A Harari lo conozco por artículos y entrevistas, y es interesante mucho de lo que dice, pero cuando se pone en plan profético desconecto, porque las profecías son eso, profecías que pueden cumplirse o no. ¿Quién hubiera predicho, en 2019, que medio mundo estaría en jaque por una pandemia vírica?, nadie, ¿y eso ha cambiado nuestras vidas?, enormemente.
Así que las utopías, o distopías, que se hagan sobre mundos futuros basadas en tecnologías tan hipotéticas y volátiles como la IA (que, como muchos expertos dicen, de inteligencia tiene poco), la modificación genética (no tan fácil ni tan accesible como se cree) o las criptomonedas (algo que, de momento, solo sirve para especular a corto plazo), no dejan de ser ejercicios de ciencia-ficción.
Así que las utopías, o distopías, que se hagan sobre mundos futuros basadas en tecnologías tan hipotéticas y volátiles como la IA (que, como muchos expertos dicen, de inteligencia tiene poco), la modificación genética (no tan fácil ni tan accesible como se cree) o las criptomonedas (algo que, de momento, solo sirve para especular a corto plazo), no dejan de ser ejercicios de ciencia-ficción.
Nada es sencillo excepto la creencia en la sencillez.
El Dragón de Plata