Bueno, después de unos días de ausencia por asuntos personales, retorno a los comentarios de los relatos del reto.
Este relato me ha gustado, aparte de ser un ejercicio literario al estilo clásico, con una aventura tradicional dentro del género, la lucha contra un Mal inexorable, no deja de ser, también, un ejercicio metaliterario, donde se ven involucrados los personajes más señeros de las sagas más reconocidas (el universo Tolkiniano, Mundodisco, Harry Potter, etc...) para hacer, también dentro del relato, un homenaje al propio Foro de Fantasitura y a sus usuarios; una especie de triple salto mortal en el que el autor sale bastante bien librado.
Así que enhorabuena por este relato que rescata el estilo clásico de la fantasía épica a la par que homenajea (una última vez) al foro.
Poco se pude criticar aquí, aparte de algún error gramatical, que seguramente se le habrá pasado al autor, y un exceso de trama que puede hacer que se resienta el dinamismo de la historia, pero, dejando eso de lado, es, probablemente, el relato que más me ha gustado del reto. Felicidades al autor.
Este relato me ha gustado, aparte de ser un ejercicio literario al estilo clásico, con una aventura tradicional dentro del género, la lucha contra un Mal inexorable, no deja de ser, también, un ejercicio metaliterario, donde se ven involucrados los personajes más señeros de las sagas más reconocidas (el universo Tolkiniano, Mundodisco, Harry Potter, etc...) para hacer, también dentro del relato, un homenaje al propio Foro de Fantasitura y a sus usuarios; una especie de triple salto mortal en el que el autor sale bastante bien librado.
Así que enhorabuena por este relato que rescata el estilo clásico de la fantasía épica a la par que homenajea (una última vez) al foro.
Poco se pude criticar aquí, aparte de algún error gramatical, que seguramente se le habrá pasado al autor, y un exceso de trama que puede hacer que se resienta el dinamismo de la historia, pero, dejando eso de lado, es, probablemente, el relato que más me ha gustado del reto. Felicidades al autor.
Nada es sencillo excepto la creencia en la sencillez.
El Dragón de Plata