03/11/2017 01:48 PM
En mi caso luna nueva y aclipse, de stephenie meyer, si, la de crepusculo. Los libros me entretuvieron aunque habia varios momentos en que me daban verguenza, y mientras mas pasa el tiempo peor los encuentro, en especial por cosas como esto (citas textuales):
“Me salvaron tres golpes rápidos en la puerta. Charlie puso los ojos en blanco y yo salté de la silla.
—¡Entra! —grité, mientras Charlie murmuraba algo parecido a «lárgate». Le ignoré y fui a recibir a Edward. Abrí la puerta de un tirón, con una precipitación ridicula, y allí estaba él, mi milagro personal.
El tiempo no había conseguido inmunizarme contra la perfección de su rostro y estaba segura de que nunca sabría valorar lo suficiente todos sus aspectos. Mis ojos se deslizaron por sus pálidos rasgos: la dureza de su mandíbula cuadrada, la suave curva de sus labios carnosos, torcidos ahora en una sonrisa, la línea recta de su nariz, el ángulo agudo de sus pómulos, la suavidad marmórea de su frente, oscurecida en parte por un mechón enredado de pelo broncíneo, mojado por la lluvia…”
“Las tardes eran la peor parte del día para mí. Desde que mi antiguo mejor amigo, y hombre lobo, Jacob Black, se había chivado de que había estado montando en moto a escondidas una traición que había ideado para conseguir que mi padre no me dejara salir y no pudiera estar con mi novio, y vampiro, Edward Cullen , sólo me permitían ver a este último desde las siete hasta las nueve y media de la noche, siempre dentro de los límites de las paredes de mi casa y bajo la supervisión de la mirada indefectiblemente refunfuñona de mi padre”
“Me salvaron tres golpes rápidos en la puerta. Charlie puso los ojos en blanco y yo salté de la silla.
—¡Entra! —grité, mientras Charlie murmuraba algo parecido a «lárgate». Le ignoré y fui a recibir a Edward. Abrí la puerta de un tirón, con una precipitación ridicula, y allí estaba él, mi milagro personal.
El tiempo no había conseguido inmunizarme contra la perfección de su rostro y estaba segura de que nunca sabría valorar lo suficiente todos sus aspectos. Mis ojos se deslizaron por sus pálidos rasgos: la dureza de su mandíbula cuadrada, la suave curva de sus labios carnosos, torcidos ahora en una sonrisa, la línea recta de su nariz, el ángulo agudo de sus pómulos, la suavidad marmórea de su frente, oscurecida en parte por un mechón enredado de pelo broncíneo, mojado por la lluvia…”
“Las tardes eran la peor parte del día para mí. Desde que mi antiguo mejor amigo, y hombre lobo, Jacob Black, se había chivado de que había estado montando en moto a escondidas una traición que había ideado para conseguir que mi padre no me dejara salir y no pudiera estar con mi novio, y vampiro, Edward Cullen , sólo me permitían ver a este último desde las siete hasta las nueve y media de la noche, siempre dentro de los límites de las paredes de mi casa y bajo la supervisión de la mirada indefectiblemente refunfuñona de mi padre”