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(This post was last modified: 11/05/2020 02:56 PM by Emmanuel Tent.)
(17/04/2020 06:05 PM)JeshuaMorbus Wrote:Más allá de nuestra percepción, innumerables criaturas viven y controlan la realidad en la que vivimos.Y Adel carga con la desgracia de poder percibir con todo lujo de detalles estas "bambalinas de la realidad".Y, si sobrevivir a los seres que controlan nuestros destinos y vidas diarias no fuese suficiente, también tiene que cargar con el extraño Le Pendu.¿...por qué demonios está siempre colgado del techo?Primera parte: Los señores de la ventiscaSegunda parte: La niña de ojos negrosTercera parte: La peregrinaHe aquí mi segunda novela publicada en la revista online "¡No lo leas!". En ésta, quise apostar por una historia que no fuese una aventura y al final me salió un pastiche de drama paranormal con elementos de slice of life. O algo así. La verdad, nunca tuve muy claro el género al que pertenece esta historia. Eso no quita que me gustara hablar del universo en el que vive Le Pendu desde el punto de vista de la persona con mayor mala suerte en su esfera, el ínclito, buenista y resignado Adel Montré.Iré subiendo un capítulo por día de esta historia a DA y, de allí, a aquí.Espero que os guste.
Para ser un prólogo ha resultado de lo más largo. El personaje lo desconocemos físicamente. Habla sobre un mundo sobrecogedor y enigmático que puede ver pero que al parecer no le daña. Un tanto raro, ¿no? Me parece poco creíble que él pueda coexistir viendo tal cosa como demonios u otras criaturas singulares. Tampoco esto sobre las causas de un asesinato, etc. Otra cosa, a penas conocemos el primer entorno y ya el prota ha decidido marcharse y emprender vida nueva porque allí nadie irá a conocerle. Doy por sentado que, las criaturas que lo ven y se dan cuenta de su extraño don para ver el mundo “espiritual”, no lo consideran una amenaza. En fin, hay muy poca acción y mucha palabrería. Puede que uno se pierda mientras te lee. Hay que agregar más movimiento y detener esa narración espontánea. Recuerda, no es el grosor, sino la intensidad de lo relatado.
“No tengo idea de lo que estoy escribiendo hasta que acabo. La creación artística es espontánea”.