de la que ésta última no sabe nada? Bueno, porque esa sociedad alternativa es mágica y no quiere que la encuentren. Los Dursley, además, son gente... cerrada, que no quiere saber nada de cualquier cosa que se aleje de lo normal, de lo bien conceptuado socialmente. Un dudoso hogar. El argumento de Albus Dumbledore es que la fama que el niño tiene en el mundo mágico por su participación principal en la desaparición de Voldemort lo ahogaría si creciera en él.
Así, la autora instrumentaliza los mundos separados: en un mundo, Harry es poco menos que un héroe para la mayoría, conocido por todos. En el otro, un rarito desconocido salvo para su círculo más cercano, para el que no pasa de ser un incordio. El potencial de este recurso es enorme, tanto a la hora de permitir que el asombro del protagonista al descubrir el mundo mágico vaya parejo al del lector, como a la de incluir al personaje en la trama a una determinada edad pese a que ésta se remonte a tiempo atrás, como a la de dar al personaje dos contactos opuestos con la sociedad, permitiendo que el desarrollo infantil tenga lugar en un anonimato que le permitirá relativizar la fama posterior y que más adelante tendrá mayores consecuencias... También servirá pie para ahondar en el concepto de la "magia antigua", a través de la protección que su "hogar" en general "no-mágico" le aportará.
Viviendo en el mundo no-mágico, Harry desatará su magia, como es habitual entre los niños magos, en ocasiones, por accidente; eso, sumado al rechazo que tía Petunia sentía por su extraña hermana maga, de la cuál nunca hablará (no le dice a Harry nada de que sus padres fueran magos; se le cuenta que murieron en un accidente de coche), y que se extiende a toda la familia, y después a la gente en general, convertirá a Harry en un excluido, cuyas rarezas son enfrentadas con puro rechazo.
Este rechazo a lo diferente será uno de los temas vertebradores de la saga, asociándose a menudo con el ansia de poder y el rechazo del amor como fundamento de la vida.
En el primer libro, los elementos mágicos principales son el Espejo del Oesed y la Piedra Filosofal (que da nombre a todas las ediciones hasta donde yo sé, excepto la estadounidense por razones divertidas); el primero, te muestra lo que más deseas: en el caso de Harry, volver a estar con sus padres. Harry logra alcanzar y proteger la Piedra porque no la desea para sí; aquello a lo que aspira es más "grande" que uno de los productos supremos de la magia, capaz de otorgar vida indefinidamente a quienes hagan uso de sus propiedades.
Aquí se plantea ya el tema secundario que establece el dualismo imperante en toda la saga: a la búsqueda del amor, se le enfrenta la huida del miedo, encarnada en la búsqueda de poder que, llevada a sus últimas consecuencias, pretendería vencer a la propia muerte. No en vano el título del primer libro alude, como hemos dicho, al elixir que la retrasa indefinidamente, y el del último, Las reliquias de la muerte, alude a los tres objetos que permiten convertirse en "amo de la muerte". El postulado que se deriva de todo esto vendría a expresarse de la siguiente manera: evitar la muerte no implica necesariamente vivir la vida.
En el quinto libro, Dumbledore le dirá a Harry:
"En el departamento de Misterios hay una sala que siempre está cerrada. Contiene una fuerza que es a la vez más maravillosa y más terrible que la muerte, que la inteligencia humana, que el poder de la naturaleza. Además, quizá es también la más misteriosa de todas las cosas que se guardan allí para su estudio. Lo que tú posees en sumo grado es el poder que se esconde en esa sala, del que Voldemort carece por completo. De modo que esa fuerza es la que te ha impulsado a intentar salvar a Sirius esta noche y es la que también ha impedido que Voldemort te haya poseído, porque él es incapaz de ocupar un cuerpo tan lleno del poder que detesta. Al final no ha importado que no pudieras cerrar tu mente, porque ha sido tu corazón el que te ha salvado".
En un solo diálogo encontramos muchas respuestas... e infinitos interrogantes. Se nos habla de una fuerza que se resiste a la comprensión pero que es muy real, la más real de todas; en Harry Potter, los misterios tienen carta cabal en tanto que tales, y no en función de su explicación: un misterio más grande que la mente mueve a la acción a los personajes o los acorrala en su huida para con él. La dualidad de Harry y Voldemort se plasma con total claridad en torno a dicho término, si bien, al tratarse de un concepto superior a la dualidad, por ser, en mi opinión, el tema principal, se define en una gradación en función de su presencia/ausencia: Amor vs no-amor (en todos sus derivados: miedo, odio...); el rechazo de esa fuerza suprema se encuentra también en las palabras de Dumbledore, ya que algo más "terrible que la muerte" por fuerza aterrorizará a quien se huya de ésta.
El séptimo y último libro de la saga lleva por título Las Reliquias de la Muerte. Esos tres objetos mágicos entroncan con la imaginería de los cuentos populares: de creadores desconocidos, si se lee la historia que los presenta como regalos de la misma Muerte como una alegoría, buscaron evitar a sus usuarios originales los estragos de la muerte; esto remite a la dualidad que ya desde el primer libro vertebra el desarrollo de la propuesta principal de la saga: el predominio del Amor, con mayúsculas, como fórmula clave de la vida. La Piedra, engarzada en un anillo, se nos presentó ya en el libro anterior, en forma de misterio, en la mano herida de Dumbledore. La Capa es la propia capa invisible de Harry, presente y fundamental en la historia desde el mismo tomo uno. La Vara/Varita será la que adquiera protagonismo en este último libro: de ahí que el final del mismo tenga como broche de oro la ruptura de la misma, la renuncia de Harry a intentar "conquistar" la muerte (estando en una posición excepcional para hacerlo, llegando a estar en posesión de los tres objetos), optando en cambio por encontrar el sentido de la vida en la propia vida, y no por oposición a la muerte. Es importante señalar que, en cualquier caso, para ser el verdadero amo de esos objetos legendarios, el objetivo, como ocurría con el Espejo del Oesed en el primer libro, debía estar más allá de su función, debía hablar de algo más... de ese sentido verdadero de la vida, precisamente. Así pues, todo el séptimo libro es, entre otras cosas, una extensa explicación (no completa, ni mucho menos) de los misterios de la Vara y de las propias varitas, presentados ya desde el primer libro en el encuentro de Harry y Ollivander. Así, la tentación de encontrar la Varita antes que Voldemort alude a esa sugerencia constante que algunos personajes hacen a Harry de enfrentar poder con poder contra Voldemort; se puede decir que el triunfo verdadero de Harry se debe, en gran medida, a resistir esa tentación. Pero a pesar de resistir, de abandonar esa carrera como objetivo principal, la trama de las varitas se desarrolla sin pausa: la ruptura de la varita de Harry, la "conquista" de la varita de Malfoy... lo cual entronca con el final del sexto libro. De este modo, el desarme de Dumbledore, antiguo poseedor de la Varita (permitido por éste, algo que nos habla de sus planes y su personalidad) por parte de Malfoy permite a su vez (dentro de esa magia profunda ritualista que relaciona la supervivencia milagrosa de Harry durante el asesinato de sus padres, la protección de la que gozó en casa de los Dursley, el alcance de la Piedra Filosofal a través del Espejo del Oesed, la obtención de la espada de Gryffindor en la cámara de los secretos, la propia filosofía detrás del Especto Patronum, el tipo de magia utilizado en la resurrección completa de Voldemort, el sistema de protección de la Sala de las Profecías... y finalmente el derecho de posesión de la Vara Letal) que Harry termine por sobrevivir a Voldemort (que no derrotarlo, dado que lo que en verdad ocurre es que se derrota a sí mismo). Además, la parte inicial de la trama en tiempos de la saga es una cosa, pero se nos explica cómo esta se remonta a la misma juventud de Dumbledore y, de esta manera, los rasgos fundamentales del artífice de gran parte de los planes en los que participan los personajes de cara al desenlace final de la saga (Dumbledore empieza la saga, con su aparición en Private Drive, y prácticamente cierra la saga con su conversación "religioso/imaginaria" con Harry) nos son explicados. Es menester no olvidar, por otro lado, que todo esto bebe del tema de las varitas gemelas de Harry y Voldemort, que vertebra varios encuentros entre los mismos... y termina por desencadenar la propia búsqueda de Voldemort de esa nueva "herramienta" suprema... dejando de así de lado una de esas reglas discretas pero fundamentales que se deslizan por el mundo mágico de los libros: la varita escoge al mago; lo que te permite hacer magia de verdad es más que una herramienta, y verla como un herramienta te aleja de la verdadera magia.
En los últimos momentos antes del salto temporal que dará entrada al epílogo, Harry toma una decisión que termina de simbolizar su alejamiento definitivo del camino de Voldemort: decide utilizar la Varita de Saúco, la más poderosa jamás creada, para reparar su propia varita, la que él escogió en su momento (y ella a él), la que habla de él como individuo y no de una dimensión "general" de poder absoluto... y deja la Varita de Saúco atrás, con la esperanza de que con ese gesto, y su posible muerte no violenta, la historia de sangre de la Vara Letal (como también era conocida), termine. Al hacerlo, entiende que quien valora lo que esa varita simboliza, atrae a gente que también valora lo mismo, y que en ese juego de poder, solo puede haber vencedores y vencidos y nunca auténtica compañía, hermandad, familia; en la lucha por el predominio sobre los demás, sobre el mundo, sobre la muerte, solo hay soledad... y Harry sabe que eso no es lo más importante.
En Harry Potter se nos plantea una imposibilidad que termina de rematar el alejamiento de las tentaciones de poder incluso para quienes lo buscan, por más que estos, necesariamente, no puedan ser conscientes de ello: la búsqueda de poder, de "singularizarse" a través de ocupar el punto superior de una comparativa, se vuelve contra sí misma. Voldemort decide, ya de niño, que su camino en la vida pasa por ser "diferente", una diferencia que en este caso significa "mejor, superior"; a este respecto, desprecia los vínculos reales con los demás (aquellos que necesitan tratar de "igual a igual", aquellos en los que tratas al otro como un "fin en sí mismo" no por lo que "es" en relación a otros, sino porque eliges hacerle un hueco en tu interior, y es esto lo que lo vuelve único para ti) y los trueca por relaciones de intimidación y/o admiración. A sostener este sistema lo ayuda su gran talento (muy probablemente, también funcione a la inversa) para la hechicería "práctica": es una persona capaz de obtener increíbles resultados, de lograr grandes portentos de magia. Este esfuerzo por destacar, por colocarse al margen de todos los demás, por encima, lo lleva en su momento a perseguir ser el líder del mundo mágico, empleando para ello todos los medios que conoce... y que pese a ser de lo más variados, se reducen al despliegue de fuerza, de poder. Y así, cuando escucha cierta profecía, la ve como lo más natural del mundo: alguien surgirá para enfrentarle; le parece lógico, el tipo de relaciones humanas que conoce y propicia con su comportamiento, sin de enfrentamiento. Decide poner cartas en el asunto con los medios que le son más naturales... y va a matar a Harry, a la opción que le parece más amenazante porque, por su trasfondo "más se parece a él"... y ya hemos visto lo mucho que aborrece la idea de tener "iguales", como se simboliza en el mismo hecho de cambiarse el nombre que compartía con su padre muggle. Pues bien, él mismo "decide" que Harry es potencialmente su "igual"... y sus acciones lo marcarán como tal, pero no por la naturaleza de Harry, sino por el lugar que Voldemort crea para él en su interior, la forma en que hace hueco a Harry en su corazón; porque por más que Voldemort pretenda estar más allá de las leyes del mundo por su habilidad con la magia "práctica", hay magias más profundas en el universo de Rowling. Así, Voldemort no decide simplemente "matar" a Harry, decide "convertirlo en su rival", al hacer caso a la profecía, como no podía ser de otro modo mientras sostuviese sus propios paradigmas. Luego, el sacrificio de Lily según los patrones simbólicos por los que se mueve esa "magia profunda" a la que aludíamos, permite que Harry no suponga simplemente un rival "en el corazón de Voldemort", sino en una figura de carne y hueso que, además de aportar el simbolismo, nos presenta la historia que disfrutamos. Harry, más allá de no morir, recibe una conexión "prácticamente mágica" con Voldemort; ese hueco que Voldemort reservó a Harry en su interior cobra esencia "tangible" en el Horrocrux (fragmento del alma del mago tenebroso) que anida en Harry. No se nos explica del todo cómo se crean los Horrocrux (lo cuál nos mete en la historia, pues es tabú en la misma, y responde a otras consideraciones psicológicas del autor para con el lector), solo que se crean en el momento del asesinato; cabe considerar que la "intención" y la magia relativa a este factor estuviesen puestos ya en marcha previamente al conjuro asesino de Voldemort y que los imprevistos propiciasen "prácticamente" este desenlace, pero ya comentábamos que lo importante aquí es el simbolismo: Voldemort, por la profecía y sus propios patrones, hace a Harry parte de sí mismo. Tener parte del alma de un mago no es moco de pavo: en el segundo libro, vemos cómo un diario es capaz de convertirse en un ente autónomo, prácticamente; esa parte del alma de Voldemort tiene muchos efectos en Harry: le da la habilidad de hablar Parsel (lo cuál entronca con el primer acto de magia de Harry que se presenta al lector en el primer libro, y con toda la trama del segundo), le conecta mentalmente con Voldemort (lo cuál tiene consecuencias fundamentales en todos los libros a través del dolor de la cicatriz, y aún más a través del quinto por medio de las repercusiones de las visiones de Harry) y le lleva a "ser elegido" por la varita gemela de la de Voldemort, dentro de ese destino compartido, algo que le salvará la vida en numerosas ocasiones por la conexión de las varitas gemelas (cabe destacar que esto solo es posible a partir de esa causa primera que establece la relación entre ambos), que refleja sobre Voldemort el propio poder de éste, a través del Horrocrux alojado en Harry (que está lejos de desear morir) y de la propia unión de plumas de fénix. Vemos así que, como todo en Harry Potter, la importancia no está en los personajes aislados, sino en las relaciones que establecen entre sí: Harry no es un gran mago excepto cuando se enfrenta a Voldemort, porque es la propia relación que éste estableció con aquel lo que le convierte, para sí mismo, en un gran rival. Además, la existencia del Horrocrux protegió a Harry de la muerte cuando recibió el Avada Kedavra de Voldemort, pues lo que éste estaba decidido a matar era la conexión con Harry, en este punto, y Harry había rechazado ese tipo de conexión con sus acciones. Cabe destacar que este tipo de conexión no bebe de los elementos externos: Voldemort hace de todo para poder matar a Harry, desde ir a por él cuando es un crío hasta conseguir la Vara letal, pasando por cambiar varitas con sus mortífagos y conseguir anular la protección de la madre de Harry; nada de esto funciona porque, en su interior, no rechaza esa conexión que bebe de su identidad como ser singular a través de la superioridad con respecto al resto. Hay que entender que en lo profundo, Voldemort necesita a Harry, necesita un antagonista, para definirse: por eso, matarlo es matarse a sí mismo, y todas las protecciones que Voldemort traza para sí las traza también para Harry; solo cuando éstas se agotan podría morir cualquiera de ambos y, más allá de las mismas, solo si Voldemort dejara de definirse por oposición, por rechazo a los demás, podría matar a Harry. No ocurre, y el final es el que es.
La saga termina con una escena en la que Harry aparece rodeado de su nueva familia (su mujer, sus hijos... sus amigos íntimos).
Queda resuelta la carencia inicial de Harry por lo que, como mínimo, el tema principal se mantiene. Más allá del pintoresquismo mágico que sirve a la autora para colorear las metáforas que permean el crecimiento de Harry desde su carencia inicial hasta la resolución de la misma, podemos identificar el punto central de la saga en esa búsqueda de la familia perdida, del amor robado; en ese largo camino que busca recuperar la magia verdadera de la vida.
Por todo lo expuesto, todo lo que sigue en este primer mensaje estará siempre en constante edición
La saga empieza con las noticias de cambio trascendental en el mundo mágico por la desaparición de su mayor tirano, Voldemort (Quien-usted-sabe/quien-no-debe-ser-nombrado)... y con el precio pagado por el protagonista que da nombre a la saga (Harry) que, siendo aún un bebé, ha perdido a su familia. El primer misterio que se nos plantea explícitamente es el siguiente: ¿cómo es posible que el que quizás fuera el mago más poderoso del mundo viese como "su poder se rompía" al intentar matar a un niño, él, que había matado a tantos grandes magos antes?
Ese misterio vertebrará toda la saga: se trata de una "magia" que casi ningún mago comprende. No es que en el mundo mágico de Harry Potter se comprendan todas las posibilidades de los poderes que la gente esgrime; menos aún si solo hablamos del conocimiento humano de éstos, pues hay un sinfín de especies mágicas, cada una con sus propios dones; y hay todo un Departamento de Misterios dedicada a estudiar los más profundos de los mismos: Harry sería un sujeto de estudio ideal, ya que es el único superviviente jamás conocido de la maldición que, por definición, mata inevitablemente. Lo imposible se ha hecho posible en Harry, dejándole una cicatriz claramente identificativa en forma de relámpago como prueba del acontecimiento.
Dumbledore decide dejar a Harry con sus tíos, muggles, gente no-mágica que desconoce la existencia de los magos. ¿Cómo es posible que existe una sociedad entera, paralela a la normal, de la que ésta última no sabe nada? Bueno, porque esa sociedad alternativa es mágica y no quiere que la encuentren. Los Dursley, además, son gente... cerrada, que no quiere saber nada de cualquier cosa que se aleje de lo normal, de lo bien conceptuado socialmente. Un dudoso hogar. El argumento de Albus Dumbledore es que la fama que el niño tiene en el mundo mágico por su participación principal en la desaparición de Voldemort lo ahogaría si creciera en él.
Así, la autora instrumentaliza los mundos separados: en un mundo, Harry es poco menos que un héroe para la mayoría, conocido por todos. En el otro, un rarito desconocido salvo para su círculo más cercano, para el que no pasa de ser un incordio. El potencial de este recurso es enorme, tanto a la hora de permitir que el asombro del protagonista al descubrir el mundo mágico vaya parejo al del lector, como a la de incluir al personaje en la trama a una determinada edad pese a que ésta se remonte a tiempo atrás, como a la de dar al personaje dos contactos opuestos con la sociedad, permitiendo que el desarrollo infantil tenga lugar en un anonimato que le permitirá relativizar la fama posterior y que más adelante tendrá mayores consecuencias... También servirá pie para ahondar en el concepto de la "magia antigua", a través de la protección que su "hogar" en general "no-mágico" le aportará.
Viviendo en el mundo no-mágico, Harry desatará su magia, como es habitual entre los niños magos, en ocasiones, por accidente; eso, sumado al rechazo que tía Petunia sentía por su extraña hermana maga, de la cuál nunca hablará (no le dice a Harry nada de que sus padres fueran magos; se le cuenta que murieron en un accidente de coche), y que se extiende a toda la familia, y después a la gente en general, convertirá a Harry en un excluido, cuyas rarezas son enfrentadas con puro rechazo.
Este rechazo a lo diferente será uno de los temas vertebradores de la saga, asociándose a menudo con el ansia de poder y el rechazo del amor como fundamento de la vida.
En el primer libro, los elementos mágicos principales son el Espejo del Oesed y la Piedra Filosofal (que da nombre a todas las ediciones hasta donde yo sé, excepto la estadounidense por razones divertidas); el primero, te muestra lo que más deseas: en el caso de Harry, volver a estar con sus padres. Harry logra alcanzar y proteger la Piedra porque no la desea para sí; aquello a lo que aspira es más "grande" que uno de los productos supremos de la magia, capaz de otorgar vida indefinidamente a quienes hagan uso de sus propiedades.
Aquí se plantea ya el tema secundario que establece el dualismo imperante en toda la saga: a la búsqueda del amor, se le enfrenta la huida del miedo, encarnada en la búsqueda de poder que, llevada a sus últimas consecuencias, pretendería vencer a la propia muerte. No en vano el título del primer libro alude, como hemos dicho, al elixir que la retrasa indefinidamente, y el del último, Las reliquias de la muerte, alude a los tres objetos que permiten convertirse en "amo de la muerte". El postulado que se deriva de todo esto vendría a expresarse de la siguiente manera: evitar la muerte no implica necesariamente vivir la vida.
En el quinto libro, Dumbledore le dirá a Harry:
"En el departamento de Misterios hay una sala que siempre está cerrada. Contiene una fuerza que es a la vez más maravillosa y más terrible que la muerte, que la inteligencia humana, que el poder de la naturaleza. Además, quizá es también la más misteriosa de todas las cosas que se guardan allí para su estudio. Lo que tú posees en sumo grado es el poder que se esconde en esa sala, del que Voldemort carece por completo. De modo que esa fuerza es la que te ha impulsado a intentar salvar a Sirius esta noche y es la que también ha impedido que Voldemort te haya poseído, porque él es incapaz de ocupar un cuerpo tan lleno del poder que detesta. Al final no ha importado que no pudieras cerrar tu mente, porque ha sido tu corazón el que te ha salvado".
En un solo diálogo encontramos muchas respuestas... e infinitos interrogantes. Se nos habla de una fuerza que se resiste a la comprensión pero que es muy real, la más real de todas; en Harry Potter, los misterios tienen carta cabal en tanto que tales, y no en función de su explicación: un misterio más grande que la mente mueve a la acción a los personajes o los acorrala en su huida para con él. La dualidad de Harry y Voldemort se plasma con total claridad en torno a dicho término, si bien, al tratarse de un concepto superior a la dualidad, por ser, en mi opinión, el tema principal, se define en una gradación en función de su presencia/ausencia: Amor vs no-amor (en todos sus derivados: miedo, odio...); el rechazo de esa fuerza suprema se encuentra también en las palabras de Dumbledore, ya que algo más "terrible que la muerte" por fuerza aterrorizará a quien se huya de ésta.
El séptimo y último libro de la saga lleva por título Las Reliquias de la Muerte. Esos tres objetos mágicos entroncan con la imaginería de los cuentos populares: de creadores desconocidos, si se lee la historia que los presenta como regalos de la misma Muerte como una alegoría, buscaron evitar a sus usuarios originales los estragos de la muerte; esto remite a la dualidad que ya desde el primer libro vertebra el desarrollo de la propuesta principal de la saga: el predominio del Amor, con mayúsculas, como fórmula clave de la vida. La Piedra, engarzada en un anillo, se nos presentó ya en el libro anterior, en forma de misterio, en la mano herida de Dumbledore. La Capa es la propia capa invisible de Harry, presente y fundamental en la historia desde el mismo tomo uno. La Vara/Varita será la que adquiera protagonismo en este último libro: de ahí que el final del mismo tenga como broche de oro la ruptura de la misma, la renuncia de Harry a intentar "conquistar" la muerte (estando en una posición excepcional para hacerlo, llegando a estar en posesión de los tres objetos), optando en cambio por encontrar el sentido de la vida en la propia vida, y no por oposición a la muerte. Es importante señalar que, en cualquier caso, para ser el verdadero amo de esos objetos legendarios, el objetivo, como ocurría con el Espejo del Oesed en el primer libro, debía estar más allá de su función, debía hablar de algo más... de ese sentido verdadero de la vida, precisamente. Así pues, todo el séptimo libro es, entre otras cosas, una extensa explicación (no completa, ni mucho menos) de los misterios de la Vara y de las propias varitas, presentados ya desde el primer libro en el encuentro de Harry y Ollivander. Así, la tentación de encontrar la Varita antes que Voldemort alude a esa sugerencia constante que algunos personajes hacen a Harry de enfrentar poder con poder contra Voldemort; se puede decir que el triunfo verdadero de Harry se debe, en gran medida, a resistir esa tentación. Pero a pesar de resistir, de abandonar esa carrera como objetivo principal, la trama de las varitas se desarrolla sin pausa: la ruptura de la varita de Harry, la "conquista" de la varita de Malfoy... lo cual entronca con el final del sexto libro. De este modo, el desarme de Dumbledore, antiguo poseedor de la Varita (permitido por éste, algo que nos habla de sus planes y su personalidad) por parte de Malfoy permite a su vez (dentro de esa magia profunda ritualista que relaciona la supervivencia milagrosa de Harry durante el asesinato de sus padres, la protección de la que gozó en casa de los Dursley, el alcance de la Piedra Filosofal a través del Espejo del Oesed, la obtención de la espada de Gryffindor en la cámara de los secretos, la propia filosofía detrás del Especto Patronum, el tipo de magia utilizado en la resurrección completa de Voldemort, el sistema de protección de la Sala de las Profecías... y finalmente el derecho de posesión de la Vara Letal) que Harry termine por sobrevivir a Voldemort (que no derrotarlo, dado que lo que en verdad ocurre es que se derrota a sí mismo). Además, la parte inicial de la trama en tiempos de la saga es una cosa, pero se nos explica cómo esta se remonta a la misma juventud de Dumbledore y, de esta manera, los rasgos fundamentales del artífice de gran parte de los planes en los que participan los personajes de cara al desenlace final de la saga (Dumbledore empieza la saga, con su aparición en Private Drive, y prácticamente cierra la saga con su conversación "religioso/imaginaria" con Harry) nos son explicados. Es menester no olvidar, por otro lado, que todo esto bebe del tema de las varitas gemelas de Harry y Voldemort, que vertebra varios encuentros entre los mismos... y termina por desencadenar la propia búsqueda de Voldemort de esa nueva "herramienta" suprema... dejando de así de lado una de esas reglas discretas pero fundamentales que se deslizan por el mundo mágico de los libros: la varita escoge al mago; lo que te permite hacer magia de verdad es más que una herramienta, y verla como un herramienta te aleja de la verdadera magia.
En los últimos momentos antes del salto temporal que dará entrada al epílogo, Harry toma una decisión que termina de simbolizar su alejamiento definitivo del camino de Voldemort: decide utilizar la Varita de Saúco, la más poderosa jamás creada, para reparar su propia varita, la que él escogió en su momento (y ella a él), la que habla de él como individuo y no de una dimensión "general" de poder absoluto... y deja la Varita de Saúco atrás, con la esperanza de que con ese gesto, y su posible muerte no violenta, la historia de sangre de la Vara Letal (como también era conocida), termine. Al hacerlo, entiende que quien valora lo que esa varita simboliza, atrae a gente que también valora lo mismo, y que en ese juego de poder, solo puede haber vencedores y vencidos y nunca auténtica compañía, hermandad, familia; en la lucha por el predominio sobre los demás, sobre el mundo, sobre la muerte, solo hay soledad... y Harry sabe que eso no es lo más importante.
En Harry Potter se nos plantea una imposibilidad que termina de rematar el alejamiento de las tentaciones de poder incluso para quienes lo buscan, por más que estos, necesariamente, no puedan ser conscientes de ello: la búsqueda de poder, de "singularizarse" a través de ocupar el punto superior de una comparativa, se vuelve contra sí misma. Voldemort decide, ya de niño, que su camino en la vida pasa por ser "diferente", una diferencia que en este caso significa "mejor, superior"; a este respecto, desprecia los vínculos reales con los demás (aquellos que necesitan tratar de "igual a igual", aquellos en los que tratas al otro como un "fin en sí mismo" no por lo que "es" en relación a otros, sino porque eliges hacerle un hueco en tu interior, y es esto lo que lo vuelve único para ti) y los trueca por relaciones de intimidación y/o admiración. A sostener este sistema lo ayuda su gran talento (muy probablemente, también funcione a la inversa) para la hechicería "práctica": es una persona capaz de obtener increíbles resultados, de lograr grandes portentos de magia. Este esfuerzo por destacar, por colocarse al margen de todos los demás, por encima, lo lleva en su momento a perseguir ser el líder del mundo mágico, empleando para ello todos los medios que conoce... y que pese a ser de lo más variados, se reducen al despliegue de fuerza, de poder. Y así, cuando escucha cierta profecía, la ve como lo más natural del mundo: alguien surgirá para enfrentarle; le parece lógico, el tipo de relaciones humanas que conoce y propicia con su comportamiento, sin de enfrentamiento. Decide poner cartas en el asunto con los medios que le son más naturales... y va a matar a Harry, a la opción que le parece más amenazante porque, por su trasfondo "más se parece a él"... y ya hemos visto lo mucho que aborrece la idea de tener "iguales", como se simboliza en el mismo hecho de cambiarse el nombre que compartía con su padre muggle. Pues bien, él mismo "decide" que Harry es potencialmente su "igual"... y sus acciones lo marcarán como tal, pero no por la naturaleza de Harry, sino por el lugar que Voldemort crea para él en su interior, la forma en que hace hueco a Harry en su corazón; porque por más que Voldemort pretenda estar más allá de las leyes del mundo por su habilidad con la magia "práctica", hay magias más profundas en el universo de Rowling. Así, Voldemort no decide simplemente "matar" a Harry, decide "convertirlo en su rival", al hacer caso a la profecía, como no podía ser de otro modo mientras sostuviese sus propios paradigmas. Luego, el sacrificio de Lily según los patrones simbólicos por los que se mueve esa "magia profunda" a la que aludíamos, permite que Harry no suponga simplemente un rival "en el corazón de Voldemort", sino en una figura de carne y hueso que, además de aportar el simbolismo, nos presenta la historia que disfrutamos. Harry, más allá de no morir, recibe una conexión "prácticamente mágica" con Voldemort; ese hueco que Voldemort reservó a Harry en su interior cobra esencia "tangible" en el Horrocrux (fragmento del alma del mago tenebroso) que anida en Harry. No se nos explica del todo cómo se crean los Horrocrux (lo cuál nos mete en la historia, pues es tabú en la misma, y responde a otras consideraciones psicológicas del autor para con el lector), solo que se crean en el momento del asesinato; cabe considerar que la "intención" y la magia relativa a este factor estuviesen puestos ya en marcha previamente al conjuro asesino de Voldemort y que los imprevistos propiciasen "prácticamente" este desenlace, pero ya comentábamos que lo importante aquí es el simbolismo: Voldemort, por la profecía y sus propios patrones, hace a Harry parte de sí mismo. Tener parte del alma de un mago no es moco de pavo: en el segundo libro, vemos cómo un diario es capaz de convertirse en un ente autónomo, prácticamente; esa parte del alma de Voldemort tiene muchos efectos en Harry: le da la habilidad de hablar Parsel (lo cuál entronca con el primer acto de magia de Harry que se presenta al lector en el primer libro, y con toda la trama del segundo), le conecta mentalmente con Voldemort (lo cuál tiene consecuencias fundamentales en todos los libros a través del dolor de la cicatriz, y aún más a través del quinto por medio de las repercusiones de las visiones de Harry) y le lleva a "ser elegido" por la varita gemela de la de Voldemort, dentro de ese destino compartido, algo que le salvará la vida en numerosas ocasiones por la conexión de las varitas gemelas (cabe destacar que esto solo es posible a partir de esa causa primera que establece la relación entre ambos), que refleja sobre Voldemort el propio poder de éste, a través del Horrocrux alojado en Harry (que está lejos de desear morir) y de la propia unión de plumas de fénix. Vemos así que, como todo en Harry Potter, la importancia no está en los personajes aislados, sino en las relaciones que establecen entre sí: Harry no es un gran mago excepto cuando se enfrenta a Voldemort, porque es la propia relación que éste estableció con aquel lo que le convierte, para sí mismo, en un gran rival. Además, la existencia del Horrocrux protegió a Harry de la muerte cuando recibió el Avada Kedavra de Voldemort, pues lo que éste estaba decidido a matar era la conexión con Harry, en este punto, y Harry había rechazado ese tipo de conexión con sus acciones. Cabe destacar que este tipo de conexión no bebe de los elementos externos: Voldemort hace de todo para poder matar a Harry, desde ir a por él cuando es un crío hasta conseguir la Vara letal, pasando por cambiar varitas con sus mortífagos y conseguir anular la protección de la madre de Harry; nada de esto funciona porque, en su interior, no rechaza esa conexión que bebe de su identidad como ser singular a través de la superioridad con respecto al resto. Hay que entender que en lo profundo, Voldemort necesita a Harry, necesita un antagonista, para definirse: por eso, matarlo es matarse a sí mismo, y todas las protecciones que Voldemort traza para sí las traza también para Harry; solo cuando éstas se agotan podría morir cualquiera de ambos y, más allá de las mismas, solo si Voldemort dejara de definirse por oposición, por rechazo a los demás, podría matar a Harry. No ocurre, y el final es el que es.
La saga termina con una escena en la que Harry aparece rodeado de su nueva familia (su mujer, sus hijos... sus amigos íntimos).
Queda resuelta la carencia inicial de Harry por lo que, como mínimo, el tema principal se mantiene. Más allá del pintoresquismo mágico que sirve a la autora para colorear las metáforas que permean el crecimiento de Harry desde su carencia inicial hasta la resolución de la misma, podemos identificar el punto central de la saga en esa búsqueda de la familia perdida, del amor robado; en ese largo camino que busca recuperar la magia verdadera de la vida.
"Angels can fly because they take themselves lightly."
"To be educated means to be able to play gracefully with ideas."
"To be educated means to be able to play gracefully with ideas."