04/06/2019 02:33 AM
Hombre, deja de pensar en esto como si fuera una ciencia exacta. No lo es.
Justo por eso no existen niños prodigio de la literatura, como sí los hay en el ajedrez o la música.
Nadie puede decirte con certeza total qué necesita un relato para causar impacto en el lector. Hay herramientas y un montón, pero al final la escritura trata de comunicar. Hablarle a quién te lee. La mayoría de nosotros sentimos interés por una historia que refleje parte de nuestra vida o de lo que añoramos vivir.
Entonces viene la ejecución.
Es imposible saber qué nota debes mejorar, si no tocas. Qué lineas debes pulir, si no dibujas. Y así mismo, es imposible saber qué debes atender en tu narrativa, si no narras. Escribir como todo lo anterior, es en un porcentaje mínimo, la colección de todas la herramientas que sirven como estructura. El resto, la que se monta sobre esa estructura es la intención que tengas.
No te voy a mentir, vas a comenzar haciendo obras de poca monta.
Pero no se puede evadir. La calidad de una obra se mide en qué tanto ha mejorado perseverado el autor para culminarla. A veces toma años de perfeccionamiento, a veces décadas. Sin embargo, se tiene que hacer. Escucha los consejos, formate un criterio leyendo al mismo tiempo, y pon en claro qué quieres. Tener un plan malo es mejor que no tener ninguno. En el caso del reto pasado por ej. había una clara falta de extensión si lo comparamos con el desarrollo de los personajes. El desenlace también fue además de abrupto, anticlimatico. Eso se puede trabajar si te enfocas en escribir anécdotas de mil palabras con la protagonista. O no sé, hay miles de ejercicios para trabajar la forma en que presentamos a los personajes.
Practicar y practicar.
Justo por eso no existen niños prodigio de la literatura, como sí los hay en el ajedrez o la música.
Nadie puede decirte con certeza total qué necesita un relato para causar impacto en el lector. Hay herramientas y un montón, pero al final la escritura trata de comunicar. Hablarle a quién te lee. La mayoría de nosotros sentimos interés por una historia que refleje parte de nuestra vida o de lo que añoramos vivir.
Entonces viene la ejecución.
Es imposible saber qué nota debes mejorar, si no tocas. Qué lineas debes pulir, si no dibujas. Y así mismo, es imposible saber qué debes atender en tu narrativa, si no narras. Escribir como todo lo anterior, es en un porcentaje mínimo, la colección de todas la herramientas que sirven como estructura. El resto, la que se monta sobre esa estructura es la intención que tengas.
No te voy a mentir, vas a comenzar haciendo obras de poca monta.
Pero no se puede evadir. La calidad de una obra se mide en qué tanto ha mejorado perseverado el autor para culminarla. A veces toma años de perfeccionamiento, a veces décadas. Sin embargo, se tiene que hacer. Escucha los consejos, formate un criterio leyendo al mismo tiempo, y pon en claro qué quieres. Tener un plan malo es mejor que no tener ninguno. En el caso del reto pasado por ej. había una clara falta de extensión si lo comparamos con el desarrollo de los personajes. El desenlace también fue además de abrupto, anticlimatico. Eso se puede trabajar si te enfocas en escribir anécdotas de mil palabras con la protagonista. O no sé, hay miles de ejercicios para trabajar la forma en que presentamos a los personajes.
Practicar y practicar.