Yaooo! Estoy intentando ponerme al día con los temas del foro y mientras lo hago me pareció perfecto dejarles una parte de mi escrito :B. En este caso es una de las historias más emblemáticas de mi Libro. Narra una historia desde los puntos de vista de los dos antagonistas más importantes del libro: Ryu, el reencarnado y Harnakon, el principe corrupto (quizás alguno se anime a aventurarse e intentar adivinar quién es quien antes de terminar los 5 capitulos :3)
Si les gusta y quieren puedo subir en unos días algunos capítulos del libro, eso ya es su decisión (y también dependerá del tiempo que disponga xD)
Sin más, les dejo los cinco que corresponden a la historia completa:
1
Mal sabor.
La suave luz del sol recién despierto entraba por una pequeña rendija de una ventana hasta reposar sobre el rostro durmiente de alguien con una resaca infernal. El sujeto hizo una mueca de disgusto al notar el cálido tacto de aquel gigantesco astro.
Una voz resonó dentro de su cabeza mientras intentaba enderezarse en la dura cama <<Llegas tarde>> Se frotó los ojos con ambas manos y luego volvió a sentir ese molesto sonido.
<<Mierda>> dijo para sí mismo. Se puso de pie de un salto pero tuvo que sujetarse de una pata de la cama para no perder el equilibrio, aún estaba mareado. Sentía como si la cabeza le fuera a explotar, su boca pastosa al igual que su rojizo cabello lo desconcertaba, ¿qué había bebido exactamente? Se miro en el espejo de la habitación, iba vestido con una larga túnica negra y, debajo de eso, unas harapientas prendas.
El fuerte golpeteo de la puerta lo hizo volver en sí <<Por la ventana, Eleinor>> La suave voz, la cual no era más bien como un débil suspiro, volvió a resonar en la cabeza del sujeto. Se sintió un crujido y la puerta de la habitación se abrió de par en par, tres hombres armados con largas espadas entraron a la fuera y se abalanzaron sobre el borracho pero éste, sin dudarlo, saltó por la ventana. Se tapó la cara con los brazos para evitar que los pedazos de cristal lo lastimaran, su corazón se aceleró mientras sentía el aire peinar su erizado cabello rojo. Cayó de pie sin problemas pero luego de unos segundos hizo un gemido de dolor y notó que su pierna derecha tenía una rasgadura.
La ciudad olía a asfalto, sudor y cerveza. A pesar de ser temprano había muchas personas recorriendo las calles, muchos de ellos iban en carromato tirados por fuertes caballos.
—Impresionante —Escuchó unos susurros detrás de él. Saltó desde el tercer piso, ¿estará bien?
Llevó la vista hacia arriba para comprobar si lo que acababa de oír verdad e incluso él se sorprendió, efectivamente la habitación donde había despertado estaba tres pisos por encima de las adoquinadas calles de la ciudad. Esbozó una amplia sonrisa pero antes de poder deleitarse por su proeza sintió el pesado metal de la armadura de los guardias golpear contra el suelo, iban tras él. Corrió con dificultad hasta un oscuro callejón, no muy lejos de la posada donde acababa de saltar, que desembocaba hasta otro sector de la ciudad, con más gente. Intuitivamente se colocó la capucha de aquella oscura túnica y se perdió entre la maraña de gente.
2
Cuentos de antaño.
El sol resplandecía con fervor. Su calurosa luz volvía cansador el arduo trabajo de una pequeña granja manejada por una familia y un visitante que buscaba un lugar donde quedarse por algunos días. El aroma a estiércol, pasto seco y suciedad se hacían más presentes en esa época del año, para los que vivían allí no era un problema, ya estaban acostumbrados, pero para los que llegaran nuevos podía resultar molesto.
El viajero se encontraba alimentando los animales dentro del establo, se secó una gota de sudor que recorría su perfil derecho con lentitud. Una muchacha joven entró por las grandes puertas con una amplia sonrisa dibujada en sus finos labios.
—¿Cómo se siente trabajar bajo la luz ferviente del sol, viajero? —Preguntó con un tono burlón.
—Estoy dentro del granero desde hace un par de horas ocupándome de los animales, el sol no me alcanza aquí —Respondió con sarcasmo.
La muchacha se quedó muda unos momentos. Arqueó una ceja y continuó pensando, luego estiró ambos brazos y ensanchó su sonrisa.
—¡Tienes razón! —Dijo con entusiasmo mientras llevaba sus brazos nuevamente a su cintura—. Acompáñame a la ciudad, así no te aburrirás.
—Tu padre se molestará si me demoro Deva.
—Tengo que traer objetos muy pesados, mi padre se molestará más si se entera que me forzaste a ir sola —El viajero suspiró molesto y luego asintió. La muchacha aplaudió—. Bien, vamos.
* * *
La ciudad no estaba muy lejos de su granja pero aun así tenían que movilizarse con uno de los mejores carros de la granja para traer todo lo que necesitaban. Mientras avanzaban por las calles adoquinadas de Morthal, una de las ciudades más grandes y pobladas de Concordia, escucharon un fuerte ruido y los alaridos de sorpresa de algunas personas. Al voltear pudieron ver a un sujeto saltar desde un tercer piso en una de las posadas más elegantes de la ciudad, luego éste se enderezó y se perdió en un oscuro callejón no muy lejos de la posada.
—¿Viste eso Harry? —Devi estaba emocionada, disfrutaba viajar a la ciudad porque siempre podía presenciar algo más interesante de lo que veía encerrada en la granja.
El viajero ignoró la pregunta de la joven y volvió la vista al frente, sujetando con fuerza las riendas para asegurarse que no se soltaran los caballos. Avanzaron por unos minutos y luego Devi hizo un ademan para que Harry se detuviera. El lugar era una especie de biblioteca vieja atendida por un anciano con cara de odio, la joven intercambió un par de palabras y luego forzó al viajero a cargar un par de cajas pesadas, al terminar emprendieron viaje de vuelta a la granja.
—Creí que buscaríamos comida para los animales —Comentó Harry con frustración—. ¿Estás segura que ese era el lugar correcto? Si molestamos a tu padre me echará.
—No te preocupes, lo que hay en esas cajas se venderá por mucha comida.
3
Mal color.
El pelirrojo ya se encontraba fuera de la ciudad, una sensación de satisfacción lo invadió. Avanzó dando saltitos mientras miraba hacia el cielo, nubes negras se hacían presentes, se aproximaba una tormenta y necesitaba un lugar donde quedarse antes de que ésta llegara. Luego de caminar por unos minutos pudo ver una pequeña granja asomándose por el horizonte. <<Apresúrate>> Dijo la melodiosa voz <<Ya vienen>>
—¿Qué puedo ofrecerle? —Dijo un hombre mayor que duplicaba en tamaño al pelirrojo. Permaneció en silencio intentando recordar cómo había llegado hasta allí tan rápidamente pero el rostro desafiante del sujeto que estaba frente a él lo preocupó. Hizo una elegante reverencia que extrañó al granjero.
—Necesito un lugar donde quedarme esta noche —Se apresuró a decir—. Hasta que la tormenta amaine.
—Lo lamento pero tendrá que buscar otro sitio, esta noche no es un buen momento —El sujeto tenía una expresión dura en el rostro.
El pelirrojo hizo una mueca de disgusto pero antes que pudiera agregar algo la suave voz dentro de su cabeza volvió a hablar <<Ya vienen, vete Eleinor>> se despidió con otra elegante reverencia. Luego sus oídos comenzaron a zumbar y un agudo silbido lo distrajo. Perdió brevemente el conocimiento y todo se quedó en negro, una elegante música de piano y violín se escuchó a la distancia por unos segundos, luego cesó lentamente. Cuando recobró el sentido se encontraba de pie frente a una columna de humo que se elevaba hasta el cielo rojo, esbozó una amplia sonrisa y corrió hacia su origen pero al llegar y ver que las llamas eran de un color azul marino su rostro se ensombreció.
<<Que desperdicio de poder>> pensó con repulsión mientras observaba una gran llamarada alzarse frente a él. Paseó la vista por el lugar y pudo ver a un sujeto saliendo entre los escombros con dificultad, sus miradas se cruzaron y permanecieron inmóviles por unos segundos. El pelirrojo levantó su mano saludando al moribundo sujeto, luego volteó y se dirigió nuevamente al camino, alejándose de las ruinas ardientes de aquella granja.
Si les gusta y quieren puedo subir en unos días algunos capítulos del libro, eso ya es su decisión (y también dependerá del tiempo que disponga xD)
Sin más, les dejo los cinco que corresponden a la historia completa:
1
Mal sabor.
La suave luz del sol recién despierto entraba por una pequeña rendija de una ventana hasta reposar sobre el rostro durmiente de alguien con una resaca infernal. El sujeto hizo una mueca de disgusto al notar el cálido tacto de aquel gigantesco astro.
Una voz resonó dentro de su cabeza mientras intentaba enderezarse en la dura cama <<Llegas tarde>> Se frotó los ojos con ambas manos y luego volvió a sentir ese molesto sonido.
<<Mierda>> dijo para sí mismo. Se puso de pie de un salto pero tuvo que sujetarse de una pata de la cama para no perder el equilibrio, aún estaba mareado. Sentía como si la cabeza le fuera a explotar, su boca pastosa al igual que su rojizo cabello lo desconcertaba, ¿qué había bebido exactamente? Se miro en el espejo de la habitación, iba vestido con una larga túnica negra y, debajo de eso, unas harapientas prendas.
El fuerte golpeteo de la puerta lo hizo volver en sí <<Por la ventana, Eleinor>> La suave voz, la cual no era más bien como un débil suspiro, volvió a resonar en la cabeza del sujeto. Se sintió un crujido y la puerta de la habitación se abrió de par en par, tres hombres armados con largas espadas entraron a la fuera y se abalanzaron sobre el borracho pero éste, sin dudarlo, saltó por la ventana. Se tapó la cara con los brazos para evitar que los pedazos de cristal lo lastimaran, su corazón se aceleró mientras sentía el aire peinar su erizado cabello rojo. Cayó de pie sin problemas pero luego de unos segundos hizo un gemido de dolor y notó que su pierna derecha tenía una rasgadura.
La ciudad olía a asfalto, sudor y cerveza. A pesar de ser temprano había muchas personas recorriendo las calles, muchos de ellos iban en carromato tirados por fuertes caballos.
—Impresionante —Escuchó unos susurros detrás de él. Saltó desde el tercer piso, ¿estará bien?
Llevó la vista hacia arriba para comprobar si lo que acababa de oír verdad e incluso él se sorprendió, efectivamente la habitación donde había despertado estaba tres pisos por encima de las adoquinadas calles de la ciudad. Esbozó una amplia sonrisa pero antes de poder deleitarse por su proeza sintió el pesado metal de la armadura de los guardias golpear contra el suelo, iban tras él. Corrió con dificultad hasta un oscuro callejón, no muy lejos de la posada donde acababa de saltar, que desembocaba hasta otro sector de la ciudad, con más gente. Intuitivamente se colocó la capucha de aquella oscura túnica y se perdió entre la maraña de gente.
2
Cuentos de antaño.
El sol resplandecía con fervor. Su calurosa luz volvía cansador el arduo trabajo de una pequeña granja manejada por una familia y un visitante que buscaba un lugar donde quedarse por algunos días. El aroma a estiércol, pasto seco y suciedad se hacían más presentes en esa época del año, para los que vivían allí no era un problema, ya estaban acostumbrados, pero para los que llegaran nuevos podía resultar molesto.
El viajero se encontraba alimentando los animales dentro del establo, se secó una gota de sudor que recorría su perfil derecho con lentitud. Una muchacha joven entró por las grandes puertas con una amplia sonrisa dibujada en sus finos labios.
—¿Cómo se siente trabajar bajo la luz ferviente del sol, viajero? —Preguntó con un tono burlón.
—Estoy dentro del granero desde hace un par de horas ocupándome de los animales, el sol no me alcanza aquí —Respondió con sarcasmo.
La muchacha se quedó muda unos momentos. Arqueó una ceja y continuó pensando, luego estiró ambos brazos y ensanchó su sonrisa.
—¡Tienes razón! —Dijo con entusiasmo mientras llevaba sus brazos nuevamente a su cintura—. Acompáñame a la ciudad, así no te aburrirás.
—Tu padre se molestará si me demoro Deva.
—Tengo que traer objetos muy pesados, mi padre se molestará más si se entera que me forzaste a ir sola —El viajero suspiró molesto y luego asintió. La muchacha aplaudió—. Bien, vamos.
* * *
La ciudad no estaba muy lejos de su granja pero aun así tenían que movilizarse con uno de los mejores carros de la granja para traer todo lo que necesitaban. Mientras avanzaban por las calles adoquinadas de Morthal, una de las ciudades más grandes y pobladas de Concordia, escucharon un fuerte ruido y los alaridos de sorpresa de algunas personas. Al voltear pudieron ver a un sujeto saltar desde un tercer piso en una de las posadas más elegantes de la ciudad, luego éste se enderezó y se perdió en un oscuro callejón no muy lejos de la posada.
—¿Viste eso Harry? —Devi estaba emocionada, disfrutaba viajar a la ciudad porque siempre podía presenciar algo más interesante de lo que veía encerrada en la granja.
El viajero ignoró la pregunta de la joven y volvió la vista al frente, sujetando con fuerza las riendas para asegurarse que no se soltaran los caballos. Avanzaron por unos minutos y luego Devi hizo un ademan para que Harry se detuviera. El lugar era una especie de biblioteca vieja atendida por un anciano con cara de odio, la joven intercambió un par de palabras y luego forzó al viajero a cargar un par de cajas pesadas, al terminar emprendieron viaje de vuelta a la granja.
—Creí que buscaríamos comida para los animales —Comentó Harry con frustración—. ¿Estás segura que ese era el lugar correcto? Si molestamos a tu padre me echará.
—No te preocupes, lo que hay en esas cajas se venderá por mucha comida.
3
Mal color.
El pelirrojo ya se encontraba fuera de la ciudad, una sensación de satisfacción lo invadió. Avanzó dando saltitos mientras miraba hacia el cielo, nubes negras se hacían presentes, se aproximaba una tormenta y necesitaba un lugar donde quedarse antes de que ésta llegara. Luego de caminar por unos minutos pudo ver una pequeña granja asomándose por el horizonte. <<Apresúrate>> Dijo la melodiosa voz <<Ya vienen>>
—¿Qué puedo ofrecerle? —Dijo un hombre mayor que duplicaba en tamaño al pelirrojo. Permaneció en silencio intentando recordar cómo había llegado hasta allí tan rápidamente pero el rostro desafiante del sujeto que estaba frente a él lo preocupó. Hizo una elegante reverencia que extrañó al granjero.
—Necesito un lugar donde quedarme esta noche —Se apresuró a decir—. Hasta que la tormenta amaine.
—Lo lamento pero tendrá que buscar otro sitio, esta noche no es un buen momento —El sujeto tenía una expresión dura en el rostro.
El pelirrojo hizo una mueca de disgusto pero antes que pudiera agregar algo la suave voz dentro de su cabeza volvió a hablar <<Ya vienen, vete Eleinor>> se despidió con otra elegante reverencia. Luego sus oídos comenzaron a zumbar y un agudo silbido lo distrajo. Perdió brevemente el conocimiento y todo se quedó en negro, una elegante música de piano y violín se escuchó a la distancia por unos segundos, luego cesó lentamente. Cuando recobró el sentido se encontraba de pie frente a una columna de humo que se elevaba hasta el cielo rojo, esbozó una amplia sonrisa y corrió hacia su origen pero al llegar y ver que las llamas eran de un color azul marino su rostro se ensombreció.
<<Que desperdicio de poder>> pensó con repulsión mientras observaba una gran llamarada alzarse frente a él. Paseó la vista por el lugar y pudo ver a un sujeto saliendo entre los escombros con dificultad, sus miradas se cruzaron y permanecieron inmóviles por unos segundos. El pelirrojo levantó su mano saludando al moribundo sujeto, luego volteó y se dirigió nuevamente al camino, alejándose de las ruinas ardientes de aquella granja.
“Te llevaste mi mejor mitad, Sin Sangre, y lo que dejaste es a un peligroso enemigo” –Wyrell.
“Dentro de mi locura, tengo mi propia cordura” -Avelon.
Concordia - [1/3]