02/12/2022 10:49 AM
Bueno pues vamos con el segundo relato!
Hay muchas cosas que decir y muchas de ellas son buenas, aunque, si el autor me lo permite, empezaré por las malas.
El relato se podría dividir en dos partes: el antes y después de la llegada del misterioso flautista. Y también podría ser dividido en dos partes tanto por calidad como por cantidad de errores.
La primera parte es la que se lleva la peor… y aquí me repito… parte.
He visto algunas faltas de puntuación que por momentos me han hecho pensar que este relato fuese mío (pues comparto con el autor ese defecto: siempre me tachan de no saber puntuar bien).
Pongo algunos ejemplos:
“Los acontecimientos narrados tuvieron lugar en agosto de este mismo año, (aquí va un punto en lugar de la coma) por aquel entonces, había logrado conseguir un trabajo estable, tras pasar diez años de un puesto a otro, de una empresa a otra, en una oficina comarcal sita en Llanes.”
“Desde ancianos habitantes de pueblo que visitaban a sus hijos en la capital, haciéndose acompañar de regalos y recuerdos del pueblo, a veces hasta comida; (aquí va una coma en lugar de un punto y coma) hasta adolescentes a medio vestir”
Además, creo que el autor se ha entretenido demasiado describiendo la fauna y flora de los viajeros del bus, pues he contado hasta tres veces que se nos señala el tipo de gente que suele viajar en verano en ese trayecto.
Vayamos pues a lo positivo, que es mucho:
• Una caracterización del personaje muy conseguida. Y eso es de las cosas más difíciles de conseguir en un relato. Un diez aquí.
• Una caracterización del entorno rural admirable. No sé si aquí hay de por medio alguna experiencia personal, pero yo me he ubicado muy bien en el contexto de la historia.
• Un punto a favor muy personal: he empatizado mucho con el protagonista, pues yo también soy un gran fanático del transporte público y me encanta observar a todos los viajeros e incluso en el pasado escribir sobre ellos (y a los pibones, a esos también me gusta admirarlos).
• Se lee muy rápido y ameno, la parte descriptiva sexual y salvaje quizás son un poco fuertes y explícitas, pero soy consciente que el autor lo ha hecho con intención y es en parte un aliciente en este relato.
• Y, por último, la segunda parte, desde que llega el flautista: mucho mejor escrita y puntuada.
Personalmente un relato que me ha gustado mucho, pese a darme cosilla. Lo he disfrutado, sobre todo por su ambientación tan conseguida.
Hay muchas cosas que decir y muchas de ellas son buenas, aunque, si el autor me lo permite, empezaré por las malas.
El relato se podría dividir en dos partes: el antes y después de la llegada del misterioso flautista. Y también podría ser dividido en dos partes tanto por calidad como por cantidad de errores.
La primera parte es la que se lleva la peor… y aquí me repito… parte.
He visto algunas faltas de puntuación que por momentos me han hecho pensar que este relato fuese mío (pues comparto con el autor ese defecto: siempre me tachan de no saber puntuar bien).
Pongo algunos ejemplos:
“Los acontecimientos narrados tuvieron lugar en agosto de este mismo año, (aquí va un punto en lugar de la coma) por aquel entonces, había logrado conseguir un trabajo estable, tras pasar diez años de un puesto a otro, de una empresa a otra, en una oficina comarcal sita en Llanes.”
“Desde ancianos habitantes de pueblo que visitaban a sus hijos en la capital, haciéndose acompañar de regalos y recuerdos del pueblo, a veces hasta comida; (aquí va una coma en lugar de un punto y coma) hasta adolescentes a medio vestir”
Además, creo que el autor se ha entretenido demasiado describiendo la fauna y flora de los viajeros del bus, pues he contado hasta tres veces que se nos señala el tipo de gente que suele viajar en verano en ese trayecto.
Vayamos pues a lo positivo, que es mucho:
• Una caracterización del personaje muy conseguida. Y eso es de las cosas más difíciles de conseguir en un relato. Un diez aquí.
• Una caracterización del entorno rural admirable. No sé si aquí hay de por medio alguna experiencia personal, pero yo me he ubicado muy bien en el contexto de la historia.
• Un punto a favor muy personal: he empatizado mucho con el protagonista, pues yo también soy un gran fanático del transporte público y me encanta observar a todos los viajeros e incluso en el pasado escribir sobre ellos (y a los pibones, a esos también me gusta admirarlos).
• Se lee muy rápido y ameno, la parte descriptiva sexual y salvaje quizás son un poco fuertes y explícitas, pero soy consciente que el autor lo ha hecho con intención y es en parte un aliciente en este relato.
• Y, por último, la segunda parte, desde que llega el flautista: mucho mejor escrita y puntuada.
Personalmente un relato que me ha gustado mucho, pese a darme cosilla. Lo he disfrutado, sobre todo por su ambientación tan conseguida.
"Brillaba pálida como un hueso, mientras yo estaba solo, y pensaba para mí cómo la Luna, esa noche, arrojaba su luz sobre el verdadero placer de mi corazón y el arrecife donde su cuerpo estaba esparcido". - Manny Calavera.