Gracias por los comentarios, chicos. Espero que esta nueva entrega también les guste. Esta sección es del lore de mi mundo, la cual publico antes que la primera historia para que se den una idea de como es que funcionan las cosas en Aret.
Respecto a la palabra duarve. Siempre pensé que a los enanos no les gustaría que su raza fuese llamada con una palabra de connotaciones peyorativas en las lenguas humanas. Así que adapté brutalmente la palabra "dwarf" al español para darles un nombre racial más digno.
LAS TIERRAS DE ARET
He leído cientos de registros históricos de los imperios que en el pasado reinaron sobre las Tierras de Aret, los manuscritos de sabios y sacerdotes de religiones tanto antiguas como modernas, y escuchado las canciones de casi todos los bardos del Imperio, y puedo jurar por todos los Dioses del Éter que nunca encontré dos de estos relatos que contasen la misma versión de un suceso dado.
Si sumamos a eso que ciertos escribas del pasado eran dados a ensalzar las victorias y riquezas de sus naciones, exagerando en cifras y eventos; que los cartógrafos nunca se pusieron de acuerdo a la hora de elaborar sus mapas, bastantes contradictorios según épocas y autores; y que la traducción de lenguajes antiguos es una ciencia inexacta, el trabajo del historiador moderno es un auténtico desafío.
En aras de preservar la verdad me he puesto, con humildad y honestidad, en la tarea de escribir este Compendio Histórico, que no pretende ser el repositorio de la historia de Aret en su totalidad, pero que ofrece a aquellos que deseen conocer el pasado de nuestro mundo algo de luz en su difícil tarea de descifrar el enorme enigma que es la Historia.
Querido amigo lector, aventurero de tiempos remotos y verdades olvidadas, te he legado en este libro la historia de las Tierras de Aret. Estas tierras ahora son tuyas, para descubrirlas, cambiarlas y protegerlas. Que los secretos del pasado te ayuden a dar forma a un brillante futuro para mi amada Aret y los seres que la habitan.
Introducción al Compendio Histórico de Aret, escrito por el archimago elfo Arvël Bälan, historiador de la corte del emperador Briareo I “El León de Oro” Drakengast, en el año 10 del Sacro Imperio de Telos.
De Aret y los otros mundos:
Los eruditos solemos llamar Aret al mundo, pues este fue el nombre que le dieron los elfos ancestrales cuando crearon sus primeras civilizaciones en el remoto pasado. Por la costumbre las tierras que ahora conforman el Imperio y sus límites también son llamadas Aret, así que este nombre se usa tanto para dar nombre a nuestras tierras como para darle nombre al mundo en su totalidad.
De acuerdo al gran filósofo y pensador duarve Bilfondi se sabe que Aret tiene forma más o menos de esfera, a pesar de que nuestros sentidos perciban el mundo como plano y muchos de los sabios del Imperio aún conciban sus teorías y doctrinas bajo este razonamiento.
Según las enseñanzas de Bilfondi, fuera de Aret existe un vacío infinito, el Caos, que es iluminado por la estrella Zoliat, llamada Eol por los elfos, alrededor de la cual nuestro mundo órbita en una danza que fue escrita por los mismos Dioses. Además de las tres lunas que orbitan por encima de Aret, llamadas Lumina, Nume y Basth, otros mundos componen el sistema de Zoliat: Ardant, Mars, Velga y el remoto Akerón. Según antiguos sabios tales mundos son los hogares de los Dioses.
Y aún más allá de nuestro sistema se encuentran las estrellas infinitas, que forman sus constelaciones y brillan en el oscuro vacío del Caos. Algunos claman que no son más que bolas de fuego, como nuestro propio astro-rey, mientras que otros aseguran que en realidad se trata de seres aberrantes, horrores cósmicos que observan y esperan el final de todas las cosas.
De la Historia del mundo:
No hay registros de las primeras épocas del mundo, puesto que los elfos primigenios y los antiguos dragones poco necesitaban de las letras y preferían mantener sus historias como tradición oral; si bien es cierto que estas historias se fueron distorsionando con el paso del tiempo para satisfacer las necesidades de aquellas primeras civilizaciones. Gracias a poderosas magias de visión en el tiempo los eruditos han logrado descubrir información detallada de aquellas épocas, aunque tales magias tienen su límite en cuanto a que tan lejos en el pasado se puede escudriñar y que tanta información se puede obtener.
Cuando los Dioses de Aret daban forma al mundo, la única forma de vida mortal que los acompañaba eran los ancestros de los dragones, los llamados dinosaurios, que según los mitos fueron creación del Dios-dragón Anzu. Aproximadamente hace siete millones de años, de entre los dinosaurios apareció una única especie de reptil gigante que empezó a demostrar los primeros signos de inteligencia avanzada. Con la habilidad de anticiparse a sus rivales y planear de forma mucho más organizada que un simple animal, logró sobrevivir a los desastres naturales que causaron la extinción de los dinosaurios. Con la habilidad de cooperar a niveles casi humanos, formaron grupos de individuos que fueron capaces de sobrevivir a depredadores que normalmente hubieran podido aniquilar a uno solo de estos reptiles. Esta especie fue conocida como proto-draco.
Entonces, cinco millones de años atrás, los Dioses del Caos hicieron su jugada. El Aret prehistórico se convirtió en el campo de batalla de ambas tribus de Dioses y los cimientos mismos de la realidad se vieron amenazados. Aunque los Dioses de Aret ganaron la batalla y lograron expulsar a sus rivales de nuestro mundo, el precio a pagar fue terrible: el daño al joven Aret fue tan drástico que la raza de los dinosaurios llegó a su fin. Solo los reptiles de tamaños más pequeños, como los proto-dracos y los ancestros de los reptiles actuales, lograron sobrevivir y adaptarse a este nuevo mundo. Después de esto, Aret fue cubierto por una era glacial que los expertos han denominado la “Era de los Secretos”, pues son pocos los datos que se han descubierto de este periodo de tiempo.
Al final de la “Era de los Secretos” aparecieron nuevas especies para poblar nuestro mundo. Los elfos nacieron de las raíces de la Diosa-árbol Enuma y los descendientes de los reptiles gigantes colonizaron todos los rincones del mundo. Y estos descendientes eran los dragones y los silurianos, quienes descendían del proto-draco; y los demás, los mamíferos —entre los que se contaban los ancestros de los humanos— y los reptiles menores, que descendían de los dinosaurios. Y esto ocurrió hace diez mil años.
Durante dos mil años todas las razas coexistieron en Aret de forma semi-pacífica y crearon sendas utopías. Los elfos primigenios basaron sus civilizaciones en la adoración de los Dioses, mientras los silurianos crearon una avanzada cultura basada totalmente en la magia. Dragones solitarios y clanes de dragones gobernaban grandes porciones de tierra, mar y aire, consolidándose como la raza más poderosa de este mundo. Y los primitivos humanos comenzaban a desarrollar los rudimentos que les permitirían crear sus primeras civilizaciones sedentarias.
Entonces, hace ocho mil años, esa paz desapareció. Los jotun, una raza de gigantes, irrumpieron desde otro mundo a través de portales mágicos, huyendo de los Dioses del Caos y sus esbirros demoníacos. Y con ellos trajeron toda suerte de esclavos, razas que nunca se habían visto en Aret. Entre ellos, posiblemente la más importante de todas fue la raza de los duarves (o como los humanos los llaman, enanos).
Los jotun y sus esclavos arrastraron a elfos, dragones, humanos y silurianos a sendas guerras que duraron mil años y eventualmente condujeron a lo que muchos llaman la Guerra de Un Año. Apenas sabemos nada de esta guerra salvo que la raza de los silurianos desapareció de la faz de Aret, y los avances culturales y tecnológicos de las primeras edades se perdieron para siempre. Las primeras ciudades fueron arrasadas y olvidadas, y todas las razas descendieron a un estado de barbarie y salvajismo que duró mil años más.
Y pasaron los siglos, los milenios... La llamada Edad Oscura, pues casi no hay registros históricos de lo que pasó en estos milenios y la magia de visión en el tiempo no funciona en este periodo de la historia. Eventualmente las razas volvieron a descubrir su tecnología y cultura, volvieron a fundar reinos e imperios que desaparecieron para siempre. La historia se convirtió en leyendas, y las leyendas en mitos.
Hasta hace quinientos años, cuando los demonios lograron invadir Aret y sumir a todas las razas nuevamente en el caos. Fue entonces cuando una alianza entre los humanos, los elfos y los duarves logró expulsar a las repulsivas criaturas demoníacas de nuestro mundo. Y así, hace diez años se fundó el Sacro Imperio de Telos, para honrar aquella alianza que salvó a nuestro mundo y mantener una guardia constante contra los seres que aún buscan llevar nuestra civilización al olvido…
De las razas mortales:
La raza más vieja de todas es la raza de los dragones, que evolucionó de los proto-dracos en la “Era de los Secretos”. Sabios y poderosos, tienen un don innato para la magia y se les considera la raza mortal más poderosa que existe en Aret. Se dice que son inmortales aunque la verdad es que se los puede matar. Sin embargo, pueden llevar vidas eternas si nunca se exponen a riesgos innecesarios.
Le siguen los elfos, que nacieron de la Diosa-árbol Enuma, y al igual que los dragones poseen el don de la magia de forma innata y son seres eternos que no pueden morir de vejez o enfermedad. Fueron los elfos los que recuperaron más rápido que las otras razas sus antiguos conocimientos durante la Edad Oscura y desde entonces han estado custodiando los conocimientos de las razas mortales para que nunca más vuelvan a caer en el olvido.
La historia del origen del pueblo duarve (enano), como muchas otras cosas relativas a ellos, sigue siendo un enigma. Nada se sabe de su mundo de origen ni cómo fue que llegaron a existir. Sabemos que fueron ellos los creadores del primer alfabeto, las runas durvicas, y que sus grandes progresos en la tecnología de los metales beneficiaron a todas las razas de Aret. En la actualidad han descubierto el uso de la pólvora.
Los humanos son la raza más joven y numerosa de todas, con cientos de etnias y culturas que adaptan a cualquier lugar y clima del mundo. El orgullo y la locura del hombre ha traído varios desastres a Aret (por ejemplo, ellos son los culpables de la invasión demoníaca), y sus tierras siempre en expansión invaden los territorios de las razas más antiguas. Para bien o para mal, el futuro de las tierras de Aret ahora se encuentra en sus manos.
Para los humanos es posible tener hijos híbridos con seres de otras razas, los cuales conservan la apariencia física de la raza de la madre pero los rasgos más prominentes de las dos razas a las que pertenecen sus genes.
Existen muchas más razas que pueblan Aret, algunas simplemente salvajes, otras de monstruos peligrosos, como por ejemplo los jotun. Pululan en los rincones olvidados del mundo, viviendo vidas cortas y violentas, mientras sus culturas descienden cada vez más en la barbarie. Además de ellos hay criaturas mucho más maléficas y crueles. Ocultos bajo la tierra, estos siniestros seres aberrantes sueñan con esclavizar al ganado humano y alzarse con el poder de la superficie de Aret algún día…
De la magia:
La magia en Aret está limitada por una corriente arcana que emana del místico árbol Enuma y cuyo flujo es controlado por los movimientos de las tres lunas. Allí donde las corrientes arcanas son escasas no puede crecer vida vegetal y para un mago es imposible realizar hasta el más simple de los hechizos.
Solo los dragones y los elfos nacen con el don innato para conectar con estas corrientes arcanas. Para el resto de las razas es necesario nacer con un gen especial que solo se encuentra en uno de cada mil individuos. Es por eso que los magos son seres extremadamente poderosos en Aret, temidos y admirados por igual en todas las tierras del Imperio.
Añadido:
Los "paladines", guerreros dotados con el uso de la magia, pertenecen a una orden secreta que logró, luego de años de experimentos, crear un ritual que permite que las personas comunes puedan conectar de manera forzada a las corrientes arcanas. Gracias a esto pueden usar magia, aunque a un nivel más limitado que un mago, limitándose normalmente a la escuela de magia desarrollada por la orden.
Del Imperio:
El Sacro Imperio de Telos es actualmente la nación más grande de todo Aret. Fundado por la casa real Drakengast para honrar la alianza entre los humanos, los elfos y los duarves, la misión del Sacro Imperio es ayudar a restablecer las Tierras de Aret del caos resultante por la invasión demoníaca. Sus ciudades más importantes son bastante acaudaladas, e incluso los pueblos más humildes gozan de suficientes recursos para progresar tranquilamente.
Añadido en el año 300 del Imperio: Los elfos partieron de las tierras de los humanos al norte, a sus tierras ancestrales conocidas como Alfheim. Se desconoce si van a volver o no, y cuáles fueron las razones para que todos los elfos, incluso los niños, abandonaran las tierras del Imperio.
El archimago Bälan se ha ido con ellos. La tarea de continuar con el Compendio Histórico ha caído en manos de sus seguidores, un grupo de eruditos que se hace llamar a sí mismos los akrónidas, liderados por el sabio humano Akron.
Añadido en el año 505 del Imperio: Los rumores de un poderoso mago liche en las tierras del sur se han esparcido por todo el Imperio. Al parecer, está reuniendo a las tribus de hombres bestia y a los bárbaros bajo su mando.
Añadido en el año 956 del Imperio: Los duarves parecen haber descubierto la forma de hacer aparatos que funcionan por cuenta propia usando agua y carbón en lugar de magia. Llaman a dichos aparatos “máquinas de vapor”.
Añadido en el año 960 del Imperio: Varios nobles se han rebelado contra las leyes del Emperador Philene III. Se teme que pueda haber guerra civil.
Añadido en el año 990 del Imperio: Después de 30 años de guerra… ¡un elfo! ¡Os juro que he visto un elfo!
Fragmentos tomados del Compendio Histórico de Aret.
Respecto a la palabra duarve. Siempre pensé que a los enanos no les gustaría que su raza fuese llamada con una palabra de connotaciones peyorativas en las lenguas humanas. Así que adapté brutalmente la palabra "dwarf" al español para darles un nombre racial más digno.
LAS TIERRAS DE ARET
He leído cientos de registros históricos de los imperios que en el pasado reinaron sobre las Tierras de Aret, los manuscritos de sabios y sacerdotes de religiones tanto antiguas como modernas, y escuchado las canciones de casi todos los bardos del Imperio, y puedo jurar por todos los Dioses del Éter que nunca encontré dos de estos relatos que contasen la misma versión de un suceso dado.
Si sumamos a eso que ciertos escribas del pasado eran dados a ensalzar las victorias y riquezas de sus naciones, exagerando en cifras y eventos; que los cartógrafos nunca se pusieron de acuerdo a la hora de elaborar sus mapas, bastantes contradictorios según épocas y autores; y que la traducción de lenguajes antiguos es una ciencia inexacta, el trabajo del historiador moderno es un auténtico desafío.
En aras de preservar la verdad me he puesto, con humildad y honestidad, en la tarea de escribir este Compendio Histórico, que no pretende ser el repositorio de la historia de Aret en su totalidad, pero que ofrece a aquellos que deseen conocer el pasado de nuestro mundo algo de luz en su difícil tarea de descifrar el enorme enigma que es la Historia.
Querido amigo lector, aventurero de tiempos remotos y verdades olvidadas, te he legado en este libro la historia de las Tierras de Aret. Estas tierras ahora son tuyas, para descubrirlas, cambiarlas y protegerlas. Que los secretos del pasado te ayuden a dar forma a un brillante futuro para mi amada Aret y los seres que la habitan.
Introducción al Compendio Histórico de Aret, escrito por el archimago elfo Arvël Bälan, historiador de la corte del emperador Briareo I “El León de Oro” Drakengast, en el año 10 del Sacro Imperio de Telos.
De Aret y los otros mundos:
Los eruditos solemos llamar Aret al mundo, pues este fue el nombre que le dieron los elfos ancestrales cuando crearon sus primeras civilizaciones en el remoto pasado. Por la costumbre las tierras que ahora conforman el Imperio y sus límites también son llamadas Aret, así que este nombre se usa tanto para dar nombre a nuestras tierras como para darle nombre al mundo en su totalidad.
De acuerdo al gran filósofo y pensador duarve Bilfondi se sabe que Aret tiene forma más o menos de esfera, a pesar de que nuestros sentidos perciban el mundo como plano y muchos de los sabios del Imperio aún conciban sus teorías y doctrinas bajo este razonamiento.
Según las enseñanzas de Bilfondi, fuera de Aret existe un vacío infinito, el Caos, que es iluminado por la estrella Zoliat, llamada Eol por los elfos, alrededor de la cual nuestro mundo órbita en una danza que fue escrita por los mismos Dioses. Además de las tres lunas que orbitan por encima de Aret, llamadas Lumina, Nume y Basth, otros mundos componen el sistema de Zoliat: Ardant, Mars, Velga y el remoto Akerón. Según antiguos sabios tales mundos son los hogares de los Dioses.
Y aún más allá de nuestro sistema se encuentran las estrellas infinitas, que forman sus constelaciones y brillan en el oscuro vacío del Caos. Algunos claman que no son más que bolas de fuego, como nuestro propio astro-rey, mientras que otros aseguran que en realidad se trata de seres aberrantes, horrores cósmicos que observan y esperan el final de todas las cosas.
De la Historia del mundo:
No hay registros de las primeras épocas del mundo, puesto que los elfos primigenios y los antiguos dragones poco necesitaban de las letras y preferían mantener sus historias como tradición oral; si bien es cierto que estas historias se fueron distorsionando con el paso del tiempo para satisfacer las necesidades de aquellas primeras civilizaciones. Gracias a poderosas magias de visión en el tiempo los eruditos han logrado descubrir información detallada de aquellas épocas, aunque tales magias tienen su límite en cuanto a que tan lejos en el pasado se puede escudriñar y que tanta información se puede obtener.
Cuando los Dioses de Aret daban forma al mundo, la única forma de vida mortal que los acompañaba eran los ancestros de los dragones, los llamados dinosaurios, que según los mitos fueron creación del Dios-dragón Anzu. Aproximadamente hace siete millones de años, de entre los dinosaurios apareció una única especie de reptil gigante que empezó a demostrar los primeros signos de inteligencia avanzada. Con la habilidad de anticiparse a sus rivales y planear de forma mucho más organizada que un simple animal, logró sobrevivir a los desastres naturales que causaron la extinción de los dinosaurios. Con la habilidad de cooperar a niveles casi humanos, formaron grupos de individuos que fueron capaces de sobrevivir a depredadores que normalmente hubieran podido aniquilar a uno solo de estos reptiles. Esta especie fue conocida como proto-draco.
Entonces, cinco millones de años atrás, los Dioses del Caos hicieron su jugada. El Aret prehistórico se convirtió en el campo de batalla de ambas tribus de Dioses y los cimientos mismos de la realidad se vieron amenazados. Aunque los Dioses de Aret ganaron la batalla y lograron expulsar a sus rivales de nuestro mundo, el precio a pagar fue terrible: el daño al joven Aret fue tan drástico que la raza de los dinosaurios llegó a su fin. Solo los reptiles de tamaños más pequeños, como los proto-dracos y los ancestros de los reptiles actuales, lograron sobrevivir y adaptarse a este nuevo mundo. Después de esto, Aret fue cubierto por una era glacial que los expertos han denominado la “Era de los Secretos”, pues son pocos los datos que se han descubierto de este periodo de tiempo.
Al final de la “Era de los Secretos” aparecieron nuevas especies para poblar nuestro mundo. Los elfos nacieron de las raíces de la Diosa-árbol Enuma y los descendientes de los reptiles gigantes colonizaron todos los rincones del mundo. Y estos descendientes eran los dragones y los silurianos, quienes descendían del proto-draco; y los demás, los mamíferos —entre los que se contaban los ancestros de los humanos— y los reptiles menores, que descendían de los dinosaurios. Y esto ocurrió hace diez mil años.
Durante dos mil años todas las razas coexistieron en Aret de forma semi-pacífica y crearon sendas utopías. Los elfos primigenios basaron sus civilizaciones en la adoración de los Dioses, mientras los silurianos crearon una avanzada cultura basada totalmente en la magia. Dragones solitarios y clanes de dragones gobernaban grandes porciones de tierra, mar y aire, consolidándose como la raza más poderosa de este mundo. Y los primitivos humanos comenzaban a desarrollar los rudimentos que les permitirían crear sus primeras civilizaciones sedentarias.
Entonces, hace ocho mil años, esa paz desapareció. Los jotun, una raza de gigantes, irrumpieron desde otro mundo a través de portales mágicos, huyendo de los Dioses del Caos y sus esbirros demoníacos. Y con ellos trajeron toda suerte de esclavos, razas que nunca se habían visto en Aret. Entre ellos, posiblemente la más importante de todas fue la raza de los duarves (o como los humanos los llaman, enanos).
Los jotun y sus esclavos arrastraron a elfos, dragones, humanos y silurianos a sendas guerras que duraron mil años y eventualmente condujeron a lo que muchos llaman la Guerra de Un Año. Apenas sabemos nada de esta guerra salvo que la raza de los silurianos desapareció de la faz de Aret, y los avances culturales y tecnológicos de las primeras edades se perdieron para siempre. Las primeras ciudades fueron arrasadas y olvidadas, y todas las razas descendieron a un estado de barbarie y salvajismo que duró mil años más.
Y pasaron los siglos, los milenios... La llamada Edad Oscura, pues casi no hay registros históricos de lo que pasó en estos milenios y la magia de visión en el tiempo no funciona en este periodo de la historia. Eventualmente las razas volvieron a descubrir su tecnología y cultura, volvieron a fundar reinos e imperios que desaparecieron para siempre. La historia se convirtió en leyendas, y las leyendas en mitos.
Hasta hace quinientos años, cuando los demonios lograron invadir Aret y sumir a todas las razas nuevamente en el caos. Fue entonces cuando una alianza entre los humanos, los elfos y los duarves logró expulsar a las repulsivas criaturas demoníacas de nuestro mundo. Y así, hace diez años se fundó el Sacro Imperio de Telos, para honrar aquella alianza que salvó a nuestro mundo y mantener una guardia constante contra los seres que aún buscan llevar nuestra civilización al olvido…
De las razas mortales:
La raza más vieja de todas es la raza de los dragones, que evolucionó de los proto-dracos en la “Era de los Secretos”. Sabios y poderosos, tienen un don innato para la magia y se les considera la raza mortal más poderosa que existe en Aret. Se dice que son inmortales aunque la verdad es que se los puede matar. Sin embargo, pueden llevar vidas eternas si nunca se exponen a riesgos innecesarios.
Le siguen los elfos, que nacieron de la Diosa-árbol Enuma, y al igual que los dragones poseen el don de la magia de forma innata y son seres eternos que no pueden morir de vejez o enfermedad. Fueron los elfos los que recuperaron más rápido que las otras razas sus antiguos conocimientos durante la Edad Oscura y desde entonces han estado custodiando los conocimientos de las razas mortales para que nunca más vuelvan a caer en el olvido.
La historia del origen del pueblo duarve (enano), como muchas otras cosas relativas a ellos, sigue siendo un enigma. Nada se sabe de su mundo de origen ni cómo fue que llegaron a existir. Sabemos que fueron ellos los creadores del primer alfabeto, las runas durvicas, y que sus grandes progresos en la tecnología de los metales beneficiaron a todas las razas de Aret. En la actualidad han descubierto el uso de la pólvora.
Los humanos son la raza más joven y numerosa de todas, con cientos de etnias y culturas que adaptan a cualquier lugar y clima del mundo. El orgullo y la locura del hombre ha traído varios desastres a Aret (por ejemplo, ellos son los culpables de la invasión demoníaca), y sus tierras siempre en expansión invaden los territorios de las razas más antiguas. Para bien o para mal, el futuro de las tierras de Aret ahora se encuentra en sus manos.
Para los humanos es posible tener hijos híbridos con seres de otras razas, los cuales conservan la apariencia física de la raza de la madre pero los rasgos más prominentes de las dos razas a las que pertenecen sus genes.
Existen muchas más razas que pueblan Aret, algunas simplemente salvajes, otras de monstruos peligrosos, como por ejemplo los jotun. Pululan en los rincones olvidados del mundo, viviendo vidas cortas y violentas, mientras sus culturas descienden cada vez más en la barbarie. Además de ellos hay criaturas mucho más maléficas y crueles. Ocultos bajo la tierra, estos siniestros seres aberrantes sueñan con esclavizar al ganado humano y alzarse con el poder de la superficie de Aret algún día…
De la magia:
La magia en Aret está limitada por una corriente arcana que emana del místico árbol Enuma y cuyo flujo es controlado por los movimientos de las tres lunas. Allí donde las corrientes arcanas son escasas no puede crecer vida vegetal y para un mago es imposible realizar hasta el más simple de los hechizos.
Solo los dragones y los elfos nacen con el don innato para conectar con estas corrientes arcanas. Para el resto de las razas es necesario nacer con un gen especial que solo se encuentra en uno de cada mil individuos. Es por eso que los magos son seres extremadamente poderosos en Aret, temidos y admirados por igual en todas las tierras del Imperio.
Añadido:
Los "paladines", guerreros dotados con el uso de la magia, pertenecen a una orden secreta que logró, luego de años de experimentos, crear un ritual que permite que las personas comunes puedan conectar de manera forzada a las corrientes arcanas. Gracias a esto pueden usar magia, aunque a un nivel más limitado que un mago, limitándose normalmente a la escuela de magia desarrollada por la orden.
Del Imperio:
El Sacro Imperio de Telos es actualmente la nación más grande de todo Aret. Fundado por la casa real Drakengast para honrar la alianza entre los humanos, los elfos y los duarves, la misión del Sacro Imperio es ayudar a restablecer las Tierras de Aret del caos resultante por la invasión demoníaca. Sus ciudades más importantes son bastante acaudaladas, e incluso los pueblos más humildes gozan de suficientes recursos para progresar tranquilamente.
Añadido en el año 300 del Imperio: Los elfos partieron de las tierras de los humanos al norte, a sus tierras ancestrales conocidas como Alfheim. Se desconoce si van a volver o no, y cuáles fueron las razones para que todos los elfos, incluso los niños, abandonaran las tierras del Imperio.
El archimago Bälan se ha ido con ellos. La tarea de continuar con el Compendio Histórico ha caído en manos de sus seguidores, un grupo de eruditos que se hace llamar a sí mismos los akrónidas, liderados por el sabio humano Akron.
Añadido en el año 505 del Imperio: Los rumores de un poderoso mago liche en las tierras del sur se han esparcido por todo el Imperio. Al parecer, está reuniendo a las tribus de hombres bestia y a los bárbaros bajo su mando.
Añadido en el año 956 del Imperio: Los duarves parecen haber descubierto la forma de hacer aparatos que funcionan por cuenta propia usando agua y carbón en lugar de magia. Llaman a dichos aparatos “máquinas de vapor”.
Añadido en el año 960 del Imperio: Varios nobles se han rebelado contra las leyes del Emperador Philene III. Se teme que pueda haber guerra civil.
Añadido en el año 990 del Imperio: Después de 30 años de guerra… ¡un elfo! ¡Os juro que he visto un elfo!
Fragmentos tomados del Compendio Histórico de Aret.
Great power can come from anger, but you may lose yourself in the process. Therefore, your mind must remain calm, and your spirit must be still.