Yo no estoy nada de acuerdo con esa afirmación de que todo está escrito ya. Es una vieja y repetitiva canción, absolutamente falsa. Más bien la habitual falta de creatividad, de verdadero genio, que no son en absoluto exclusivos de nuestro tiempo.
EL mundo estaba hasta las narices de los libros de caballería y a un tío que se llamaba Cervantes, se le ocurrió escribir el Quijote.
Tiempo atrás, durante siglos, la cristiandad rendía culto a Dios en la oscuridad, maravillosa por cierto, de las iglesias románicas pero allá por el siglo XII el abad Suger hizo inundar de luz la Basílica de la Abadia de Saint Denis, después llegaron Notre Dame y Chartres y Leon y el Duomo.
Jamás, vuelvo al menos una vez al año, olvidaré la emoción extremadamente intensa que me causó la visión del interior de la nave de la Sagrada Familia de Gaudí, hija de las catedrales góticas, y al mismo tiempo totalmente nueva.
Cuando ya empezaba a estar hasta las narices de leer novelas de "fantasia epica" con argumentos, personajes, entornos repetitivos hasta la saciedad, alguien puso en mis manos "Los Jardines de la Luna" y a mi, y a algunos más, los universos alrededor de Malaz nos parecieron algo nuevo y maravilloso.
Podría buscar ejemplos en otras artes, los hay en todas las artes y en todas las épocas. Los genios no nacen cada día, a veces tardan mucho, otras veces se acumulan, pero más tarde o más temprano siempre llegan, con sus nuevas visiones para maravillarnos. Mientras no llegan, puede parecer que el hombre ha llegado al límite de su creatividad y que ya solo es capaz de matizar. Es mentira.
Puede parecer que me estoy contradiciendo con mi defensa de la subjetividad de la originalidad. Yo creo que no, pero Gombrich lo explicará mil veces mejor de lo que yo sería capaz.
Perdonadme que tenga la osadía de aconsejaros la lectura, si no la habéis hecho ya, de la presentación que hace E.H. Gombrich de su Historia del Arte.
"El Arte como tal no existe, lo que existe son los artistas. El Arte genera una sensación diferente a cada persona que lo contempla y no hay que olvidar que el artista nunca ha tenido como objetivo que su obra fuera contemplada, sino transmitir una sensación (normalmente por un encargo que le hicieron). A cada uno de nosotros nos vienen a la mente mil cosas diferentes que nos predisponen a disfrutar de la obra o no. Por lo tanto lo importante es gozar de lo que tenemos delante y no juzgarla."
Un saludo,
EL mundo estaba hasta las narices de los libros de caballería y a un tío que se llamaba Cervantes, se le ocurrió escribir el Quijote.
Tiempo atrás, durante siglos, la cristiandad rendía culto a Dios en la oscuridad, maravillosa por cierto, de las iglesias románicas pero allá por el siglo XII el abad Suger hizo inundar de luz la Basílica de la Abadia de Saint Denis, después llegaron Notre Dame y Chartres y Leon y el Duomo.
Jamás, vuelvo al menos una vez al año, olvidaré la emoción extremadamente intensa que me causó la visión del interior de la nave de la Sagrada Familia de Gaudí, hija de las catedrales góticas, y al mismo tiempo totalmente nueva.
Cuando ya empezaba a estar hasta las narices de leer novelas de "fantasia epica" con argumentos, personajes, entornos repetitivos hasta la saciedad, alguien puso en mis manos "Los Jardines de la Luna" y a mi, y a algunos más, los universos alrededor de Malaz nos parecieron algo nuevo y maravilloso.
Podría buscar ejemplos en otras artes, los hay en todas las artes y en todas las épocas. Los genios no nacen cada día, a veces tardan mucho, otras veces se acumulan, pero más tarde o más temprano siempre llegan, con sus nuevas visiones para maravillarnos. Mientras no llegan, puede parecer que el hombre ha llegado al límite de su creatividad y que ya solo es capaz de matizar. Es mentira.
Puede parecer que me estoy contradiciendo con mi defensa de la subjetividad de la originalidad. Yo creo que no, pero Gombrich lo explicará mil veces mejor de lo que yo sería capaz.
Perdonadme que tenga la osadía de aconsejaros la lectura, si no la habéis hecho ya, de la presentación que hace E.H. Gombrich de su Historia del Arte.
"El Arte como tal no existe, lo que existe son los artistas. El Arte genera una sensación diferente a cada persona que lo contempla y no hay que olvidar que el artista nunca ha tenido como objetivo que su obra fuera contemplada, sino transmitir una sensación (normalmente por un encargo que le hicieron). A cada uno de nosotros nos vienen a la mente mil cosas diferentes que nos predisponen a disfrutar de la obra o no. Por lo tanto lo importante es gozar de lo que tenemos delante y no juzgarla."
Un saludo,
"Ens mantindrem per sempre més fidels al servei d’aquest poble"
Salvador Espriu