14/11/2021 10:53 AM
(This post was last modified: 14/11/2021 04:46 PM by JPQueirozPerez.)
El mundo de Aar, rico en criaturas prodigiosas [¿prodigiosas como los ornitorrincos y los emús, como seres del folclore como los dragones o lo unicornios, como criaturas míticas algo menos usadas en la fantasía occidental como los qilin...? Ya que la obra empieza con infodumping al menos infodumpéame y cuéntame cosas de esas criaturas], fue una vez uno solo, hasta que un enfrentamiento entre dioses lo quebró, en el origen de los tiempos [sonaría mucho mejor que me dijeras que eso fue el origen de los tiempos, porque al menos daría una vuelta de tuerca al cliché de la guerra ancestral]. El velo [a menos que haya entendido mal, el velo oculta a los dioses, a su hogar y sus obras, así que tras velo falta una coma porque de otra forma el velo solo está ocultando a los dioses y no todo lo demás] que ocultaba a los dioses que habían creado Aar, junto con su hogar y sus obras, de aquellos otros que deseaban destruirlos [aquellos otros también son dioses, dime algo sobre la diferencia entre ambos grupos de dioses, porque por lo que has contado, los dioses crearon entre todos el mundo pero empezaron a pelear vaya-usted-a-saber-porque y entonces algunos querían destruirlo todo], se desgarró y el último de sus jirones fue el arma más aterradora jamás blandida [otra vez, si vas a hacer un prólogo que es infodumping, hazlo bien. Esperaría leer algo así en una sinopsis en la contraportada, pero aquí sería bueno saber qué tipo de arma es, y si es parte del misterio que se va a mantener durante la obra, pues al menos decir qué tipo de arma no es].
Cuando el humo de la guerra se hubo aposentado [aposentar en castellano no significa lo que crees que significa], solo Aar quedaba y los vencedores [no sé si han ganado los que protegían al mundo o querían destruirlo. Es de suponer que son los primeros, pero luego dices que uno se queda para reparar los daños causados, así que podría ser un dios arrepentido de sus actos, además de decir que los vencedores partieron] partieron igual que habían llegado. Sin embargo, uno de ellos permaneció en aquel mundo tras la contienda para reparar el daño causado y de su voluntad nacieron las cuatro tejedoras. Ellas tomaron los restos del velo original, repararon los hilos y crearon nuevos velos según los deseos de su señor.
Y cada uno envolvió mundos separados que en realidad estaban enredados, pero eternamente ocultos de los demás por membranas invisibles que es imposible cruzar. [un concepto interesante pero mal presentado: si estás trabajando con unas tejedoras, usa metáforas de corte y confección para contarnos sobre esos mundos (de hecho empiezas a hacerlo al decir que están enredados)]
La primera, tras el velo más denso, apartó a las monstruosas maldiciones que ambas estirpes de dioses [aquí retomas la idea de que ambos grupos son dioses pero deberíamos saber qué tienen de diferentes (no aquí, sino que debería haber sido explicado antes)] habían pronunciado para aniquilarse unos a otros. Y así quedaron encerradas en el Bestiario [llamar a las maldiciones monstruosas, no hace que tenga sentido que las metas en un lugar llamado bestiario siguen siendo maldiciones que en el mejor de los casos, será el equivalente mágico a un virus; si con lo de monstruosas maldiciones hablas de monstruos, debería ser monstruos malditos y no en el otro sentido], un lugar sin retorno, enloquecido y devastado.
Otra tejió un velo para proteger a las pocas criaturas supervivientes, que las apartara de tanta muerte y tanta furia como se había alzado de la tierra. Así nació el Sagrario. Aunque quedaban tan pocos de los primeros nacidos, que el dios dio vida a nuevos seres en aquel refugio, entre ellos a los hombres [o sea, los hombres no existían... Deberías contar un poco más de su creación (y porque crearlos); además, esto retroactivamente me da más razón en el primer comentario], y los recién llegados se adueñaron del continente y le dieron nombre, Faro Are, a lo que ya lo tenía. [le dieron nombre —Faro Are— a lo que ya lo tenía, o le dieron nombre (Faro Are) a lo que ya lo tenía[i] o sino [/i]le dieron un nombre: Faro Are, a lo que ya lo tenía[i]]
La tercera tejió para contener a las armas esclavas de los dioses en la batalla y que ahora vagaban desatadas, azotando el mundo. Habían sido creadas para intentar contener a las maldiciones, pero [ese [/i]pero no tiene sentido porque no estás contraponiendo nada; a menos que añadas algo tipo pero las maldiciones ya estaban encerradas así que no hacían falta] las envolvió tras un poderoso velo y al hacerlo creó el Grimorio, el arsenal divino, donde aún late un poder demasiado ardiente, avivado hasta el extremo en una guerra demasiado cruenta.
Y la última dio reposo a los huesos de los dioses muertos en el Osario, tras un velo helado que era imposible rozar sin consumirse. Allí depositó a los vencedores, pero de los cadáveres de sus enemigos únicamente se habían respetado siete y fueron enterrados en las entrañas de Aar, para evitar que su última obra se desvaneciera con ellos.
Dicen las leyendas que aquel dios se marchó, pero que antes tomó forma humana y que de ella y de su amor por una mujer, antes de perderse en las brumas del tiempo, nació una estirpe de celestiales que hizo del continente de Faro Are un lugar bendecido. Dicen también las leyendas que no todos los dioses enterrados en Aar estaban muertos y que uno surgió de la tierra eras más tarde, solo para ser asesinado. Las leyendas cuentan muchas cosas, ciertas o no. Y de otras, en cambio, nada dicen. [si las leyendas pueden ser mentira o no, no me las cuentes aquí. Uno espera que ese dios asesinado haya sido real, pero entonces dices eso y como va justo a continuación estás diciendo que que probablemente no lo sea, lo que le quita todo el peso. Si lo que quieres es dar peso a que lo único real es lo que viene a continuación entonces pon más leyendas, no solo dos]
Lo único seguro es que ahora los velos se estremecen.
Faro Are, el continente bendecido, y todo el mundo de Aar con él, se ensombrece tras una guerra contra el linaje de celestiales [además de hay un salto temporal que no tiene sentido (estábamos con la creación de los velos, y de pasada el surgimiento de los celestiales), no tiene sentido que hables de una guerra contra quienes bendicen el lugar sin dar un motivo (tal vez los corazones de los hombres anhelan ese poder o están siendo manipulados por ese dios vencido que seguía vivo...] que lo ha gobernado durante milenios. Los hombres se han alzado contra ellos borrando todo vestigio de su poder: los glifos tatuados que compartían sus dones con los mortales, sus inmemoriales y magníficas fortalezas. Sin embargo, nada puede sobrevivir sin la bendición de su presencia que alimenta la tierra y, por ello, algunos aún permanecen cautivos en las ciudades de los reyes que los traicionaron; en Anerhuin, los últimos vestigios de un continente antaño portentoso. Una ofensa imperdonable para los celestiales que todavía permanecen libres, padres, hermanos, exiliados más allá de las montañas, en los parajes donde se libró la Guerra de los Velos, donde nada crece y donde ni siquiera su poder puede revivirlos. El único lugar capaz de ocultar su presencia.
Parapetados tras el poder de un dios muerto, que guarda un viejo agravio contra los celestiales y cuya oscuridad ya ha devorado la mayor parte de Faro Are, los reyes de Anerhuin, reyes de hombres, empiezan a advertir que la tierra se muere y que las cuatro realidades de Aar se retuercen. Los velos se tensan. A veces incluso es posible entrever las sombras del otro lado a través de ellos. Los titanes enterrados que conforman las raíces de aquel mundo se agitan sin saber el motivo y los ojos de las tejedoras, ahora guardianas de los velos, de sus puertas y sus umbrales, se tiñen de oscuridad.
Y, en medio de este caos que se cierne, los celestiales aún luchan por liberar a los suyos, antes de enfrentarse a un dios asesinado, cuya titánica caída desgarró apenas el velo que envuelve el Bestiario, seiscientos Advenimientos atrás, atrayendo hasta los mortales horrores que los dioses nunca debieron alumbrar.
Aspectos técnicos: A nivel técnico me parece muy bien escrito, no he encontrado erratas y lo único que he podido encontrar que he considerado objetivamente un error son temas de puntuación, y el uso de aposentado que no sé si pretendías decir posado o asentado.
Sí hay un problema en la manera en la que cuentas esto, que quita todo el interés por tratarse de un infodumping, funcionaría mejor si esto fuera parte de un libro que está leyendo algún personaje; si no recuerdo mal el texto empezaba con una niña que luego se ponía a buscar a sus hermanos celestiales, así que ella leyendo esto además de dar pie a que decida ponerse a buscar a los otros (porque ya sospecha que es una celestial, o tal vez como un impulso para cuando descubre que lo es) tiene más sentido, y conecta bien con un posible comienzo de la historia en sí, sin que el infodumping parezca tan mal hecho.
Historia y mundo: Historia hay poca porque básicamente no estamos viendo una historia sino un resumen rápido de la creación del mundo (un motivo de porque el personaje leyendo un libro funcionaría tan bien).
El mundo tiene conceptos interesantes pero que no están bien explicados (como cosas que he dicho en los comentarios) o que extrañamente en un texto que solo sirve para escupirnos información se dejan ocultas para mantener un misterio.
Personajes: No puedo hablar de personajes porque los que hacen solo sirven como motor para hacer avanzar los hechos, si esto no va a ser un libro que lee otro personaje, deberías dar pinceladas de los personajes, para que sepamos si las tejedoras tienen alguna clase de voluntad y para saber si el dios que hace todo eso es de los destructores o de los protectores...
Lo mejor: El concepto de los velos, aunque se debe pulir creo que es lo más interesante dentro del worldbuilding.
Lo peor: Que es un texto de infodumping pero mal hecho.
Destacados: La idea de los dioses enterrados, que no implica solo que puedan despertar y causar destrucción en el mundo, sino que alguno decida desenterrarlos y usar sus restos para forjar armas para un ejército.
Sugerencias: O haces que esto sea parte de un libro leído por otro personaje como dije, o lo cambias para que sea un relato como tal (por ejemplo desde el punto de vista del dios, mientras va ordenando a las tejedoras qué deben hacer) y así no queda un simple infodumping que no diferenciaría esta obra de ninguna otra de las tantísimas que se han escrito ya.
Cuando el humo de la guerra se hubo aposentado [aposentar en castellano no significa lo que crees que significa], solo Aar quedaba y los vencedores [no sé si han ganado los que protegían al mundo o querían destruirlo. Es de suponer que son los primeros, pero luego dices que uno se queda para reparar los daños causados, así que podría ser un dios arrepentido de sus actos, además de decir que los vencedores partieron] partieron igual que habían llegado. Sin embargo, uno de ellos permaneció en aquel mundo tras la contienda para reparar el daño causado y de su voluntad nacieron las cuatro tejedoras. Ellas tomaron los restos del velo original, repararon los hilos y crearon nuevos velos según los deseos de su señor.
Y cada uno envolvió mundos separados que en realidad estaban enredados, pero eternamente ocultos de los demás por membranas invisibles que es imposible cruzar. [un concepto interesante pero mal presentado: si estás trabajando con unas tejedoras, usa metáforas de corte y confección para contarnos sobre esos mundos (de hecho empiezas a hacerlo al decir que están enredados)]
La primera, tras el velo más denso, apartó a las monstruosas maldiciones que ambas estirpes de dioses [aquí retomas la idea de que ambos grupos son dioses pero deberíamos saber qué tienen de diferentes (no aquí, sino que debería haber sido explicado antes)] habían pronunciado para aniquilarse unos a otros. Y así quedaron encerradas en el Bestiario [llamar a las maldiciones monstruosas, no hace que tenga sentido que las metas en un lugar llamado bestiario siguen siendo maldiciones que en el mejor de los casos, será el equivalente mágico a un virus; si con lo de monstruosas maldiciones hablas de monstruos, debería ser monstruos malditos y no en el otro sentido], un lugar sin retorno, enloquecido y devastado.
Otra tejió un velo para proteger a las pocas criaturas supervivientes, que las apartara de tanta muerte y tanta furia como se había alzado de la tierra. Así nació el Sagrario. Aunque quedaban tan pocos de los primeros nacidos, que el dios dio vida a nuevos seres en aquel refugio, entre ellos a los hombres [o sea, los hombres no existían... Deberías contar un poco más de su creación (y porque crearlos); además, esto retroactivamente me da más razón en el primer comentario], y los recién llegados se adueñaron del continente y le dieron nombre, Faro Are, a lo que ya lo tenía. [le dieron nombre —Faro Are— a lo que ya lo tenía, o le dieron nombre (Faro Are) a lo que ya lo tenía[i] o sino [/i]le dieron un nombre: Faro Are, a lo que ya lo tenía[i]]
La tercera tejió para contener a las armas esclavas de los dioses en la batalla y que ahora vagaban desatadas, azotando el mundo. Habían sido creadas para intentar contener a las maldiciones, pero [ese [/i]pero no tiene sentido porque no estás contraponiendo nada; a menos que añadas algo tipo pero las maldiciones ya estaban encerradas así que no hacían falta] las envolvió tras un poderoso velo y al hacerlo creó el Grimorio, el arsenal divino, donde aún late un poder demasiado ardiente, avivado hasta el extremo en una guerra demasiado cruenta.
Y la última dio reposo a los huesos de los dioses muertos en el Osario, tras un velo helado que era imposible rozar sin consumirse. Allí depositó a los vencedores, pero de los cadáveres de sus enemigos únicamente se habían respetado siete y fueron enterrados en las entrañas de Aar, para evitar que su última obra se desvaneciera con ellos.
Dicen las leyendas que aquel dios se marchó, pero que antes tomó forma humana y que de ella y de su amor por una mujer, antes de perderse en las brumas del tiempo, nació una estirpe de celestiales que hizo del continente de Faro Are un lugar bendecido. Dicen también las leyendas que no todos los dioses enterrados en Aar estaban muertos y que uno surgió de la tierra eras más tarde, solo para ser asesinado. Las leyendas cuentan muchas cosas, ciertas o no. Y de otras, en cambio, nada dicen. [si las leyendas pueden ser mentira o no, no me las cuentes aquí. Uno espera que ese dios asesinado haya sido real, pero entonces dices eso y como va justo a continuación estás diciendo que que probablemente no lo sea, lo que le quita todo el peso. Si lo que quieres es dar peso a que lo único real es lo que viene a continuación entonces pon más leyendas, no solo dos]
Lo único seguro es que ahora los velos se estremecen.
Faro Are, el continente bendecido, y todo el mundo de Aar con él, se ensombrece tras una guerra contra el linaje de celestiales [además de hay un salto temporal que no tiene sentido (estábamos con la creación de los velos, y de pasada el surgimiento de los celestiales), no tiene sentido que hables de una guerra contra quienes bendicen el lugar sin dar un motivo (tal vez los corazones de los hombres anhelan ese poder o están siendo manipulados por ese dios vencido que seguía vivo...] que lo ha gobernado durante milenios. Los hombres se han alzado contra ellos borrando todo vestigio de su poder: los glifos tatuados que compartían sus dones con los mortales, sus inmemoriales y magníficas fortalezas. Sin embargo, nada puede sobrevivir sin la bendición de su presencia que alimenta la tierra y, por ello, algunos aún permanecen cautivos en las ciudades de los reyes que los traicionaron; en Anerhuin, los últimos vestigios de un continente antaño portentoso. Una ofensa imperdonable para los celestiales que todavía permanecen libres, padres, hermanos, exiliados más allá de las montañas, en los parajes donde se libró la Guerra de los Velos, donde nada crece y donde ni siquiera su poder puede revivirlos. El único lugar capaz de ocultar su presencia.
Parapetados tras el poder de un dios muerto, que guarda un viejo agravio contra los celestiales y cuya oscuridad ya ha devorado la mayor parte de Faro Are, los reyes de Anerhuin, reyes de hombres, empiezan a advertir que la tierra se muere y que las cuatro realidades de Aar se retuercen. Los velos se tensan. A veces incluso es posible entrever las sombras del otro lado a través de ellos. Los titanes enterrados que conforman las raíces de aquel mundo se agitan sin saber el motivo y los ojos de las tejedoras, ahora guardianas de los velos, de sus puertas y sus umbrales, se tiñen de oscuridad.
Y, en medio de este caos que se cierne, los celestiales aún luchan por liberar a los suyos, antes de enfrentarse a un dios asesinado, cuya titánica caída desgarró apenas el velo que envuelve el Bestiario, seiscientos Advenimientos atrás, atrayendo hasta los mortales horrores que los dioses nunca debieron alumbrar.
Aspectos técnicos: A nivel técnico me parece muy bien escrito, no he encontrado erratas y lo único que he podido encontrar que he considerado objetivamente un error son temas de puntuación, y el uso de aposentado que no sé si pretendías decir posado o asentado.
Sí hay un problema en la manera en la que cuentas esto, que quita todo el interés por tratarse de un infodumping, funcionaría mejor si esto fuera parte de un libro que está leyendo algún personaje; si no recuerdo mal el texto empezaba con una niña que luego se ponía a buscar a sus hermanos celestiales, así que ella leyendo esto además de dar pie a que decida ponerse a buscar a los otros (porque ya sospecha que es una celestial, o tal vez como un impulso para cuando descubre que lo es) tiene más sentido, y conecta bien con un posible comienzo de la historia en sí, sin que el infodumping parezca tan mal hecho.
Historia y mundo: Historia hay poca porque básicamente no estamos viendo una historia sino un resumen rápido de la creación del mundo (un motivo de porque el personaje leyendo un libro funcionaría tan bien).
El mundo tiene conceptos interesantes pero que no están bien explicados (como cosas que he dicho en los comentarios) o que extrañamente en un texto que solo sirve para escupirnos información se dejan ocultas para mantener un misterio.
Personajes: No puedo hablar de personajes porque los que hacen solo sirven como motor para hacer avanzar los hechos, si esto no va a ser un libro que lee otro personaje, deberías dar pinceladas de los personajes, para que sepamos si las tejedoras tienen alguna clase de voluntad y para saber si el dios que hace todo eso es de los destructores o de los protectores...
Lo mejor: El concepto de los velos, aunque se debe pulir creo que es lo más interesante dentro del worldbuilding.
Lo peor: Que es un texto de infodumping pero mal hecho.
Destacados: La idea de los dioses enterrados, que no implica solo que puedan despertar y causar destrucción en el mundo, sino que alguno decida desenterrarlos y usar sus restos para forjar armas para un ejército.
Sugerencias: O haces que esto sea parte de un libro leído por otro personaje como dije, o lo cambias para que sea un relato como tal (por ejemplo desde el punto de vista del dios, mientras va ordenando a las tejedoras qué deben hacer) y así no queda un simple infodumping que no diferenciaría esta obra de ninguna otra de las tantísimas que se han escrito ya.