31/05/2019 04:21 AM
Bueno, aclarado lo anterior, entro en materia
¿Es cosa mía, o noto a Geralt algo (algo) más madura en esta historia? Un tanto menos impulsivo en sus frases y actitudes…
En general, creo que este relato sube la calidad respecto a los dos anteriores; que también estaban muy bien escritos, pero este es el mejor. Las descripciones te meten de lleno en el escenario. Por ejemplo:
“Así anduvieron entre las calles, y a medida que avanzaban al oeste se fueron haciendo más estrechas, los edificios se elevaron y apretujaron, torcidos, unidos en las alturas por cuerdas desde las que chorreaban algunas prendas olvidadas.”
Y ciertos intercambios de frases entre tutor y pupilo son fabulosos.
“—Estás cada vez más perezoso, viejo —dijo el joven pupilo, con la voz dolorida—. Siempre acabas con la espalda apoyada en el suelo.
El viejo maestro le miró con una mueca de fastidio, luego esbozó una sonrisa y le señaló con un gesto de la cabeza la herida causada por los dientes de la bruja.
—Y tú, haga lo que haga yo para controlarte, siempre acabas con un chupetón en el cuello.”
Absolutamente genial
Admito que la pelea final con las brujas me dejó un tanto frío, pero claro, es que lo gordo venía después. El final, desde luego, es el idóneo: la neutralidad del brujo es su escudo, aquello que les ha permitido sobrevivir durante siglos no ya a los monstruos que combaten, sino a aquellos que les contratan. La lección de Vesemir es magistral.
¿Es cosa mía, o noto a Geralt algo (algo) más madura en esta historia? Un tanto menos impulsivo en sus frases y actitudes…
En general, creo que este relato sube la calidad respecto a los dos anteriores; que también estaban muy bien escritos, pero este es el mejor. Las descripciones te meten de lleno en el escenario. Por ejemplo:
“Así anduvieron entre las calles, y a medida que avanzaban al oeste se fueron haciendo más estrechas, los edificios se elevaron y apretujaron, torcidos, unidos en las alturas por cuerdas desde las que chorreaban algunas prendas olvidadas.”
Y ciertos intercambios de frases entre tutor y pupilo son fabulosos.
“—Estás cada vez más perezoso, viejo —dijo el joven pupilo, con la voz dolorida—. Siempre acabas con la espalda apoyada en el suelo.
El viejo maestro le miró con una mueca de fastidio, luego esbozó una sonrisa y le señaló con un gesto de la cabeza la herida causada por los dientes de la bruja.
—Y tú, haga lo que haga yo para controlarte, siempre acabas con un chupetón en el cuello.”
Absolutamente genial
Admito que la pelea final con las brujas me dejó un tanto frío, pero claro, es que lo gordo venía después. El final, desde luego, es el idóneo: la neutralidad del brujo es su escudo, aquello que les ha permitido sobrevivir durante siglos no ya a los monstruos que combaten, sino a aquellos que les contratan. La lección de Vesemir es magistral.
Te equivocaste, brujo. Confundiste el cielo con las estrellas reflejadas en la superficie de un estanque.