12/05/2019 04:41 PM
(12/05/2019 09:39 AM)baverd Wrote: "¿Cuáles son las claves para engañar al lector (o al espectador en caso de obras audiovisuales) para hacer un giro y que sea sorprendente y no decepcionante?"
Si lo que estás preguntando es cómo escribir para influír de forma positiva en otros, creo que la respuesta es muy poco romántica, pero bien sencilla: la clave está en saber quién leerá tu obra y en adaptar en consecuencia tanto la narrativa como el argumento. Para explicarme mejor, diré que yo soy de la opinión de que se puede escribir de dos formas distintas, casi diría que opuestas. La primera consiste en escribir de forma que te sientas contento con lo que escribes sin darle demasiadas vueltas a cómo lo recibirá el lector, lo que te permite improvisar, innovar, arriesgar o cualquier otra acción que podría causar una taquicardia en cualquier editor. Esto te permite crear obras con una mayor sinceridad y frescura, pero todos sabemos que una gran cantidad de público (ya sean lectores o telespectadores) se asustan si comienzan a ver que el sentido de las frases es demasiado abstracto o complejo. En cambio, la otra forma de escritura, la más extendida en la actualidad, requiere de una gran cantidad de revisiones y correcciones de la forma y del contenido, además de mucho trabajo de adaptación al público al que va dirigido, aunque esto incñuya en su calidad objetiva. La literatura es, por desgracia, un mundo en el que las etiquetas y los géneros literarios han hecho muchísimo daño. Generalmente se espera que los escritores se limiten a un tipo de género y se recela de aquél que trate de venderse a si mismo como un escritor polivalente. Y los consumidores somos parte del problema, ya que lo primero que hacemos en cualquier tienda es irnos a la sección que nos interesa y quejarnos si el libro que hemos comprado no se corresponde con ello (por ejemplo, me voy a la parte de novela fantástica, pero encuentro Harry Potter, que la considero literatura juvenil y por tanto me siento engañado). Esto hace que las historias que se cuenten tengan que seguir casi siempre unos estereotipos de los que cuesta muchísimo salirse y, por tanto, cada vez es más difícil darle vueltas de tuerca realmente interesantes jugando con las mismas bases.
Creo que esto se va un poco de lo comentado; al final para un giro que no se reduzca a un Deus ex, tienes que dar pistas, pero si son demasiado evidentes el lector lo verá venir al comienzo —eso me pasa con muchos thillers, que dan mucha importancia a algún hecho concreto, o a algún personaje que aparece nuevo en la vida del protagonista, y acabo sabiendo que la clave de lo que pasa está ahí—. Lo cual no tiene que ver con que luego el producto tenga un estilo narrativo simple o complejo.
Tampoco creo que los géneros sean un problema a la hora de la lectura; y, mucho menos, considero que si algo es literatura juvenil impide que tenga otros géneros (para empezar hay obras de más de un género), al fin y al cabo no es lo mismo Harry Potter que alguna obra romántica tipo Tres metros sobre el cielo. Incluso tomando dos obras de fantasía juvenil como Harry Potter y Crepúsculo, tenemos que la primera es una obra de fantasía y aventuras —con toques de misterio— y la segunda, romance y fantasía urbana.
Que Harry Potter, siendo una obra dirigida a un público infantojuvenil (los dos primeros libros son mucho más dirigidos a un público infantil que a uno juvenil), no acabe de gustar a un lector adulto, no implica que sea menos fantástica que CDHYF.
Quote:A lo que voy es a que a la hora de crear giros argumentales de forma premeditada, la premisa debe ser identificar a los potenciales lectores de tu escrito y plantearte qué clases de obras están hartos de consumir. JK Rowling escribía para niños y adolescentes, además de que su obra tenía lugar en un mundo mágico del que ni los más sabios sabían lo suficiente como para asegurar que algo fuese imposible. Con esta premisa, el fallo de Rowling fue simplemente que no prestó la suficiente atención a los detalles como para contentar al público más adulto o exigente, pero los niños y adolescentes que en su día lo leíamos no le dábamos mucha importancia a según qué fallos porque en su mundo vivías día a día con el hecho de que si no entendías algo o no te acababa de parecer lógico, seguramente habría una explicación mágica que tarde o temprano te permitiar comprender. Al final, Rowling se centraba mucho en qué contarle a sus lectores y no tanto en cómo contarlo, motivo por el que sus constantes improvisaciones son evidentes cuando no eres parte de su público objetivo o cuando maduras lo suficiente como para empezar a fijarte en los detalles. Agatha Christie es un caso totalmente contrario. Ella debía sorprender a lectores de una sociedad que estaba fascinada por la criminología, por lo que para ella era vital que el balance entre lo que se contaba y el cómo se contaba fuera innovador. No hay que olvidar, además, que en su momento se necesitaba mucho menos para sorprender a la gente (que no tenía acceso a la cantidad de obras que tenemos hoy en día y por tanto había menos con lo que comparar).
Como dije, el caso de Rowling, por como está hecho, no lo considero un engaño, sino un error (uno grande aunque pase desapercibido, por las implicaciones que tiene), tal vez, su engaño es la excusa que se sacó de la manga años después. Pero es que aquí no planteaba esto —si nos ponemos, vamos a poder rebuscar en varias obras con engaños porque el escritor, director o lo que sea, se ha equivocado con algún detalle—, y Agatha, al menos en la mencionada por mí, Diez negritos, comete un engaño claro (o sino también se equivocó como Rowling con un detalle que resultaba vital); con Rowling, al menos por forzadas que sean las excusas que ponen ella o los fans, podemos tener una explicación de porque ocurre eso, en el caso de Christie no es así, no hay excusa para que ocurra, y es un error muy parecido a Una escapada perfecta, metido para despitar al lector, y que en la trama no tiene propósito alguno.
Por cierto, no acabo de entender, que consideres al público objetivo de Rowling poco exigente cuando son niños y adolescentes, pero en cambio con los adultos que leían Agatha Christie (hablando del momento en que publicó sus obras) no.
Quote:Al final, creo que si tienes en cuenta lo que te he comentado, quizá coincidas conmigo en que la conclusión obvia es cuidar los detalles (que, al fin y al cabo, son los que orientan a los lectores) con mucho mimo y coherencia. Hay que saber cuándo darlos y cómo hacerlo. Cuando tu lector no es muy exigente, cualquier deus ex machina es asumible si lo mimas un poco y no hace falta que hayas dado ni media señal de que el final de una gran historia acabaría con un meteorito que lo manda todo al catapunchinpún; mientras que un lector avezado y curtido en mil tramas necesitará que el escritor le estudie para poder ofrecerle un desafío acorde a su experiencia, pues necesita material de calidad para encontrar algo refrescante. Si además le das otra vuelta, verás que incluso se da el caso de gente que actualmente prefiere los giros de guión sencillos y predecibles, y que con frecuencia consideran muchas obras maestras de la narración como demasiado complejas, aburridas o incluso incomprensibles.
No creo que por poco exigente que sea el lector, un Deus ex Machina sirva para concluir una historia; es posible que alguien que sea muy fan de una historia eso le de igual, pero en general, por mucho que lo lean adolescentes, si es un detalle que destaca mucho —al final, el ejemplo de Harry Potter es algo tan dejado de lado, que si uno se despista es muy fácil ni tenerlo en cuenta (por ejemplo creo que el final de La cámara secreta resulta un Deus ex disfrazado de fiat)— el lector se va a dar cuenta, porque el típico poder que consigue el protagonista a última hora o la pista que encuentra de la nada, es un detalle que lleva a un resultado que de otro modo sería imposible.
Tampoco acabo de estar de acuerdo con eso de los giros sencillos, es cierto que prefieren lecturas más simples, pero tenemos el ejemplo de GOT (que como fenómeno mundial auna a fans acérrimos del género, con gente a la que la fantasía le daba urticaria) donde hay muchas quejas por como ha ido avanzando la trama o como personajes han ido dejando ser ingeniosos con el paso de las temporadas.
En resumen: Que los detalles sean importantes es evidente —mi ejemplo con Dexter (aquí tenéis un vídeo de la escena de la que hablo) funciona en base a eso—, pero claro, en una serie o película es mucho más fácil; yo te muestro algo en pantalla, pero mientras tiene lugar la acción principal, el detalle que quiero dejar como presagio está ahí pasando desapercibido, mientras que en una novela no puedo, al menos no en ese sentido puesto que para dicha escena de Dexter, en una novela tendría que
En los diálogos sí se puede trabajar, dejando que los personajes comenten ciertos detalles, pero otra vez, está lo ya comentado, si das importancia a un determinado detalle para no convertirlo en un Deus ex, harás que el lector/espectador se fije en él y se huela algo.
Por el otro lado, en lo que se refiere a engaños, todos mis ejemplos (sean algo que considere insalvables o que suspenda un poco más la incredulidad para aceptarlos) se basan en que un personaje (por ejemplo el asesino) haga o comente algo, que no debería en base a quién es, y que lo haría/diría si fuera otro de los inocentes.