22/05/2018 05:40 PM
(22/05/2018 05:34 AM)kaoseto escribió: Otro punto sobre el que reflexioné más tarde y que me parece interesante sacar aquí (sin ánimo de crear grandes polémicas) es la visión del mundo que propone la saga, que, a posteriori, me parece terrible: un mundo super elitista y consumista, en el que los muggles son los pobrecitos majos (menos los Dursleys) que no han tenido la suerte de nacer magos (apoyo a la predestinación), en el que hay un elegido, único capaz de matar al malo malo, con una categorización de cuatro casas de magos restrictiva y dictatorial (los malos, los buenos, más los estudiosos y los lacayos invisibles que respaldan a los valientes buenos), con un juego tipo fútbol volador que apoya la competición simplemente porque a los categorizados como malos hay que darles una paliza, un mundo en el que un ministerio de la magia se reúne en secreto con el ministerio de los muggles… Bueno, algunas veces se intenta suavizar esa imagen de categorización y elitismo, pero tan poco que en el resultado el elitismo es aplastante y parece que se apoya incondicionalmente y jamás se critica. En fin, que leyéndolo de niño uno se fija en otros detalles y no se da cuenta de todo esto y menos mal, pero el mensaje pro-sistema mundial actual es brutal.
Totalmente de acuerdo. Los principios por los que se rige Harry Potter son los típicos de la derecha neoliberal norteamericana, según los cuales en la vida solo se puede "triunfar" o "fracasar". La historia de Harry, de hecho, es un claro ejemplo del mal llamado sueño americano. Al comienzo de la obra, Harry es un pardillo, un perdedor, un don nadie que se siente rechazado por la sociedad; luego, consigue el acceso a Hogwarts, y ello le permite acceder a un nivel social muy superior al de toda la gente que se metía con él. La gente normal pasa ser vista como "muggles", personas sosas y poco interesantes que "se merecen" llevar esas vidas mediocres; al menos, no se ve voluntad alguna por parte de la autora por crear empatía en el lector hacia todas aquellas personas que están condenadas a no tener magia en un mundo en el que ser mago supone una desventaja terrible. ¡Qué poco tiene esto que ver con La espada de Joram, obra en la que el protagonista es de los pocos "muggles" en un mundo de magos! El sentimiento de incomprensión, de rechazo y de desolación de Joram me resulta bastante más humano que el carácter soberbio y repelente que acaba adquiriendo Harry Potter a lo largo de la saga. Me resulta, además, ridículo el ver que Harry está constantemente "triunfando" y obteniendo victorias, ya sea ganando en partidos de Quidditch, obteniendo puntos para Gryffindor, derrotando a monstruos malvados, salvando las vidas de sus amigos o haciéndose con la copa de las casas. Siempre es el centro de atención ya no solo del lector, sino del propio mundo, y no considero que haya hecho demasiado para conseguir tanto reconocimiento. Justo como la autora, ¿casualidad? Lo cierto es que, en todo momento, la saga nos empuja a empatizar con Harry -o al menos lo intenta-; nos invita a alegrarnos de sus triunfos y a querer ser como él, triunfadores y vencedores en la vida. De nuevo reaparece esa idea de la derecha neoliberal norteamericana de que en la vida solo se puede "triunfar" o "fracasar"; no nos dan la opción de quedarnos a medio camino o pasar del juego, porque hacerlo sería el equivalente de "ser un perdedor". Una filosofía de vida que, en definitiva, considera ético y justificable el triunfo del fuerte sobre el débil; lo verdaderamente repugnante es que Rowling intenta enmascarar esto con el personaje de Voldemort, haciendo creer al lector que los "buenos" están peleando porque haya "igualdad" y porque los magos no "sometan a los muggles". La opresión activa que Voldemort pretende ejercer contra los muggles es condenada, pero la opresión pasiva que los magos van a ofrecer siempre contra los muggles por el simple hecho de ser magos no es vista como algo problemático en ningún momento.
¿Qué sentido tiene que una obra como Harry Potter sea, como bien dice Kaoseto, tan "conformista con el sistema actual"? Pensemos en el contexto histórico y social en el que apareció la saga: 1997 fue la fecha de publicación del primer libro, en Reino Unido. Veinte años antes, en el mismo país los Sex Pistols habían hecho bastante ruido expresando su descontento con el sistema al vociferar todo eso de "no future in England's dreaming". Los inconformistas habían abierto heridas que seguían sin cerrarse, y los intelectuales seguían atacando al sistema social: pensemos, si no, en todos los libros sobre política publicados por Noam Chomsky a lo largo de esos años.
Cuando en la sociedad se abren heridas y la gente empieza a cuestionarse la ética de su realidad, el malestar comienza a ser general al percatarse la gente de lo putrefacto de la situación. A modo de respuesta, el sistema pretende engañarnos y tranquilizarnos de cualquier manera posible. Recordemos, por ejemplo, el curiosísimo caso de H. G. Wells y La guerra de los mundos (1898), obra que ponía de relieve las inmoralidades supremacistas del imperio británico y la fragilidad del mismo en caso de una posible invasión de una potencia superior. Wells se sirve de un ejército de marcianos destruyendo la Tierra para expresar las monstruosidades del imperio británico en países ajenos, así como lo poco que duraría dicho imperio de existir realmente esos marcianos. Novela que, en definitiva, provocó mucha angustia en su época; a modo de respuesta, ese mismo año salió la novela Eddisons's conquest of Mars, de Garret P. Serviss. Se trataba de una obra que venía a decir que "lo de los marcianos solo ha sido un pequeño bache", y que ante una invasión marciana lo que tocaría después sería "ir a Marte a conquistarlos a ellos". Una obra que, en definitiva, reavivaba el conformismo con el sistema y buscaba cerrar las heridas abiertas por Wells. La novela de Serviss pretendía que el lector recuperara una comodidad que había perdido; decirle, en definitiva, lo que quiere oír: "tranquilo, todo va a salir bien".
Exactamente lo mismo ocurre con Harry Potter. Los Sex Pistols evidenciaban que en la sociedad actual no hay futuro ni esperanza de ningún tipo, que todo está perdido y que no hay nada que hacer. Harry Potter, sin embargo, viene a significar todo lo contrario: Harry pasa de tener una vida de mierda a convertirse en un auténtico héroe, un triunfador. Cuando el lector lee novelas así, siente otra vez ese mensaje regocijador de "tranquilo, todo va a salir bien". "Todo va a salir bien": los buenos siempre ganan, si tienes un sueño siempre te saldrá bien y las cosas siempre se arreglarán solas; si no, ya ocurrirá algún milagro que lo ponga todo en orden, como esos que siempre le ocurren a Harry, porque "la luz siempre vence a la oscuridad". El problema de todo esto es que, quien lee libros así y se los toma demasiado en serio, acaba recibiendo una impresión falsa de la vida y la realidad, y asimilandola demasiado hasta el punto de imposibilitar cualquier tipo de inconformismo que, por cierto, sería bastante legítimo. Un niño de la edad de Harry que esté sufriendo bullying puede utilizar las aventuras de su héroe para refugiarse del mundo, pero en la vida real no le va a llegar ninguna carta de Hogwarts que le saque de sus miserias. Por el contrario, probablemente siga recibiendo bullying durante toda su adolescencia y acabe con depresiones y trastornos varios que le marquen de por vida y le impidan hacer vida normal; pese a todo, probablemente no sea siquiera consciente del mucho daño que le ha hecho la sociedad y se sienta incluso culpable de todas sus miserias, porque "a Harry todo le salía bien y a mí no, por lo que me merezco estar así".
Habrá quien me proteste y me diga que "Harry Potter es una obra de fantasía, no hay que tomársela muy en serio, no puedes esperar que ofrezca una perspectiva realista". Yo os respondo: ¿acaso la fantasía no puede hablarnos del mundo real? Os recuerdo el caso de La guerra de los mundos y Eddison conquest of Mars; ambas novelas son igual de fantásticas, pero la primera, pese a ser fantástica, ofrece una perspectiva mucho más realista que la segunda. Pensemos, si no, en los cuentos fantásticos de Quevedo, los Sueños: suponían una sátira y una crítica demoledora a la sociedad de su época. Y no menos demoledoras son las críticas que hace Michael Ende a la sociedad en La historia interminable y Momo; la primera es un ataque en toda regla contra los totalitarismos que el propio Ende tuvo que padecer en Alemania, mientras que la segunda es una burla bastante acertada a la sociedad capitalista de trabajo y consumo que tanto nos tiene esclavizados.
(22/05/2018 06:17 AM)Licordemanzana escribió: Pues bien, la autora refleja todo esto y, aparte de facilitar que el lector se encuentre con cosas conocidas y pueda extrapolar desde su mundo hasta la lectura, manda así un hermoso mensaje de que lo que soluciona las cosas no es la magia... porque será el mundo mágico, pero oye, se sigue pareciendo mucho al nuestro.
¿Que no es la magia? Yo en la saga solo veo el típico mensaje de "las cosas se arreglan solas, no hay que preocuparse, los buenos siempre ganan, la luz siempre vence". Típico mensaje de autores como Serviss, que solo buscan crear conformidad con el sistema.
(22/05/2018 06:17 AM)Licordemanzana escribió: Y por otro lado no puedo entender que no se vea la crítica a todo esto![]()
Arthur Weasley sale por ahí remarcando cada dos por tres que los muggles son capaces de hacer cosas "mágicas" por sí mismos, pese a que el resto de los magos no lo vean.
Dumbledore es la enseñanza misma de que la magia de verdad está tan al alcance de un muggle como de un mago: la mayor defensa que es capaz de concebir para Harry pasa precisamente por ponerlo en una casa muggle simplemente porque son "familia" y pese a sus defectos pueden darle un "hogar";
Sigo diciendo que todo eso me parece actitud de "tirar la piedra y esconder la mano". Aunque se denuncia toda opresión activa habida hacia los muggles, absolutamente nadie pone en duda que la opresión pasiva que siempre va a haber pueda estar mal.
(22/05/2018 06:17 AM)Licordemanzana escribió: la protección de Lily no es de magia con varita, y es lo único que logra repeler el Avada Kedavra; todo el discurso del amor va en esa línea.
La protección de Lily me parece lo más ridículo de la saga. No lo llames magia, llámalo "amor"; pero es absurdo plantear que solo con "amar" a un niño se va a salvar automáticamente. De nuevo, la tónica de siempre: las cosas se arreglan solas y "no pasa nada, todo va a ir bien".
(22/05/2018 06:17 AM)Licordemanzana escribió: El elitismo se ve también entre magos, con la oposición "sangre limpia/sangre sucia", con lo cuál se ve que ninguno de los grupos se libra de prejuicios y chorradas... Dios santo, el propio antagonista, Voldemort es la crítica principal a ese elitismo, a ese afán de poder, a esa valoración de la "magia superficial".
Eso realmente no quiere decir nada relevante. Hay mucha gente que piensa que "negros y blancos merecen las mismas oportunidades", pero que "los ricos que sean más ricos, y los pobres que se jodan". Todo el tema ése de los sangre sucia y limpia me parece una forma muy taimada de desviar la atención de la opresión principal, la de los magos a los muggles. Para ello, Rowling se inventa un sistema de opresión dentro del propio grupo opresor, dividiéndolos en "opresores de sangre limpia" y "opresores de sangre sucia". Pero tanto sangres sucia como sangres limpia van a oprimir siempre a los muggles por el simple hecho de nacer magos.
(22/05/2018 06:17 AM)Licordemanzana escribió: Lo del elegido queda clarísimo en los últimos libros: se dice explícitamente que Harry no es el elegido "por arte de magia y del destino", aunque la gran mayoría elijan así creerlo desde esa ignorancia que no es ni muggle ni maga, que es universal; Harry es el elegido porque el idiota de Voldemort creyó en la profecía y se aseguró sin darse cuenta de que se hiciera realidad. Esto no es predeterminación, es recoger lo que se siembra.
Sea por el motivo que sea, el resultado es que Harry acaba triunfando. De nuevo lo mismo: el bueno gana, el malo pierde, las cosas se arreglan solas, la luz vence a la oscuridad, "tranquilo, todo va a ir bien".
(22/05/2018 06:17 AM)Licordemanzana escribió: Con la categorización de las cuatro casas se meten repetidamente en los libros; otra cosa es que siga habiendo una mayoría de gente que disfruta etiquetándose. Y las etiquetas, como las decisiones (lo cuál se remarca desde el primer libro) cosechan sus consecuencias. ¡La gente elige su casa, aunque sea inconscientemente! Y la gente le da importancia a su casa cuando no es capaz de elevarse más allá de sus identidades de grupo. Pero vamos, que queda también explícito aunque sea en el comentario final del séptimo en el que Harry le dice a su hijo que no se preocupe por la casa, que uno de los mejores hombres que conoció era de Slytherin, como otros eran de Gryffindor, y que daba igual.
En eso sí que estoy de acuerdo. Sin embargo, es muy curioso ver la actitud de la gente etiquetándose en casas. Es muy curioso como la falta de personalidad propia y la necesidad de pertenecer a un grupo aflora en todas partes, pero en este caso admito que no es culpa de la autora.
(22/05/2018 06:17 AM)Licordemanzana escribió: ¡Los libros hablan del crecimiento! De crecer hacia el "amor" y trascender las separaciones que parecen "seguras" pero que encierran, dividen, y en última instancia enfrentan a la gente. Esto no viene dado por ciencia infusa, el propio protagonista (y todos, y queda patente en la obra la triste realidad de que tener más edad no necesariamente implica obtenerlo) tiene que "crecer" hasta el punto de ser capaz de entender esto, del mismo modo en que "crecen" los libros. Por descontado, todo esto se aparta de la "lectura desenfadada" pero está ahí remarcado desde el primer libro, y se hace más explícito a cada tomo que pasa, a medida que los propios personajes dejan de ver su propio mundo con desenfado infantil y empiezan a verse más y más como partícipes del mismo. Todo lo cual, en mi opinión, añade valor a la saga pero, claro está, hay que valorar estas cosas para verlas, quizá, algo que no es ni mucho menos obligatorio.
Pero vamos, que "reflejar" no es lo mismo que "refrendar"
Así es, los personajes sienten que todo lo que hace Voldemort está mal, y el amor les lleva a proteger a los pobrecitos muggles enfrentándose al malvado. Pero de igual forma, el "amor" movió a los soldados estadounidenses a proteger a los pobrecitos iraquís tercermundistas enfrentándose al malvado Saddam Hussein. La diferencia está en que Harry y compañía no destruyeron más de medio mundo muggle en el proceso. Pero oye, que si cualquier patriota norteamericano escribiese una novela sobre la guerra de Irak, dudo muchísimo que le de demasiada importancia a todo eso de los "daños colaterales". A la gente opresora se le da bien disimular sus privilegios haciendo creer que apoyan a la gente oprimida al "salvarlos" y "solucionarles los problemas". Lo cierto es que muchas veces esa ayuda "desinteresada" conlleva una posición de privilegio tremenda, porque estás asumiendo que la parte oprimida no puede defenderse sola, y eso es también un tipo de opresión pasiva.
(22/05/2018 10:12 AM)kaoseto escribió: Pero entonces ¿por qué no le da protagonismo real a ningún muggle para dar equilibrio?
Por lo mismo por lo que casi ningún norteamericano le daría importancia a ningún iraquí durante la guerra contra Saddam Hussein.
(22/05/2018 10:33 AM)Licordemanzana escribió: Efectivamente, los mundos están divididos, y esa es la principal razón de que no se de protagonismo a los muggles en la historia de los magos; no se pone en cuestión la premisa de que el mundo mágico y el normal están mejor separados: después de todo, se alude a los motivos varias veces, y estos son de peso (mezclar gente con poderes con gente sin poderes tendería a marcar dichas élites y a generar resentimiento, se habla de los intentos de la quema de magos y brujas, se habla de la desconfianza típicamente muggle...
Me parecen excusas baratas; si realmente se quisiera "crecer hacia el amor", considero que se intentarían derribar fronteras, no contribuir a las mismas. "Crecer hacia el amor" supondría crecer hacia el diálogo, no seguir desconfiando de la desconfianza del vecino, valga la redundancia.
(22/05/2018 10:33 AM)Licordemanzana escribió: Harry, por otro lado, no reflexiona mucho en ello porque lo que ha vivido del mundo muggle en relación a su magia ha sido rechazo: rechazo a sus primeras manifestaciones incontroladas, rechazo abierto y consciente de sus parientes cuando pasa a formar parte del mundo mágico... no hay rencor/desdén ahí, sino más bien quizás cierta "comodidad" a la hora de pensar que la mejor manera de evitar dichos conflictos es manteniendo la distancia... lo cual no deja de parecerme en cierto modo acertado, dado que la gente en general de uno u otro mundo no parecen especialmente preparadas para lidiar con sus más semejantes, como para lidiar con los más distintos. Lo cuál es una pena y siempre aparece descrito como una pena, pese a que la historia siga.
Otra estrategia utilizada por el sistema para expresar conformismo es el asumir que las cosas malas son "una pena", pero que no tienen "otro remedio". Pasa mucho en películas norteamericanas de ésas en las que se inflan a matar comunistas por un tubo. En ocasiones se intenta empatizar con los comunistas y se señala que la sociedad norteamericana tiene sus problemas; pero claro, por muchos problemas que tenga "siempre va a ser mejor que la sociedad establecida por cualquier sucio comunista".
"¡Que la vida se tome la pena de matarme
ya que yo no me tomo la pena de vivir!"