20/07/2021 02:58 PM
Retomo mi labor de seguir publicando los relatos que usé para los retos del Foro en su día. Tras haber publicado los relatos dedicados a las Ciudades, Ciencia-ficción, Steampunk y Viaje en el Tiempo (hace ya un año, como pasa el tiempo), cuelgo éste que usé en su día para el Reto Mitológico, y que tanto "gustó"
HISTORIA DE LOS DIOSES:
Cantar de la creación:
Dicen los Antiguos y los Sabios que en el Reinado de los Viejos Dioses el cosmos fue creado, entonces el mundo era informe y la oscuridad era total.
Dicen que cuando los Viejos Dioses abandonaron nuestro Universo meditaron largamente quien cuidaría de este Universo.
Entonces el Viajero, de quien unos dicen que era uno de los Viejos Dioses y otros uno de sus criados se ofreció a encontrar uno que gobernase el mundo y lo creado.
Dicen que los Viejos Dioses ya se habían ido cuando el Viajero regresó con Rhammhy, el Rey Dios; si Rhammhy era uno de los Viejos Dioses, un ser de otro Universo o el hijo de alguno de los Viejos Dioses nunca se sabrá.
El Rey Dios se instaló en el Sitial Cósmico y allí contempló lo creado. Pero en el Mundo las fuerzas divinas dejadas por los Viejos Dioses tomaron forma y comenzó la Creación.
Dicen que en el Continente de Kondar en el sur cientos de volcanes comenzaron a estallar con terrible poder y un gran fuego surgió de la tierra, y en medio de volcanes y fuego surgió desnuda Lauria, la Diosa de Fuego.
Lauria era de piel blanca, pecosa y su pelo era pelirrojo y caía en rizadas melenas de su cabeza; cuando abrió su ojos glaucos el Mundo entero tembló y al igual que en el sur de Kondar toda la tierra se encendió y ardió con furia.
Desde entonces en el sur de Kondar se halla la Tierra del Fuego donde nació Lauria.
Dicen que entonces, de repente surgieron cientos de vientos huracanados que enfriaron algunas de aquellas llamaradas primigenias y de entre los vientos y el aire surgió desnuda Durania, la Diosa del Aire.
Durania era de piel blanca pero algo más morena que Lauria, su pelo era castaño y liso, y sus ojos pardos y cuando abrió los ojos los vientos recorrieron el Mundo y los huracanes y los vendavales recorrieron el orbe totalmente.
Durania se posó en una de las Montañas de los Dientes Gélidos, que se llamó el Pilar de la Diosa del Cielo.
Dicen que de la conjunción de aire y nubes volcánicas se formó u gigantesco nubarrón que acabó en gran tempestad y una gran lluvia inundó el Mundo, en lo que se llamó el Diluvio Primigenio.
Este gran diluvio creó los mares, los ríos y los océanos; y de entre la espuma de las aguas de lo que sería el Océano de Mirna surgió desnuda Yalesia, la Diosa del Agua.
Yalesia era de piel muy blanca, casi coralina, su pelo era rubio y liso, y sus ojos de un azul turquesa; y cuando abrió los ojos cientos de tempestades descargaron la lluvia por el Mundo.
Al salir de las aguas de Mirna, sus pies hollaron la Isla del Sur.
Dicen que cuando la lluvia cayó de entre la tierra seca nacieron las primeras plantas que no eran más que hierbas y flores y entre ellas, desnuda, surgió Malenian, la Diosa de la Tierra.
Malenian era de piel blanca pero morena como Durania y su pelo era negro azabache y caía en rizadas melenas de su cabeza, y sus ojos eran verdes. Cuando abrió los ojos todas las flores del mundo florecieron.
La tierra donde nació se llamó desde entonces el Bosque Dorado.
Así pues estos son los Cinco, los Cinco Dioses Originales, a veces se les llama los Cinco Nuevos Dioses.
Pero el Cantar de la Creación no acaba aquí sino que prosigue así:
Dicen que los Viejos Dioses tuvieron que enfrentarse a una oscuridad siniestra en los otros Universos, algunos llaman a esta oscuridad el Mal otros el Caos pero en el Cantar se habla de ellos como la Sombra o las Sombras.
Nadie sabe a ciencia cierta que eran si seres o nada, si entidades surgidas de la mano de un dios o seres que ya pululaban en los rincones oscuros del cosmos; no se sabe nada de la lucha que los Viejos Dioses llevaron a cabo contra ellas.
Lo cierto es que algunas de estas entidades atravesaron el cosmos y hallaron refugio en nuestro mundo; algunas se transformaron en los Gigantes de la Oscuridad, los siniestros gigantes de cien brazos o de diez brazos o incluso de mil brazos; otros se transformaron en los Kars temidos demonios oscuros, otros en criaturas sin nombre de los abismos del mar y de la tierra; pero todos ellos rendían pleitesía a Akkaxyshkk-Norghagg aquel al que llaman La Doble Oscuridad.
Y la Doble Oscuridad llegó a la tierra y pululó por la oscuridad de los días primigenios, pero el Dios-Rey lo vio y saltando del Sitial Cósmico llegó a la tierra envuelto en su armadura de oro y plata con su lanza de diamante estelar y persiguió a la oscuridad.
Dicen que aterrizó en las Tierras de En Medio de Kondar y que cruzó el océano de Mirna.
Una vez cruzada la gran masa de agua llegó al sur de Kondar donde se encontró a Lauria, ella le vio y se entregó a él, y él se despojó de la armadura y yació con ella y en el lugar donde yacieron la pasión de la diosa hizo brotar cien volcanes y la tierra se volvió negra, y de su pasión salió de su vientre el Sol, Auros de cabellos dorados, que con su calor hizo aquellas piedras rojas; por ello aquel lugar se transformó en el Desierto Rojo, y Auros iluminó la tierra y muchas sombras huyeron hacia el norte.
Dicen que Rhammhy prosiguió su caza hacia al norte y cruzó el Mar de Kentyr, cuando se posó en la isla de Kentyr vio a lo lejos en las aguas a Yalesia, ella le vio y huyó pero él la persiguió hasta Kiterei donde ambos yacieron, y aquella isla se llamó isla del Amor, y de su pasión salió del vientre de la diosa del mar la Luna, Argentos de cabellos palteados, y subió a los cielos siguiendo la estela de su hermano.
Rhammhy una vez más prosiguió la caza de las sombras y en los bosques de Cernisia encontró a Malenian y la diosa de la tierra se le abrazó y él yació con ella y del fruto de su pasión del vientre de la diosa surgieron las primeras plantas del mundo.
El Dios-Rey prosiguió la caza una vez más y llegó al Pilar de la Diosa del Cielo, y allí halló a Durania sentada contemplando la tierra y ella le vio y yació con él y del vientre de la diosa surgieron las estrellas que se desparramaron por el cielo.
Mientras Rhammhy prosiguió la persecución de las sombras y estas huyeron a las Tierras Desoladas y allí las atrapó Rhammhy quien con su escudo las aplastó formando la Gran Grieta, más las sombras no murieron sino que se ocultaron en las profundidades y por mucho que las buscó Rhammhy no las encontró.
El Cantar de la Creación sigue con la llegada de Farimos el dios de la Justicia que tenía dos caras una bondadosa y comprensiva y otra terrible, este dios llegó con el Viajero para ayudar a Rhammhy en su tarea de gobernar el mundo. Así termina el Cantar.
Dicen que cuando los Viejos Dioses abandonaron nuestro Universo meditaron largamente quien cuidaría de este Universo.
Entonces el Viajero, de quien unos dicen que era uno de los Viejos Dioses y otros uno de sus criados se ofreció a encontrar uno que gobernase el mundo y lo creado.
Dicen que los Viejos Dioses ya se habían ido cuando el Viajero regresó con Rhammhy, el Rey Dios; si Rhammhy era uno de los Viejos Dioses, un ser de otro Universo o el hijo de alguno de los Viejos Dioses nunca se sabrá.
El Rey Dios se instaló en el Sitial Cósmico y allí contempló lo creado. Pero en el Mundo las fuerzas divinas dejadas por los Viejos Dioses tomaron forma y comenzó la Creación.
Dicen que en el Continente de Kondar en el sur cientos de volcanes comenzaron a estallar con terrible poder y un gran fuego surgió de la tierra, y en medio de volcanes y fuego surgió desnuda Lauria, la Diosa de Fuego.
Lauria era de piel blanca, pecosa y su pelo era pelirrojo y caía en rizadas melenas de su cabeza; cuando abrió su ojos glaucos el Mundo entero tembló y al igual que en el sur de Kondar toda la tierra se encendió y ardió con furia.
Desde entonces en el sur de Kondar se halla la Tierra del Fuego donde nació Lauria.
Dicen que entonces, de repente surgieron cientos de vientos huracanados que enfriaron algunas de aquellas llamaradas primigenias y de entre los vientos y el aire surgió desnuda Durania, la Diosa del Aire.
Durania era de piel blanca pero algo más morena que Lauria, su pelo era castaño y liso, y sus ojos pardos y cuando abrió los ojos los vientos recorrieron el Mundo y los huracanes y los vendavales recorrieron el orbe totalmente.
Durania se posó en una de las Montañas de los Dientes Gélidos, que se llamó el Pilar de la Diosa del Cielo.
Dicen que de la conjunción de aire y nubes volcánicas se formó u gigantesco nubarrón que acabó en gran tempestad y una gran lluvia inundó el Mundo, en lo que se llamó el Diluvio Primigenio.
Este gran diluvio creó los mares, los ríos y los océanos; y de entre la espuma de las aguas de lo que sería el Océano de Mirna surgió desnuda Yalesia, la Diosa del Agua.
Yalesia era de piel muy blanca, casi coralina, su pelo era rubio y liso, y sus ojos de un azul turquesa; y cuando abrió los ojos cientos de tempestades descargaron la lluvia por el Mundo.
Al salir de las aguas de Mirna, sus pies hollaron la Isla del Sur.
Dicen que cuando la lluvia cayó de entre la tierra seca nacieron las primeras plantas que no eran más que hierbas y flores y entre ellas, desnuda, surgió Malenian, la Diosa de la Tierra.
Malenian era de piel blanca pero morena como Durania y su pelo era negro azabache y caía en rizadas melenas de su cabeza, y sus ojos eran verdes. Cuando abrió los ojos todas las flores del mundo florecieron.
La tierra donde nació se llamó desde entonces el Bosque Dorado.
Así pues estos son los Cinco, los Cinco Dioses Originales, a veces se les llama los Cinco Nuevos Dioses.
Pero el Cantar de la Creación no acaba aquí sino que prosigue así:
Dicen que los Viejos Dioses tuvieron que enfrentarse a una oscuridad siniestra en los otros Universos, algunos llaman a esta oscuridad el Mal otros el Caos pero en el Cantar se habla de ellos como la Sombra o las Sombras.
Nadie sabe a ciencia cierta que eran si seres o nada, si entidades surgidas de la mano de un dios o seres que ya pululaban en los rincones oscuros del cosmos; no se sabe nada de la lucha que los Viejos Dioses llevaron a cabo contra ellas.
Lo cierto es que algunas de estas entidades atravesaron el cosmos y hallaron refugio en nuestro mundo; algunas se transformaron en los Gigantes de la Oscuridad, los siniestros gigantes de cien brazos o de diez brazos o incluso de mil brazos; otros se transformaron en los Kars temidos demonios oscuros, otros en criaturas sin nombre de los abismos del mar y de la tierra; pero todos ellos rendían pleitesía a Akkaxyshkk-Norghagg aquel al que llaman La Doble Oscuridad.
Y la Doble Oscuridad llegó a la tierra y pululó por la oscuridad de los días primigenios, pero el Dios-Rey lo vio y saltando del Sitial Cósmico llegó a la tierra envuelto en su armadura de oro y plata con su lanza de diamante estelar y persiguió a la oscuridad.
Dicen que aterrizó en las Tierras de En Medio de Kondar y que cruzó el océano de Mirna.
Una vez cruzada la gran masa de agua llegó al sur de Kondar donde se encontró a Lauria, ella le vio y se entregó a él, y él se despojó de la armadura y yació con ella y en el lugar donde yacieron la pasión de la diosa hizo brotar cien volcanes y la tierra se volvió negra, y de su pasión salió de su vientre el Sol, Auros de cabellos dorados, que con su calor hizo aquellas piedras rojas; por ello aquel lugar se transformó en el Desierto Rojo, y Auros iluminó la tierra y muchas sombras huyeron hacia el norte.
Dicen que Rhammhy prosiguió su caza hacia al norte y cruzó el Mar de Kentyr, cuando se posó en la isla de Kentyr vio a lo lejos en las aguas a Yalesia, ella le vio y huyó pero él la persiguió hasta Kiterei donde ambos yacieron, y aquella isla se llamó isla del Amor, y de su pasión salió del vientre de la diosa del mar la Luna, Argentos de cabellos palteados, y subió a los cielos siguiendo la estela de su hermano.
Rhammhy una vez más prosiguió la caza de las sombras y en los bosques de Cernisia encontró a Malenian y la diosa de la tierra se le abrazó y él yació con ella y del fruto de su pasión del vientre de la diosa surgieron las primeras plantas del mundo.
El Dios-Rey prosiguió la caza una vez más y llegó al Pilar de la Diosa del Cielo, y allí halló a Durania sentada contemplando la tierra y ella le vio y yació con él y del vientre de la diosa surgieron las estrellas que se desparramaron por el cielo.
Mientras Rhammhy prosiguió la persecución de las sombras y estas huyeron a las Tierras Desoladas y allí las atrapó Rhammhy quien con su escudo las aplastó formando la Gran Grieta, más las sombras no murieron sino que se ocultaron en las profundidades y por mucho que las buscó Rhammhy no las encontró.
El Cantar de la Creación sigue con la llegada de Farimos el dios de la Justicia que tenía dos caras una bondadosa y comprensiva y otra terrible, este dios llegó con el Viajero para ayudar a Rhammhy en su tarea de gobernar el mundo. Así termina el Cantar.
Cantar de la Guerra de las Diosas:
El siguiente cantar en los textos antiguos es el de la Guerra de las Diosas. El principio se ha perdido por lo que no sabemos como las diosas se enteraron de que Rhammhy había yacido con todas ellas lo que sí tenemos es la segunda estrofa en la que se narra la Locura de las Diosas con unos textos muy poéticos, especialmente el de Lauria la diosa del fuego:
“Pero tú infame y cruel divinidad no mereces el cósmico trono,
tu divina insolencia castigaremos y lamentarás tus actos,
fuego caerá sobre la creación y como bestia te cazaré…”
tu divina insolencia castigaremos y lamentarás tus actos,
fuego caerá sobre la creación y como bestia te cazaré…”
Como se ve es muy gráfico, así pues las diosas se enfrentaron entre sí por el dios-Rey.
Dicen que la tierra tembló y que los astros tomaron parte por su diosa y que se agrietó la tierra y los mares inundaron regiones enteras, y las estrellas caían del cielo envueltas en llamas.
Por aquella época el pueblo de los saurios y el de los duendes ya habían surgido y estos sucesos aparecen recogidos en sus cantares y en los textos humanos antiguos, y lo que les ocurrió aparece en muchas historias aunque ésta es la más antigua.
Cada diosa formó su ejército.
Lauria creó el Ejército del Fuego; ella transformó algunos saurios en las terribles salamandras y a duendes en los fuegos fatuos y en su cólera divina creó a partir de serpientes a los dragones que materializaron en el mundo la cólera de la diosa.
Yalesia creó el Ejército del Agua; transformó saurios en tritones y duendes en ondinas y creó a las serpientes marinas y a los hombres tortuga.
Malenian creó el mayor ejército, el Ejército de la Tierra; la mayoría de los duendes le fueron leales entre ellos algunos se convirtieron en gnomos y el pueblo de las hadas escuchó su llamada y también los faunos y los terribles centauros.
Durania creó el Ejército del Aire; sus duendes se transformaron en silfos y sílfides, y los gigantes estuvieron a su lado arrojando rocas contra sus enemigos.
Terribles batallas sin cuartel se dieron entre las diosas y centenares de sus partidarios morían por doquier.
Pero otro enemigo participó en la batalla, de la Gran Grieta surgió una sombra era Akkaxyshkk-Norghagg aquel al que llaman La Doble Oscuridad.
En secreto y sinuosamente corrompió a las criaturas en el campo de batalla, así de entre los duendes surgió el pueblo de los trasgos, de entre los gigantes surgieron los ogros, entre los gnomos surgieron los trolls, entre los silfos surgieron los djinn, entre las ondinas las sirenas, entre las sílfides las arpías; por último llegó a corromper a todos los dragones y de entre ellos creo una nueva raza los basiliscos; los saurios amarillos que habían sido neutrales se volcaron en rendir culto a la oscuridad y en pleno centro de Hundar crearon la Ciudad de Akkaxyshkk-Norghagg.
Pero la Doble Oscuridad no contó con Rhammhy ni con Torque.
Torque era un dios que llegó con el Viajero, era enano y de cabellos cobrizos y era un gran herrero y artesano a pesar de ser feo de rostro.
Torque, el Dios Enano fabricó una armadura para Rhammhy de metal estelar y una espada y un escudo del mismo metal. También fabricó una armadura para él y un hacha y una espada de triple filo para Farimos.
Así el Dios-Rey se cubrió con su brillante armadura que sólo mostraba sus ojos y lanzó su vieja lanza de diamante estelar sobre la Ciudad de la Doble Oscuridad, el impactó hizo temblar a todo el orbe y la Ciudad Oscura desapareció, y allí donde estaba había un mar interior y en medio estaba el diamante de Rhammhy cubierto de tierra esta fue a partir de entonces Diamantia, la isla del diamante.
Y el Dios-Rey bajó a la tierra y persiguió a la Doble Oscuridad hasta la Gran Grieta. Y la lucha en torno a la Grieta fue terrible, pero la Doble Oscuridad logró huir, y alrededor de la Gran Grieta se formó un desierto de ceniza negra cristalizada conocido como el Desierto Negro o el Desierto Maldito.
Dicen que la tierra tembló y que los astros tomaron parte por su diosa y que se agrietó la tierra y los mares inundaron regiones enteras, y las estrellas caían del cielo envueltas en llamas.
Por aquella época el pueblo de los saurios y el de los duendes ya habían surgido y estos sucesos aparecen recogidos en sus cantares y en los textos humanos antiguos, y lo que les ocurrió aparece en muchas historias aunque ésta es la más antigua.
Cada diosa formó su ejército.
Lauria creó el Ejército del Fuego; ella transformó algunos saurios en las terribles salamandras y a duendes en los fuegos fatuos y en su cólera divina creó a partir de serpientes a los dragones que materializaron en el mundo la cólera de la diosa.
Yalesia creó el Ejército del Agua; transformó saurios en tritones y duendes en ondinas y creó a las serpientes marinas y a los hombres tortuga.
Malenian creó el mayor ejército, el Ejército de la Tierra; la mayoría de los duendes le fueron leales entre ellos algunos se convirtieron en gnomos y el pueblo de las hadas escuchó su llamada y también los faunos y los terribles centauros.
Durania creó el Ejército del Aire; sus duendes se transformaron en silfos y sílfides, y los gigantes estuvieron a su lado arrojando rocas contra sus enemigos.
Terribles batallas sin cuartel se dieron entre las diosas y centenares de sus partidarios morían por doquier.
Pero otro enemigo participó en la batalla, de la Gran Grieta surgió una sombra era Akkaxyshkk-Norghagg aquel al que llaman La Doble Oscuridad.
En secreto y sinuosamente corrompió a las criaturas en el campo de batalla, así de entre los duendes surgió el pueblo de los trasgos, de entre los gigantes surgieron los ogros, entre los gnomos surgieron los trolls, entre los silfos surgieron los djinn, entre las ondinas las sirenas, entre las sílfides las arpías; por último llegó a corromper a todos los dragones y de entre ellos creo una nueva raza los basiliscos; los saurios amarillos que habían sido neutrales se volcaron en rendir culto a la oscuridad y en pleno centro de Hundar crearon la Ciudad de Akkaxyshkk-Norghagg.
Pero la Doble Oscuridad no contó con Rhammhy ni con Torque.
Torque era un dios que llegó con el Viajero, era enano y de cabellos cobrizos y era un gran herrero y artesano a pesar de ser feo de rostro.
Torque, el Dios Enano fabricó una armadura para Rhammhy de metal estelar y una espada y un escudo del mismo metal. También fabricó una armadura para él y un hacha y una espada de triple filo para Farimos.
Así el Dios-Rey se cubrió con su brillante armadura que sólo mostraba sus ojos y lanzó su vieja lanza de diamante estelar sobre la Ciudad de la Doble Oscuridad, el impactó hizo temblar a todo el orbe y la Ciudad Oscura desapareció, y allí donde estaba había un mar interior y en medio estaba el diamante de Rhammhy cubierto de tierra esta fue a partir de entonces Diamantia, la isla del diamante.
Y el Dios-Rey bajó a la tierra y persiguió a la Doble Oscuridad hasta la Gran Grieta. Y la lucha en torno a la Grieta fue terrible, pero la Doble Oscuridad logró huir, y alrededor de la Gran Grieta se formó un desierto de ceniza negra cristalizada conocido como el Desierto Negro o el Desierto Maldito.
Los Amores del Rey de los Dioses
Muchos fueron los desvaríos amorosos de Rhammhy, no contento con las Cuatro Diosas tuvo muchos y apasionados amores con semidiosas y mujeres mortales.
Farimos, el dios de la Justicia tuvo dos mujeres mortales por compañeras, ambas le dieron descendencia y ambas murieron durante sus partos, desde entonces Farimos está en luto eterno.
De su primera mujer Easeas, nacieron las Diosas Gemelas, Daunia y Dunia, una de pelo rubio como oro puro, y otra de pelo negro cual azabache, ambas se criaron en las praderas que hoy son las Tierras de Sar.
Ambas diosas recorrieron las Tierras de Sar alimentándose de lo que cazaban y de las frutas de los árboles, un día mientras cazaban en la espesura se encontraron con un guerrero gigantesco que acababa de cazar un jabalí; el guerrero no era otro que Rhammhy. El Dios-Rey les ofreció compartir la comida con ellas, y tras comer y beber yació con ambas hermanas.
Las Cuatro Diosas se sintieron furiosas con Rhammhy, más aún cuando Daunia dio a luz a un varón llamado Sar, y Dunia a una mujer llamada Seris.
Para evitar conflictos con las diosas y con Farimos casó a Daunia con su hijo Auros, el dios del sol, y a Dunia con su hijo Argentos, dios de la luna.
Pero a Sar y a Seris les otorgó el gobierno de las Tierras de Sar (como fueron conocidas desde entonces), y ambos se casaron y fundaron la ciudad de Sarpolis, la futura ciudad de los Emperadores.
La segunda mujer de Farimos, Aeliana, dio a luz a Gemmaia, la diosa de la adivinación.
Gemmaia era alta y de piernas largas, su cabello era de color platino y sus ojos eran de diferente color, uno era marro rojizo y el otro verde amarillo. Ella se convirtió en la diosa de los oráculos y comenzó a ejercer de profetisa entre los hombre que se asombraron ante su sabiduría.
Con la intención de poner fin a sus oráculos (los mortales no pueden conocer su destino), Rhammhy descendió al mundo bajo la forma de un terrible guerrero cubierto totalmente por una armadura.
Pero Gemmaia ya preveía su aparición y huyó hacia el bosque de Kelsar. Fue allí donde la atrapó el rey de los dioses y la obligó a yacer con él y a vivir en la Morada Sagrada.
Gemmaia tuvo que someterse, pero en la Morada de los dioses conoció a Torque con quien se unió, y de cuya unión nacieron los enanos, el pueblo de la piedra.
Farimos, el dios de la Justicia tuvo dos mujeres mortales por compañeras, ambas le dieron descendencia y ambas murieron durante sus partos, desde entonces Farimos está en luto eterno.
De su primera mujer Easeas, nacieron las Diosas Gemelas, Daunia y Dunia, una de pelo rubio como oro puro, y otra de pelo negro cual azabache, ambas se criaron en las praderas que hoy son las Tierras de Sar.
Ambas diosas recorrieron las Tierras de Sar alimentándose de lo que cazaban y de las frutas de los árboles, un día mientras cazaban en la espesura se encontraron con un guerrero gigantesco que acababa de cazar un jabalí; el guerrero no era otro que Rhammhy. El Dios-Rey les ofreció compartir la comida con ellas, y tras comer y beber yació con ambas hermanas.
Las Cuatro Diosas se sintieron furiosas con Rhammhy, más aún cuando Daunia dio a luz a un varón llamado Sar, y Dunia a una mujer llamada Seris.
Para evitar conflictos con las diosas y con Farimos casó a Daunia con su hijo Auros, el dios del sol, y a Dunia con su hijo Argentos, dios de la luna.
Pero a Sar y a Seris les otorgó el gobierno de las Tierras de Sar (como fueron conocidas desde entonces), y ambos se casaron y fundaron la ciudad de Sarpolis, la futura ciudad de los Emperadores.
La segunda mujer de Farimos, Aeliana, dio a luz a Gemmaia, la diosa de la adivinación.
Gemmaia era alta y de piernas largas, su cabello era de color platino y sus ojos eran de diferente color, uno era marro rojizo y el otro verde amarillo. Ella se convirtió en la diosa de los oráculos y comenzó a ejercer de profetisa entre los hombre que se asombraron ante su sabiduría.
Con la intención de poner fin a sus oráculos (los mortales no pueden conocer su destino), Rhammhy descendió al mundo bajo la forma de un terrible guerrero cubierto totalmente por una armadura.
Pero Gemmaia ya preveía su aparición y huyó hacia el bosque de Kelsar. Fue allí donde la atrapó el rey de los dioses y la obligó a yacer con él y a vivir en la Morada Sagrada.
Gemmaia tuvo que someterse, pero en la Morada de los dioses conoció a Torque con quien se unió, y de cuya unión nacieron los enanos, el pueblo de la piedra.
El Origen de la Humanidad
Tras la Guerra de las Diosas, y previendo que los celos de sus compañeras podrían volver a provocar una hecatombe, Rhammhy decidió unirlas mediante un pacto.
Tras celebrar sus bodas con las Cuatro Diosas, el Rey-Dios yació con todas ellas en la isla de Kentyr; después extrajo de sus vientres la semilla que había plantado en ellos y la enterró en el barro y el limo de la isla. Una vez hecho eso les obligó a jurar por el barro y el limo de Kentyr que nunca jamás provocarían una guerra y que le amarían a él y al mundo lo suficiente para no volver a provocar algo así.
Cuando así lo hicieron del barro surgieron los primeros hombres y del limo las primeras mujeres, así llegó la humanidad al mundo, como la promesa de las diosas de no iniciar una nueva guerra, y como fruto del amor entre las Cuatro Diosas y Rhammhy.
Tras celebrar sus bodas con las Cuatro Diosas, el Rey-Dios yació con todas ellas en la isla de Kentyr; después extrajo de sus vientres la semilla que había plantado en ellos y la enterró en el barro y el limo de la isla. Una vez hecho eso les obligó a jurar por el barro y el limo de Kentyr que nunca jamás provocarían una guerra y que le amarían a él y al mundo lo suficiente para no volver a provocar algo así.
Cuando así lo hicieron del barro surgieron los primeros hombres y del limo las primeras mujeres, así llegó la humanidad al mundo, como la promesa de las diosas de no iniciar una nueva guerra, y como fruto del amor entre las Cuatro Diosas y Rhammhy.
El Dios Sin Rostro y Sin Nombre
Antes del surgimiento de la humanidad y los seres que pueblan el mundo, llegó a los dioses una nueva deidad con el Viajero. Era el Dios sin Rostro y sin Nombre, más conocido como el Sin Nombre.
Era un ser vestido de negro y plata, ataviado con una capa negra, pero bajo su capucha no se veía nada, nada más que una sombra sin forma.
Así llegó el Señor de la Muerte, aquél a quien todos temen, el guardián de las almas en tránsito, aquel que conduce a los muertos hasta Farimos, que es quien los juzga.
No tiene nombre, ni rostro pero es una deidad temida por todo aquello que respira y vive.
Nada se sabe sobre él, ningún oráculo, ni revelación habla de él. Poco más conocen los hombres del Sin Nombre.
Era un ser vestido de negro y plata, ataviado con una capa negra, pero bajo su capucha no se veía nada, nada más que una sombra sin forma.
Así llegó el Señor de la Muerte, aquél a quien todos temen, el guardián de las almas en tránsito, aquel que conduce a los muertos hasta Farimos, que es quien los juzga.
No tiene nombre, ni rostro pero es una deidad temida por todo aquello que respira y vive.
Nada se sabe sobre él, ningún oráculo, ni revelación habla de él. Poco más conocen los hombres del Sin Nombre.
El Destino de los Muertos
Esto aparece revelado en los Códices de los Muertos. Según estos escritos el alma de los muertos es conducida por el Sin Nombre ante Farimos, el Juez Supremo. Si el difunto se había comportado de acuerdo a las leyes de los dioses y los hombres, mostraba su cara bondadosa, y el difunto se llenaba de alegría. Después era conducido por el Sin Nombre al Valle de los Divinos, un valle a las faldas de la Morada de los Dioses, donde la comida no falta, el agua es fresca, no hay enfermedad, y todo es dicha sin fin.
Mas para aquellos que han violado las leyes, Farimos muestra su cara terrible, y nadie puede mirarle a la cara. Son conducidos a las Tierras Muertas que rodean la Morada y el Valle de los divinos, un erial sin fin, un desierto eterno que recorren por toda la eternidad.
Mas para aquellos que han violado las leyes, Farimos muestra su cara terrible, y nadie puede mirarle a la cara. Son conducidos a las Tierras Muertas que rodean la Morada y el Valle de los divinos, un erial sin fin, un desierto eterno que recorren por toda la eternidad.
Nada es sencillo excepto la creencia en la sencillez.
El Dragón de Plata