10/04/2015 05:26 PM
Estoy de acuerdo con algunas cosas mencionadas por los compañeros/as, y con otras no.
Muy de acuerdo con lo que anuncia Monje. En el prólogo lo que hay que generar en el lector son preguntas, o lo que es lo mismo, curiosidad por querer saber más.
¿Cómo conseguirlo?
No creo que haya una normativa o patrón a seguir, la verdad. Eso depende del estilo, talento e intuición de cada cual.
No creo que haya que introducir pinceladas de la trama principal de la novela (de hecho a mí me van más las historias que se van desvelando más hacia el final, cuadrando detalles que, en un principio, el lector no puede encajar, pero eso va a gustos), ni creo que haya que presentar al protagonista o protagonistas. Por ejemplo una saga de mucho éxito que se me ocurre a voz de pronto (y el hecho de que todos la conozcamos es prueba irrefutable de ese éxito) es la de las Crónicas de la Dragonlance.
Si recordáis, el prólogo se inicia con un viejo que aparece en una posada (el Último Hogar) de pueblo (Solace) y el tipo, al que ni el dueño ni la moza que le ayuda (Tika) conocen, empieza a mover una mesa y unas sillas, preparando una reunión para un grupo que debe llegar esa noche, etc etc (que me emociono y no paro).
En ese prólogo no aparecen los protagonistas (bueno Tika, pero vaya, que ya se entiende a lo que voy), no se revela nada de nada de la trama ni de por dónde puede ir, y sin embargo te hace preguntarte mil cosas. ¿Quién es el puñetero viejo? ¿de dónde ha salido? ¿quiénes tienen que reunirse esa noche y por qué? ¿por qué coloca la mesa calculando que, por la noche, cuando el hogar esté encendido, habrá una esquina de la misma que quedará envuelta en penumbra? En fin, que me hizo preguntarme no una ni dos, sino mil cosas.
Eso, en mi opinión, es un prólogo que atrapa y te engancha a la novela desde la primera página. Probablemente uno de los tres mejores prólogos que he leído en mi vida.
Por otro lado hay novelas que han tenido mucho éxito y cuyo inicio es más bien malo, tirando a pésimo (algo que tampoco entiendo como el editor de turno lo ha dejado pasar a imprenta así, tal cual). Podría poner varios ejemplos, algunos de ellos bastante de moda, pero paso que no quiero que en mi primer post de más de un par de líneas me empiecen a llover las piedras.
Muy de acuerdo con lo que anuncia Monje. En el prólogo lo que hay que generar en el lector son preguntas, o lo que es lo mismo, curiosidad por querer saber más.
¿Cómo conseguirlo?
No creo que haya una normativa o patrón a seguir, la verdad. Eso depende del estilo, talento e intuición de cada cual.
No creo que haya que introducir pinceladas de la trama principal de la novela (de hecho a mí me van más las historias que se van desvelando más hacia el final, cuadrando detalles que, en un principio, el lector no puede encajar, pero eso va a gustos), ni creo que haya que presentar al protagonista o protagonistas. Por ejemplo una saga de mucho éxito que se me ocurre a voz de pronto (y el hecho de que todos la conozcamos es prueba irrefutable de ese éxito) es la de las Crónicas de la Dragonlance.
Si recordáis, el prólogo se inicia con un viejo que aparece en una posada (el Último Hogar) de pueblo (Solace) y el tipo, al que ni el dueño ni la moza que le ayuda (Tika) conocen, empieza a mover una mesa y unas sillas, preparando una reunión para un grupo que debe llegar esa noche, etc etc (que me emociono y no paro).
En ese prólogo no aparecen los protagonistas (bueno Tika, pero vaya, que ya se entiende a lo que voy), no se revela nada de nada de la trama ni de por dónde puede ir, y sin embargo te hace preguntarte mil cosas. ¿Quién es el puñetero viejo? ¿de dónde ha salido? ¿quiénes tienen que reunirse esa noche y por qué? ¿por qué coloca la mesa calculando que, por la noche, cuando el hogar esté encendido, habrá una esquina de la misma que quedará envuelta en penumbra? En fin, que me hizo preguntarme no una ni dos, sino mil cosas.
Eso, en mi opinión, es un prólogo que atrapa y te engancha a la novela desde la primera página. Probablemente uno de los tres mejores prólogos que he leído en mi vida.
Por otro lado hay novelas que han tenido mucho éxito y cuyo inicio es más bien malo, tirando a pésimo (algo que tampoco entiendo como el editor de turno lo ha dejado pasar a imprenta así, tal cual). Podría poner varios ejemplos, algunos de ellos bastante de moda, pero paso que no quiero que en mi primer post de más de un par de líneas me empiecen a llover las piedras.
La lealtad debe estar por encima de todo excepto del honor.