20/12/2016 12:44 AM
Primero habría que tener claro que crítica y opinión no son lo mismo.
Y no hay que meter todo en el mismo saco.
Teniendo los conceptos claros se puede pensar con mayor claridad. La opinión es ese juicio favorable o desfavorable que alguien emite a una obra con poco o nulo rigor, académico, pragmático y/o profesional. Vamos, que es la palabra del ciudadano de a pie. El que te dice lo que cree y lo que siente pero nada más. La crítica por otro lado, es esa valoración emitida con base en parámetros más específicos. Se reconoce al crítico por ser una persona con conocimiento en el medio y la técnica requerida para realizar el trabajo a valorizar, además de ser una persona en gran medida justa e imparcial, punto y aparte de su carácter influenciable.
Así entonces, todos podemos dar una opinión y será universalmente valida, porque es tu punto de vista, puede o no tener que ver con la realidad pero ese ya no es requisito. Y sin embargo, muy pocos pueden dar algo a lo que pueda llamarse una crítica.
Consejo: la crítica no se desoye.
Es necedad del autor dejar de escuchar a sus críticos. Porque escuchar sólo a tu público con tal de satisfacerlos es un ejercicio hasta necesario, te motiva, te hace sentir vivo, es humano... pero también es humano cometer fallos, estancarse, creerse la publicidad propia. Igual que buscar nuevos horizontes. Si el reconocimiento del público es la gasolina que impulsa la máquina, la critica la revisión mecánica que ha de hacerse por salud. Habrá días en que la revisión te diga que todo va perfecto, y otras en que te recomiende que pares y pongas atención a ciertos temas. No es mandatorio seguir las recomendaciones al pie de la letra, aunque tampoco es sano despreciarlas.
El del crítico es una labor que esta allí y es necesaria.
Por lo general no nos agrada.
Por lo general las medicinas no son agradables.
Saludos.
Y no hay que meter todo en el mismo saco.
Teniendo los conceptos claros se puede pensar con mayor claridad. La opinión es ese juicio favorable o desfavorable que alguien emite a una obra con poco o nulo rigor, académico, pragmático y/o profesional. Vamos, que es la palabra del ciudadano de a pie. El que te dice lo que cree y lo que siente pero nada más. La crítica por otro lado, es esa valoración emitida con base en parámetros más específicos. Se reconoce al crítico por ser una persona con conocimiento en el medio y la técnica requerida para realizar el trabajo a valorizar, además de ser una persona en gran medida justa e imparcial, punto y aparte de su carácter influenciable.
Así entonces, todos podemos dar una opinión y será universalmente valida, porque es tu punto de vista, puede o no tener que ver con la realidad pero ese ya no es requisito. Y sin embargo, muy pocos pueden dar algo a lo que pueda llamarse una crítica.
Consejo: la crítica no se desoye.
Es necedad del autor dejar de escuchar a sus críticos. Porque escuchar sólo a tu público con tal de satisfacerlos es un ejercicio hasta necesario, te motiva, te hace sentir vivo, es humano... pero también es humano cometer fallos, estancarse, creerse la publicidad propia. Igual que buscar nuevos horizontes. Si el reconocimiento del público es la gasolina que impulsa la máquina, la critica la revisión mecánica que ha de hacerse por salud. Habrá días en que la revisión te diga que todo va perfecto, y otras en que te recomiende que pares y pongas atención a ciertos temas. No es mandatorio seguir las recomendaciones al pie de la letra, aunque tampoco es sano despreciarlas.
El del crítico es una labor que esta allí y es necesaria.
Por lo general no nos agrada.
Por lo general las medicinas no son agradables.
Saludos.