2.222 : 1ª parte.
Capítulo 1: WILPENA POUND, WINLAND, 2 y 3 de enero de 2222.
1.1
"¿Gomera-Canarias ? ¿Liechtenstein ? ¿Kalevala?"
En el tatami, el pass materializa imágenes de las tres ofertas de vacaciones de Winland en Europa. Tao, tumbado en un policojín, las visiona con la mirada distraída, mordisqueando una barra de chocosoja.
Gomera-Canarias, es el verano todo el año, la fiesta en continuo, todos los excesos, sol, mar, sexo y drogas seguras. Ideal para celebrar sus 26 años, la mayoría de edad y el fin de su Middle School. Gran parte de sus compañeros de promoción van allí, sobre todo los más fiesteros. Los estudiosos prefieren Liechtenstein, a menos de 15 minutos de las principales atracciones del viejo continente. Y los deportistas, los amantes de los espacios naturales escogen Kalevala. Dicen que aún hay nieve natural y que se puede respirar el aire libremente, sin ningún tipo de mascarilla. Esta sensación de sobredosis de oxígeno, el "windshoot", como lo llaman, Tao ya la ha experimentado durante sus trekkings en el desierto australiano, pero la experiencia debe ser muy diferente tan cerca del polo Norte. Pregunta a su laserpencil:
"¿Dónde va Moon?
— Kalevala.
— Joder… ¿Por qué coño va a Kalevala ?
— "Coño", ¿sinónimo de “vagina”?
— No, para nada. Formulo de nuevo. ¿Qué va a hacer Moon en Kalevala?
— Oxigenoterapia.
— Elimina Kalevala."
Adiós al ártico, pero Tao no quiere en absoluto viajar a la misma colonia que su hermana gemela. Después de 26 años sin despegarse de ella, tiene por fin la oportunidad de estar a solas, durante todo un cuatrimestre, sin tener que vigilar constantemente a su alter ego femenino.
"Elimina Gomera también."
Tampoco tiene ganas de cruzarse con demasiados compañeros de clase, esta camarilla de gallitos hedonistas y superficiales, que sólo se fijan en él porque es el hijo de Abraham Windseller, el gran administrador de Winland.
Sólo queda Liechtenstein. Sin lugar a dudas, los encuentros serán más enriquecedores, la estancia más instructiva. Pero encadenar visitas a ciudades-museos puede resultar aburridísimo. Levantarse a las ocho para coger la nave que te conduce a París, contemplar las orillas del Sena detrás de un cristal por la mañana, cambiar de nave para continuar con la City de Londres por la tarde, volver a la noche a la colonia, y la mañana siguiente, visitar Pompeya y Atenas, no es una perspectiva muy alentadora. Sólo los parques subacuáticos de Ámsterdam y de Venecia son algo divertidos, según le han contado. Por lo menos puedes visitarlos buceando.
Tao suspira. Los estudiantes de Wilpena Pound, una de la más prestigiosa Middle School de Oceanía, tienen la obligación de dar la vuelta al mundo al final de sus estudios, y pasar por lo menos un mes y medio en cada continente. En Asia y América existe una gran cantidad de estancias posibles, pero para Europa y África, la oferta es muy limitada. Son dos continentes peligrosos, arcaicos y tóxicos, enzarzados en estúpidos conflictos étnicos o religiosos. Salvo tres colonias de vacaciones y cuatro bases militares, Winland nunca logró implantarse de verdad en la zona.
"Después de todo... ¿Por qué no las hipernaciones? Enséñame las estaciones que existen en Europa. "
Un mapa plagado de puntitos de colores aparece en el tatami. En verde, las estaciones seguras, en amarillo y en naranja, las inestables, en rojo las prohibidas. Se ilumina el rostro del joven, ya ha encontrado sus vacaciones ideales. Ningún compañero se atreverá a pernoctar en las hipernaciones. Tao podrá por fin vagar a su antojo de manera anónima y olvidar por un momento la tutela de su padre y de su país. Él que soñaba con aventuras y sorpresas, va estar servido. Demasiado, tal vez.
Las hipernaciones de Europa no gozan de muy buena prensa en Winland. Sin embargo, son perfectamente viables para el turismo, la seguridad está garantizada así como la higiene del agua, del aire y de la alimentación. Si tienen una bandera verde o amarilla y uno no trata de pasar el límite de cada estación no hay absolutamente ningún peligro, pero los prejuicios son tenaces. "Sucias y malolientes", "llenas de racistas, sexistas y devoradores de animales", "coladeros para los parias", Tao ha escuchado mil veces esos comentarios acerca de las hipernaciones de Europa, pero también tiene un amigo, Aldous, que pasó allí un cuatrimestre entero el año pasado y regresó entusiasmado.
"Llama a Aldous.
— Desconectado. ¿Un mensaje?
— Sí... ¡Hey, fucking gran tío! ¿Qué haces este verano? Tengo un plan que proponerte.
Mientras espera la respuesta de su amigo, el chico, con su laserpencil, apunta "Paris-Valois", "Roma-Capitolio" y "Alhambra-Andalusy” en busca de alojamientos. Los nombres están en francés, en italiano, en español. Los europeos siguen hablando sus idiomas locales, algunos incluso tienen dificultad a la hora de comunicarse en internenglish, por lo que dice Aldous. Tao sonríe descubriendo las apelaciones "B & B", "hotel ", "albergue", a la vieja usanza... En París, encuentra un "resort " ubicado en un antiguo edificio del siglo 20 cerca de la plaza de la defensa, en pleno casco histórico. Una auténtica mansión embrujada, por tan sólo 20 wincoins la noche, menos de la mitad que en Winland. En el desayuno puedes, si eres un poco curioso y no muy escrupuloso, probar las especialidades europeas, "baguettes", "vino tinto", "queso con leche de vaca”. Sin embargo, el menú también propone "pollo" y "jamón"... Repugnante. No es un mito, de verdad en Euráfrica la gente sigue comiendo animales muertos. Tao apaga el pass, asqueado. Pensándolo bien, tal vez no sea tan buena idea visitar las hipernaciones, piensa entonces.
1.2
"Una llamada de mamá, prioridad 3. ¿Contestas?
— ¿Tres? Sí, por supuesto."
Raras veces su madre utiliza este nivel de prioridad, reservado para los mensajes más urgentes.
"Cariño, ¿puedes bajar de tu habitación, por favor? Te estoy esperando en el invernadero.
— ¿Qué pasa, mamá?
— Ven abajo y te lo diré."
Tao se viste rápidamente con una túnica de andar por casa y baja las escaleras corriendo. Encuentra a su madre en medio de su jardín Zen, podando una fila de bonsáis sintéticos. Al oír el paso apresurado de su hijo, se da la vuelta lentamente y sonríe. Su madre está radiante, como siempre. Tao nunca la ha visto perder la calma, incluso en las situaciones más críticas, como cuando su hermana Moon tuvo su último ataque retroviral. Ella es la tranquilidad y la dulzura personalizada y realmente hace honor a su nombre, Kwam Samaki, "armonía" en Tailandés, su lengua materna. A pesar de sus 55 años, todavía tiene la talla y el aspecto de una jovenzuela. Nunca la más mínima arruga surcó su rostro de muñeca oriental. Se las arregló para evitar las expresiones de ansiedad y los malos pensamientos que deforman los rasgos y provocan el envejecimiento prematuro de las células de la piel, al menos es lo que ella afirma. Tao sabe que en realidad ella sigue en secreto un tratamiento "ever young", pero aparte de este pequeño defecto de coquetería, es una mujer absolutamente perfecta. Ésta fue justamente la razón por la cual su padre, hace veintiséis años, la eligió entre miles de candidatas para procrear sus retoños número 162 y 163.
"Tu padre, hijo mío. Quiere conocerte.
Tao se queda aturdido. Después de un breve silencio, se queja:
— Pues yo no, para nada."
Su madre le acaricia la mejilla y sigue con un tono suave.
"No te enojes, hijo mío, ya sabes que no es bueno para la salud y que no sirve para nada. No existe alternativa. Para tu padre es una tradición, ve a sus hijos al menos dos veces en sus vidas, el día del nacimiento y al terminar la Middle School.
— Pero... ¿Tú lo sabías? ¿Por qué no me lo dijiste?
— No, no lo sabía. Fue el asesor personal de tu padre quién me llamó hace un momento y me informó de ello. Él dijo que siempre proceden de esta manera, llamando de un día para otro, para evitar que los niños se preparen demasiado para el encuentro. Se trata de una reunión familiar e informal, el asesor insistió en ello.
— ¿De un día para otro, dices? Entonces, esto significa…
— Sí, es para mañana. Es en América, en Dakota Palace. Tendrás que coger el tubo del Pacífico a las ocho, llegarás más o menos a las doce. Y la reunión durará sólo una hora. Ya ves, cariño, podrás volver a dormir a casa.
— ¿Ocho horas de viaje en el mismo día? ¿Y una hora entera con mi padre? Pero, ¿qué le voy contar yo? ¿A una momia de 175 años que controla el mundo desde su burbuja?
— No lo llames momia, los ancianos merecen todo nuestro respecto. Además se trata de tu padre.
— Perdona mamá.
— Me imagino que tu padre sabrá cómo romper el hielo, si se trata de un ritual que repite con cada hijo, cada año desde hace más de un siglo.
— ¿Y cómo debería llamarlo, "Papá" o "Admin" como el resto de los mortales?
— Ni "Papá", ni “Admin", llámalo" Padre "... Te lo suplico, escúchame bien, Tao. Tendrás que controlar tus emociones. Que no se note tu rabia, que no digas una palabra de más, que no sueltes ni una lágrima. Mántente concentrado, como si se tratara de un examen. Olvida que es tu padre, piensa que ahí está el hombre más influyente del mundo, dispuesto a escucharte durante una hora entera. ¿Ves? Este encuentro es una noticia muy positiva, en el fondo, es una ocasión única de exponer tus ideas, tus proyectos. Pero tienes que dar muestras de madurez si quieres que la experiencia te sea beneficiosa, ¿entiendes? Tienes que ser brillante y aparentar seguridad en ti mismo, pero a la vez evitar ser distante. Tienes que gustarle.
— ¿Y si no le gusto?
Tao cae en una de los banquetas del jardín, desconcertado. Su madre se sienta junto a él para darle un abrazo. Le susurra en el oído:
— No tendrá importancia, supongo, pero seguro que le vas a gustar. Eres el más hermoso y el más listo de todos los chicos de Australia, no tienes nada que temer. Además, no estarás sólo. Moon irá contigo. Tiene la misma cita que tú, entre las 12:30 y 13:30. Supongo que vais a permanecer juntos durante toda la entrevista."
Por una vez, la idea de estar con su hermana complace a Tao.
"¿Moon ya lo sabe?
— No, aún no. Por ahora, está echando la siesta, no podemos despertarla. ¿Quieres que se lo digamos juntos esta noche?
— No. Me voy a quedar en mi habitación. Tengo que meditar. No me esperéis para cenar, ¿vale?
— Haces bien. Medita en paz, cariño. Es el momento adecuado para averiguar lo que realmente deseas. Pero quiero que sepas que sea cual sea tu decisión, estaré contigo."
Una vez en su habitación, Tao se derrumba en su tatami. Maew Di, su tigre vegetariano enano, advirtiendo la tristeza de su amo, entra en su cuarto para ronronearle junto a su cuello. Acariciándolo, Tao no puede evitar derramar unas lágrimas. ¿Que piense en lo que quiere hacer? Él no quiere nada en especial, no tiene ningún gran proyecto, ningún sueño profesional, tan sólo le apetece vivir, descubrir y soñar. Son los demás quienes quieren por él. Su madre cree que su apatía proviene de una falta de madurez, la adolescencia duraría un poco más para él que para otros niños. Según ella es buena señal, ya que los mejores frutos tardan en madurar. Pero él piensa exactamente lo contrario, que será por fin adulto el día en que encuentre el valor de decir "no". Mientras tanto, sigue avanzado, arrastrando los pies por el camino que otros han trazado para él. Todo está previsto, todo está programado, le prometieron un futuro brillante antes incluso de su concepción, cuando las más grandes eminencias de la genética se reunieron para elegir a la madre ideal, al mejor espermatozoide de su progenitor, a fin de crear el hijo perfecto y su alter ego femenino. Luego eligieron su escuela, sus actividades, sus amistades…
La única vez que expresó un verdadero deseo propio fue en el primer cuatrimestre de este año, cuando se refirió a la posibilidad de seguir la carrera de "comunicación informativa", después de su Middle School. Su tutor, cortésmente, le señaló que no era una muy buena idea para un Windseller fichar para una agencia de com-información, que era mejor mantenerse por encima de esos conflictos mezquinos, como lo hacía su padre.
"¿Acaso no cree usted que estamos ya bastante sobreinformados?”, añadió su tutor, algo irónico. Por supuesto, él tenía razón, la “com-info” es omnipresente, te persigue día y noche, sobre todo en época de elecciones. Pero Tao pensaba en los reporteros de "Humanity" que viajan por el mundo siguiendo las guerras y los desastres ambientales, no en la propaganda de Winland y sus campañas político-promocionales.
« Vota por la policía BANG-BANG. BANG-BANG, ¡la fuerza contigo!" "Elije RELOADING YOUR BODY, las clínicas que te curan antes de enfermar", "Mmmmm, it’s succulent, baby! SUCCULENT, el candidato goloso." Las empresas están dispuestas a hacer cualquier cosa para captar los votos de los ciudadanos-consumidores. En las campañas, los cominformantes se ensañan, acusan sin pruebas, falsifican entrevistas, manipulan cifras, expanden rumores, todo sirve para ganar las elecciones. El juego merece la pena, ya que el ganador se convierte en el proveedor oficial de Winland durante 4 años, el segundo en el competidor aprobado mientras los perdedores conocerán el limbo del comercio alternativo. Miles de millones de wincoins están en juego y la comunicación informativa es decisiva para la victoria; ya que cuando los Winlandeses rellenan su boletín electoral, esta gigantesca lista de la compra en la que deben elegir sus marcas favoritas, pocos realmente se fijan en los servicios ofrecidos, la filosofía de la empresa candidata en materia de educación, alimentación o calidad del aire, son sobre todo los eslóganes y los escándalos de última hora que motivan los votos.
Tao quiso hablar con su profesor de los informes de "Humanity" que él visiona en secreto, pero en el último momento se retractó, dándose cuenta de que en el fondo no estaba dispuesto a arriesgar su vida para contar noticias que nadie quiere escuchar. Su cobardía habitual… Entonces se decantó, sin convicción, por una escuela superior de administración de redes. Mucho más conveniente para él, por supuesto, ya que las elecciones comerciales en el fondo son una gran pantomima, una forma de engatusar a la gente haciéndoles participar. Pero la organización que tiene el poder real es el Comité de gestión y dirección, y su padre es dueño de exactamente 50,1 % de las acciones de Winland Company. Cursando "administración de redes", como la inmensa mayoría de sus hermanos, Tao contribuirá a gestionar la colosal fortuna de los Windseller. Puede llegar a ser administrador sectorial o auditor de empresas político-comerciales, tal vez, incluso censor de hypermind... Para la mayoría de los jóvenes Winlandeses, sería un sueño, pero curiosamente él no siente absolutamente ningún entusiasmo.
Tao aparta su minitigre, se levanta y monta tres policojines para sentarse en una esquina de la habitación.
"Pass open. ¿Existe alguna biografía de Abraham Windseller realizada por "Humanity news"?
El pass, sorprendentemente, tarda varios segundos en contestar.
"Sí. Pero se trata de un documento no autorizado. Consultarlo significa perder un punto en el carné de identidad.
— ¿Un punto? Joder, que cabrones.
— "Cabrones”, ¿sinónimo de "machos cabríos"?
— ¿Sinónimo de ...? Joder con el pass, qué imbécil eres, no tiene remedio lo tuyo. No, olvídalo. Apaga.”
Tao suspira. Ya sabe lo que pediría a su padre, su mayor deseo… ¡Dejar de ser su hijo! Sí, éste es su sueño, llevar una pequeña vida anónima y tranquila en una granja rodeada de minianimales. Pero, ¿tendrá el coraje de pedírselo a su progenitor, el patriarca del mundo, el profeta de la nueva era? ¿Él, que nunca se ha atrevido a contradecir a un mayor, él, tan tímido y aún tan infantil?
En uno de los cajones de la pared, coge una pequeña tableta de color rosa, un jazmín relajante que muerde con determinación. Luego se pone sus lentes de jugador y continúa con su gran partida de “Arthurian Paladín”. Durante toda la noche será un caballero valiente que protege la naturaleza contra las hordas del mal y los otros jugadores de su red.