Bueno, cabe decir que leí los relatos de todos. Voy a ser sincera. Me gusta más tu reflexión que el relato, no porque piense que está mal sino porque lo veo más auténtico.
También yo estoy pasando por el mismo proceso de bloqueo tanto en escritura como en dibujo. Quiero hacer cosas, tengo ideas pero muchas dudas. Antes me venía una idea a la cabeza y la escribía. Pero antes el estímulo inicial era más durarero que ahora, que simplemente se desvanece en segundos.
Creo que lo que cambió, en estos años, es que soy más sabía que antes. Y ahora no aceptó cualquier cosa que no pasé por un filtro. Está muy bien el tema de perfeccionarse, pero a veces el temor al error nos puede inducir al fracaso u a obras --como tú enunciaste-- insípidas. De esto hicieron un capítulo de dibujos con Agallas, el perro cobarde. Amo esa serie porque además del humor negro que pulula contiene mensajes bastantes sinceros y filosóficos. Bien, en este capítulo Agallas intenta esforzarse para conseguir hacer todo perfecto instado por una intitutriz; pero al final todo le sale mal. Estando deprimido en el baño se le aparece una ánguila y le dice: tranquilo, eres perfecto con todos tus fallos. Con esto no quiero decir que nos desganemos y subamos un texto descuidado, pero si empezamos algo que nos gusta como una obligación y nos exigimos más de lo que podemos dar terminaremos odiándolo.
A veces lo mejor es desconectar, olvidar medir el texto con una regla y expresarnos. Porque la escritura como todo arte es un medio de expresión no una operación matemática. Si nosotros disfrutamos mientras creamos el sentimiento se transmitirá a los demás; tendremos un texto mucho más órganico y no algo mecanizado y gramáticamente bien escrito.
También yo estoy pasando por el mismo proceso de bloqueo tanto en escritura como en dibujo. Quiero hacer cosas, tengo ideas pero muchas dudas. Antes me venía una idea a la cabeza y la escribía. Pero antes el estímulo inicial era más durarero que ahora, que simplemente se desvanece en segundos.
Creo que lo que cambió, en estos años, es que soy más sabía que antes. Y ahora no aceptó cualquier cosa que no pasé por un filtro. Está muy bien el tema de perfeccionarse, pero a veces el temor al error nos puede inducir al fracaso u a obras --como tú enunciaste-- insípidas. De esto hicieron un capítulo de dibujos con Agallas, el perro cobarde. Amo esa serie porque además del humor negro que pulula contiene mensajes bastantes sinceros y filosóficos. Bien, en este capítulo Agallas intenta esforzarse para conseguir hacer todo perfecto instado por una intitutriz; pero al final todo le sale mal. Estando deprimido en el baño se le aparece una ánguila y le dice: tranquilo, eres perfecto con todos tus fallos. Con esto no quiero decir que nos desganemos y subamos un texto descuidado, pero si empezamos algo que nos gusta como una obligación y nos exigimos más de lo que podemos dar terminaremos odiándolo.
A veces lo mejor es desconectar, olvidar medir el texto con una regla y expresarnos. Porque la escritura como todo arte es un medio de expresión no una operación matemática. Si nosotros disfrutamos mientras creamos el sentimiento se transmitirá a los demás; tendremos un texto mucho más órganico y no algo mecanizado y gramáticamente bien escrito.